CAPÍTULO 15: NO PERMITIRÉ QUE SE LA LLEVEN

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Dipper logró salir de la mansión Northwest corriendo a toda prisa, sin dar ninguna explicación del por qué actuaba de dicha manera.

Corrió hacia el bosque, dónde observó como esa entidad negra desaparecía entre los árboles, llevándose seguramente a su ama quién, no hace mucho, y de manera milagrosa, le había pedido disculpas y que se olvide de lo que había ocurrido.

Nuestro castaño amigo se internó en el bosque, perdiendo rápidamente el rastro, obviamente, los bosques de Gravity falls eran muy frondosos, dónde cualquier persona podría perderse con suma facilidad, corriendo peligro de que algún animal, o mucho peor, alguna criatura misteriosa lo encuentre y... —bueno, no necesito explicar lo que serían capaces de hacer algunas criaturas no tan amigables— sería su fin.

Moviéndose rápidamente, Dipper seguía buscando a su ama, al no tener ya el diario, o algún tipo de arma con la que defenderse, él mismo corría peligro de que algo malo le ocurra.

—¡¿Señorita Pacífica dónde está?! —gritaba Dipper, por todas partes, tratando de encontrar cualquier indicio, alguna pista, algún ruido que le indique la ubicación o por lo menos, el lugar más cercano en dónde podría encontrarse la jóven millonaria—. ¡Señorita Pacífica! ¡SEÑORITA PACÍFICA!.

Volvió a gritar, esta vez con más fuerza, las aves que descansaban en las ramas y en las copas de los árboles salieron volando escandalizadas por los gritos de Dipper, agitando ferozmente sus alas, dejando caer algunas plumas en el proceso de escape; y también algunas hojas que yacían en las ramas de los árboles también cayeron junto a dichas alas entremezclandose.

—Maldita sea... —dijo, muy frustrado—, Ni siquiera tengo idea de que pudo haberse la llevado, y mucho menos dónde buscar, pero esa cosa es rápida... muy rápida, se perdió en cuestión de segundos —miraba hacia a todas partes, pero la espesura del bosque no le permitía mirar más allá de un par de metros.

Siguió buscando, no le quedaba de otra, debía encontrar a su ama costara lo que costara, aunque si lo pensaba más de la cuenta, que "esa cosa" se haya llevado a su fastidiosa ama tal vez, y solo tal vez... no era tan malo, digo, si Pacífica desaparecía, los problemas del castaño iban a desaparecer también ¿No?.

Tras varios y largos minutos de estar buscando a su ama, Dipper ya estaba cansado, buscar a alguien en un bosque tan frondoso y enorme como el que rodeaba al pueblo de Gravity falls no era tarea fácil, él no era un guardabosques experimentado con el equipo necesario para encontrar a una persona, y vuelvo y repito, sin el diario, las cosas se complicaban en gran medida.

Se detuvo unos segundos, colocando sus manos en sus rodillas, apoyando su peso en las mismas, respiraba agitado, ya se estaba desesperando, por último, sino conseguía nada, ni una mínima pista, volvería al pueblo e iría a la cabaña del misterio para pedirle ayuda a su tío Ford. No obstante, Dipper alcanzó a escuchar a lo lejos como alguien gritaba... ¡Suelten me!.

El castaño, como su fuera un radar, trató de concentrarse más y captar algo más, algún otro ruido que indique la posición o proximidades dónde la jóven rubia millonaria podría estar.

¡Bingo! Nuevamente escuchó que alguien se había quejado, cada vez estaba más cerca, podía sentirlo... podía sentir que a la vuelta del próximo árbol se encontraría Pacífica.
Tan cerca... tan cerca, corrió por enmedio de todos esos árboles y arbustos sin parar sintiendo que su ama estaba cerca, hasta que finalmente, se los topó...

—Muy bien, muy bien cariño, no pongas resistencia porque será peor, no queremos vernos en la necesidad de dañar tú lindo rostro —dijo el supuesto ser malvado, el que se llevó a Pacífica, el líder de los gnomos, Jeff.

Dipper se llevó la mayor sorpresa de su vida al ver de quién se trataba, pero lo que más resaltaba de dicha escena es ver cómo los gnomos del bosque tenían amordazada a Pacífica junto a un tronco viejo y cortado.

—¡Mmhmhm —murmuró Pacífica, puesto que su boca estaba cubierta con un trapo viejo, váyase a saber usted de dónde lo habrán sacado los enanitos.

—¿Qué?, ¿Jeff?... ¿Ustedes? —preguntó Dipper, extrañado al ver lo que tenía en enfrente, una escena particularmente rara. El líder de los gnomos, Jeff, al escuchar como Dipper pronunciaba su nombre se volteó.

—¡Hola Dipper!, ¿Qué tal amigo?, Cuántos años sin verte, oye has crecido mucho ¿No?, Estás tan alto como un árbol —dijo Jeff, sonriendo, como si haber secuestrado a una chica millonaria como Pacífica era un chiste.

—¿Oye Jeff que se supone que están haciendo? —preguntó Dipper, bastante serio.

—Ey amigo cálmate, no te enojes, todo tiene una explicación —dijo Jeff—, estamos en busca de una reina, y esta chica tiene un enorme potencial para serlo.

—¿Otra vez están con esa tontería? —preguntó Dipper, dándose un facepalm.

—Amigo lo admito, haber secuestrado a tú hermana en el pasado no fué la mejor idea que hayamos tenido, usualmente no tenemos muchas ideas y eso es por falta de una reina como te mencioné, pero en esta ocasión es distinta amigo, esa chica de ahí... —señaló a Pacífica con sus pequeños dedos de gnomos—, no es tú hermana, ni siquiera es tú amiga, al contrario creo que hasta te odia amigo —colocó su mano a un lado de su rostro, y empezó a susurrar—, eso sin contar que tiene una foto tuya que mira en las noches a solas, en su habitación en la oscuridad, y hace ruidos raros... bastante raros, como gruñidos o algo así, y la sábana se mueve bruscamente.

—¡¿Mmhpm?! —murmuró Pacífica, muy pero muy sonrojada pero también furiosa.

—¿He?, ¿Sabes qué? Eso no me interesa ahora, lo que me interesa es que me regreses a Pacífica... a mi ama en este mismo momento —exigió Dipper.

—¿Qué por qué?, Oye Dipper acabo de decirte que esta chica te odia y no le agradas, ¿Para que rescatar a alguien que no le caes bien?, Eso sí me lo preguntas es bastante estúpido —comentó Jeff.

—Podrá sonar estúpido o lo que quieras, pero no puedo permitir que ustedes estén llevándose chicas del pueblo a diestra y siniestra, eso está mal, no pueden obligar a las chicas a convertirse en su reina —dijo Dipper, acercándose a su ama con claras intenciones de llevársela—, así que con su permiso la llevaré a su casa y...

—Oye Dipper espera, yo no puedo entregártela así porque sí, ¿Sabes cuántas noches nos costó vigilar esa mansión e idear un plan para secuestrarla?, Fueron muchas noches, Dipper, mucha noches; y no puedo permitir que tires a la basura un arduo trabajo de espionaje como el que hicimos, esto lo planeamos meticulosamente, en realidad la íbamos a secuestrar el día de ayer, pero por desgracia salieron todo el día y tuvimos que retrasarla el secuestro un día, así que no dejaré que te la lleves, no esta vez Dipper —dijo Jeff, poniéndose serio al igual que Dipper.

—¿Ha sí? ¿Y quién me va a detener compadre? —preguntó Dipper, molesto.

En ese mismo instante Jeff chasqueó sus dedos y rápidamente varios gnomos aparecieron por todos los alrededores del bosque, no solo rodeando al castaño sino también toda la particular escena. Eran más los dedos que se podían contar que gnomos en los alrededores.

—Eso no lo ví venir... —comentó Dipper, mirando como todos los gnomos del bosque lo rodeaban.

—¿Lo ves Dipper?, Es imposible que te lleves a nuestra reina, y queremos evitar tener problemas en lo más mínimo, por lo tanto te propongo un trato.

—¿Un trato? —preguntó el castaño, un poco confundido.

—Así es, un trato justo y muy bueno —dijo el gnomo—, esa chica que está ahí no ha sido buena contigo, todo este tiempo que hemos observado te ha tratado muy mal, te ha tratado de inútil, de idiota, y no te ha respetado en lo más mínimo, además es bastante cruel contigo, creo que nadie debería ser tratado como ella te trata, ¿No lo crees?, Aún me sorprende que sigas trabajando para esta... chica.

—¡Mmhmp! —murmuró Pacífica.

—Vamos cariño no gastes energía que más tarde tendrás que usarla para más mil gnomos —comentó el pequeño gnomo mirando a la que supuestamente sería su reina.

—¿De acuerdo entonces cuál es ese trato? —preguntó Dipper.

—El trato es este, si dejas que ella sea nuestra reina, nosotros la llevaremos aún más profundo en el bosque, dónde sea muy complicado llegar y dónde nadie podrá encontrarnos ni siquiera con el mejor equipo, y tú mi querido amigo harás como que no viste nada y podrás disfrutar de todo el verano, ¿Qué dices, he?, Una vez alcanzamos a escuchar que ella te causa muchos problemas, por lo tanto, si ella desaparece, tus problemas también desaparecerán.

Ante las certeras palabras del pequeño gnomo, Dipper miró por unos instantes a su ama. La miró a los ojos, y ella a su vez también lo miró a los ojos, suplicando por ayuda, puesto que no quería —ni siquiera por todos los millones del mundo— ser la reina de unos seres tan molestos como lo eran los gnomos. Ambos jóvenes no se apartaron la vista para nada...

—¿Sabes?, Es verdad, la señorita Pacífica me ha tratado mal, me ha tratado de idiota, de ignorante, de inútil, me ha insultado en muchas ocasiones, me ha humillado y no solo se ha metido conmigo sino que también se ha metido con mi familia, ha insultado a mi hermana y eso es algo que me molestó enormemente, siempre me recrimina que no tengo modales, que soy... un pueblerino ignorante, que jamás estaré a su altura.

—Mhm... —los ojos de la jóven rubia se cristalizaron un poco ante las palabras del castaño, creyendo que iba a permitir que los gnomos la conviertan en su reina, que haga de la vista gorda y que permita que se la lleven a lo más profundo del bosque.

—Y creo que tienes razón, Jeff, si ella desaparece mis problemas también desaparecerían ya que el contrato no seguiría teniendo validez y podría disfrutar de mi verano, a fin de cuentas, si a ella no le importo en lo más mínimo, ¿Por qué ella debería importarme?...

Pacífica dejó escapar una pequeña lágrima, en cierta forma, eso último que dijo Dipper le hizo sentir algo en el pecho.

—¿Lo ves Dipper?, No entiendo porqué te molestas en rescatarla, como tú mismo lo dijiste a ella no le importas, pues entonces ella no debería importarte, así que si nos lo permites, tenemos que llevar a esta chica a...

—Pero no puedo permitir que se la lleven —dijo Dipper, muy serio. Pacífica solo lo observó, atenta, escuchar esas palabras le devolvieron la esperanza de ser rescatada.

—¿Q-Qué? ¡¿Oye acaso no estás escuchando mis palabras?.

—Créeme tengo los oídos perfectamente bien, y creo que tú también tienes los oídos muy bien, Jeff, pero por si acaso, te lo vuelvo a repetir, no permitiré que se lleven a Pacífica, no solo a ella, sino que a cualquier chica de este pueblo —las palabras de Dipper sonaron muy valerosas.

—Dipper estás cometiendo un gravísimo error, creeme que nosotros los gnomos podemos ser tú peor pesadilla, lo último que desearías ver antes de cerrar tus ojos, te lo advierto, si te acercas solo un paso más, tus días en este mundo estarán conta...

Dipper ni corto ni perezoso se acercó corriendo a Jeff únicamente para propinarle una muy fuerte patada en la cara rompiéndole un par de dientes en el acto y mandándole a volar por los aires, como un balón de fútbol. Todos, incluyendo a Pacífica, quedaron muy sorprendidos ante aquella escena. Jeff voló por los aires y aterrizó algunos metros más adelante, casi se estrelló contra un árbol.

Inmediatamente Dipper soltó a Pacífica aprovechando que los gnomos estaban completamente distraídos, y no prestaban atención a qué Pacífica había sido soltada por el castaño.

—Muchas gracias por soltarme...

—Aún no me lo agradezca —dijo Dipper. Tomó de la mano a la jóven rubia y echaron a correr, puesto que el castaño sabía perfectamente lo que esos pequeños podrían hacer ahora que su reina les había sido arrebatada.

Los dos jóvenes empezaron a alejarse del lugar dejando solo a los gnomos. Jeff, se levantó, casi inconsciente y con sangre proveniente de su boca, estaba muy molesto.

—¡ME LAS PAGARÁS DIPPER! ¡GNOMOS DEL BOSQUE TODOS VENGAN AHORA MISMO! -gritó Jeff, a todo pulmón, su grito retumbó por todas partes, esta vez no iba a permitir que se lleven a su reina tan fácilmente.

CONTINUARÁ...

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