Epifanía carmesí II

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La multitud corrió en estampida de vuelta al autobús, para luego arrancar y perderse camino abajo en la montaña. Zebro fue tomado como invisible por la multitud aterrada, este solo se encontraba concentrado en mantener una posición defensiva buscando al enemigo con la vista. Seaquat salió de la caseta de vigilancia para examinar el cadáver, pero también se encontraba alerta del peligro inminente.

-Pensé que jamás se irían –hablo una voz algo infantil

-¡Killua bocchama! –exclamo Zebro al divisar al niño.

-¡Amo Killua, corre peligro aquí debe volver a la mansión! –opino Seaquat

-Todavía está aquí –dijo el niño.

-¿Quién? –pregunto el moreno.

-Su asesino –comento el albino señalando el cadáver.

-Intenta que abandonen sus puestos para saltar la puerta de Hades –intervino Mary saltando desde el borde del gran muro.

-Buen argumento, al parecer no eres tan tonta –la pico Killua.

La niña de largos cabellos ignoro las palabras de su “amo” y dirigió su mirada a ambos vigilantes.

-Es muy hábil –murmuro Mary.

-Pero no lo suficiente –dijo Killua para luego correr a alta velocidad en dirección de una arboleda.

-¡Ese imprudente! ¡Lograra que nos maten! –exclamo Mary para correr tras Killua.

Cuando la pequeña dio alcance a su “amo”, una presencia envuelta en sed de sangre intento tomar a Killua por la espalda, pero este desapareció entre las sombras, la figura alta y delgada era bastante ágil, al perder al niño de vista fue tras Mary propinándole una patada que la impactó contra un árbol, haciéndola perder el balance de sus movimientos.

-Tú debes ser la hija de ese hombre, se parecen tanto… -murmuro una voz seseante proveniente de la figura oscura.

-¿Ese hombre? Dudo que una mujer como tu conociera a mi padre –contesto con altanería mientras escupía un poco de sangre.

-No me mientas, tú y ese niño son como dos gotas de agua, nunca supe de una hija de Zoldyck, pero supongo que es porque eres débil –hablo con confianza la mujer saliendo de entre las sombras.

-¿Insinúas que soy igual a ese tonto? –cuestiono Mary con repulsión en la voz.

Mary se percató del movimiento en la copa de los árboles y decidió arremeter contra la desconocida propinándole una patada en las costillas, seguido de una secuencia de puñetazos que la tomaron desprevenida, pero una mano alcanzo su tobillo derecho y luego la azoto contra el suelo.

La mujer pelirroja en traje de asalto militar, se posiciono sobre Mary y saco un cuchillo dentado acercándoselo a la mejilla de la albina, para luego hacerle un largo corte en el pómulo.

-¡Sal niño, o la convertiré en picadillo frente a ti! –dijo la mujer a los gritos mientras desplazaba su mirada por el perímetro en busca de Killua.

-¡Ni se te ocurra salir! –objetó Mary- ¡Ella no conoce tu posición!

Al verse descubierta la asesina frunció el ceño, llena de enfado clavo el cuchillo en la palma derecha de la niña, quien contuvo su gemido de dolor mordiendo fuertemente su labio inferior hasta que un fino hilo de sangre bajo por su mandíbula.

-Imbécil… -murmuro la niña en cuanto sintió más cercana la presencia del albino.

-¿Acaso piensas dejarla morir? –pregunto la pelirroja a la nada.

-Si muere es por su propia debilidad –hablo killua finalmente delatando su posición.

La mujer se levantó del cuerpo de Mary y corrió en dirección del sonido de la voz del niño, pero fue detenida por sus propias piernas que se encontraban temblando, la presencia amenazadora a su alrededor la paralizo lo suficiente como para que Killua pasara junto a ella a una velocidad considerable cortando con sus uñas afiladas como cuchillos la pierna derecha de su oponente a la altura de la pantorrilla.

Desesperada, Mary tomo con su otra mano el cuchillo que la tenía fija a la tierra y lo saco, la sangre manó abundantemente de su palma pero ignoro ese detalle, para cuando logro ponerse de pie, Killua había creado un perímetro con su eco rítmico alrededor de la pelirroja. La peliblanca de desplazo a alta velocidad, pero no fue lo suficientemente rápida como para evitar que Killua arrancar el brazo izquierdo de su contrincante, la mujer grito del dolor desplomada en el piso; Killua iba a volver a atacar, pero Mary se interpuso justo a tiempo.

-¡No! –grito.

-Ella iba a matarte ¡Te ibas a dejar asesinar por esta basura! –exclamo enfadado con sus garras a unos milímetros del pecho de la ojiazul.

-¡Tenías que salir de aquí! ¡Debiste salir de aquí! ¡Es mi deber protegerte! –refuto la niña.

-¡Entonces, sí son algo! –exclamo la pelirroja desde el suelo tosiendo sangre.

Killua ante la voz de la mujer, la fulmino con la mirada y medito la idea de esquivar a Mary para destazar a aquella intrusa, pero la albina se interpuso en el camino de su mirada, para lograr que ambos pares de orbes azules casi idénticos chocaran.

-¡No la escuches, es mi deber protegerte, yo quiero protegerte! -admitió Mary con desesperación en su voz.

-Tu deber es con Alluka… -mumuro con enfado

-Pero eres mi amigo, y ellos se protegen entre sí –acoto- Yo; yo de verdad deseo protegerte, incluso de ti mismo. Y por ello, quiero y debo estar a tu lado, para evitar que te conviertas en algo que no eres.

Las mejillas del joven Zoldyck se tornaron de un leve rosado, Mary al percatarse de sus palabras se sonrojo hasta las orejas, pero su rubor desapareció cuando la tos de la mujer les recordó su existencia a ambos albinos.

-Te hare pagar por esto –murmuro Mary dándose vuelta a la mujer, para enseñarle su palma perforada y ensangrentada.

-Eres… una mocosa absurda, solo una sirviente… jamás serás más que eso… débil… patética –hablo la pelirroja entre jadeos.

-Vete al infierno –murmuro Mary viendo enfadada a la mujer agonizante.

-No tienes las agallas para matarme –acoto- Jamás serás mas… que un perro al servicio de los Zoldyck.

De forma sorpresiva una ligera nevada comenzó a caer, suaves corrientes de viento helado mecieron el cabello de Mary quien tenía la mirada baja, con el flequillo cubriendo su expresión. Killua sintió una energía aterradora manando del cuerpo de la niña, algo parecida a la presencia de su hermano Illumi, asustado comenzó a temblar en su lugar, pero negándose a huir por orgullo.

Inesperadamente, Mary se movió de su sitio y tomo a la pelirroja del cuello, alzándola levemente por la pronunciada diferencia de alturas, la vista azul de la albina se fijó firmemente en los ojos ámbar de su enemigo.

-¿Qué? ¿Acaso te recordé la realidad? –dijo ella manteniendo su actitud soberbia a pesar de estar perdiendo grandes cantidades de sangre con el pasar del tiempo, a esas alturas ya le costaba enfocar la vista.

-La nieve ya es roja a tu alrededor y tienes la osadía de seguir hablando –murmuro la niña frunciendo el ceño- Me molesta el sonido de tu voz.

Los ojos de Mary adquirieron un tono más claro de azul dejando apreciar una figura abstracta en sus irises, semejante a un copo de nieve.

-¡Eres una Killiam! ¡Así que este es el paradero de la última Killiam! ¡Al servicio de la familia que masacro a los tuyos! –gritaba la mujer a todo pulmón.

La mente de Killua no procesaba la idea de cómo esa mujer identifico el apellido de Mary, pero el viento helado lo saco de sus pensamientos al intensificarse y la nevada arrecio. El siguiente movimiento de Mary sorprendió al albino, la mano derecha de su acompañante se recubrió de hielo formando garras afiladas en sus dedos, la chica alzo su mano y perforo la boca de la mujer que solo soltaba burlas sobre ella. Cuando saco su mano de la cavidad bucal de su contrincante saco un trozo de carne ensangrentado y lo tiro en la nieve rojiza a su alrededor.

Mary soltó el cuerpo de la pelirroja que aún se contorsionaba un poco y le dio la espalda. La niña profirió un grito desgarrador, la nevada aumento su intensidad, y ella se dejó caer de rodillas al suelo. Una capa de hielo salió debajo de las piernas de la niña, esquirlandose de a poco, cortando la piel de sus piernas, un camino de cristales de hielo se propago hasta el cadáver congelando toda la superficie bajo el cuerpo. Pero, lo inesperado pasó, múltiples carámbanos emergieron del suelo perforando el cadáver y elevándolo varios metros del suelo.

La tormenta ceso mientras el cuerpo a espaldas de Mary chorreaba leves hilos de sangre por las estacas de hielo, congelados con el pasar de los minutos. El silencio abrumador solo era roto por los sollozos de Mary.

Killua aún se encontraba paralizado en su lugar, pero en cuanto aquella presencia desapareció de alrededor de Mary, él se acercó hasta ella y la envolvió en un abrazo.

-Deja de llorar, boba –trato de animarla.

Los gemidos de dolor solo se intensificaban y Killua la apretó más contra sí, notando el frio que desprendía la piel de la niña, y con aquella ropa que ella solía usar no le era extraño, se quitó su suéter turquesa y lo paso por la cabeza de Mary y aunque sus brazos quedaron atrapados dentro del suéter, aquel gesto torpe por intentar reconfortarla dejo muda a la niña, quien levanto la mirada para encontrar sus orbes azules con los de Killua, que eran un tono más zafiro que los suyos, más profundos y según ella, más bonitos.

-Deberías usar ropa más abrigada en invierno –puntualizo el niño observando el vestido corto y blanco de Mary que se encontraba salpicado de sangre por toda la falda.

-Y-yo –tartamudeo la niña- Nunca debiste verme así –dijo derramando más lágrimas y mordiendo fuertemente su labio inferior para contener sus gemidos.

-¿Qué fue eso? –quiso saber.

-Es producto de los experimentos del amo Illumi –respondió a medias- Esto es lo que soy, un arma para proteger a los Zoldyck –comento amargamente.

-¡Ya deja de llorar! –exclamo irritado.

-¡Tengo miedo, Killua! ¡No puedo controlarlo! ¿Y si te hago daño? –confeso desesperada.

-Aprenderás –dijo convencido- Es cuestión de práctica.

Killua no tenía ni idea del uso del nen, pero Mary sabía que él no estaba del todo errado, ceso de llorar volviendo a morder su labio inferior, un nuevo hilo de sangre bajo por la comisura derecha de su boca.

-Eso espero –murmuro la Killiam.

-Suéltate el labio –ordeno Killua- Debes quitarte ese pésimo habito –comento secando las lágrimas del rostro de Mary con sus manos- Levántate, debemos volver –parándose del suelo nevado y ofreciéndole su mano a la niña.

-Sí –dijo la niña para pasar sus manos por las mangas del suéter y estrechar la mano extendida para ella.

-¡Estas hecha un desastre!- exclamo Killua al verla levantada, apreciando los múltiples cortes en sus piernas.

-Eres tan caballero, Killua –comento sarcásticamente.

-No debo serlo, pero… me alegro que estés en una pieza –confeso llevando su pulgar al labio inferior de la niña para limpiar la sangre que aun salía de allí- Recuerda que soy el único que puede matarte –finalizo llevándose el pulgar a la boca y lamer la sangre.

La niña se sonrojo ante aquella acción y palabras, ella recordaba perfectamente el momento de aquella promesa, y significaba mucho más de lo que Killua estaba dispuesto a admitir. Los momentos en que Mary quedo paralizada, sumergida en sus recuerdos, fueron aprovechados por Killua para darle la espalda y emprender camino a la puerta de Hades, dejándola unos metros atrás, permitiéndole esconder el sonrojo propio.

Mary salió de su ensoñación y dio alcance al peliblanco rápidamente, en cuestión de 20 minutos salieron del bosque nevado, encontrándose con los preocupados vigilantes.

-¡Killua bocchama, Mary-chan! –exclamo Zebro preocupado por las heridas en las piernas de Mary y las ropas de ambos manchadas de sangre.

Ambos niños fueron conducidos dentro de los terrenos Zoldyck hasta la casa de los vigilantes, ya con los niños sentados en el sofá de la sala, Zebro se encargó de llamar a la oficina de Gotoh. El mayordomo con gafas corto la comunicación antes de que el hombre terminase su informe.

Menos de cinco minutos habían trascurrido cuando el mayordomo principal de los Zoldyck irrumpió en la casa, seguido de cerca por Canary. La morena permaneció discretamente tras Gotoh, mientras este se encargaba de revisar personalmente el estado de Killua.

-Mary –hablo finalmente el hombre de gafas –Ve a bañarte, Canary te entregara ropa limpia para que te cambies.

-S-sí, Gotoh-san –murmuro con tristeza la niña.

Zebro condujo a ambas féminas por la casa hasta uno de los baños, les indico la localización de toallas y productos de aseo, y luego las dejo solas para volver con su superior.

-Imagino que Gotoh-san se encuentra muy enfadado –murmuro Mary sin apartar la mirada de sus zapatillas.

-No lo está, más bien es lo contrario. Salió muy preocupado de la oficina –hablo Canary con delicadeza ayudando a la niña a desvestirse.

-Estaba preocupado por la seguridad de Killua, seguro está enojado porque pudo salir herido en mi presencia –refuto con tristeza.

-Vamos, metete en la ducha. Al salir veras cuando equivocada estas –consoló la morena.

Canary asistió a Mary para que se lavase correctamente las heridas de sus piernas y mano, además de sacar la sangre seca de su cuerpo. Cuando la niña se encontró libre de sangre y suciedad, esta salió de la ducha y tomo la bolsa que Canary le entrego. Con la ropa interior puesta, la morena desinfecto y vendo las heridas de la niña, quien luego se colocó unas medias de bailarina color blanco, un short azul y una blusa de holanes blanca. La aprendiz de mayordomo seco cuidadosamente el cabello de la menor y lo peino en una trenza de espiga.

Una vez terminado su trabajo recogieron la ropa sucia y salieron del cuarto de baño.

-Por cierto, ese suéter… -murmuro Mary.

-Gotoh-san se encargara de que vuelva a las pertenencias del amo Killua –corroboro Canary con complicidad.

Ambas féminas se dirigieron a la sala en completo silencio, donde Gotoh les esperaba con una mirada impasible y Killua abría cajas de chocorobots una tras otra muy feliz, encontrándose ya bañado y con ropa limpia puesta.

-Mary –llamo Gotoh con voz gutural.

-Mi-mis disculpas Gotoh-san –exclamo Mary frente al mayordomo realizando una profunda inclinación de su cabeza.

-No diste aviso y fuiste tras el intruso –asevero el mayordomo de lentes.

-No dejaría solo al amo Killua –exclamo levantando la cabeza- Debí dar la alerta pero mi instinto me hizo desconfiar del intruso. No era cualquier individuo, su experiencia la hacía un enemigo valido. No iba a dejar en la incertidumbre la seguridad del amo Killua. Me disculpo por no cumplir el protocolo, pero no por cuidar de mi amo cuando los demás empleados presentes no podían abandonar su puesto –se explicó con los ojos anegados en lágrimas- Por no ser más astuta… y evitar que mi amo se expusiera a esa situación, solo por ello me disculpo –finalizo con las manos empuñadas y la vista fija en Gotoh.

La mirada del mayordomo se desvió al puño vendado de Mary, que comenzaba a mancharse de rojo. El hombre se acercó a la niña y se agacho a su altura, tomo el puño derecho de la albina y apretó levemente a la altura de la muñeca para que ella dejara de ejercer presión en la zona lastimada. Con la mirada fija en la mano de la pequeña, Gotoh la halo por su muñeca para atraerla a sus brazos y la apreso en un abrazo.

-Solo me alegro de que estés bien –murmuro el hombre al oído de Mary.

La niña comenzó a sollozar en los brazos del mayordomo, así pasaron unos minutos hasta que las convulsiones del llanto infantil cesaron, para luego separarla de sí y esbozar una sonrisa para ella.

-Hiciste bien, yo reportare esto a Silva-sama –hablo el de gafas.

-Gracias, Gotoh-san –dijo Mary secándose los restos de lágrimas con las manos.

-¿Dónde dejaste al amo Alluka? –pregunto el mayor.

-Hoy su cuidado estaba a cargo de Tsubone-san, yo pase la mañana en los laboratorios.

-Bien, yo iré a reportar a la mansión principal –dijo el pelinegro a todos los presentes- Killua-sama; no olvide volver a casa antes del anochecer.

-Está bien, Gotoh –respondió con fastidio el niño.

La peliblanca admiraba a los mayordomos, a pesar de lo oscuro de su pasado, aun podían mostrar algo de calidez, la ansiedad que pasaron los condujo a tomar la salida que ofrecían los Zoldyck con ser sus empleados; eran educados, entrenados y remunerados por sus amos; lo cual era más de lo que podían esperar muchos de ellos por si solos en el mundo. Ellos eligieron ese camino por voluntad y aun con sus muchas limitantes podían llegar a ser medianamente felices en esa vida, para Mary aquella luz que despedían en medio de tanta oscuridad era impresionante y muy admirable.

En cambio ella; ella solo era un arma, no eligió esa vida, ella pudo vivir medianamente libre, pero esa opción le fue arrebatada y desconocía los motivos a ciencia cierta. Ella solo era entrenada como defensa para ciertos miembros de la familia, realizaba la misiones a las que no querían enviar a Killua para poner a prueba su eficiencia como asesina; pero cosas como su educación solo le era impartida por gusto de Gotoh y por los libros que leía, incluso se vestía con ropa diferente al uniforme de mayordomo porque Zebro, Gotoh y Canary gustaban de regalarle prendas que compraban en sus días libres. Pero la cruel verdad, era que ella valía menos que los mayordomos en la pirámide de los Zoldyck.

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Holaaaa mis angelitos, bueno aquí yo como el poema del chavo del perro arrepentido, prometí volver y mil peroratas más, pero no pude cumplir tal vez ya para ustedes peco de mentirosa pero vivir en Venezuela y estudiar es una situación que ni para que les cuento. El punto de la cuestion es que regresé y pienso hacer un especial por San Valentin de un capítulo perfectamente acomodado a la cronología de la historia...

Pero quisiera saber que desean ustedes, si concluyo primero la publicación de los capítulos de Epifania carmesí que son básicamente la forma en que Killua y Mary fueron afianzando su amistad amorosa (que ya estan escritos, junto con un capítulo de la historia presente) o lo salto y publico el especial directamente.

Espero que algun alma piadosa que aun perdone mi negligencia me responda y así me super animo a continuar con este proyecto que creanlo o no es parte de mi corazón

Ante cualquier duda, la que fuera estoy respondiendo a los comentarios o al privado.

Besos y abrazos
Mia_gnzlzr

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