Capítulo 33

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Capítulo 33



"Y seguiré tu alma hasta que cierres los ojos

No necesitas esconderte

Te seguiré hasta que todo termine...

La vida es demasiada corta

Pero necesito tu corazón

Porque estoy necesitado de amor

Necesitado hasta los huesos

Quiero que pienses que soy tuyo...

Que soy tuyo...

Canción: Tuyo."



Jayden levanto una ceja y creo que se dio cuenta que estaba con una chica a la que nunca se la había presentado y no la quería presentar por motivos privados, por motivos que eran importantes.

Mi corazón latió fuerte porque era una situación bastante difícil de controlar y era la primera vez que tenía que saber controlar este tipo de situaciones.

Nunca nadie me había hallado dentro de una habitación con una chica. Sabía que no había pasado nada, pero las personas siempre se van a pensar al otro lado.

—Oh perdón. Perdón por interrumpir.

—No, espera.

Mi garganta estaba seca.

Jayden me miro confundido.

—No, estábamos haciendo nada... no interrumpes nada.

Un silencio recorrió la habitación.

— ¿Pero iban?

—No, no ella...

Brianna sonrió levemente y comenzó a dirigirnos hacia nosotros, lo cual me hizo ponerme más nervioso de lo que estaba.

—Soy Brianna... una admiradora de Yannick.

Me quede helado al oír sus sinceras palabras. Esperaba que digiera que era mi amiga o alguna conocida de antes... pero ¿admiradora?

Al principio Jayden estaba sonriendo, pero cuando oyó la palabra "Admiradora" se quedó tan tenso que no supo que decir.

—Tu eres el guitarrista, ¿no?

—Si.

— ¡Entonces es verdad lo que dicen!

Estaba tratando de hacer contacto visual con Brianna para que se callara y dejara de embarrar y arruinar las cosas.

—Brianna... —Digo para que se dé cuenta que se tiene que callar.

— ¿Son amigos desde hace mucho tiempo? ¿Puedo sacarme una foto contigo? Es que eres el guitarrista de Yannick y...

Jayden dirigí la vista hacia a mí.

—Deberíamos llamar a seguridad.

—No.

Y ahora mi mente se queda en blanco, realmente.

— ¿Qué estás diciendo?

—Lo que sucede es que...

—Yannick y yo nos hicimos amigos.

Interrumpe Brianna nuestra conversación. Mi mejor amigo levanta una ceja, mira a la joven que está mirándolo con nerviosismo y luego me mira a mí.

—De esa clase de amigos que no se ven en público.

Y cada vez que la escucho, tengo ganas de desaparecer.

—Bueno, será mejor entonces que me vaya.

—No antes que tengamos una charla —Le sugiero.

Jayden comenzó a caminar lentamente hacia la puerta donde había venido.

—Quédate aquí.

Le digo a mi admiradora que asiente con su cabeza y se va a sentar en la cama. Sigo a Jayden y salimos de la habitación.

—Es una fan.

—Lo sé.

— ¿Entonces qué haces con ella?

—No lo sé... ¿Recuerdas que te conté sobre ella?

Me mira confundido.

—Sí, pero no es que sea el malo de la película, de hecho la chica me agrado, pero es una fan y nos han hablado los riesgos que corremos cuando estamos con una persona de esa manera.

—Me he involucrado con ella, sí.

Jayden asiente con la cabeza lentamente.

— ¿Te has acostado?

—No.

—En serio.

—Es la verdad.

Jayden asiente. No sé qué decir, estoy tan avergonzado de mí mismo, que siento como las mejillas me queman el rostro.

Nos hablaron tantas veces de los riesgos que corríamos si nos involucrábamos con una fan...

Tantos que no me daban ganas de recordarlos.

—No digas nada.

—Si bueno, pero ¿No la vas a ver más?

—Supongo.

—Estas en un problema.

—Quizás.

—Recuerda las cosas que hemos hablado con tus productores, recuerda que ellos tienen experiencia y lo saben mejor que tú.

Pego media vuelta y se fue caminando hacia adelante. El solo quería aconsejarme, el solo quería hacerme ver la realidad porque era mi amigo.

No quería entrar a la habitación.

Estaba Brianna y tenía mi mente en otra parte, pero tengo que hablar con ella y decirle que las cosas no funcionan de esta manera.

Soy famoso y no puedo darme el lujo de estar con una fan, es muy peligroso, todos los riesgos que estoy asumiendo.

Entro y ella está en la cama con una bolsa en la mano. Me sonríe cuando me ve entrar y yo le devuelvo la sonrisa.

—He traído bebida fuerte y comida.

—Brianna.

— ¿Tuviste problemas?

—Tendrías que ser muy idiota para no notarlo.

Ella dejo la bolsa en la cama y me miro con el rostro un poco confundido y triste. Sabía que, siendo fan, le restaba mucho poder estar cerca de mí, eso lo sabía bien en su cabeza.

—Lo siento.

—Ya...Ser fan no es nada malo, ¿no?

—No lo es.

Ella se quedó mirándome fijamente.

—Pero supongo que para la gente que trabaja contigo, lo es— Ella asintió.

—Tranquila.

—Bueno, prometo que estas la última noche.

— ¿La última noche?

—Claro... que vengo a visitarte.

No podía dejarla aquí. Mis productores andaban por el hotel, caminando, incluso la gente que trabaja conmigo, no eran vacaciones.

Brianna estaba como en una visión egoísta. Había venido mi amigo, nos había descubierto y ni eso le bastaba para hacerla entrar en razón.

—Pero es peligroso que estés aquí.

— ¿Peligroso?

Largo una carcajada y me di cuenta que se le formaron dos hoyuelos al sonreír. Era bonita y eso me llevaba una contra muy grande, me seducía y quería que se quedara a mi lado.

—No, es una película de terror.

—No, pero me temo que... te pueden echar si te ven.

—Cierra la puerta.

— ¿Es una orden?

Cuando le pregunte esa pregunta, sus mejillas se enrojecieron, y se levantó de la cama para cerrar la cerradura.

Comencé a temblar, me estaba dominando una fan, que le abrí las puertas de una amistad que pienso que nunca debió existir.

—Ya está.

—Brianna.

Ella me tomo de la mano y un escalofrió apareció en mi cuerpo. ¿Qué me pasa? La última vez que me sentí de esa forma fue cuando me re encontré con Cheryl, después de habernos peleado por un tiempo y re encontrarme con ella en esa discoteca me hizo muy mal.

Perdí la cabeza.

Ahora me estaba pasando lo mismo.

Estoy haciendo muy mal de encerrarme con una chica que apenas conozco y que encima es una admiradora de mi música.

—No digas nada.

—Pero...

—Deja que me quede.

Unos minutos en silencio mientras sentía su mano caliente unida a la mía y mis mejillas quemar.

—Comemos un poco y charlamos... luego me voy.

Buena idea.

Era una alternativa que se me había pasado por la cabeza pero que no podía lograrla ponerla en palabras.

—Me parece bien.

—Gracias.

Nos sentamos en la cama y para no estar completamente solos, encendí la televisión mientras ella sacaba la comida que había traído.

Las bebidas eran fuertes.

Vodka.

Y cerveza.

Una mezcla buena.

— ¿Te gusta?

—Si.

— ¿Estás enojado?

—No.

— ¿Estas nervioso?

—No.

Mentí.

Realmente estaba nervioso por toda la situación y porque ella me gustaba, pero no iba a decírselo. No iba a hacerlo, no iba a poner la situación más difícil de lo que estaba.

— ¿Estas preocupado?

—Ya deja de hacer tantas preguntas.

Ella me observo con los ojos abiertos y luego comenzó a reírse como si le hubiera contado un chiste. Me quede mirándola sin reírme.

— ¿Qué ha sucedido?

—Te has enojado.

Siguió riéndose.

¿Le daba risa que me haya enojado? Era rara pero me gustaba.

—Nunca te he visto enojado.

— ¿No?

—Siempre te mostraste el chico dulce, sabes, en las cámaras.

"Te mostraste". Yo era un estúpido, depresivo, que le costaba mantenerse en pie en todo lo que hago en la vida.

No soy un líder.

Ni tampoco nací para tener fama.

No soy como esas estrellas que nacen para ser líderes, que sonríen y se enfrentan al público de una manera descomunal, realmente, no soy ese tipo. Encima miento.

Les miento inconscientemente a todas las personas, todos los días, a toda hora y eso me mata de a poco.

—Pues me enojo seguido.

—No pareces.

— ¿Te parezco una persona dulce?

—Si.

— ¿Te parezco una persona saludable?

—Pues sí.

Negué con la cabeza y ella me entrego el plato de la comida que había comprado, luego saco dos vasos y los empezó a cargar.

—Pues es todo creado por tu mente.

— ¿Si?

—Ninguna persona puede ser dulce todo el tiempo.

—Pero si en algún momento.

Me quede en silencio para dar mi siguiente respuesta.

—Tal vez.

Ella sonrió ante mi respuesta y luego comenzó a comer en silencio. Lo único que sentía ahora era la voz de la señora de la televisión, presentando el pronóstico de hoy, que por cierto fue un día donde no se mostró el frio excesivo ni tampoco el calor.

—No soy bueno como parezco.

Di mi advertencia. Ella sonrió levemente pero no respondió. Nadie creía cuando les decía esa verdad que estaba en mi cuerpo.

Todos me veían callado.

Todos me veían débil.

Entonces creían que no podía ni matar a una mosca por ser de esa forma frente a las personas, pero no es de ese modo.

Ojalá pudiera ser la persona más buena del mundo, pero no lo soy y tengo mucho que corregir demasiado.

—Sigo creyendo que soy afortunada.

Empiezo a comer el pedazo de pollo con la ensalada.

— ¿Por qué?

—Porque estoy aquí con Blackrose.

— ¿Y?

—Muchas lo quieren.

—Puede ser.

—No, puede ser, no es real...

Estoy cansado de personas como ella idolatre o simbolicen a personas que son como ellas, pero nada más que puede que más personas me conozcan y no ser el chico desconocido que era antes.

Hago música.

No dirijo un país.

Canto idioteces que surgen en mi cabeza, no opero cuerpos humanos. Eso sí que realmente es importante, pero nadie se pone a analizarlo.

¿Es tan difícil? No es difícil... difícil es pensar para las personas.

—Soy un ser humano.

—Famoso.

La miro fijamente y ella sonríe.

— ¿Por qué la fama es lo único que le importa a la gente?

—A mí no.

—Pareciera.

—No, no.

—Aunque tenga fama...

—Y unos temas muy buenos.

Ella me interrumpe y esta vez soy yo quien largo una carcajada, pero luego trato de continuar con mi discurso.

—No me hace ser un extraterrestre... ¿Lo entiendes?

—Ya.

Bebo el vodka que compro y siento como la garganta quema. A diferencia de los otros famosos que hacen "sus fiestas" extremadamente divertidas, descontroladas, y fatales, nunca me he descontrolado tanto para caerme y perder el conocimiento.

Pero solo soy un humano.

— ¿Y qué pasa con Serena?

Estoy perdiendo el apetito. La comida con Brianna se hace muy difícil.

—Nada.

— ¿Estas saliendo?

—Hemos tenido un choque.

— ¿Pero lo estaban...?

No.

Todo es un maravillo invento de las personas que quieren que te vayas ahora mismo del hotel. Esa era la respuesta perfecta, pero como todo lo perfecto no puede salir a la realidad, entonces decidí guardarla en mi cuerpo, aunque estuviera quemándome y queriendo salir.

—Si.

—Que increíble.

No digo nada. No me apetece seguir mintiendo.

— ¿Y porque se pelaron?

La miro con los ojos abiertos.

Realmente es una chica atrevida como todas las fans, sus ojos estaban brillosos y sus mejillas enrojecidas. Quiere saber más y más de mi vida.

— ¿No crees que es mucha información?

—Lo siento.

Se tapó la boca y negó con la cabeza y noto que se sirvió su tercer vaso de cerveza y echo vodka dentro de él.

—Que mezcla.

Ella sonríe y se ríe.

— ¿Quieres?

—No.

Tomé el control remoto y comencé a cambiar porque las noticias se estaban haciendo aburridas y cuando puse el canal musical estaba el rostro de Serena en la pantalla.

Maldición.

—Pero mira que tenemos —Dijo Brianna con una voz traviesa, me saco el control rápidamente y subió el volumen. Como era una canción para bailar, se paró y comenzó a bailar.

Mire la puerta con temor por si alguien se acercaba, pero no había nadie, además Brianna la había cerrado, la había asegurado para que nadie entrara y nos interrumpiera.

De solo escuchar la voz de Serena, me daba ganas de sacarla por completo.

Brianna me tiende la mano.

— ¿Bailas?

—No.

—Anda.

—No tengo ganas...

Me tomo del brazo y me hizo pararme. Tenía una sonrisa tan feliz que podría decir que era contagiosa, comenzó a bailar y me tomo de la mano.

Por un momento creí que volvería a la cama a sentarme, pero cuando vi los labios de mi admiradora moverse mientras cantaba la canción de Serena, comencé a moverme. 

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