꒰◌; capítulo treinta y cinco

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Lisa recibió unos mensajes de parte de Irene por la noche, diciéndole que su chica no podría tener tiempo el fin de semana por temas laborales, sumado a los trabajos atrasados que tenía de la universidad.

Hyun unnie 🐰
Lo siento, Lis :(

En serio quería que la conocieras.

Lis 💛
No te preocupes.

Ella también tiene asuntos que tratar, muy pronto podrás presentármela y ahí podré darle mi aprobación, jiji.

Hyun unnie 🐰
AHHSDJKL ¡Basta!

De todas formas gracias por entenderme, hablamos luego, tengo una cita con el Xbox por toda la madrugada.

Lis 💛
Nunca vas a cambiar, ¿verdad?

Hyun unnie 🐰
Never ever, never ever.

Bye

Descansa bien.

Con una corta sonrisa cerró la ventana de la conversación que tenía con Bae y no pudo evitar observar la foto de perfil de Jennie en la lista de sus amigos. Se sintió algo extraña, no había recibido mensaje de la castaña después de haberse visto en la tarde.

Jennie siempre solía hablarle en cuanto ella se conectaba. Siempre le dejaba un mensaje primero y era la última en despedirse cuando Lisa le aseguraba que se iba a dormir.

Durante todo el tiempo que pasó volvieron a escribirse a pesar de verse con frecuencia, su relación, aquella que no se iba más allá de la amistad -se afirmaba tercamente Lisa- se había vuelto mucho más fuerte. Como si el tiempo hubiera vuelto atrás o tal vez mejoró con el pasar de los siguientes días.

Realmente Lisa no conocía tanto del tema, pero ahí se encontraba, cómodamente recostada en su cama, viendo aquel punto verde al costado de la linda foto de la mayor, demostrando que estaba en chat pero ninguno de sus mensajes le llegaba como notificación.

Inconscientemente sus gruesos labios se extendieron levemente hasta formar un puchero. ¿Debería ella comenzar la conversación?

Lili 🐥💘
Hola, Nini!

Dieran como se dieran las cosas, siempre es bueno intentar, ¿cierto?

El día sábado Lisa la pasó sumamente normal, la noche anterior se quedó hasta muy tarde conversando con Jennie de muchas cosas triviales y divertidas, los minutos se hacían horas, pero a ninguna parecía importarle. Bueno, hasta que cierta chica de ojos grandes se dio por vencida y quedó completamente dormida.

Abrió los ojos con pereza y al encender su celular vio que eran las 10:30 de la mañana. Desbloqueó el aparato y los mensajes de Jennie aparecieron por montones.

Nini unnie 🐻💕
¿Ya te dormiste?

¿Lili?

¿Por qué no me contestas? :'(

Espero que en verdad estés durmiendo. 😞

Aún aparece que estás conectada...

¡Lisa!

Ojalá si estés durmiendo, aunque sea eso lo que no quiero... ¡No tengo sueño!

Quiero seguir conversando contigo, Lili.

Está bien, me rindo.

Descansa lo suficiente.

Te quiero~

Lisa no creía tener mejor mañana que esa, despertar con los mensajes que ciertamente le causaron ternura de la chica dueña de sus suspiros.

"Te quiero".

Una simple frase de dos palabras para algunos, pero que hizo a Lisa alterar los latidos de su corazón irremediablemente junto al leve rubor que empezaba a subir a sus mejillas.

Se levantó con una sonrisa amplia, se dio una relajante ducha para quitarse la pereza y bajó a desayunar algo. Al bajar al primer piso, notó que la casa estaba vacía ya que su mamá fue de compras junto a su padre, como solían hacerlo cada sábado.

Decidió comer algo sencillo, así que solo sacó el yogurt de vainilla de la nevera y buscó en la alacena su caja favorita de cereal. Con ambas cosas en su mano lo llevó a la mesa, pudo sentir la vibración de una nueva notificación de su celular que yacía ahí también.

Sonrió al simplemente leer su nombre.

Nini unnie 🐻💕
Ya estás despierta -.-

Lili 🐥💘
¿Cómo lo sabes?

Nini unnie 🐻💕
Porque me dejaste en visto, duh.

Esta bien, Lisa se sintió solo un poco tonta.

Lili 🐥💘
Oh... bueno, jiji.

¿Y qué haces ahora?

Suspiró con lentitud, al menos desayunaría sintiéndose acompañada de alguna manera gracias a Kim.

—¡Lisa, te buscan! —dijo su mamá con voz fuerte desde la escalera.

—¿Quién es, mamá? ¡Estoy ocupada! —respondió de la misma manera no queriendo levantarse. Estaba cómodamente sentada al frente de su escritorio investigando sobre algunos escritores de literatura clásica para la clase del lunes.

—¡Ok, le diré que suba!

Lisa arrugó el entrecejo por la afirmación de su madre hasta que logró escuchar a su visitante.

—¡Hola, Lili! —exclamó feliz la castaña ni bien entró a la habitación.

Instantáneamente una sonrisa se dibujó en el rostro de Lisa contagiada por la vital energía de Kim. A veces cambiaba drásticamente sus niveles de ánimo, como ahora, que ya no sentía tanta presión por encontrar información detallada y valiosa.

—Hola, Jennie-ah —le habló con cariño notorio en la voz, solo pronunciar su nombre arrullaba a su corazón en un calmado ritmo armonioso.

—¿Sigues con las tareas?

—Síp. ¿Y tú?

—Las haré mañana —respondió con desinterés.

—Unnie...

—Oh, vamos. Mañana es domingo, tiempo libre también —se encogió de hombros.

—¿No crees que es mejor hacerlo ahora? Mañana puedes descansar plenamente, para prepararte el lunes con calma.

—Podría ser, mayormente hago eso.

—¿Y entonces?

—Quería verte —ambas conectaron sus miradas y Lisa sintió sus mejillas arder.

Dirigió rápidamente su vista a la laptop, tensándose al sentir que Jennie se acercaba.

La castaña tenía una idea segura desde que salió de su casa. Había practicado mucho frente a su espejo para que le saliera bien, para que no la vea como una chiquilla nerviosa y desconfiada, aunque fuera eso lo que en verdad parecía.

—Lili... ¿q-quieres ir al cine conmigo? —llevó las manos detrás de su espalda para ocultar el nerviosismo que se notaban en ella.

Anteriormente había dicho eso, había tenido y pedido citas con normalidad... Pero con Lisa fue jodidamente difícil, se lo estaba pidiendo de una manera formal, sabiendo la razón de todo lo que hacía y por quién lo hacía. Lisa nunca fue como sus demás salidas o como algún novio que tuvo, no podía compararla en ningún sentido.

Ella siempre fue especial.

Ella siempre estuvo desde que tiene uso de razón.

Ella fue la primera persona por la cual una pequeña Jennie de 11 años empezó a sentir maripositas en su estómago y un sentimiento cálido recorrer su corazón, mucho más allá del concepto de amistad.

Ella fue la primer chica por la cual sintió temor de pensar que lo que sentía era incorrecto e inaceptable.

Y ahí estaban ahora...

Importándole muy poco lo que la gente ahora pudiera pensar. Porque se demoró un lapso de tiempo para entender y aceptar lo que su corazón dictaba y nunca era demasiado tarde para hacer bien las cosas.

—¿Jennie? ¿Me estás escuchando?

La mencionada parpadeó varias veces para salir de sus cargados pensamientos.

—¿Eh?—dijo apenada—. No pude escucharte —rascó su oreja en un claro acto de nerviosismo al notar que Lisa seguía mirándola.

—Decía que parece buena idea, solo deja que me aliste un poco —sonrió al ver a la mayor tímida, le daban ganas de tomarla de sus mejillas y llenarla de muchos besos.

Jennie sonrió ampliamente, mostrando sus bellas encías acompañadas de sus dientes de bebé.

—¡Gracias! —quizás la emoción le jugó en contra, pero no se resistió a sostenerla de la cintura y alzarla levemente (Jennie era más baja que Lisa, pero esta era bastante delgada y se le hacía fácil), admirando la cara de sorpresa y genuina felicidad de la tailandesa, no se contuvo más y la acercó un poco, dejando un casto y rápido beso en la comisura de sus labios, apreciando y viendo con ternura un lindo tono carmín en sus mejillas.

La bajó lentamente ante la mirada confundida y tímida de su Lili, le dio un beso más duradero en la frente y le susurró un "Te espero".

¡Gracias por leer!
🌻

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