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MadaoSenpai Tu regalo
#HailDignaViudaDeMiAngelDeCristal

Agradecimientos especiales a Katherine_Vanessa
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Un peliblanco de profundos ojos azules se encontraba sentado sobre su cama, con las piernas cruzadas, un gesto de concentración fruncía su entrecejo, mantenía los ojos cerrados mientras se encontraba perdido entre sus pensamientos.

Killua Pov’s

No tiene sentido, nada de lo que sucedió lo tiene ¿Quién es Mary? ¿Por qué Gon y Alluka me están mintiendo? ¿Quién es la mujer que el doctor confundió con Alluka? Albina de ojos azules, no son características comunes. Es posible que Mary y la albina sean la misma persona; en ese caso ella sería fácil de rastrear.

Fin del Killua Pov´s

Las cavilaciones del joven cazador fueron interrumpidas por el sonido de la puerta, seguido de un estruendoso saludo por parte de Alluka, quien entro a la habitación seguida de Gon.

-Buenos días Killua –saludaron ambos pelinegros.

-Uhm, sí. Buen día –respondió con poco animo el albino.

-¿Te pasa algo? ¿Te duele algo oniii-chan? –pregunto aceleradamente la preocupada azabache.

-Sí… pero nada importante –dijo en voz baja a su hermana.

-¿Estás seguro? –insistió Gon.

-Sí. Oye Alluka –llamo Killua a su hermana- ¿Podrías ir a llamar a una enfermera? Los vendajes se aflojaron y me molestan.

-Está bien onii-chan –respondió animada Alluka ante la petición.

Luego de que ambos chicos quedaran completamente solos, un silencio incomodo se estableció en la habitación. Gon estuvo a punto de romperlo con algún comentario sin sentido, pero la voz de Killua lo detuvo.

-Gon –llamo- ¿Se supone que somos mejores amigos, no?

-¡Por supuesto Killua! –respondió el chico de ojos ambar sin dudarlo.

-¿Entonces porque me mentiste? –dijo directo al grano.

-¿A-a que te refieres Killua? –dijo intentando esquivar la mirada acusadora del albino.

-Tú lo sabes perfectamente. Sabes que Alluka y tú me mintieron sobre quien me trajo aquí, y sé que tuvieron contacto con esa persona ¡Exijo que me digas lo que sepas! –exclamo.

El joven Freecs estaba totalmente acorralado, ya no podía seguir mintiéndole a Killua, su cara seria y su aura le hacían saber que el albino estaba seriamente enfadado por las mentiras. No le quedaba de otra, debía confesar.

-P-pues –comenzó a hablar Gon.

-¡Onii-chan volví! –Exclamo Alluka entrando a la habitación seguida de la enfermera- Por cierto tienes visitas.

-¿Visitas? –pregunto confundido, por un minuto pensó que era Mary o su salvadora misteriosa.

Pero la verdad era que, en la puerta estaba una joven castaña con los cabellos hasta la cintura, vestía unas licras negras hasta los tobillos y una camisa larga hasta medio muslo de color lila.

¡Vania-san! –exclamo Gon al reconocer a la chica.

-¿Vania? –Pregunto confuso Killua- ¿La esposa de Kurapika? ¿Esa Vania?

-La que viste y calza –afirmo la castaña con gesto egocéntrico, pero luego de unos segundo su expresión cambio por una agresiva- ¿Cómo osas no reconocerme? –pregunto cabreada.

-Lo siento, han pasado muchas cosas –se disculpó Killua- ¿A qué se debe tu visita? ¿Y Kurapika?

-Kurapika está en una misión, estoy aquí por otro asunto- comento la castaña, pero notando el exceso de compañía, decidió dejar el asunto de su hermana de lado por el momento- ¿Cómo terminaste así, Zoldyck?

-Una misión en la que me confié, solo eso –respondió el albino quitándole importancia al asunto.

-Eso es raro, los Zoldyck son ególatras, mas nunca confiados. Se podría decir que son obsesivos con el control –comento abiertamente sin medir sus palabras.

Vania al percatarse de su desliz enmudeció, Killua también se percató del exceso de información que tenía la castaña sobre su familia y frunció el ceño; inclusive Alluka tuvo alguna sospecha de Vania, pero su inocencia le impidió ser tan discreta como solía serlo su hermano.

-¿Conoces a nuestra familia, Vania-san? –pregunto con voz dulce la azabache.

-H-hace mucho tiempo una amiga trabajo para ellos, y a veces contaba ciertas cosas –se excusó rápidamente.

Killua inmediatamente detecto la mentira de la castaña, si alguien llegaba a trabajar para los Zoldyck todos sus contactos con el exterior a la mansión eran cortados, y si alguna información era filtrada, la persona y todos los que estaban implicados con ella, eran erradicados. Ese era el método de vivir de los Zoldyck desde la fundación del clan.

-Alluka, Gon –llamo a ambos azabaches, Killua- ¿Podrían ir a ver que paso con la enfermera? –dijo amablemente.

-Está bien ¿Quieres que te traigamos algo Vania-san? –ofreció Gon.

-Uhm, no –musito Vania, un poco intimidada por la expresión sospechosamente sonriente del albino.

-¿Sigue viva? –se escuchó decir al albino unos segundos después de que la puerta se cerró.

-¿Ehm? –balbuceo.

-La chica que trabajo para mi familia –aclaro Killua mientras se bajaba de la cama.

-¡Claro que sí! ¿Qué te hace creer lo contrario? –dijo intimidada por la mirada severa del adolescente.

-Que lo dijiste en tiempo pasado, y, que sé perfectamente que ninguna información sale de la mansión –suspiro haciendo una pausa dramática mientras se sacaba los vendajes de la cabeza- Nunca –dijo remarcando la palabra con un tono de voz tétrico.

-Se nota que eres uno de ellos ¿Nunca nada se te escapa? –admitió dejando salir un suspiro.

-Jamás –asevero mirando fijamente los ojos almendrados de la joven mujer- Ahora dime ¿A qué viniste realmente? Porque estoy seguro que no fue una visita casual, porque soy una persona muy simpática – comento con un leve tinte de sarcasmo en la voz a la par que cruzaba los brazos sobre su pecho.

-Es simple Zoldyck Killua. Es sobre quien te saco de aquella isla, quien te vigila como una sombra contra su volun… -explicaba la castaña pero su mirada capto de refilón un destello blanco y negro en la ventana.

Vania rápidamente volteo a la ventana de la habitación, encontrándose con la mirada profunda y amarilla de una lechuza color blanco con algunas pumas negras en su pecho. La mirada decidida de Vania flaqueo cuando el animal ladeo su cabeza, y la castaña percibió como si la mirada de la criatura quisiera decirle algo, la voz de su hermana se coló en su cabeza y le gritaba “¡No lo hagas, por favor!”.

Killua volteo su mirada azul a la ventana cuando percibió como gruesas lagrimas se escurrían por los ojos de la castaña, pero no pudo percibir más que el descender de una pluma blanca en el alfeizar. Cuando regreso su mirada a la esposa de su amigo de ojos carmesíes, noto como esta se derrumbaba en el piso con ambas manos cubriendo su rostro.

-¿Vania? –musito el albino agachándose a la altura de la castaña.

-Por favor, sálvala. Recuerda. Libérala de ellos. Dale la oportunidad de amar, de amarte – murmuraba entre hipidos los que para Killua eran incoherencias.

-¿De qué hablas? ¿De quién hablas? –se autocorrigió Killua.

-De Mary –murmuro mientras se enjugaba las lágrimas con sus dedos.

-Cuéntame todo –pidió con el ceño fruncido por no comprender lo que la castaña quería decirle.

-No puedo. Debes recordar. Todos lo saben, pero tú no recuerdas. Libérense de Illumi –rogo Vania mirando fijamente los ojos azules de Killua –Debo irme –dijo la castaña intentando levantarse, pero las manos de Killua la detuvieron agarrándola por los hombros.

-¡No! No te iras de aquí hasta que sepa todo con puntos y comas –exigió el adolescente con la mirada algo opaca.

Vania boqueo durante unos segundos, intimidada por la mirada vacía que le dedicaba el albino, era obvio que estaba cansado de pistas sin sentido y de los secretos. Estuvo a punto de no hacer caso de las suplicas de su hermana, pero las voces de Gon y Alluka nuevamente en la habitación la detuvieron.

-¿Vania-san que sucede? ¿Estuviste llorando? –pregunto Alluka con dulzura.

-¿Killua que haces levantado? –cuestiono Gon al albino.

-¿Le hiciste algo a Vania-san, onii-chan? –acuso Alluka a su hermano.

-No, para nada. Me avisaron de que mi madre enfermo, su salud me afecta mucho. Es todo –mintió convincentemente Vania.

-¡Oh! –Murmuro al comprender la situación- Debes ir a cuidarla lo antes posible Vania-san –alentó Alluka con ojos brillosos.

-Muchas gracias. Eres como un angelito, Alluka –comento la castaña depositando una caricia sobre la cabeza de la menor –Bien, debo irme –dijo recobrando la postura y volviendo su mirada a Gon y Killua –Un placer haberlos visto a ambos. Recuerda, Killua… -dejo la frase inconclusa para luego salir de la habitación con paso seguro.

-¿Recordar? –pregunto Gon a Killua, mientras le dedicaba una mirada confusa.

-Ella dijo que debo comenzar a recordar mejor a las personas que conozco –respondió distraídamente Killua mientras caminaba a la ventana de la habitación.

El albino deslizo el cristal de la ventana y tomo la pluma que había quedado en el alfeizar, la acerco a su rostro para mirarla detenidamente.

-¿Qué tienes allí, onii-chan? –pregunto curiosa Alluka.

-Una pluma –respondió.

-¿Qué clase de pluma? –dijo Gon asomándose al hombro de Killua para ver el dichoso objeto que el albino miraba con tanto interés –Parece de lechuza, pero ¿Blanca?

-De lechuza ártica, son raras en esta época del año. Pero, ¿Qué se puede considerar normal en la vida de un cazador? –argumento el Zoldyck.

-Tienes razón –admitió Gon esbozando una sonrisa resplandeciente.

-Es muy bonita ¿Me la regalas, Killua? –pregunto la voz de Alluka.

-¿Killua? –murmuro extrañado el albino volteándose para ver a su hermana, encontrándose con Nanika.

-Regálame la pluma, Killua –volvió a pedir Nanika mirando expectante a su hermano.

-Sí, Nanika –comento entregándole el objeto.

-Es tan blanca como las alas de un ángel, onii-chan. Tenemos un ángel guardián –comento Alluka volviendo a ser la misma.

En ese momento un toquido en la puerta distrajo a los tres amigos, Killua volvió rápidamente a su cama y dio el permiso a quien quiera que tocara, para que entrara en la habitación. La misma enfermera del día anterior aviso que la hora de visitas había concluido.

Gon y Alluka se retiraron luego de darle las buenas noches al albino. La enfermera realizo las evaluaciones de rutina al paciente, cambio las vendas, encontrándose con una sorpresa.

-Valla, estar perfectamente –dijo sin poder ocultar su asombro- Mañana podremos darte de alta –comento mientras retiraba por completo las vendas.

-¿Significa que puedo pararme de esta cama y dar un paseo? –pregunto un poco irrespetuoso.

-Eso creo, pero este de vuelta en 10 minutos para que se le sirva la cena –respondió la mujer con el ceño fruncido para luego salir de la habitación.

Un minuto luego de que la enfermera saliera de la habitación, Killua bajo de su cama, reviso la mochila que le habían llevado Alluka y Gon, encontró uno de sus pantalones de chándal para entrenar color blanco, un sueter de mangas largas negras de cuello alto con corte  “V” y unas zapatillas orientales de color negro.

Se colocó la ropa limpia y recorrió los pasillos del hospital, hasta que se topó con unas escaleras que indicaban el paso prohibido, el albino intuyo que eran las escaleras a la azotea ya que su habitación estaba en el último piso de habitaciones de aquel gran hospital. Sin importarle muchos las prohibiciones, subió las escaleras, al final de ellas se topó con una puerta metálica, tomo el picaporte y pudo abrirla con facilidad.

-Es extraño que las medidas de seguridad en este lugar sean tan bajas –hablo para sí mismo.

El albino camino con parsimonia hasta las barandillas que limitaban la azotea, recargo el peso de su cuerpo sobre los tubulares metálicos y observo el paisaje. Las luces nocturnas tratando de iluminar la inmensa oscuridad que se cernía sobre la ciudad, sin querer sus pensamientos fueron a dar sobre la tan mencionada “Mary” y el asunto sobre sus recuerdos.

¿Acaso había algo que debía recordar? ¿Si era tan importante porque lo había olvidado? ¿Y qué diablos tenía que ver Illumi en todo aquellos? Aunque; usualmente, todo lo que andaba mal en su vida era producto de Illumi y su madre con sus intentos para “educarlo”. Su padre era del pensar que debía hacer lo que quisiera, para luego cuando se “cansara” del mundo volviera a casa y aceptara su “destino”.

-Es difícil ser un Zoldyck – murmuro con voz deprimida bajando su vista a sus pies.

Killua dejo que su cuerpo se relajara y se sentó en el frio piso, con el pasar de los segundos su cuerpo se fue enfriando, el albino se levantó, sacudió sus pantalones dispuesto a volver a la calidez de su habitación. Pero de pronto empezó a sentir una energía cálida que se expandía desde su nuca, pasando por su espalda, cubriéndolo como una manta, aunque era más parecido al abrazo de un ser querido. En vez de sentirse amenazado, se sintió confortado por aquella presencia, cerró los ojos disfrutando del momento, disfrutando de la sensación de seguridad de la cual un asesino o un cazador no pueden gozar.

Los segundos no parecían pasar, Killua no quería apartarse de aquella sensación, pero una voz lo trajo a la realidad: “No me busques, estas mejor sin recordar”, murmuro suavemente una voz femenina en su cabeza, una voz familiar.

-¿Mary? –pregunto volteándose en la dirección de la que provenía la esencia cálida, encontrándose con una lechuza ártica posada sobre la barandilla que lo separaba del precipicio.

“Estas mejor sin recordar, no me busques. Te lo ruego” volvió a escuchar el albino. Killua trato de acercarse al ave, pero la blanca criatura extendió sus alas, al hacerlo la silueta de una chica apareció alrededor de ella. “No recuerdes, por favor”. Y el ave emprendió vuelo, dejando a Killua solo en aquella azotea con una sensación de soledad, de perdida, porque sentía que estaba perdiendo algo importante, que un muro estaba desmoronándose en su mente.

-No te lo prometo –murmuro al aire, para luego dirigirse a la puerta de la azotea y regresar hasta su habitación.

Sea lo que sea, el desvelaría ese misterio.

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1500 Trillones de disculpas a los lectores de este pequeñito fic, desde hace como tres días tengo la inspiración, pero no fue hasta que lei los comentarios Katherine_Vanessa y la culpa con el nombre de MadaoSenpai, que me decidí a escribir.

De nuevo me disculpo un trillón de veces más y me despido hasta la próxima que no tomara seis meses, para que actualice nuevamente.

Besos y Abrazos

Mia_GnzlzR

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