Capítulo 10

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

_ ¿Abuela te das cuenta que estas comiendo pizza con platos y cubiertos verdad?
_ Sí, es para que tú laves.
_ Dijiste que no me ibas a explotar más abuela, cumple tus promesas.
_ Y las cumplo, sino tendrías que ya lavar el baño, la cocina, la habitación, etc. Además no se te va a caer los brazos por lavar un plato.
_ Mm, está bien_ contesto.
_ Mira si alguien me mandó un mensaje, ya debe haber hombres que quieran estar conmigo.
_ oh, mira, hay una persona que te mandó un mensaje.
_ ¿Quién? _ dice desesperada. _ yo te dije, nadie se resiste a mí.
_ Se llama Susana, y es una mujer, dice que vive en tu misma ciudad, jajajaj, ¿tendré tres abuelas?
_ Válgame Dios, no digas esas pavadas, además si me habla es porque soy tan irresistible que hasta a las mujeres les parezco un partidazo. A mí por lo menos me mandan mensajes ¿a ti?
_ Mejor no contesto nada, y no te grito porque no hay la suficiente confianza.
_ Olvídalo, quiero que le amures  a esa tal Silvana.
_ Es Susana, y ¿amurar?
_ Eso que hacen, que ponen algo para que la otra persona no pueda seguir en contacto contigo.
_ Ahhh, bloquear.
_ Eso dije, hazlo; hazlo.
_ Ok, está bien.
_ Lava los platos querido.
_ Bueno _ digo rodeando los ojos mientras me quejo, y cuando termino lo del celular, voy a la cocina.
Cada vez más me daba cuenta que mi abuela, al parecer no jugaba con todos los jugadores, pero bueno, era mi familiar, y a veces era divertida. Aunque ya quisiera que encuentren a alguien en mi lugar.
_ Ya terminé abuela, ahora sí a dormir.
_ Oye fíjate, estaba queriendo descansar pero no puedo, ¿y si platicamos? Ahora que tengo compañía podemos hablar.
_ Abuela, si no te importa, yo sí quiero dormir.
_ No, si entiendo, ahora vas a rechazar nuestra conversación, pero cuando Dios me lleve, vas a sufrir tanto, que vas a pedir al cielo que mueras para estar conmigo, porque no vas a poder soportar mi ausencia_ dice dramáticamente.
_ Abuela, no es eso, si quiero hablar, pero más tarde, me levanté temprano y la verdad quiero descansar.
_ Está bien, pero después si esta siesta no me levanto, será tu culpa no haber conversado con una mujer tan noble como yo, adiós Luis Alfredo Macmilland.
Luego de 2 horas y media me levanto, mi abuela estaba roncando como esos tractores a la siesta. Voy al baño y cuando regreso me dice:
_ Pude dormir.
_ Me di cuenta.
_ ¿hice un poco de ruido roncando?
_ Un poco bastante, diría yo.
_ Ya te acostumbrarás. Ya debemos levantarnos que debo preparar el mate, fíjate si no tengo un mensaje de alguien del programa en tu teléfono, y verifica que sea de mi sexo opuesto.
_ Ay abuela, ¿otra vez?_  comento rodeando los ojos, pero soy interrumpido por mí mismo que digo:
Abuela, no lo puedo creer, tienes un mensaje de un hombre.
_ ¿Cómo qué no lo puedes creer? Yo en la secundaria hombre que miraba se caía de lo derretido que quedaba con el semejante bombón que era y sigo siendo por cierto. No pierdas tiempo y dime cómo se llama y qué me envió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro