꒰◌; capítulo dieciséis

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"He terminado con él".

Esa frase fue la única que resonó por la mente de Lisa.

"¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Y lo más importante... ¿por qué?"

Había tantas preguntas en su cabeza y no hallaba la manera correcta de preguntárselo sin que pareciera una loca, porque hasta ella pensaba eso de sí misma.

—Yo... umh, yo lo siento, Jennie —optó por dar sus no tan sinceros pésames, aunque inmediatamente se reprochó mentalmente.

Jennie era su gran amiga de la infancia, debía de dejar de pensar en ella misma y acompañarla en esta etapa de ruptura.

Carraspeó un poco y se separó de la castaña unos cuantos pasos, lo suficiente para poder apreciar su rostro y a la vez no ser apresada por los brazos de la chica, así se sentía más segura y racional.

—Lo lamento mucho —la miró fijamente por unos segundos y luego posó su vista en los casilleros de detrás. Cualquier cosa que salvara a sus mejillas de ponerlas en evidencia con aquel común tono rojizo.

Quería dejar de sentirse tan avergonzada con la mirada directa y profunda de aquellos ojos gatunos, quería pero no podía lograrlo.

Jennie causa tantas cosas en ella.

Mordió levemente su mejilla interior y luego prosiguió.

—Yo creo... —pasó saliva con lentitud—, que deben conversar más a fondo, ustedes hacían una linda pareja y sea lo que sea, no deben terminar así de repente. He notado que tú lo qui-

—¿Que lo quiero mucho? —interrumpió para luego mostrar una media sonrisa, esa en la que de forma leve sus encías hacían acto de presencia y a Lisa le encantaba—. ¿Es así?

Lisa agitó levemente su cabeza para concentrarse otra vez en la conversación. Intentaba no perderse en su sonrisa.

—Sí, Jennie-ah, te he conocido lo suficiente como para asegurarlo —sus propias palabras le causaban un leve dolor punzante en el corazón.

¿Pero qué más daba?

Lisa sentía haber sufrido lo suficiente como para poder aguantar un poco más de ello.

La coreana sonrió con burla mientras negaba débilmente con la cabeza ante la incredulidad de su amada dongseang y redujo el espacio que había entre ellas con unos cuantos pasos.

La jaló sutilmente del ante brazo y se dirigió hacia la salida de la universidad.

"¿Por qué sacas conclusiones tontas?", pensó la mayor mientras tenía la vaga idea de que todo lo que le sucedía era una buena anécdota familiar que le contaría a sus hijos cuando pregunten sobre la historia de amor con su mamá Lisa.

—¿A-A dónde vamos? —preguntó luego de varios minutos de silencio que para ella era incómodo.

Sabía que esa no era la dirección del paradero al que siempre iba y mucho menos el camino hacia su casa.

—No te preocupes, Lili, iremos a comer algo por ahí —giró levemente su cabeza hacia atrás regalándole una dulce sonrisa.

—Oh... pero no he traído suficiente dinero, creo que será para la próxima. Además debo llegar temprano.

"Joohyun irá a mi casa y debo preparar todo", casi lo dice en voz alta, pero calló justo a tiempo, gracias a su hablar con calma y amabilidad, no queriendo para nada sonar seria o enojada... Jennie no lo notó.

—No deberías mencionar eso, yo pagaré todo —le respondió con simpleza y felicidad genuina—. ¿No quieres saber sobre mi ruptura con Juwoon? —agregó de inmediato.

Y fue así que la expresión levemente preocupada de Lisa desapareció, llegando una de desconcierto. Sabía que era una buena oportunidad para saciar todas sus dudas, pero el problema era si no creía poder soportar todo lo que Jennie le dijera, que tan mal la estaba pasando y cuan enamorada está de él.

De hecho sabría que le incomodaría y dolería con anticipación. Pero habían dos cosas positivas: ser una buena amiga y acompañarla o, escuchar todo y al pie de la letra sobre lo que había sucedido para que hayan terminado.

—Uhm... yo- —detuvo el paso y Jennie volteó a verla.

Lisa meditaba seriamente si decirle sobre lo que Joohyun acordó con ella en la universidad, mas no estaba tan segura después del todo. Desde aquella discusión en el comedor, tenía la extraña idea de que a Jennie no le caía bien su divertida amiga. Y eso se le hizo aún más raro la situación.

¿Por qué pelear con alguien como Irene?

Lisa sabía fielmente que Irene era una chica muy alegre, noble, empática y divertida con todos.

Eso ni siquiera pudo entenderlo hasta ahora. Pero tampoco podía mencionarlo cuando Jennie había pasado por algo de suma importancia.

Sin duda la tailandesa era un lío de pensamientos.

—Supongo que sí, vamos antes que sea haga más tarde —dijo decidida. Ya se disculparía con Irene después.

Jennie sonrió aún más, su mente le había jugado una mala pasada y pensó que en cualquier momento mencionaría a Bae como casi siempre lo hacía.

Con su sonrisa aún presente volvió a sostener la muñeca de la extranjera y emprendió de nueva cuenta el rumbo hacia el centro comercial más cercano de la universidad.

El lugar escogido fue un pequeño local de Starbucks.

Ingresaron, siendo Lisa aun tomada de la muñeca y se dirigieron a la linda chica, quien se encargaría de sus pedidos.

—Buenas tardes, bienvenidos a...

Lisa no pudo prestar atención a lo que ofrecía la joven debido a que varias personas al rededor -por no decir todas- las miraban con cierta discriminación y desaprobación pegada en sus ojos.

Y fue ahí que Lisa cayó en cuenta que estaba demasiado cerca de Jennie y que además la tenía de la muñeca. Con facilidad, la demás clientela pensaría que eran una joven pareja homosexual - muy mal vista por cierto- en una sociedad como lo era Corea. Sintió la vergüenza y el rechazo carcomerla por dentro y trató de zafarse del agarre de la castaña que estaba a su lado.

Volvió a mirar hacia atrás de manera disimulada y pudo notar que aún algunas personas las miraban mal y murmuraban en el oído del otro.

"No puedo dar nada más que asco", pensó con la amargura saborearle la boca y un estrujo débil en el corazón.

Intentó de nueva cuenta separarse de Kim, pero tal fue su sorpresa al notar que esta alejó levemente su mano para luego entrelazar sus dedos con los suyos.

Ladeó un poco la cabeza en su dirección mientras le sonreía con dulzura, apretando con delicadeza la pálida mano de Lisa.

—Lili, ¿te sigue gustando el frapucchino de fresa, verdad?

La mencionada sintió sus mejillas arder con mucha fuerza mientras que se coloreaban de un lindo tono rosado. Sentía que sus piernas temblaban ante tal contacto sumamente adorable.

La chica al frente de ellas se avergonzó un poco por presenciar una escena tan dulce y les dio una mirada llena de ternura.

"Desearía encontrar alguien así", suspiró para sus adentros mientras admiraba a la pareja.

—Yo... sí, aún me gusta —sonrió con timidez y Jennie juraba saber que las sonrisas de Lisa eran las más sinceras y hermosas que pudo haber visto en toda su corta vida.

Jen acarició con su pulgar la mano -aun entrelazada con la de ella- de Lisa y sonrió cortamente para luego fijar su vista hacia la señorita.

—Bueno, un frapucchino de fresas, un caramelo macchiato, un pedazo de pastel de vainilla y un paquete de galletas de avena, por favor —dijo con la voz respetuosa y amable que -a veces- la caracterizaba.

La joven empleada asintió levemente mientras escribía todo en la computadora. Le dio un ticket.

—Recibirán su orden en unos cuantos minutos, mientras tanto pueden tomar asiento en algún lugar cómodo y serán llamadas de acuerdo al orden —sonrió levemente—. Su nombre, por favor.

—Jennie —respondió con simpleza mientras que esta vez sí tuvo que soltar la mano de Lisa para sacar su billetera del bolsillo trasero de su pantalón.

La menor al percatarse de lo que haría, la detuvo poniendo su mano sobre la de Kim cuando esta pensaba sacar el dinero.

—Yo tengo algo de dinero también, no puedo dejar que pagues todo.

La castaña soltó suaves risitas ante la ternura que le provocaba su linda dongseang.

—No te preocupes por eso, lo resolvemos luego —le habló en voz baja para luego sonreír con suficiencia.

Pagó el monto necesario y buscaron algún sitio cómodo para poder hablar.

Unas sillas acolchonadas alrededor de una pequeña mesa rectangular pegada al ventanal que les daba la vista de la transcurrida calle de Seul en un clima templado, fue la elección de ambas.

Y mientras acomodaban sus mochilas en la silla vacía, y sentaban una frente a la otra, una pregunta invadió rápidamente la cabeza de Jennie.

"¿Cómo voy a decirle sobre la razón de mi ruptura? ¿Le miento? ¿Le digo la verdad?"

Y así, Jennie entró en un leve colapso de preguntas sin respuestas seguras.

¡Haré maratón de 5 capítulos, bonitos! 🩷 Oh, y, ¿les va gustando esta historia? Respondan con sinceridad, no me enojo, jjisak. :3

¡Gracias por leer!
🌻

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