Capítulo 32

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Capítulo 32



Llegue al hotel, donde me estaba esperando mi madre de brazos cruzados y con el ceño fruncido... quise ignorarla, porque necesitaba irme al baño a duchar y tirarme a la cama a pensar que podría hacerme John ante la situación que había pasado. Serena estaba de muy mal humor y violenta, no toda la culpa la tenía.

Cuando quise continuar mi madre me tomo del brazo.

¿Qué quieres? Pensé.

No estaba de humor para hablar sobre mi padre y sobre todas esas cosas de las que ella tenía ganas de hablar.

Negué con la cabeza, pero no tenía actitud para maltratar a mi propia madre así que dejé que me tomara del brazo.

—Necesitamos hablar.

—No tengo ganas.

— ¿Por qué?

—No quiero hablar sobre mi padre.

—Tenemos que resolver esto cuanto antes, viene tu hermana.

Cierto, me había olvidado de Melody.

En este momento, quería discutir con mi madre la llegada de mi hermana porque causaría problemas.

— ¿Por qué?

—No quiero que ella vea este desastre...

—Este desastre que tú provocas.

Ella me miro tristemente y con preocupación cuando le dije eso. Pero luego sus ojos se desviaron y levanto una ceja cuando vio mi cabeza y mi cabello pegoteados y con restos de helado de la caprichosa estrella mundialmente famosa de Serena.

— ¿Qué te ha pasado en el pelo?

—Nada importante.

—Escúchame, hijo.

—No quiero escucharte...

—Al menos necesito que te plantees considerar que tu padre pueda verte...

—No quiero hablar en estos momentos.

Forcé mi brazo para que me soltara.

Comencé a caminar rápidamente para perder su vista, pero cuando quise avanzar me choqué con alguien que automáticamente sostuvo mis brazos.

—Yannick.

Mi padre otra vez estaba en frente de mí.

— ¿Qué haces tú aquí?

—Tu madre me dijo que podía hablar contigo.

—Mi madre está loca.

—No, Yannick.

— ¡Suéltame!

Vi su rostro que era parecido al mío cuando estaba angustiado y comenzó a venirme un poco de nauseas, y furia.

— ¡Déjame! —Le grité en su cara y comencé a moverme rápidamente en sus brazos para poder zafarme de ir y no verlo nunca más.

—Tranquilízate...

Sentí por última vez hasta que me soltó y comencé a correr rápidamente.

Mis pies me dolían y no miraba hacia atrás.

— ¡Yannick!

Y era la voz de mi madre.

Quería estar solo...

Nada más que solo.

Llegué a mi habitación, puse traba, comencé a tocarme el pelo pegoteado para desenredármelo, pero lo único que conseguía era enredarlo, peor y tirármelo cual me dolía un montón.

Me sentía mal.

Me sentía solo.

Comencé a temblar y me saqué la ropa, para abrir la canilla de agua helada y comenzar a limpiarme la cabeza.

Odiaba a mi madre.

Odiaba a Serena.

Odiaba a mi padre, principalmente.

Porque nunca tuvo el valor de buscarme y ahora cuando ya se todo de la vida, viene a confundirme y a mostrarme quien es en verdad.

No me acompaño en la escuela, no me acompaño en el jardín de infante, ni siquiera me acompaño cuando me estaba cortando por primera vez.

Nadie lo hizo.

Todo lo hice por mi cuenta.

Hasta luchar con olvidar a Cheryl que me ha dejado solo en la vida, ahora podría estar ella a mi lado siendo actriz y yo mirando su cabello color verde.

El agua estaba helada que me abrace a mí mismo, pero no pensaba abrir el agua caliente, porque el frio me relajaba y me hacía pasar las iras.

Llore bajo la lluvia... mientras el resto del helado desaparecía.

—Salieron en los periódicos.

Dijo Larry mirando a John.

—La pelea... ¿Todo?

—Si.

Yo estaba viendo como mis dos productores se hablaban con rostros preocupados acerca de lo que había pasado con Serena.

Vibro mi celular y encontré un mensaje de Melody:

¡Viajando!

Suspire y no le conteste.

— ¿Qué se supone que vamos a hacer?

Pregunto Larry mirando con preocupación a John que estaba con la mano en su mandíbula para contener la rabia.

—Tú, jovencito.

Me señalo con violencia.

Me quede quieto, mirándola fijamente.

— ¿Qué?

— ¿Qué has hecho?

—Nada.

—No me hablas de esa forma.

— ¿Cómo?

Un silencio recorrió la habitación. Larry estaba cruzado de brazos, mirándome y no hacía nada para defenderme.

—Estoy cansado que no me obedezcas.

—No he hecho nada...

— ¡Si, lo has hecho!

John grito tan fuerte que se le marcaron las venas de su cuello y su rostro se puso colorado como el color de la sangre.

—Ella estaba de mal humor... me tiro el helado encima.

Explique en mi defensa, porque ella había estado imposible ese día y sabía que los paparazzi habían estado todo el tiempo.

— ¿Tanto te cuesta estar con una chica?

Pregunto John.

—No, es eso... quería tener novia por mi cuenta, no que me la eligieran...

Larry levanto una ceja y luego negó con la cabeza.

—Encima que hicimos todo esto por ti...

Siempre refregándome en la cara, todo lo que habían hecho por mí. Está bien, ellos ganan me grabaron el disco, pero ya hice demasiadas cosas para beneficiarlos y estoy cansado de oír que ellos hicieron el gran esfuerzo por mí.

Pensé que ellos me consideraban talentoso y por eso querían que grabara un disco, no que lo harían por algo y ahora estaban arrepintiéndose.

— Están arrepentidos, ¿no?

Larry dio un paso al frente.

—Yo no.

—Es que siento que... todo el tiempo me están recriminando que ustedes me dieron el sello y grabe el disco... estoy muy agradecido, pero, ¿Qué quieren que haga?

Larry negó con la cabeza y luego me miro con una leve sonrisa.

—Nunca me arrepentiría de haberte dado el sello.

John lo miro y levanto una ceja.

—Quiero que estés con Serena de la manera correcta...

—He tenido buenas intenciones, hablen con ella.

Todos se quedaron en silencio y a mi comenzó a taladrarme la cabeza.

Ya no quería escucharlos.

Ni verlos tampoco.

— ¿Serena te ha peleado? —Larry pregunto.

—Exactamente.

John levanto una ceja y luego negó con la cabeza.

—Sí, sigues con esta postura, yo retirare mi presupuesto para que saques tu segundo álbum debut...

Lo dijo tan rápido que abrí los ojos como platos y Larry enseguida lo miro con la boca abierta.

— ¿No lo harías? —Larry pregunto.

— ¿Te crees que estoy haciendo una broma?

—No.

— ¿Entonces?

Me levante del asiento y lo mire seriamente a John.

—Haz lo que quieras, querido John, lo único que voy a decirte es que si Serena no pone de su voluntad también yo no puedo hacer nada... y no puedo obligar a alguien a que haga cosas que no quiere, y tampoco yo quiero que me estés amenazando todo el tiempo, por tus idioteces... por tus obligaciones, de querer que personas hagan lo que quieras tú.

Se quedó en silencio.

Luego sonrió sarcásticamente y miro hacia abajo para no chocar la mirada conmigo.

Primero defender a ese guarda espaldas.

Y ahora ¿Esto?

—Lo siento, pero tu plan no está saliendo como quieres...

Larry me observaba impresionado.

—Adiós.

Salí de la habitación sin mirar atrás. Todo este asunto de ser el novio falso de Serena, me tenía realmente mal...

También el asunto acerca de mi padre verdadero y que venga Melody no eran noticias buenas para mí.

Necesitaba una terapeuta.

O necesitaba componer nueva música.

Mejor, iba a escribir un poco de canciones. Me haría bien. Como en los viejos tiempos, cuando regresaba de la escuela, deprimido por tantas burlas, mi única escapatoria era encerrarme en mi habitación y escribir y escribir.

Abrí la puerta y me encontré con una chica sentada en la cama.

¿Brianna?

Cerré la puerta rápidamente y luego la miré con la ceja levantada.

— ¿Qué haces aquí?

—Pensé que sería bienvenida.

Ella tenía una pollera negra, corta hasta las rodillas con una remera de letras blancas que no alcance a visualizar que decía.

—Tienes que avisarme cuando vienes.

Brianna se levantó de la cama, me acorralo y me dio un beso corto y suave en los labios. La bese con los ojos abiertos y choque contra la puerta por querer alejarme pero el beso ya me lo había dado...

Estaba diferente...

— ¿No querías besarme?

—No... lo que sucede es que...

—Shhh, Yannick.

— ¿Qué?

—Necesitas una chica que te quiera como yo... Serena va a lastimarte.

Oh no, ella estaba leyendo los periódicos.

De seguro ya habían saltado todos los datos de la pelea con la famosa estrella en la heladería. No me ha mandado mensajes de textos para explicarme que estuvo mal... y yo no le he mandado porque mierda se había enojado conmigo.

— ¿O no?

Serena no es nada mío, tenía ganas de contarle.

—No estoy de humor, Brianna.

— ¿Por qué?

—No es por Serena.

— ¿Y entonces?

Me quede callado sin saber que decirle y ella se separó de mi para otra vez tirarse a la enorme cama, acolchonada que ofrecía al hotel.

— ¿Cómo te has enterado que estoy aquí?

—Eso no se dice.

—Ya basta de misterios.

— ¿Qué misterios...?

Suspiré, y fui al baño porque necesitaba mojarme el rostro y sacarme de la vista el rostro de la chica.

Me había peleado con mis productores...

Con Serena.

Con mi madre.

Con mi padre.

Faltaba Melody y listo.

Mi hermana, aquí, sería un grave problema. No tenía el tiempo necesario de hablar con ella y sé que se va a enojar por la actitud que voy a tener.

Negué con la cabeza y dejé el tema aparte.

Mi fan estaba en mi cuarto del hotel y no sabía cómo había averiguado los datos. Caminé lentamente hacia la puerta y vi como ella estaba con su celular, respondiendo mensajes con el rostro sonriente.

Era joven.

Era bonita.

¿Pero de verdad era de esa forma u ocultaba secretos?

Me encamine hacia ella y note que enseguida saco de vista en la pantalla del artefacto y guardo el celular rápidamente.

— ¿Y bien?

Pregunte y me cruce de brazos, evaluándola.

— ¿Qué?

— ¿Cómo supiste donde estaba?

— ¿Desconfías de mí?

Si, era la respuesta.

Pero no voy a ser tan imbécil de decirle por respuesta eso.

—No te conozco.

—Si me conoces.

—No lo suficiente para apostar por ti...

—Bueno.

Se paró de la cama y se fue a la ventana y se quedó mirándola. La observaba porque no sabía que hacia aquí.

Cuando no estaba aquí... la extrañaba y cuando estaba, le tenía miedo.

¿Qué es lo que me sucede?

—El otro día... te vi con tus fans...

Recordé cuando mi guarda espaldas me apretó el brazo y un escalofrió se apodero de mi cuerpo... realmente era un día para no olvidar.

—Realmente fuiste muy bueno con ellos.

—Siempre soy de ese modo.

—Casi ningún famoso como tú, es de esa manera...

Me quede en silencio y recordé como era Serena con sus fans y no lo puedo creer que haya gente todavía que piense de esa manera.

—Muchas gracias.

Me quede observándola por un momento. Ella tenía una leve sonrisa y sus ojos celestes brillaban... su piel blanca se veía suave.

Alguien abrió la puerta y me encuentro que es mi amigo Jayden.

Automáticamente dirigí la vista hacia Brianna. 

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