CAPÍTULO 16: PACÍFICA... ¡ES MÍ NOVIA!

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Ambos jóvenes se encontraban corriendo por el bosque, a toda prisa, sin mirar atrás, luego de escuchar ese grito de Jeff que llamaba a todos los gnomos no tuvieron ni la menor intención de detenerse y voltear para ver qué estaba sucediendo. No había necesidad, más vale aquí corrió que aquí murió.

—Dipper... —mientras corría pronunció el nombre de su sirviente, debía darle las gracias por haberla soltado, aunque no era el mejor momento para ser agradecida.

—¿Si? —volteó su rostro para observarla, mientras corría a su lado, huyendo.

—Gracias por soltarme, por un momento creí que tú me ibas a dejar... —por desgracia, fué interrumpida por su sirviente.

—No me lo agradezca todavía, como se lo dije, primero tenemos que salir de este bosque y llegar a su mansión antes de que esos pequeños... —Dipper también fué interrumpido por un grito salvaje, violento, una especie de rugido que retumbó por todos los rincones del bosque. El castaño sintió un escalofrío, ya sabía que significaba ese rugido—, ho no, ho no, no puede ser, no ahora.

—¿Ho no? —preguntó Pacífica, preocupada—. ¿A qué te refieres con que ho no?.

—No de nuevo, ¿Es que acaso esos pequeños idiotas no saben cuándo rendirse? —preguntó Dipper, mientras seguía corriendo junto Pacífica, volteando de vez en cuando para percatarse si el monstruo estaba cerca o no.

—¿Pero de qué estás hablando? —ella seguía confundida.

Nuevamente un rugido retumbó por los alrededores, el suelo tembló de repente, como cuando algo inmenso o con el suficiente peso empieza a correr. Dipper ya podía imaginarse, por esos sonidos tan escalofriantes, lo que se le aproximaba con rapidez, ya lo veía, esa cosa de nuevo?

—¿Qué rayos?, ¿Pero qué hicieron esos enanos odiosos?.

—No querrá saberlo, enserio no querrá saberlo —comentó, sintiendo como una gota de sudor fría caía rápidamente por su frente.

Sin embargo, ante todo pronóstico, Pacífica se detuvo, ya se cansó de correr, una chica tan distinguida como ella no tenía por qué estar metida en una situación como esta.

—Muy bien ya basta —dijo ella. Dipper se detuvo también unos cuantos pasos más adelante—, ya me cansé de correr, yo no tengo por qué soportar algo tan bochornoso como esto.

—¿De qué está hablando?, ¡Tenemos que huir! —exclamó el castaño.

—Yo no voy a huir, ya me cansé, soy Pacífica Northwest, no tengo por qué soportar algo tan estúpido como esto, ¿Sabes que voy a hacer?, Voy a demandar a esos pequeños rufianes y serán míos, luego compraré la mina se carbón más sucia e inmunda y con las peores condiciones inhumanas que exista y los obligaré a trabajar ahí, día y noche sin descanso.

—Usted no entiende, esos gnomos no saben nada de lo que usted está diciendo, para ellos la palabra demanda no significa nada, y no se detendrán hasta cumplir con su... —de pronto, Dipper guardó silencio cuando escuchó  como un árbol fué tirado por algo inmenso y terminó por caer al suelo abruptamente, cerca de donde ellos estaban.

Dipper tomó rápidamente la mano de Pacífica y la jaló con fuerza, hacia dónde él estaba. El árbol cayó al suelo abruptamente, haciendo un gran estruendo, pero Dipper y Pacífica estaban a salvo. Por el momento. Sin embargo, lo peor vendría después, cuando se hizo presente la criatura que era responsable de esos gritos salvajes.

Dió pisadas estruendosas, el suelo tembló cada vez que ese gigante caminaba hacia ellos. La sombra de dicha criatura fué suficiente grande como para cubrir a ambos jóvenes.

Esa criatura volvió a rugir, creando un estruendo en todo el bosque. A Pacífica se le cayó la mandíbula al suelo cuando miró la colosal criatura que tenía enfrente, si antes había mencionado algo sobre una demanda, pues ahora será prácticamente imposible demandar a ese gigante.

—¡¿P-Pero qué?! —preguntó Pacífica, con sus ojos abiertos como dos platos.

Rayos... no de nuevo —pensó Dipper.

—¡Regrésanos a nuestra reina ahora! —gritó Jeff, quién se encontraba pilotando al Gnomo gigante.

Dipper se puso de pie, mirando desafiante a Jeff le replicó la verdad.

—Jeff entiéndelo de una vez, no puedo entregarte a Pacífica, ella no quiere ser su reina, no puedes obligar a una mujer a hacer lo que tú quieres que haga, ¿Tanto trabajo te cuesta entender eso?.

—¡Mentira!, Si tú no hubieras aparecido ella tranquilamente hubiera aceptado ser nuestra reina... —dijo. De repente, el rostro de Jeff se volvió sombrío y malvado—, y será nuestra reina, aunque tengamos que obligarla a serlo.

—¿Acaso estás sordo?, ¡Pacífica no quiere ser su reina!.

—¡Sí!, Yo no quiero ser su reina, ustedes son muy odiosos, déjenme en paz —gritó Pacífica.

—Guarda energías cariño porque más tarde las necesitarás, y no te preocupes, muy pronto regresaremos y podrás quedarte con nosotros —dijo Jeff, muy confiado de sus palabras y creyendo fielmente que Pacífica regresará con ellos.

—¡Jeff por el amor a Dios ya ríndete!, Entiende Pacífica no va a ser su reina, yo no permitiré semejante estupidez, y además... aunque ella quisiera, tampoco puede.

—¿Ha sí?, ¿Y por qué no puede?.

—P-Porque ella... ahm, ella... —Dipper no sabía que excusa inventar, tenía que ser una que sea lo suficientemente convincente, aunque en realidad poco o nada servía decirla puesto que los gnomos no se detendrían con eso—, Pacífica no puede ser su reina, porque ella... ya tiene una... ¡Pacífica ya tiene una relación! —esa mentira fué lo mejor que se le pudo ocurrir.

—¡Sí!, Yo ya tengo una relación... —dijo. Rápidamente Pacífica reaccionó y miró a Dipper, confundida—, ¿Con quién?.

—¿Si ves?, Ella no tiene nada de nada, todos estos días que hemos estado observando nos percatamos de que ella está soltera, no tiene ninguna relación, Dipper.

—Pacífica si tiene una relación y es con... con... —ya no sabía que decir, ni siquiera sabía algún nombre falso que inventarse rápidamente para inventarse un novio falso para su ama. No obstante, la bombilla se le encendió al castaño, aunque no estaba seguro de si eso era una buena idea—, Pacífica tiene un novio... y es, es... —respiró profundo y lo dijo—, ¡PACÍFICA ES MÍ NOVIA!.

—¡¿Qué?! —a Pacífica le tomó por sorpresa esa respuesta.

—¿Qué?, Puff jajajaja ¿Y espera que nos creamos semejante tontería?, Por favor Dipper, eso es tan falso como las promesas de un político latinoamericano cuando está en campaña, o tan falso como las promesas de Donald Trump... ho esperen, creo que ya no es presidente, ¿Ya no es presidente, cierto chicos? —preguntó Jeff a sus amigos gnomos, los cuales le respondieron que no sabían o que no tenían idea de quién era Donald Trump—. ¿No saben?, Bueno no importa —miró a Dipper—, como sea, no voy a creer esa mentira.

—No es mentira, e-en realidad s-somos novios —dijo Dipper—, ¿N-No es así, c-cariño? —con nervios, miró a Pacífica.

—¿He? —ella sonrojada no sabía exactamente qué decir—, yo, no... yo, este... no sé, yo...

—Ay por favor, yo no tengo tiempo para esto —usando a sus amigos gnomos, apuntó a Dipper con el puño del gigante, y como si se tratara de una bala de cañón, el puño del gigante salió disparado repentinamente, varios gnomos terminaron por golpear al pobre de Dipper.

—¡Dipper! —dijo Pacífica.

Varios gnomos comenzaron a atacar al castaño, mordiendo sus brazos, dándole arañazos, dañando el fino traje de sirviente que cargaba en ese momento.

El gigante que Jeff manejaba estiró su brazo y agarró a Pacífica por la cintura. Se la iba a llevar a lo más profundo del bosque mientras sus compañeros se encargaban de Dipper.

—¡Señorita Pacífica! —al ver cómo Jeff levantó a su ama rubia, él intentó hacer algo, pero los gnomos que lo estaban atacando le impidieron moverse libremente.

—¡Suelten me! ¡Si no me sueltan los voy a demandar!.

Pacífica intentó liberarse, pero el agarre el gnomo gigante era demasiado fuerte, era tanto que hasta incluso podía romperle algún hueso. Dipper no podía dejar que se la lleven, debía hacer algo, algo rápido.

Agarró uno de los gnomos que le estaban mordiendo la mano, le propinó un puñetazo en la cara rompiéndole los dientes, luego otro que le estaba jalando los cabellos, le dió un puñetazo y lo mandó a volar, luego tomó a un gnomo que le estaba lamiendo los dedos de la mano izquierda, váyase a saber usted por qué le lamía los dedos, le dió un golpe en el estómago, lo agarró de la barba y lo hizo estrellarse contra otro gnomo que estaba mordiendo le el zapato derecho.

—¡¿Ustedes no aprenden, cierto?! —Dipper agarró otro gnomo y le dió varios golpes en la cara, ese gnomo era Shmebulock.

—Shmebulock —dijo el viejo gnomo, con el ojo morado.

—¡Así es, eres un gran Shmebulock! —dijo Dipper, acto seguido le dió otro puñetazo en el rostro y lo alejó de él.

El gnomo gigante se dió la media vuelta, llevándose a Pacífica consigo. Ella intentaba soltarse, golpeaba a los gnomos que le sujetaban la cintura pero era en vano, no le soltaban.

Dipper no podía permitir que se la lleven, jamás. Miró a todas partes, tratando de encontrar algo que se sirva de ayuda para atacar al gigante, pero no había nada. Se le ocurrió una idea, tal cual David haría contra Goliath.

Se sacó el traje de sirviente, luego agarró a uno de los gnomos que había golpeado —agarró a Shmebulock— lo ató con fuerza, aparentando una honda. Apretó fuertemente el nudo en las piernas de Shmebulock y se dirigió hacia Jeff.

—¡OYE JEFF! —gritó a todo pulmón el castaño, llamando la atención del gnomo gigante.

—¿Qué rayos quieres ahora? —preguntó el líder de los gnomos, muy molesto.

—¡TOMA ESTO! ¡UN REGALO DE MÍ PARTE! —Dipper empezó a darle vueltas al gnomo que ató usando su propio traje de sirviente, y lo arrojó con muchísima fuerza hacia el rostro del gigante, mejor dicho, lo arrojó contra Jeff, el impacto sería lo suficientemente fuerte como para que el gigante pierda el control.

—¡Shmebulock...! —dijo Shmebulock dirigiéndose rápidamente hacia la cara de Jeff.

—¡Ho no! —Jeff miró como Shmebulock se le acercaba velozmente. El viejo Shmebulock golpeó efectivamente a Jeff, lo mandó a volar y el gigante perdió el control.

Los gnomos que sujetaban a Pacífica la soltaron. Ella cayó al suelo abruptamente, dándose un buen golpe en la cintura. Jeff terminó cayendo al suelo junto a Shmebulock, Dipper aprovechó que Jeff había caído al suelo, por lo que se acercó corriendo rápidamente, agarró a Jeff de la barba, lo estrelló contra un árbol y luego lo agarró del cuello.

—Oye Dipper, e-espera...

—¡ESCÚCHAME BIEN JEFF, SI VUELVES A ACERCARTE A PACÍFICA O A CUALQUIER OTRA CHICA DEL PUEBLO ME ENCARGARÉ PERSONALMENTE DE DARLES UNA PALIZA A CADA UNO DE USTEDES ¿ME ENTIENDES?!

—D-Dipper... espera.

—¡ASÍ QUE LARGO! —lo agarró de la barba, le dió vueltas tal cual hizo con Shmebulock y lo arrojó con fuerza de nuevo al bosque, dado que Jeff no pesaba casi nada, fué muy fácil arrojarlo lejos.

Jeff salió volando por los aires, como si un balón de fútbol se tratase. Todos los demás gnomos se quedaron mirando como su líder fué arrojado lejos. Dipper dió un gran pisotón en el suelo llamando la atención de todos...

—¡Dije largo! —gritó muy furioso el castaño.

Continuará...

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