x. no mercy ; part one

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acto  🩸  uno
F   I   N   A   L

– parte uno –
❪  sin piedad  ❫

Luego de duras semanas de entrenamiento y sacrificio, finalmente el torneo All Valley había llegado al Valle de San Fernando. Sean bienvenidos no solo a una competencia de karate, si no a una guerra de bandos y sentimientos muy intensos y probablemente destructores.

Es el fin de una época, que lo disfruten..

—Damas y caballeros, han esperado mucho tiempo, pero finalmente estamos aquí —inició el presentador del campeonato, haciendo que la gente empezará a gritar y alborotarse—. Dojos de todo el Valle han entrenado por un año para alcanzar la gloria, ¿quieren conocerlos? —El ruido del público fue suficiente respuesta a su innecesaria pregunta.

Inició de una vez por todas presentando a un dojo que, según él, no necesitaba presentación, pero sí una larga y aburrida, si le preguntaban a Phoenix, narración sobre sus logros. Se trataba de Miyagi-Do Karate, liderado por el dos veces campeón, Daniel LaRusso.

Ingresaron a través de un humo azul y la expectativa de todos, formando una fila en el lado izquierdo mientras recibían las ovaciones de todo el público, más que nada de los miembros restantes de la familia LaRusso que estaba en las tribunas. 

Cuando su turno terminó, el presentador continuó presentando a un dojo muy diferente, totalmente contrario a Miyagi-do. Cobra Kai, por supuesto.

—El siguiente dojo ganó el título del año pasado, pero ahora están bajo una nueva dirección. ¿Reinarán otra vez? —cuestionó, refiriéndose a Kreese y Silver—. Y el subcampeón del año pasado, puede que lleve un nuevo ki, pero una cosa es segura, Robby Keene y su equipo están listos para atacar. Aquí viene el campeón defensor, y con el nombre más genial para un dojo, ¡Cobra Kai!

Fue una buena entrada, un poco de humo rojo por el que cruzaron triunfalmente los senseis Kreese y Silver, guiando detrás de ellos a sus estudiantes, Robby Keene y Tory Nichols como la primera pareja, con Phoenix junto a Kenny en la segunda fila (había rechazado totalmente a Kyler como su compañero). Al formarse también en una fila alrededor de la colchoneta principal, Phoenix quedó en el centro de los estudiantes estrella, quienes más cerca estaban a los senseis. Todos gozaron de las aclamaciones y los aplausos.

Observaron la presentación de otros dojos hasta que llegó el último, el que había surgido de la nada en manos de Johnny Lawrence y resaltaba entre sus filas únicamente Miguel Díaz, el actual campeón. Aún así, recibieron algunos gritos y apoyo de la multitud presente. Se colocaron en el centro y terminaron las presentaciones.

—Al final, solo uno de estos dojos será coronado como Gran Campeón. Bienvenidos al 51° Torneo anual All Valley, sub 18. ¡Disfruten este torneo! —exclamó totalmente animado y efusivo—. Es hora del karate.

Antes de que las pruebas y enfrentamientos iniciarán, todos los dojos tuvieron un instante para coordinar, hablar y motivarse. Al igual que para calentar.

Mientras Silver y Kreese se apartaron a hablar en privado por unos minutos, Phoenix también se alejó un poco del grupo junto a Robby, necesitando un respiro. Llegaron a una esquina, manteniéndose hombro a hombro y observando a su alrededor. Phoe sentía gran emoción, un revoltijo en su estómago de nervios también.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó el castaño, notando que tenía una explosión de emociones internas.

—Jamás creí que estaría en un lugar así, viviendo lo que estamos viviendo. Una competencia de karate —expresó con total sinceridad, riendo por lo raro que sonaba decirlo en voz alta—. Hace unos meses no me lo hubiera creído.

¿Cómo podría? Era una chica de ballet, negada a la violencia y dedicada al arte delicado y elegante.

—A veces todo cambia demasiado rápido —comentó Robby, sonriéndole—. Pero, ¿estás bien con ello? ¿Todo tranquilo en lo posible?

—Oh, por supuesto —respondió sin dudar, ambos colocándose frente a frente—. ¿Por qué no lo estaría?

—Bueno, últimamente has estado muy ocupada y cansada.

Inmediatamente Phoenix entendió de que se trataba todo y se cruzó de brazos, ladeando la cabeza con una expresión leve de fastidio.

—¿Lo hablaremos de nuevo?

—Phoenix, no has dormido bien en días —le recordó preocupado, tomando su hombro con delicadeza—. Puede que todo esto haya sido, un poco, demasiado.

Y no estaba equivocado. Aunque Phoenix lo quisiera negar todas las veces posibles, realmente había sido complicado sobrellevar las últimas semanas.

Su padre había decidido que quería convertir a su hija en una campeona. Ya no estaba más en su camino Gabriel, como para ser un obstáculo, se había distraído con Robby y eso la hacía sentir más enérgica. Terry estaba seguro de que Phoenix podría soportar su duro entretenimiento de semanas, al fin y al cabo era su sangre.

Estuvo en lo correcto. La pelinegra pudo con entrenamientos intensivos por largas horas los siete días de la semana, pero por supuesto la desgastó. Robby nunca creyó que presenciaría cómo poco a poco un brillo tan asombroso como el de Nix empezaba a parpadear y perderse. Intentaba detenerlo, realmente lo intentaba, pero era más inflexible cuando se trataba de su papá y de probar algo, a él y a ella misma.

—Estoy bien, ¿sí? —insistió otra vez, siendo poco creíble por las ojeras bajo sus ojos, el peso que había perdido y lo débil que estaba su sonrisa.

—Nix... —susurró cuando ella se aproximó más, acariciando su mejilla y juntando sus frentes. El contacto físico era algo que la ojiverde amaba, y recién había notado con él—. Nix, no trates de distraerme.

—Si sigues insistiendo con esto, creeré que es porque me veo demacrada y horrible para ti —susurró, siendo que no había necesidad de hablar más fuerte por su cercanía—. Y eso no nos llevará a nada bueno, ¿verdad? —añadió al oírlo soltar una suave risa—. En serio, Keene, todo está bajo control. Puede que sí, el entrenamiento haya sido un poco cansado, pero es lo que yo deseé. Deseo pelear allí sabiendo que tengo las habilidades y el entrenamiento necesario. 

Y Robby ya no pudo decirle más, no cuando las caricias en su cabello lo relajaron tanto y observar sus ojos verdes le transmitió una paz inigualable. Mientras lo mirara a los ojos, Phoenix podría decirle cualquier cosa y él lo creería y aceptaría sin chistar.

Desde lo ocurrido aquella noche del baile de graduación, habían pasado el tiempo que fuera posible juntos, aprovechando algunos entrenamientos, pidiendo entrenamientos extras en los que solo se echaban sobre la colchoneta y conversaban, o teniendo algunas escapadas y salidas clandestinas. A pesar de que estaban realmente ocupados entrenando, muy agotados física y mentalmente, se habían dado tiempo para seguir explorando lo suyo. Era como si la propuesta ya hubiera sido hecha y ellos fueran una... Pareja. Aún así, para aquella proposición, Robby planeaba algo muy cursi y romántico de lo que él probablemente se burlaría en otros, pero para ellos consideraba perfecto.

Entonces los senseis de Cobra Kai llamaron a todos para un mensaje alentador. Dándole mayor atención a los jóvenes que estaban lejos, rompiendo su momento al gritarles nuevamente y ahora de forma directa.

Regresaron, tratando de actuar como si nada, con toda la normalidad del mundo, a pesar de que todos los miraran e hicieran ojitos. Si no estuvieran los senseis, los molestarían abiertamente.

—Ya tengo una foto más —comentó Tory en un susurro cuando llegó a su lado—. Una última y espero mi pago.

—No entiendo cómo lo haces —comentó en un susurro—. Un trato es un trato —añadió al segundo, estrechando su mano con disimulo.

El pequeño secretito de Tory luego se lo comentaría, por el momento dejaría que pensará que tenía poderes y no se trataba de Harry West tomando fotos desde las tribunas.

De inmediato las chicas volvieron a enfocarse de lleno en el discurso que el sensei Kreese había iniciado. Phoenix fingió prestarle toda su atención cuando notó que su padre le miraba directamente, y no era una mirada dulce.

—Todo su entrenamiento los trajo hasta este momento. Recuerden, si ganan, no solo recibirán un trofeo, alcanzarán la gloria y nunca olvidarán, por siempre, que son campeones —aseguró, siendo muy seguro y duro al hablar—. He tenido estudiantes con todo el talento del mundo que desaprovecharon su momento. No permitan que la historia se repita. Nunca dejen que sus emociones nublen su juicio, y sobre todo, no dejen que nada se interponga en su victoria —aconsejó lo último, mirando brevemente a su alumno estrella junto a Phoenix. Ambos jóvenes entendieron que lo decía por la forma en la que se habían acercado las últimas semanas.

—Para ser claros, eso no fue una charla motivacional, fue una orden. Y hoy todos seguiremos las órdenes del sensei Kreese, ¿cierto? —agregó Terry, repasando a todos sus alumnos con la mirada.

— Sí, sensei —respondieron fuerte y claro.

—¡¿Cierto?! —insistió, ahora enfocándose en su hija.

Phoenix sospechaba que su papá, a pesar de siempre haber deseado su felicidad ante todo, tenía deseos y expectativas igual de intensas con respecto a ella. No permitiría que lo dejará todo, que perdiera el rumbo, solo por una ilusión juvenil, o cualquier otra tonteria.

—¡Sí, sensei! —volvieron a exclamar, pero en esta ocasión se oyó más fuerte la voz de Phoenix.

—Entonces a ganar esto. ¡Vamos! —concluyó su participación, haciéndolos motivarse y animarse, empezando a exclamar cosas positivas entre ellos.

Los dos senseis de Cobra Kai dieron una reverencia entre ellos mientras sus chicos empezaron a imaginar y sentir la victoria.

Luego de unos momentos en los que todos los estudiantes calentaron por última vez, empezó el torneo con una de las nuevas propuestas que se habían instaurado.

—Damas y caballeros, empieza la competencia de habilidades. Primero, Demetri Alexopoulos, de Miyagi-Do Karate. 

Con él empezó toda la expectativa del público y el suspenso de cada equipo. Se exhibieron armas, se rompieron tablas y se presentaron Katas.

Phoenix distinguió chicos de todos los dojos haciendo un gran trabajo en representación de sus dojos. Le dio mucho apoyo a Kenny y otro de sus compañeros cuando dieron la cara por Cobra Kai.

A pesar de su buen desempeño, Miyagi-Do y Colmillo de Aguila resultaron en el primer y segundo lugar, respectivamente, mientras que Cobra Kai quedaba en el quinto.

En otra ronda de jóvenes, se presentó Samantha LaRusso y Eli Moskowitz para Miyagi-Do. Para Cobra Kai, Kyler y Tory en el rompimiento de tablas, Robby con una kata y Phoenix con la exhibición de armas.

Silver inició esa nueva ronda. Se posicionó en el centro con dos sables, uno en cada mano. Mientras los microsegundos pasaban, su corazón se aceleraba cada vez más. Aún así se obligó a concentrarse cuando miró a su padre. Reaccionó, entendió que no debía dejarse llevar por los nervios luego de todo el esfuerzo que ella y su padre habían puesto a todo el Torneo. Recordó su entrenamiento, la motivación de su sensei y se sintió lista.

Hizo una venia e inició su coreografía, como le había gustado llamarle. Era como bailar para ella, aprender movimientos, perfeccionarlos y no fallar en ningún detalle. Tuvo un increíble resultado.

Cada movimiento dado era seguro y feroz, al igual que el grito que se deslizaba por su garganta a la par. Cada vuelta era muy equilibrada, cada paso atrás y adelante mostraba una estabilidad sorprendente. Su manejo con los sables largos resultó un espectáculo asombroso, no chocaban con ninguna parte de su cuerpo y lograban verse increíbles al girar en el aire y las manos de Phoenix. Fue increíble desde un inicio hasta el final, para el cual, ella los lanzó, haciendo que dieran vueltas a una gran altura, extendiendo los brazos hacia arriba y dejando que cayeran en sus manos de forma perfecta, dio un último grito y oyó de inmediato los aplausos. Recordó sus presentaciones de ballet y sintió gran regocijo en su interior.

Al regresar con Cobra Kai, todos sus compañeros la esperaron con aplausos. Robby, más que cualquiera de ellos, listo para recibirla con un abrazo. Cuando llegó, se aproximaron lo suficiente como para que el susurro del castaño en su oido la hiciera sentirse aún más feliz:

—Lo hiciste increíble. Eres increíble.

Phoenix no pudo responder, pues se vieron obligados a apartarse para que todos pudieran felicitar a la pelinegra, principalmente su padre. Él la abrazó por los hombros y apartó un poco de los demás.

—Y es solo el inicio, little swan —comentó, haciendo que miraran al público efusivo—. Solo un poco de la gloria que estoy seguro alcanzarás. Estás muy cerca.

La abrazó sin darle opción de siquiera pensar en qué responder. Pero no tuvo quejas, no cuando su cuerpo involuntariamente recordó que estaba con su padre y eso le daba seguridad, era su lugar.

Trató de no pensar en nada más, ninguna otra circunstancia, nada que pudiera dañarlo. Evitó con fuerza recordar cada mal comentario, cada realidad que evadía, como lo que había sucedido unos días antes luego de recibir una notificación en su casa.

. . .

Hace dos semanas

—¿Qué es, Phoe? —preguntó Terry desde la cocina, pues preparaba algo para él y su hija de desayuno.

Por momentos sentía que estaba exigiéndole mucho y eso le causaba gran remordimiento. Así que cada vez que podía trataba de compensarlo, con regalos o acciones pequeñas como cocinar la comida del día que compartirían.

Cuando vio de reojo a su hija entrar, no fue tan agradable. La vio con una carta entre las manos, pero no una cualquiera, se trataba de una citación judicial.

—Es de parte de Gabriel —respondió en un susurro, asustada de que, si lo decía más fuerte, tal vez se haría real—. Te denunció por... Violencia física y... Psicológica. Menciona que... —pero su voz se entrecortaba, sus ojos se nublaban por las lágrimas.

Entonces Terry entendió todo. Phoenix sabía, sabía lo que había sucedido entre él y su ex-enamorado. La forma en la que lo había atacado.

Apagó las hornillas y fue apresuradamente hacia ella, rodeándola con sus brazos como si eso pudiera protegerla de la realidad. Oyó sus sollozos y fue el peor sonido que tuvo que soportar en toda su vida. Se odió por haberlo causado.

—Lo lamento, mi niña. Lo lamento demasiado. Perdóname, perdóname por favor.

Y esa mañana, Terry incluso se arrodilló ante su hija, ante su única y verdadera razón de vivir, su primera compañía eterna, su mundo, su todo. Pero tal vez los arrepentimientos llegaban muy tarde.

A Phoenix ya no le importaba, solo quería olvidarlo.

. . .

Terry besó la frente de su pequeña, que por el recuerdo que reproducía en su mente se había distraído, trayéndola nuevamente a la tierra. Ella no logró sonreírle de vuelta, pero le agradeció por sus palabras y el apoyo de ese día y todas las anteriores semanas. Regresó con los demás, rápido, instintivamente.

Todos se dedicaron a observar y juzgar el desempeño de los otros participantes, más cuando tenían un desempeño desastroso. Disfrutaron inmensamente cuando Halcón no llegó a romper una de las tablas y a un chico de Colmillo de Aguila se le escapó su instrumento. Mientras eso sucedía, Cobra Kai estaba recuperándose espléndidamente. Tory no decepcionó con las tablas y Kyler menos, rompiendo varios bloques de piedra por la mitad con la cabeza.

Para concluir, fue el turno de Robby y su kata. La cual había practicado mucho y con una gran entrenadora, Phoenix.

Antes de salir y presentarse ante todos, le robó a Nix un beso en la mejilla y una de sus verdaderas sonrisas, una que últimamente no lograba conseguir seguido, pero cada vez que podía admirar era de sus cosas favoritas.

La participación de Keene fue potente desde un inicio, luego de dar la venia no hubo nada que lo detuviera. Inició con un grito para luego dar una voltereta hacia atrás, cayendo de forma perfecta y recuperándose de inmediato para pararse en un pie. Había practicado mucho para ganar el equilibrio necesario, y eso había sido junto a Phoe, maestra en esas habilidades.

En un momento, se paró en una esquina de la colchoneta y se preparó un par de segundos. Phoenix esperó ansiosa y solo sonrió orgullosa cuando lo vio dar dos volteretas seguidas, cayendo con gracia al suelo como si no le hubiera costado nada. Recordó inevitablemente su primera salida, cuando fueron a practicar ballet y ella realizó vueltas parecidas.

Nix fue la primera en aplaudirle. Robby regresó al centro con una patada voladora. Entonces se posicionó y dio un puño hacia el frente, luego extendió los brazos a lado suyo y soltó un fuerte grito. Volvió a la posición inicial y dio una venia, recibiendo de inmediato el alboroto del público.

Keene regresó con el equipo y fue primero hacia Phoenix, abrazándola con fuerza y siendo correspondido. Keene la elevó un poco, haciendo que su emoción también subiera de nivel. Se sentían grandiosos. Al descender, sus miradas conectaron por un tiempo que consideraron insuficiente, pero se siguieron buscando aún cuando chicos y chicos se metieron, buscando felicitar a Robby por su increíble desenvolvimiento en el escenario.

En esa parte del campeonato, se tuvo un claro ganador. Muchos de los dojos con mayor puntaje habían fallado, y todas las participaciones de Cobra Kai habían sido impecables, lo que los posicionó en primer lugar.

La segunda parte del campeonato eran los partidos de clasificación en búsqueda de ocupar un cupo en las finales de las divisiones de chicos y chicas. Todos eran guiados por sus senseis y aplicaban métodos muy distintos.

Nix se sintió muy nerviosa con su primer enfrentamiento. Solo había peleado contra integrantes de su dojo, no sabía si podría hacerlo con desconocidos. ¿Y si los lastimaba? Aún cuando su padre le repetía una y otra que vez que debía atacar sin piedad, ella no era ese tipo de persona.

Pero tampoco quería ser del tipo sumiso, cobarde y temeroso. Debía sacar las garras de una vez por todas. Al final, lo hizo. Llegó a ser ruda con sus movimientos y consiguió acabar con su oponente en un 3-0. Sorprendió al dojo contrario, pues había salido de la nada entre muchos participantes reconocidos.  

En el proceso, por parte de Miyagi-Do, Samantha LaRusso, Eli Moskowitz y Demetri Alexopoulos avanzaron fácilmente a los cuartos de final, mientras que sus otros tres luchadores tuvieron mayores complicaciones al pelear contra Cobra Kai, y perdieron. En estos combates, los LaRusso notaron cómo sus enemigos conocían a la perfección sus tácticas de defensa, lo que los ayudaba a ganar con más facilidad.

Deducieron de inmediato quién les había enseñado. Veían en todos lados sus defensas y supieron muy bien a quién culpar: Robby Keene.

Cuando todas las duplas finalmente terminaron de enfrentarse, iniciaron las cuartos de final. Muchos dojos tenían pocos representantes. Por ejemplo, por el lado de Colmillo de Águila, solo habían avanzado Miguel Díaz y su nueva adquisición: Devon Lee. Pero del dojo de Cobra Kai salían cinco potenciales ganadores; Keene, Nichols, Park, Payne y Silver. 

—Muy bien, amigos. Hoy hemos visto grandes combates —retomó el conductor, siendo rodeado por los luchadores de cada dojo y sus senseis—. Pero aún no han visto nada. ¡Porque llegamos a los cuartos de final! Eso significa que las cosas se pondrán intensas. De las ocho chicos y las ocho chicas que están aquí, uno de cada grupo será nombrado campeón. Y luego, sumaremos todos los puntos para determinar cuál dojo gana el título del Gran Campeón, y como los puntos son mas altos en cada ronda, cualquier dojo puede ganar. Así que no pierdan de vista este tatami azul, ¡porque esto apenas está comenzando!

El primer combate se dio en la división masculina, con el enfrentamiento de Miguel Díaz de Colmillo de Águila y Post, proveniente de un dojo con un insecto en el logo, si Phoenix no observaba mal. El campeón actual lo venció sin muchas complicaciones.

Pasando al grupo de las chicas, el primer enfrentamiento fue el de Tory y Devon Lee. El primer punto fue ganado sospechosamente, ya que la integrante de Colmillo de Aguila había salido de los límites, arrinconada por Nichols, lo que debía significar la anulación de su punto, pero no se tomó en cuenta. Luego, aunque Devon le dio pelea, Nichols la venció con un 3 a 0, dejando sin posibilidades a su dojo de una campeona femenina.

Tory regresó con sus compañeros y sensei Silver, aterrizando en los brazos de Phoenix para un abrazo de celebración mientras los demás aplaudían.

—Increíble, Nichols —felicitó la ojiverde—. Es más agradable ver cuando derrotas a otros, y no a mí.

Mientras celebraban, Phoe pudo darse cuenta de que más allá, Daniel Larusso se había acercado a Robby y le hablaba. Por la expresión de ambos dedujo que no era nada agradable, por lo que se alejó un poco de sus compañeros y llamó a Robby para salvarlo de ese momento incómodo.

—¿Estás bien? —preguntó cuando lo vio llegar a ella, rozando sus dedos. Él asintió y Phoenix tuvo dudas—. Es desgastante que siempre traten de darte lecciones sobre cómo vivir, cuando no existe la forma correcta —intuyó qué decir, creyendo haber atinado al notar la reacción de Robby estando de acuerdo—. Como lo hagamos estará bien, a nuestra manera, mientras nos sintamos bien, ¿no...?

—Sí —respondió, sonriéndole con mayor sinceridad. Ambos regresaron con los demás, con la semifinalista Tory Nichols, a quien Robby también felicitó.

El siguiente enfrentamiento fue el de Alexopulos, de Miyagi-Do, contra Robson, de All Star Karate. Resultó vencedor el chico enseñado por LaRusso y se volvió otro semifinalista. Mientras Phoenix observaba esa pelea, se percató de como Kyler y otros chicos más habían ido a molestar a Eli Moskowitz.

—No quiero ser mala, pero si Moskowitz le gana, realmente será satisfactorio —comentó Phoenix, cruzada de brazos junto a Robby y Tory—. ¿Soy la única que lo cree así?

—Para nada —respondieron, riendo al unísono.

—Aún así, yo apuesto a que Kyler gana —opinó Robby, aún cuando estaba inseguro de eso—. Tiene buenos movimientos y Hawk, apenas se cree estar aquí. Sin confianza todo es el doble de complicado.

—Si lo quieres poner así, por 10 dólares, le voy a Hawk —propuso Phoenix con una sonrisa juguetona, colocándose frente a ellos—. ¿Apostamos, señores? —preguntó, extendiendo sus dos manos.

—Kyler. 15 dólares —accedió Nichols, estrechando su mano, al igual que Keene.

—Tendré 30 al terminar el día —alardeó Phoenix con seguridad.

Entonces inició el esperado combate.

—A continuación en los cuartos de final, se enfrentan Kyler Park, de Cobra Kai, y Eli Moskowitz, de Miyagi-Do.

Park subió a la colchoneta muy confiado, pero Moskowitz igual, con una actitud renovada. Phoenix supuso que fue por el beso que una chica le dió segundos antes. Ya estaba sintiendo el dinero en sus bolsillos.

En la primera ronda, Halcón fue el primero en atacar, haciendo que Kyler se defendiera muy bien, pero fallará al dejar su abdomen lo suficientemente desprotegido como para que le atinaran un golpe.

—Uh... —susurró Phoenix divertida, viendo a su compañero renegar por el punto perdido. Trató de disimular una sonrisa.

Luego de esa ronda, Park no tuvo ni posibilidad y perdió 3-0, a favor de Eli Moskowitz.

—Maldita sea —susurró Robby y Tory algo parecido. Sintieron la cruda derrota.

—Para la próxima... Campeón —consoló Phoenix cuando Park regresó con ellos, supuestamente apenada por él. Solo hizo que incrementará su enfado y refunfuñara con más ganas.

—Phoenix —llamó su padre, haciéndola sentir recriminada. Luego le hizo una seña para que se aproximará más a él—. Luego de este enfrentamiento masculino, te toca. ¿Estás preparada?

Y sintió como una sensación horrible recorrió su cuerpo y quiso salir por su boca de alguna forma. Pero se manejó, soltó un suspiro fuerte y asintió con seguridad.

—Ve a practicar.

Phoenix obedeció y volvió a colocarse la presión de las últimas semanas sobre ella. Le había servido, a pesar de todo, realmente había mejorado.

Antes sabía sobre karate por diversión y como un hobby extra, una tradición con su papá. Jamás creyó que se volvería algo tan fuerte para ella, no esperó convertirse en uno de esos chicos que centraban sus vidas en el karate. Pero ahora estaba muy cerca a convertirse por completo en uno de ellos.

Cuando llegó la hora, Phoenix tuvo que subir a la colchoneta para enfrentarse a Krupa, de Topanga Karate. Ambas habían llegado a los cuartos de final por un motivo: eran buenas en lo que hacían. Sin embargo, la oponente de Silver no tenía un padre como el suyo, no los mismos entrenamientos intensivos que ella.

Luego de hacer la venia correspondiente, oyendo los gritos del público, de su padre, de sus compañeros, de Tory, de Robby, Silver atacó primero. No le importó que su corazón estuviera acelerado y apresurado por huir de su cuerpo, o que su mente no pudiera hallar claridad, si no mas bien le repitiera todas las cosas malas que podían distraerla, pero al contrario, sorpresivamente la fortalecían.

Luego del golpe de Phoenix, Krupa intentó hacer algo parecido a ella, pasando una patada a la altura de su cabeza. No fue exitoso, pues Silver se agachó y reincorporó cuando aún tenía una pierna sobre sus hombros, aprovechando el desequilibrio de su oponente para lanzarla de espaldas contra la colchoneta y darle una patada en el pecho, marcando un punto.

Oír al arbitro decirlo, gritar que lo era, hizo que sintiera que todo era aún más irreal.

Para la segunda ronda, Phoenix trató de debilitar la parte baja de Krupa con una patada y la fue llevando hacia los límites de la colchoneta. Allí, pelearon de forma más cercana, manteniendo la tensión en cada segundo. Krupa optó por un puño en el rostro y Phoenix uno en el pecho, fue esta última quien consiguió el punto al evitar el golpe, haciendo la cabeza hacia un lado velozmente, pero sí llegando a encajar su golpe.

Solo faltaba un punto y eso aumentó la presión sobre Topanga Karate, lo que impulsó a su competidora a atacar con todo. Trató de golpear el rostro de Phoenix con dos puños que ella evitó utilizando las defensivas que Robby le había enseñado. "Encerar y pulir". Luego se cubrió de una patada con ambos brazos flexionados y cuando Krupa volvió a estirar su brazo para atacar, Phoenix ni siquiera le dio tiempo, atacó sus costillas con un golpe directo entre ellas, obstruyendo su respiración, entonces dio un giro en el aire para darle una patada en el rostro que la lanzó hacia atrás e hizo caer rendida en el suelo.

—¡Punto!

Phoenix había pasado a las semifinales. Estaba preparada para enfrentar a Samantha LaRusso, y acabar con ella. O eso creyó por la adrenalina del momento.




































































































































JEMIISA ©
Única versión: 11 - 08 - 2024

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