꒰◌; capítulo diecinueve

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jennie carraspeó un tanto nerviosa debido a la pregunta.

"¿Y ahora?", se cuestionaba mentalmente.

La castaña sentía que algo no cabía bien en esa idea o "mentirita piadosa", como prefería llamarlo. Sentía algo incomodarle respecto a eso, tan extraño y difícil de explicar. ¿Será su consciencia? ¿Aquella que dictaba lo bueno y lo malo de sus actitudes?

Desechó aquella duda, después de todo no podía causar daños graves.

O eso creía.

—¿Por qué cambias de tema? —respondió con un leve fastidio presente aún.

—No hago eso y quita ese extraño humor que te cargas —la miró despectivamente por unos instantes, para luego volver su atención a la bebida color rosa frente a ella.

La castaña chasqueó la lengua y rodó los ojos tratando de sacar de su mente el preciso momento en el que la chica de "horrible ojos" besó a su pelinegra.

Resopló con cansancio mientras estiraba sus piernas debajo de la mesa.

—Pues no estaba enamorada de él, creo que solo fue un gusto pasajero —habló con desinterés. No tenía ni las ganas ni la paciencia explicar todo con lujo y detalle. No mientras seguían ahí y esa detestable imagen mental seguía aturdiéndola.

Por otro lado, Lisa sintió una ligera decepción instalarse en su pecho.

Habló de una manera tan fría y abrupta sobre una relación de más de cuatro meses como si fuera cualquier cosa menos algo importante. Aunque en su momento le haya dolido la noticia de la relación de Jennie con Juwoon, pensaba que eso no era justo para él. Ella pudo notar al guapo chico muy apegado y atento con Jen y que esta dijera simplemente algo como eso solo le dejaba una muy mala impresión.

Y con esa vaga idea no pudo evitar pensar que hubiera sido si ella era Juwoon.

Qué hubiera pasado y cómo se hubiera sentido si ella con todo el amor y cariño que le tiene a Jennie, hubiera entregado sus sentimientos de una manera dedicada y, aquella castaña solo dejara pasar el tiempo en una relación vacía y ningún apoyo de su parte. Y que al momento de terminar las cosas solo soltara un "no estaba enamorada de ella, ni siquiera sé si me llegó a gustar".

Con solo pensarlo sentía una fuerte opresión romperle su frágil corazón.

Lisa sabía que no podría soportar algo como ello y, en definitiva creaba un sin fin de ideas y pensamientos hasta con las más cortas e insignificantes palabras y acciones de los demás... como lo hacía ahora.

"Tal vez no es la indicada", pensó con la tristeza inundarle el cuerpo.

Lisa estaba enamorada de Jennie, de eso estaba segura. Pero viéndola así y expresándose de esa manera, ya ni siquiera sabía en qué pensar.

Murmuró un simple "Entiendo" con un deje de voz baja y literalmente trataba de hacerlo, trataba de comprender el por qué decir algo como eso... pero no pudo.

La tailandesa no creía que existiera una parte fría y desinteresada de Jennie en cuanto se trataba de relaciones amorosas, mas tampoco podía asegurarlo, después de todo perdieron la comunicación durante un largo tiempo. Tal vez las cosas cambiaron en su Unnie. Realmente no lo sabía.

Jennie sacudió su cabellera en un intento de calmarse, estaba siendo consciente que el silencio y su terrible temperamento cargado de celos estaba empeorando el ambiente. Y obviamente eso era lo último que hubiera deseado, mas al parecer la vida interponía algunas personas que nada tenían que ver.

—Yo, uh... ¿te parece si nos vamos con las bebidas en mano? Para poder caminar con calma e ir casa —habló de manera suave.

No obtuvo respuesta y al alzar la mirada vio que su dongseang andaba un tanto pensativa.

—Lisa —volvió a mencionar con la voz más fuerte, captando así la atención contraria.

La nombrada la miró por una milésima de segundos para luego soltar un ligero sonidito de sus rosados labios, indicando que la escuchaba.

—Decía si podíamos ir caminando a casa, llevando nuestras bebidas simplemente. Ya has terminado con las galletas, pero no creo que sea suficiente para cubrir el almuerzo.

Lisa terminó de comer su última galleta y asintió levemente, sacudiendo una que otra migaja pegada en su polera y levantándose por completo.

—Suena bien —trató de sonreír levemente, compartiendo una calidez inmediata al corazón de Jennie—. Esto fue más como un postre antes del almuerzo —bromeó y la castaña no pudo evitar soltar risitas cortas.

El cuerpo Kim empezó a perder la tensión que tenía desde que empezó aquel inquietante silencio incómodo y se sintió relajada, como si hubiera estado aguantando la respiración y, ahora, con ver la hermosa sonrisa de Lisa, su respiración movía su pecho con mucha calma.

Lalisa Manoban le hace tan bien a ella y a su corazón.

Jennie solo esperaba poder aclarar bien las cosas y no dejarse llevar por su temperamento. Sabía que no estaba bien y que tenía que cambiar para ser una mejor persona, una mejor mujer y una mejor novia en el futuro para Lisa.

Kim se levantó y acomodó solo un tirante de la mochila en su hombro al igual que la extranjera, mientras se dirigían a la puerta puso su brazo alrededor de la cintura de Lisa -aunque claro que con unos cinco centímetros de distancia- lo suficiente para no avergonzarla, pero a la vez demostrarle a esa tal Seulgi que justamente salía de la oficina... que aquella chica de ojos enormes ya le pertenecía a alguien.

Díganle enferma, exagerada, celosa, posesiva... pero al fin y al cabo Jennie Kim sabía que lo era solo con la persona más especial en su vida... Lalisa Manoban.

¡Gracias por leer!
🌻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro