꒰◌; capítulo siete

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Pov. Jennie:

Bajé rápidamente del autobús y corrí las tres cuadras que me separaban de la casa de Jimin. Al llegar, tomé una gran bocanada de aire y lo solté sonoramente para tratar de tranquilizar mi respiración. Toqué la puerta y al tercer intento fue abierta.

—Buenas tardes, señora Park —dije con una sutil sonrisa, la mamá de Jimin me caía muy bien.

—Hola, Jennie-ah —me respondió con una tierna sonrisa maternal—. Pasa y ponte cómoda, llamaré a Jimin —diciendo esto, subió las escaleras.

Yo procedí a sentarme en el sofá individual de su acogedora sala a esperar. A los tres minutos mi amigo pelirosa, sí pelirosa porque a él le gustaba teñirse seguidamente el cabello. Bajó con una gran sonrisa, pero al ver mi cara neutra de alguna emoción, sus labios marcaron una firme línea.

—¿Qué paso o qué hiciste ahora?

Resoplé con algo de frustración por todas las cosas que pasaban por mi mente y le conté lo que había sucedido en el cine.

—Entonces, haber si entendí —dijo Jimin tomando seriedad a la situación, si hubiera sido otra la circunstancia ya estaría burlándome de la madurez con la que el chico se tomaba las cosas por primera vez, pero ahora solo quería escuchar algún consejo u opinión que no sea la mía. Él colocó un cojín entre sus piernas para luego volver a ver al frente que es donde yo estaba para seguir hablando—... Hoy viste que Lisa tuvo una cita con esa tal Bae y te enojaste para luego querer hablar con Lisa sobre todo esto de su amistad —asentí—, pero al parecer Juwoon y, por lo que te dijo, quiso sacarte celos, pero a ti en realidad no te afectó —volví a asentir— Ok, creo que esto es más que obvio, Jennie.

—¿Qué cosa? —no entendí a lo que se refería.

—¿En serio? —sonrió con algo de burla—. Mira, tu sabes que te quiero y aprecio mucho, así que no importa cuales sean tus gustos.

—¿Qué estás tratando de decir?

—¡Dios! ¿Eres o te haces la tonta?

—¡Hey! —lo recriminé.

—Es la verdad, yo estoy casi seguro —suspiró y volvió a mirarme fijamente—. ¿Te gusta Lisa?

—¿Tú también piensas eso? ¿Por qué creen eso?

—No lo sé, tal vez porque cada vez que estamos en horas libres hay algo que siempre mencionas de ella con un brillo en los ojos, cada vez que está con Bae tu humor cambia horriblemente, cada vez que nos unimos en el comedor siempre tratas de huir hasta de mí por ir hacia su facultad y aún si ella-

—Ya, es suficiente —lo interrumpí, pero no me hizo caso.

—Ah y, lo más importante, eres celosa y posesiva con tu "mejor amiga" —hizo comillas con sus pequeños dedos—, en vez que con tu propio novio. Eso es suficiente para llegar a tal hipótesis que hice, no hay que ser un científico inteligente.

Tiré lentamente de mi cabello hacia atrás haciendo notar mi frustración. ¿En serio me gustaba Lisa? No, eso era imposible. La verdadera razón es que siempre he estado acostumbrada a su compañía, con ella me siento realmente feliz y completa, y para mí, después de mis padres, es la persona más especial e importante en mi vida.

—Sé que puede ser complicado, pe-

—No —Jimin me miró confundido—. No me gusta Lisa.

—¡Eres tan terca! —se quejó—. A ver, probemos algo —me miró directamente—, y quiero que seas sincera conmigo como nunca antes.

Yo opté por asentir con algo de curiosidad ante la expectativa de lo que el pelirosa diría.

—Bien, ¿por qué te sientes celosa cada vez que Lisa está con Bae?

¿Qué? ¿Yo, celosa?

—Yo no soy celosa —Jimin carcajeó tan sonoramente para luego mirarme con incredulidad y diversión.

—Con que tampoco admites tus celos, ¿eh? —sonrió—. Es algo irónico que no te consideres celosa cuando la mayoría de la facultad piensa lo contrario, incluso yo. ¿Tan difícil te es admitirlo?

Chasqueé la lengua. ¿En verdad soy así con Lisa? Yo no lo tomaba así, siempre pensé que eso era algo natural en cuanto de Lisa se trata, es algo que solo sucede conmigo cada vez que la veo con Bae. No podría creer que fuera por celos sino más bien cuidando a Lisa de otras personas que quieren aprovecharse de ella.

Y todo lo que pensé sobre aquello, se lo dije a Jimin.

—¿Cuidando? ¿Cuidando de qué? —se burló—. Si yo la veo muy feliz al lado de Bae.

Rodeé los ojos y apreté los dientes, en verdad escuchar eso me molestaba tanto.

—Jimin —le advertí.

—Yo sólo digo la verdad y lo sabes, Jennie-ah —habló con inocencia—. Ella está muy cómoda con la compañía que le da Irene.

—Ya basta, no digas esas cosas.

—¿Te molesta?

Suspiré y recordé que tenía que ser sincera con Jimin.

—Sí, mucho —bajé la mirada hacia mis manos, jugando con ellas.

¿Por qué era difícil admitir eso?

—¿Entonces sí sientes celos?

Asentí lentamente.

—¿Qué es lo que exactamente sientes cuando la ves al lado de Bae?

Recordé lo que vi hoy y las tantas otras veces.

—Siento demasiada ira por ella, no tiene porqué tratar así a mi dongseang.

—Pero no tiene nada de malo, son muy amigas y tienen el derecho de hacerlo, Lisa también es su dongseang, Jen. Aparte, ambas son solteras, jóvenes y muy lindas, tienen todo el derecho a formar una relación si así quisieran —concluyó con una sonrisa.

—¿Crees que puedan llegar a tener algo? Lisa jamás me contó sobre sus preferencias.

—No creo que sea tan importante para ella ese tema ahora que están distanciadas. Además, uno nunca termina de conocerse, Jennie.

—Supongo que tienes razón.

—¿Te gustaría que Lisa fuera novia de Bae? —soltó repentinamente.

—No —mi respuesta fue muy rápida, después de todo mi subconsciente pensaba lo mismo que cada parte de mi cuerpo—. Ni siquiera puedo pensarlo, ella no puede hacerlo. Su lado está siempre conmigo, como cuando éramos pequeñas. Yo para ella y ella para mí.

—Pero ya no son unas niñas y tienes que entender eso. Ahora son unas muchachas que están aprendiendo a madurar de a poco, con cada momento y con cada paso que den.

Dio un sonoro suspiro y volvió a hablarme.

—Bueno, ahora quiero hacer otra pregunta, odio comparar y esas cosas, pero es necesario —suspiró—. Si tuvieras que elegir entre Lisa o cualquier otro novio que hayas tenido, ¿a quién escogerías?

Traté de analizar lentamente la pregunta, puesto que mi mente pensó rápidamente en decir Lisa.

—Recuerda todo lo que has pasado con ambas personas, en este caso con Lisa y con Juwoon.

Tal vez suena algo tonto, pero a pesar de no tener la misma cercanía con Lisa, los momentos que he pasado y los pocos actualmente son tan valiosos que jamás podría cambiarlo por otra cosa.

Esos momentos son lo más importante para mí, aquellos en los que en mi mente brilla la imagen de su sonrisa, sus abrazos, su suave piel blanca, su delicada voz acompañada también de su calmada y leve risa, haciendo mi pecho vibrar y hacerme sentir cosas extrañas desde que tenía trece años. Porque sí, siempre he sentido algo tan raro y difícil de explicar por mi pequeña dongseang de cabello negro y sonrisa tierna.

Era algo tan complicado... ¿Estaba bien lo que sentía? Siempre me pregunté aquello. Después de todo, siempre vi en las películas y leí en los libros que el amor era entre un hombre y una mujer....

Si así era: ¿por qué llegué a soñar que Lisa era mi pareja?

Esos sueños me atemorizaron tanto de poder pensar así que sentí que debía salir con algún chico, eso es lo correcto, siempre lo pensé, pero ahora... ¿por qué siento que me he equivocado en toda mi adolescencia?

Sin embargo, seguí fiel a las decisiones que creí correctas, tratando de esconder lo que sentía y no alejar a Lisa de mi vida.

Si pensé que esto era lo que tenía que pasar, ¿por qué me duele tanto que ella me evite? ¿Por qué me molesta y me hace decaer la idea de que Lisa estuviera con Irene o cualquier otra persona?

Esto que no entiendo, pero que sí logro sentir por Lisa, ¿es correcto?

—Lisa —Jimin, quien estaba escribiendo en un cuadernillo, subió la mirada rápidamente al escuchar mi voz—. Siempre la escogería a ella.

Él apuntó algo en los papeles.

—¿Por qué?

—Porque simplemente nada se compara a ella, Jimin. Estuve engañándome por cuatros años —comenté sin querer y con una sonrisa melancólica.

—¿A qué te refieres?

—Siempre creí en algo en el que ahora me doy cuenta que estuve equivocada. Siempre pensé que lo rara que me sentía, incluso pensando o soñando en ella, no podía existir... porque no había muestra de existencia de algo como eso. Siempre acepté a los chicos que me agradaban como algo más, una cita, un novio... llevándose con ello mi primer beso, mi primera declaración de amor —dije irónicamente haciendo comillas con mis dedos—. Siempre estuve equivocada, confundida y, me hice a creer a mí misma que Lisa era mi mejor amiga y no podía cambiar jamás eso... Eso era lo correcto —suspiré con desgana—. Tal vez los pocos chicos con los que me atreví a intentar tener una relación, si es que podría llamarlo así, me sentí bien, me parecían súper lindas y su compañía era agradable; pero muy dentro de mí sabía que solo había una persona importante, una sola persona que despertaba algo tan nuevo en mí que me aterraba, me aterraba por pensar que eso era incorrecto. De todos modos era una adolescente hormonal e ingenua que pensaba que con unos besos podía olvidar lo que estaba sintiendo. Traté de hacerlo, lo intenté, pero ¿cómo lograrlo si en realidad sabía que no quería hacerlo? Y tampoco podía —solté con burla—, ni siquiera ahora, ni creo poder hacerlo mientras la siga viendo. Esto es tan irónico y patético —sonreí de lado—. Tengo novio, según yo estoy tratando de olvidar todo rastro de ese sentimiento, mas está en mi cabeza cada bendito segundo, incluso cuando trato de evitarlo hasta mi mente me traiciona, me dice que deje de mentirme, que vaya y la busque, que le cuente todo lo que pienso y siento. ¿Pero qué es lo que veo? Que quizás ella también pasó por algo parecido porque ahora la veía con otra chica y no con un chico como siempre estuve esperando. Tal vez y, después de todo, esto no estaba mal como siempre creí —concluí con un notorio deje de tristeza.

Ahora que al fin pude liberar todo, ¿podría intentar hacer algo? ¿Tenía alguna esperanza con Lisa? Estaba abrumada por todo el remolino de sentimientos, pero ahora tengo 20 años y otra perspectiva de la sociedad actual.

Sin pensar en algo más, Jimin tiró lo que estaba en sus manos y se lanzó hacia mí con un cálido y reconfortante abrazo.

—Jamás debiste pensar que algo como eso era incorrecto, Jennie boba, no tenías porqué dejarte llevar por lo que veías o no veías —me habló al oído para luego sentarse a mi lado—. Aunque creo que puedo entenderlo.

—¿Entones esto no está mal?

—Para nada. Pero entonces... ¿siempre fue Lisa?

—Sí.

¡Gracias por leer!
🌻

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