Capítulo 11

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_ Se llama Dante Rosseti. Y el mensaje fue: Hola, querida dama, un gusto apreciar tu foto, sonreí al ver que estaba solo a 45 km de la cuidad de donde vivo, me encantaría que podamos conocernos en persona, platicar y conocernos mejor, sí me das el sí, yo mañana mismo soy capaz de ir al lugar que quieras para encontrarnos. Para tan bella dama, solo hace falta un verdadero caballero como yo, saludos.
_ Perfecto, que palabras tan desagradables pero bueno, peor es nada. Dile que mañana lo veo en mi casa, dirección Mitre 185, a las 10 hs, ya vamos a volver de la misa, también que lo espero con ansias, y mejor si trae regalos.
_ Abuela ¿segura? No puedes traer desconocidos así porque sí, es peligroso.
_ Que peligroso ni peligroso, todo está bajo control, es mi cita, mi casa. Haz lo que te digo ya y manda eso.
Me había molestado su comentario, desde que llegué, a pesar de su diversión, siempre era "ella, ella, ella", la verdad estaba cansado de que me tratara así, a veces creo que hasta me trata como a sus empleadas, y aunque no soy superior, yo soy su nieto, y lo único que me da son órdenes, y si la contradigo, se transforma en la reina del drama. Por eso envié el mensaje, y me senté en la mesa con mi celular, sin ni siquiera decir una palabra.
_ ¿Qué te pasa? No has dicho nada.
_ ¿Quieres que te diga la verdad?
_ Y sí, lógico.
_ Desde que llegué me tratas como un esclavo, todo es a tu modo, y ya me harté, trato de ser paciente contigo, pero me cuesta. No soy como las demás que te ayudan, soy tu nieto.
_ Ay quizás a veces soy intensa, pero entiendeme, me acostumbré a estar sola con muchachas que me ayuden. Si tuvieras que estar en mi lugar, sola, triste y alejada de la familia tal vez harías lo mismo que yo. Pero también acepto que quizás tengas razón, tú estarás unos días y eres mi nieto, está bien que me ayudes pero tampoco debo abusar. Por eso si te ofendí te pido una disculpa ¿aceptas?
_ Sí me lo dices así y propones cambiar aunque sea un poquito, claro que sí _ digo con una sonrisa.
_ Pues claro. Y que bueno que me perdonaste, sino ya te echaba de mi casa. No te asustes, solo es un chiste.
_ No te preocupes abuela, ya te estoy empezando a conocer en profundidad jaja.
_ Pero en serio, valora porque para que yo pida perdón, hace falta mucho sentimiento, y tú llegaste a eso. Ahora mejor dejemos de hablar pavadas, y vamos a la cocina,  a preparar el mate.
_ Como digas abuela jaja.
Y así nos fuimos, preparamos los mates y nos sentamos en la mesa situada en su comedor.
_ Ahora viene lo divertido, mientras tomamos mates, juguemos naipes por dinero.
_ Ufff, está bien abuela, pero no tengo dinero.
_ Eres un pobretón, igual no te preocupes, yo voy a usar mi dinero para ti y para mí, y obviamente aunque ganes, me devuelve completito el dinero.

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