꒰◌; capítulo dieciocho

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—¿Disculpa? —la chica de cabello anaranjado dirigió su vista lentamente a Jennie.

—¿Eres sorda acaso? —sonrió burlona y la contraria arqueó una ceja levemente.

Lisa se alarmó al notar que Kim se acercó con molestia fija en sus ojos. No entendía porqué la muchacha se había vuelto tan problemática.

—Seu-Seulgi... ¿verdad? —la llamó Lisa tomando su atención totalmente.

—Así es, bonita —respondió en un tono meloso para luego sonreírle con dulzura, mostrando sus blanquecinos y grandes dientes.

—Se llama Lisa —replicó la castaña más que enojada, solo deseaba darle unos cuantos golpes para que se le quitara lo "arrogante", según ella.

La pelinaranja suspiró hondamente tratando de tenerle paciencia.

—Lo siento, Seulgi y, uhm... Ella es Jennie, mi-

—¿Novia? Dijiste que eres soltera, Lis —chasqueó la lengua, en tono divertido.

—¿Qué? No, no, ella es —lo dudó un poco—, mi mejor amiga.

"Maldita sea", y Jennie no podría odiarse más al haber escuchado eso. No tenía derecho alguno de reprocharle o pegarle a Seulgi porque solo era la "mejor amiga" de Lisa.

Realmente estaba odiando aquellas dos palabras juntas.

—Oh, ya entiendo. Un gusto, Jennie-ssi —le dio la mano y la castaña no le quedó de otra que corresponder el saludo.

—Un gusto —respondió con desinterés.

—Disculpa su actitud, a veces se pone rara.

—No te preocupes, no es problema para mí —le sonrió.

—Bueno, solo quiero decirte que nos interrumpes, estábamos algo ocupadas —dijo con seriedad.

—¿En serio? —Seulgi fingió incredulidad—. Porque recuerdo haber visto a Lisa sola, incluso hasta para traer su pedido —indicó la bandeja de comida que estaba en la mesa—. Tenía pensado ayudarla y al verla sola... No te incomoda mi presencia, ¿verdad, Lis? —preguntó repentinamente.

—No, para nada. Y Jennie deja de ser tan grosera —le miró con algo de reproche.

Seulgi rió levemente.

—Tranquila, aún debe sentirse como una niña.

—Discúlpeme, abuela de Cleopatra —soltó sarcástica mientras rodaba sus ojos. ¿Qué se creía esa? ¡Lisa también era más pequeña que ella!

—¡Basta!

—No, ternurita, solo soy una chica de 21 años —le sonrió con falsa inocencia a Kim.

—Deja de comportarte así, Jennie —intervino de nuevo Lisa.

—Soy tu Unnie, ten algo de respeto siquiera —dijo la pelinaranja burlona—. Bueno, ya no quiero incomodar a la pequeña.

—Pequeño tu cerebro.

Seulgi sonrió negando con la cabeza lentamente, mientras que Lisa la miraba con molestia palpable, pensaba que Jennie era un tanto infantil a veces, a pesar de ser mayor que ella.

—¿Te agradaría la idea de intercambiar números de teléfono? —se rascó la oreja con nerviosismo—. Para hablar mejor sobre nosotras, conocernos...

"NO", gritó mentalmente Jennie, pero claro estaba que era absurdo. Aunque quisiera no podía evitar lo que estaba aconteciendo frente suyo.

Lisa lo pensó un poco, no sería mala idea conocer a alguien más. De todos modos necesitaba socializar más y Seulgi le parecía una agradable y linda chica.

—Está bien —aceptó sonriendo levemente.

Dicho esto, Jennie se acomodó en el asiento frente a Lisa con el enojo y los celos presentes en todo su organismo. Eso era algo imposible de evitar para ella.

Odiaba la simple idea de que alguien quiera intentar algo con su Lisa.

"¡Maldición! Es mi, es mi...", ni siquiera podía argumentar algo ante la situación.

Su enojo se fue mezclando con temor, un gran temor de que esa chica logre su cometido. Estaba más que claro que no quería ser solo una amiga. Y es que le molestaba tanto la forma en como la miraba y sonreía, Jennie tenía en claro que Lisa era muy hermosa, pero no para que todos puedan verla como quieran.

Y ahí, mientras ellas intercambiaban sus números, Jennie pensaba en que tendría que ser mucho más atenta con su dongseang. Después de todo ella no se rendiría fácilmente.

—Gracias, Lisa-ah —le sonrió con sinceridad y un muy leve sonrojo teñido en sus mejillas.

—No es nada. —esbozó una sonrisa tímida.

—Nos vemos luego.

Y antes de siquiera poder darse cuenta, Seulgi se acercó hacia la pelinegra y le dio un suave beso en la mejilla poniéndola totalmente ruborizada.

Jennie apretó sus puños con fuerza y vio como aquella chica se alejaba a paso seguro hacia una de las oficinas con el letrero de "personal de trabajo" pegado en la puerta.

Tenía tantas ganas de hacerlo, voltear y propinarle un golpe en cualquiera de sus dos "horribles ojos" según ella, una copia barata de los suyos. Pero no podía. No en un lugar público y menos con la presencia de Lisa.

La menor estuvo ida unos cuantos segundos para después carraspear un poco cuando sintió la mirada fija de la coreana sobre su rostro.

—Uhm, bueno... ¿comemos ya? —bajó la mirada con timidez y agarró su frapucchino de fresas junto al plato de galletas de avena.

—¿Quién era esa? ¿Ya la conocías?

—Se llama Seulgi, pudiste oírlo —respondió guardando la calma y siendo coherente con sus respuestas.

Aquel beso la había agarrado desprevenida y no pudo sentirse más que avergonzada al saber que Seulgi era una muchacha muy atractiva.

—Y no, apenas la conocí hoy. Cuando estuviste en el baño te llamaron para recoger el pedido y como demorabas tanto cogí el ticket y recibí la bandeja. Seulgi fue amable y se ofreció a traerla por mí, trabaja aquí a medio tiempo y ya iba a empezar su tur-

—Si, sí, eso ya no interesa —dijo sacudiendo la mano levemente para luego darle un sorbo a su caramelo macchiato.

Lisa rodó los ojos y decidió comer para dejar pasar la rara actitud de Jennie. A veces pensaba que no podía comprenderla.

—Ok. ¿Ahora me dirás lo que pasó con Juwoon? —soltó repentinamente.

¡Gracias por leer!
🌻

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