Capítulo 31

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Capítulo 31



Le expliqué toda la situación que me había pasado cuando fui al acústico que me habían invitado y lo mal que me había hecho quedar.

John se limitó a escucharme, a mirarme fijamente y a no preguntar nada, ni decir absolutamente nada. Estaba tan callado que me hizo incomodarme un poco, siempre su presencia me incomodaba, esa era una verdad que no podía dejar de aceptarla, pero esta vez me hacía dar escalofríos hasta en la nuca tanto que resultaban molestos.

Que no digan nada, me ponía un poco nervioso y que me mirara de esa forma incluso mucho peor...

—Y eso fue todo.

Mi corazón empezó a latir a mil, mis mejillas se sonrojaron y pude deducir que estaba muy nervioso y que todavía no me sentía seguro con John.

Unos segundos de silencio.

— ¿Y bien? —Pregunte esperando su respuesta.

— ¿Y qué quieres que haga ante eso?

Una oleada de decepción domino mi cuerpo.

—Pensaba que tu o Larry podrían hablar con ese guardaespaldas que me hizo eso... me sentí incómodo.

—Del hecho que te hayas sentido incómodo, no hace que el trabajador de nuestro sello realizo una mala acción.

Levante una ceja, y me quede pensando en sus palabras.

¿Qué estaba en mi contra?

Sonreí de una manera sarcástica para no aparentar que estaba decepcionado, enojado y dolido, por darme la espalda.

— ¿Estás diciendo que hizo bien en apretarme el brazo frente a todos?

—Tendría que haberte llevado a un lugar privado, pero sí.

—No entiendo.

—Yannick, eres joven...

— ¿Y?

—Y aun no entiendes como debes manejarte en el mundo en que Larry te arrastro... estas confundido ¿No?

Me quedo quieto.

Saco la vista en sus ojos fríos. No reconozco a John.

No reconozco a la persona con la que compartí mi firma en el contrato, ese señor que mostraba amabilidad y confianza ha desaparecido, esa sonrisa que me mostro de amabilidad de tranquilidad ese día ha desaparecido tan rápidamente que me asusto y me sorprendió. Las personas pueden cambiar en tan solo un segundo...

—Tú has cometido un error.

—Yo no he hecho nada —Negué con la cabeza y John me mira con atención.

—Obedecer es la primera regla, jovencito.

—Pero...

Me quede callado.

Mis fans.

A ningún artista famoso se veía que le importaban los admiradores, siempre andaban con excusas, con problemas, con situaciones extrañas, cuando tenían que acercarse a ellos.

No quería ser uno de ellos.

—Pero... estaba con mis fans.

—Ese es el problema.

—No.

—Si.

Me sonríe y yo lo fulmino con la mirada, tanto que empiezo a sentir dolor de estómago, me estaba haciendo enojar mucho.

—Tu ahora eres famoso y no debes involucrarte con fans... y menos horas extras no es así como nos manejamos.

—Gracias a ellos soy famoso.

Se queda examinándome unos segundos antes de responder.

—Gracias a mí y a Larry estas aquí.

—Pero si nadie me escuchara, no hubiera funcionado.

— ¿Me estas discutiendo?

Me quede callado ante esa pregunta.

Si.

No quería ser falso como los demás cantantes, no quería mostrarme como un ser frio y egoísta, ni tampoco quería tener una novia falsa y demostrar que era muy feliz a su lado cuando solo quería que desapareciera, yo no quería ser esto y lo estaba haciendo.

Pero estaba ante John, una persona importante, y con experiencia, que me estaba tratando de convencer... para que cambie de idea.

—No.

—Entonces cada vez que desobedezca a nuestros guardias de seguridad, te va a pasar esto... tómalo como un castigo.

No digo nada.

Inconscientemente mi cabeza baja, como si fuera un niño de seis años, al que la profesora de una escuela lo está retando por no traer la tarea.

—Así que me quedare en donde estoy y no diré absolutamente nada...

Asentí con la cabeza.

—Olvídate del asunto, tú te has equivocado.

—Ya.

John levanto una ceja, y se paró de la silla la cual estaba sentado, mientras se tocaba la barbilla, como si estuviera pensando algo importante.

—Si no te lo explicaba de esa manera, no lo ibas a entender.

—Creo que sí, lo iba a entender...

—Eso es lo que un joven como tú, cree... inexperto... iluso...

En ese momento, tenía ganas de decirle "que se vaya a la mierda" por primera vez e irme de ahí. Creí que me iba a defender un poco, que iba a decirle algo a su "querido trabajador" pero prefirió ser cruel conmigo de esa manera, solamente porque soy menor e indefenso.

—Los adolescentes como tú, se creen que tienen la razón en todo y no ven que se han equivocado de un modo atroz, creen que pueden hacer todo lo que en sus cabecitas se les pasa.

—No entiendo, porque dices que me he equivocado.

Se quedó mirándome unos largos segundos.

—Yannick, ya no eres el de antes... tienes que pensar que ahora estas más arriba, que ahora eres ese algo que querías ser... y, por lo tanto, tienes que cambiar cualidades que antes tenías solamente por el precio de lo que estás haciendo.

— ¿Precio?

— ¿No era lo que deseabas?

—Si.

—Y bueno, ya tienes que obedecer órdenes y tener tu lado restringido frente a tus admiradores... por favor.

Me quede pensando. No podía discutirle.

Pero iba a tratar de no hacerles desprecio a mis fans, hasta ahora tenía que responder todo que "si", porque tenía que obedecer las órdenes.

— ¿Quedo claro ahora?

—Si.

— ¿Estás seguro?

—Si.

Luego cuando noto que estaba realmente decidido ante mi respuesta y noto que estaba un poco tenso, sonrió levemente y otra vez volvió a sentarse en su lugar.

—Bien... Serena y tu... —Empezó diciendo.

Y recordé los mensajes que tenía todos los días con mi fan, recordé que me hacía sentir sensaciones que no debería sentir con una chica como ella, me hacía sonreírle al celular, me hacía reírme un poco, ya que siempre vivía preocupado por lo que podía venir.

—Mañana van a salir y vas a tener que darle un breve beso en la boca.

— ¿Salir, a dónde?

—A caminar.

— ¿Por cualquier lado?

John me miro y suspiro.

—Larry me ha hablado de esto... ¿Es que no quieres fama?

—No, de ese modo no.

El, levanto una ceja y luego largo una carcajada. ¿Le avergonzaba mi respuesta? Porque yo creo que sí.

—Pensé que iban a ser diferentes.

—Todos dicen lo mismo, pero no lo somos, en este mundo no se puede ser diferente porque si lo eres pierdes el poder.

Asentí.

No entiendo lo que dice.

—Yannick, van a ir a tomar un helado.

— ¿Y?

—Eso nada más, te quiero ver con una sonrisa, escucha solo piensa que estas saliendo con una amiga y nada más.

— ¿Así?

—Claro.

Lo mire fijamente y se puso incómodo.

Miro hacia abajo y realmente es una persona más que me ha decepcionado. Creí que, era una persona diferente, pero resulta que era como todas las personas que trabajan para él, no se diferencia. Quiere dinero.

Una parte de mí, quiere decirle que no quiero estar más aquí...

Pero otro parte dice que lo respete, que es mi productor, que está aquí para ayudarte a madurar y aprender.

Quizás lo que estaba recibiendo sea bueno... me esté preparando para el nuevo mundo que acepte cuando firme el contrato sin darme cuenta de absolutamente nada.

—Y acerca de lo que has visto de Larry...

— ¿Si?

—Él es un hombre enfermo.

Me quede en silencio, mirándolo fijamente. John noto que estaba enojado y se relamió los labios con nerviosismo.

—No es ese hombre divertido al que conociste...

No quise decir nada.

— ¿Lo entiendes?

—Si.

—No, no lo entiendes a lo que quiero llegar es que... no te enojes con él, porque va a seguir teniendo esos malos hábitos.

—Entiendo.

—Bueno, me alegra.

Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

Me levanté para darle a entender que me iba a retirar en cuanto sentí una mano en el hombro de John para consolarme.

—Escucha, lo siento si te he hecho sentir mal, pero es que necesito que vayas tomando conciencia en tu nuevo trabajo, porque todos aquí estamos por una razón y una de tus razones es obedecer a los que tienen tu poder.

Asentí mientras sentí mi corazón latir fuerte y un escalofrió en mi espalda.

—Tienes que empezar a ver la vida de otra manera, a madurar, siento que todavía no estas lo suficiente maduro para empezar a ver estas cosas que son importantes para ti y tu carrera, pero, en fin, mi trabajador, va a seguir conservando su empleo y tú vas a empezar a cambiar, quizás hable con él y le diga que la próxima vez no sea tan brusco...

No podía creer que me había equivocado yo.

No podía creer lo que estaba escuchando.

—En cuanto a lo de Serena... bien esta todo finalizado, te veré cuando tengas que salir con ella...

Asentí, abrí la puerta y me fui caminando rápidamente de su despacho.

Mire el helado de chocolate que estaba en mi mano, mientras esperaba a que le sirvieran otro helado a Serena.

Ella estaba esperándolo con las manos en el mostrador y una leve sonrisa.

Llevaba unos jeans ajustados a su cuerpo, con unos zapatos muy altos, una campera corta amarilla y unos lentes negros.

Los fotógrafos nos estaban tomando fotos desde afuera y me sentía incómodo. Recordaba cuando fui con Cheryl a la heladería que más odiaba en Houston a tomar un helado y realmente me sentía bien estando con ella porque ella hacia que la situación sea buena.

No había ninguna cámara... No era nada fingido.

Era todo real.

Sentía millones de sensaciones porque estaba con una chica que me gustaba y estaba alerta a todo.

— ¿Te vas a comer el helado o...?

—Te estoy esperando...

—No, es necesario.

—Pero...

—Come, se va a derretir.

Negó con la cabeza y siguió mirando a la chica que servía helado que estaba muy concentrada en su trabajo.

Serena tampoco tenía ganas de estar conmigo hoy, pero ella ciegamente obedecía sus órdenes y además ya estaba acostumbrada, porque cuando yo la veía en las revistas y creía que tenía una vida maravillosa, estaba siendo gobernada por sus productores.

Me alejé de ella y me dispuse a mirar hacia una ventana de la heladería, que se encontraban esas personas irritantes sacando fotos.

Saque mis lentes negros, del bolsillo y me los coloque en la cara.

Tome un poco de helado de chocolate y comencé a comer, ya que Serena no quería que la espere, quería que comenzara a comer mi helado.

Mi madre me mandó un mensaje de texto que tenía que hablar conmigo... de seguro era acerca de mi padre, quien también quería hablar conmigo.

Hace días había ocurrido el hecho y no tengo ganas de hablar con nadie sobre eso y ni siquiera tengo ganas de ver a mis padres.

Cuando tome la segunda cucharada de helado de chocolate, me doy cuenta que me empezó a doler el estómago.

Negué con la cabeza y me senté con el helado en la mano. Serena estaba charlando con la heladera, y le entrego el helado.

Luego me busco con la mirada, y vino hacia mí.

— ¿No me esperas para comer?

La mire con una ceja levantada.

—Tú me dijiste que, tenía que comerlo...

—Bueno a lo mejor, pensé que no lo harías.

Me quedé mirándola con confusión y luego negué con la cabeza. Aunque la presión en el medio del estómago, se estaba haciendo insoportable, ya estaba aquí... tenía que comer, además estábamos siendo observados.

— ¿Sales solo, o qué?

— ¿Disculpa?

—Que estoy cansada de tu comportamiento.

— ¿Cuál es mi comportamiento?

—Ese antisociable que tienes...

¿Esta mujer realmente estaba loca? Si lo estaba. Se ve que ayer no había sido un buen día y ahora como no tenía ganas de verme el rostro, empezaba a descargar conmigo, pero yo tampoco tenía ganas de verla y de estar aquí.

—Ya deja de hablarme de esa manera.

—Es que me tienes cansada, Yannick.

—Y tú a mí.

Ella abrió los ojos como plato y note que no había probado y ni un solo bocado de su helado de frutos del bosque.

— ¿Entonces porque estás aquí?

—Porque no comes y ya.

—No quiero.

La mire seriamente y ella tenía el rostro alterado.

— ¿Por qué estás aquí?

Me volvió a preguntar mientras dejaba su helado apoyado en la mesa, y me observaba fijamente.

—Dime tú porque estás aquí... —Le dije mientras probaba otro bocado de helado de chocolate.

Ella se quedó callada.

—Tus productores... ¿No?

—Y los tuyos también...

—Ustedes iniciaron todo esto.

—Es por tu bien también... deberías estar agradecido.

—Pues ya ves que no.

—Uy que malo.

La mira automáticamente porque sabía que estaba tomando el tiempo y a mis estas cosas, me tienen realmente cansado.

Me acerqué a su rostro como si fuera a darle un beso, pero en lugar de eso le dije:

—Vete a la mierda.

Luego me alejé y sonreí.

Ella se quedó mirándome como si la hubiera desafiado, se paró de la mesa, tomo su helado y me lo tiro en la cabeza.

Sentí un escalofrió y algo realmente frio.

— ¡Que mierda haces!

Me levante del asiento y me mirada choco con las servilletas de la mesa, para poder comenzar a limpiarme la cabeza.

—Eso te pasa por hacerte el lindo conmigo...

—Ya.

—No quiero, me has hecho enojar.

Tomo su cartera y sus cosas bruscamente mientras mordía su labio inferior conteniendo de hacer algo más.

—Lindo día, Yannick.

Y se fue de la heladería, dejándome boca abierta mientras me limpiaba el helado de mi cabeza y tenía que escuchar las idioteces que decían los fotógrafos mientras tomaban fotografías de esta situación tan avergonzante.

— ¿Se encuentra bien? —Dijo la heladera.

—Si.

— ¿Seguro?

—Sí, ya está, pero gracias.

Luego de limpiarme más o menos el cabello, salí de la heladería y me encontré con millones de cámaras y flashes.

¿Te has peleado con Serena?

¿Han terminado su pequeña relación?

¿Qué paso?

¿La has maltratado?

¿Esto significa, fin?

Y más preguntas estúpidas.

Antes de llegar a mi auto, sin responder a ninguna pregunta y siempre mirando hacia abajo, les hice un "fuck you".

— ¿Por qué ya no dejan de preguntar idioteces?

Grite y me arrepentimiento llego a todo mi cuerpo haciéndome sentir una mierda por arruinar todo.

Ahora nuestros productores, nos mataran.

Y me subí al auto para irme de allí.

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