꒰◌; capítulo treinta y uno

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—Si tus papás han respetado tus preferencias desde aquel día, ya no veo el problema a esto, Joohyun —pronunció Seulgi con un tono suave, tomando de los hombros a Bae para que diera la vuelta y la mirara de frente.

Cada palabra pronunciada descolocaba a la mayor luego de haber esperado a Seulgi a terminar su turno de trabajo. ¿Podrían iniciar algo? ¿Algo que nació producto de una pura e inocente amistad de niñas?

—No dudemos de algo que no hemos intentado. Todo a mi alrededor cambió desde que comprendí lo que sentía por ti —deslizó sus manos hasta tomar las de la azabache y entrelazarlas con las suyas.

Ambas estaban en un parque que a esa hora de la noche -no muy lejos de la casa de Joohyun- estaba en plena calma, sin presencia de pequeños niños, a salvo de una que otra persona sentada o caminando por la acera.

Joohyun suspiró lentamente viendo como el vaho se esparcía con el viento que recorría la fresca noche de Seúl. Mientras que la pelinaranja no dejaba de mirarla, apreciando aquella tersa y blanca piel siendo iluminada por la luz de la luna.

—Yo, ahg, no... no sé —titubeó—, han pasado muchos años, ya no somos unas niñas tomando todo a la ligera —sus orbes recorrieron el rostro de Kang en un intento de decir algo coherente.

Estaba confundida, o quizás tan solo tenía miedo... miedo a muchas cosas que empezaban a inundar su mente.

¿Podía confiar en ella luego de tantos años?

Era evidente que ambas habían crecido y madurado respectivamente con las experiencias que hayan podido tener. La única cosa segura era que ambas aún eran muy jóvenes.

Esta vez fue Seulgi quien suspiró, tratando de pensar y analizar la situación con calma. A veces su toque compulsivo salía a flote, admitió mentalmente que tenía aspectos que mejorar. Alzó ambas manos entrelazadas a la altura de su pecho.

—Si tú tienes algún temor de esto, entonces iremos lento. Tratemos como si ambas apenas nos conociéramos. ¿Qué te parece? —besó castamente las manos de Joohyun—. Tendremos salidas, citas, conversaciones comunes y totalmente triviales —dijo con ánimo haciendo a Bae sonreír levemente—. Lo último que quisiera es asustarte y que te alejes de mí. Lamento mi insistencia, ya sabes mis razones, Hyun. Pero por ti —conectaron sus miradas—, por esto que confío y porque creo que podremos hacerlo funcionar en un tiempo, voy a tratar de hacer lo posible, de dar lo mejor de mí. ¿Te gusta la idea?

Joohyun se separó de ella para luego asentir levemente, mientras su hermosa sonrisa se hacía más amplia y volvió a acortar la distancia para abrazar fuertemente a Seulgi, rodeando su cuello con sus brazos y estirándose un poco en el proceso. La menor correspondió más que emocionada mientras le daba suaves caricias en la espalda.

—Por la misma razón que ya no somos simples niñas, que ya no estoy atada a las "normas" que impusieron mis padres, por la misma razón que estoy aquí, contigo, ambas jóvenes, pero libres de alguna manera... Es por eso que no tengo miedo a lo que suceda más adelante, ni la gente desconocida, ni las mentes cerradas, ni el trato que puedan darme. Soy alguien independiente ahora y si tú estás a mi lado —se separó escasamente para ver aquellos dulces ojos que le encantaban—, ya nada es más importante, solo somos nosotras y un futuro juntas.

Quizás era muy pronto para una pareja tan joven como ellas, mas cuando el amor es recíproco y la confianza es la mayor base de una relación, todo puede florecer en su debido tiempo

—Gracias, Gigi —le dio un beso en la mejilla, tal y como acostumbraba hacerlo cuando eran un par de chiquillas.

—Oh, extrañaba eso —confesó con una sonrisa mientras le daba la vuelta a Irene y la abrazaba por la espalda, rodeando aquella pequeña cintura con sus brazos y colocando su mentón en el hombro de la mayor—. Hay mucho tiempo que recuperar —le dio ahora ella un beso en la mejilla a Irene—. ¿Por dónde empezamos? ¿Tus padres?

De pronto Bae expandió sus ojos ante una fugaz idea que cruzó por su cabeza.

—Mi mejor amiga —dijo con emoción a lo que Seulgi frunció levemente el ceño.

—¿Tu amiga?

—No es solo una amiga, es casi como mi hermana —agregó con dulzura al recordar a Lisa—. Desde que tú volviste a Busan, me sentí muy sola y con el corazón desilusionado al saber que las cosas que empecé a sentir se me fueron bruscamente, apenas siendo una adolescente —sonrió con nostalgia—. Fue ahí, en la secundaria cuando la conocí —volvió a mencionar con un tono feliz—, congeniamos muy bien y, si te soy sincera, hace algunos meses me sentí confundida por ella.

—¿Debería preocuparme? —dijo alzando una ceja aun sabiendo que Joohyun no podía verla.

—No me declaro culpable, mi mejor amiga tiene sus encantos.

Ambas rieron haciendo de la situación una más amena y cómoda.

Irene acarició las manos que posaban en su abdomen y sonrió.

—Ya quiero que la conozcas.

¡Gracias por leer!
🌻

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