꒰◌; capítulo treinta y dos

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Lisa estaba sentada junto a Joohyun en el comedor de la universidad, conversando sobre los detalles del informe que cada una hizo y que ya habían entregado hace ya una hora.

Jennie se había ofrecido a traer el yogurt favorito de la tailandesa junto a unas cuantas galletas integrales, todo a modo de consentirla. Luego de haber recibido y pagado lo necesario, su vista viajó fuera del ventanal al ver a su querido amigo Jimin, quien con una sonrisa coqueta, hablaba con una muchacha de su clase, la cual Jennie no recuerda bien su nombre.

Sonrío por inercia mientras niega levemente con la cabeza. Hubiera deseado tener una cámara para grabarlo y burlarse de él después, pero en fin, se concentró en seguir caminando hasta su mesa.

Hasta que logró escuchar el nombre de Lisa en otros labios. De aquella chica que estaba de espaldas, por lo que decidió retroceder el paso y apoyarse a la columna, queriendo escuchar todo lo que esta diría.

—¿Estás loca? —murmuró otra chica con unas peculiares orejas grandes—. No creo que Lisa acepte.

—¿Y por qué no? —dijo la joven pelirroja.

—¿Acaso crees que an ella también le gusten las chicas? —negó, alzando un poco su mano—. No la conoces bien, no aceptará a una desconocida.

—Tengo mis dudas —esbozó una sonrisa—. Puede que lo sea, nunca la he visto con novio, además... ¿no ves como Kim la trata? Parece como si estuviera con ella. Pero Kim es heterosexual, así que tengo la cabeza hecha un lío —dijo tratando de no exasperarse.

—Bueno, entonces solo háblale con normalidad, se ve que es alguien amable, no va a rechazarte si le pides amistad primero —agregó por primera vez una joven de tez levemente oscura.

—Así es —dijo la otra—. Para el baile aún falta algo de un mes, tienes tiempo. Ve despacio, no seas apresurada. Ya ahí confirmarás si es lesbiana o no, si tienes oportunidad con ella o no.

"No, eso sí que no", suspiró Jennie tratando de guardar compostura.

Estaba en una universidad, no podía ocasionar una pelea porque Lisa se enfadaría con ella. Así que con una -algo falsa- sonrisa se acercó hacia esas tres chicas.

—Hola —dijo con fingida amabilidad.

Las otras, algo aturdidas por su presencia, correspondieron el saludo.

Jennie, con total confianza, se sentó al lado de la pelirroja y dejó la comida descansar en la mesa un rato.

—¿Cómo han estado?

—Bien... ¿y tú? —trató de sonar amable. Por alguna razón se sentía incómoda.

—Ah, pues mucho más que eso —sonrió ampliamente—. Es bueno encontrar al amor de tu vida, ¿verdad?

La pelirroja pudo notar que cuando dijo la última frase estaba mirando fijamente a Lisa. Todo su cuerpo se puso en alerta.

—Sí, supongo —se encogió de hombros—. ¿Cómo vas con él?

La castaña ya suponía a quién se refería, esa chica compartía algunas clases con ella y de seguro los había visto anteriormente.

—¿Él? —fingió.

—Claro, digo, tu novio. ¿Juwoon, no es así?

—Oh, pues supongo que está bien. No he tenido tiempo de conversar con él.

—¿Discutieron?

—Ya no somos novios —afirmó con seriedad.

—Uhm... yo, lo siento, no sabía.

Jennie quiso reír en esos instantes, pero se contuvo.

—No te preocupes. Y bueno... —observó a cada chica—, ¿están emocionadas por la fiesta que se acerca?

—Sí, por supuesto, por ser recién nuestro primer año aquí, tengo ciertos ánimos —dijo con sinceridad la muchacha a su lado.

—Te comprendo, el primer año siempre es así. ¿Y ya tienes pareja?

La pelirroja le dio una rápida mirada a Lisa, Kim pudo notarlo.

—No, pero aún estoy en eso —sonrió con un deje de esperanza—. ¿Y tú?

—Yo ya tengo —sonrió con suficiencia—. No fue fácil, pero después de todo me aceptó —está bien, Jennie estaba mintiendo un poco, solo un poco.

—¿Quién es? ¿Es guapo? —preguntó la chica de al frente.

—Es Lisa, Lalisa Manoban. Y claro, es muy hermosa —sonrió complacida al ver los rostros de confusión.

—¿Qué? Pero tú, tú... —titubeó la pelirroja—. ¿Acaso te gustan las chicas? ¿Pero tu novio? —no entendía nada. ¿Le estaban jugando una broma?

—No estoy diciendo que sea lesbiana, cuando solo estoy interesada en solo una mujer —alzó con desinterés lo hombros—. Mi historia con Lisa es algo larga y no puedo contártela. ¿Han notado cómo la trato? —las demás asintieron—. Pues ahí está la respuesta. Acabé con toda conexión "amorosa" —hizo comillas con los dedos—, porque fui una estúpida y no me daba cuenta de mis sentimientos. Pero todo ha cambiado, ahora estoy intentando ganarme su corazón —concluyó aquella conversación porque estaba dando mucha información. Demasiada de hecho, pero es que si se trataba de dejar claro que Lisa no estaba disponible...—. Espero puedan encontrar una buena pareja —se levantó y dio leves palmadas al hombro de la pelirroja.

Y así, Jennie había destruido las últimas esperanzas de esa joven de poder intentar algo con Lisa, tenía que entender que no tenía oportunidad.

Recogió el yogurt y las galletas de la mesa y con una corta despedida fue aproximándose hacia su lugar.

—¿Por qué demoraste tanto? —dijo Lisa, pero sin molestia.

—Lo siento, estaba dejando en claro lo que es mío.

Tanto Lisa como Joohyun se miraron sin entender, pero lo dejaron de lado al instante.

—Bien, ahora trae eso, muero de hambre —habló Joohyun.

—¿Y quién dijo que también era para ti?

—¡Jennie! —le reprochó la tailandesa.

Y así, entre discusiones tontas y risas genuinas, pasaran todo el corto tiempo de receso que les quedaba.

Lisa y Joohyun salían de su última clase del día. Era viernes y estaban más que satisfechas de saber de que sus fines de semana empezaban.

—Lisa —la mencionada le miró con atención—, hay algo que no te conté —la menor iba a hacer un gesto de indignación—. ¡Pero sucedió ayer! —se excusó.

—Más te vale contarme todo ahora mismo.

Ambas se sentaron en las bancas del jardín cercano a la biblioteca. Joohyun inhaló sonoramente y dejó exhalar el aire con calma. Todo con la curiosa mirada de Lisa sobre ella.

—¿Te vas morir o qué?

—¡Lisa!

—Está bien, está bien. Vamos, dilo.

—¿Te acuerdas cuando me dijiste que te gustaba Jennie? —susurró y Lisa asintió ligeramente—. ¿Y te acuerdas cuando dije que a mí también me gustaba una chica?

La pelinegra trató de recordar y, en efecto sí, Joohyun había mencionado eso.

—Ya la recuerdo, pero... ¿qué tiene que ver todo eso?

—Ella ha vuelto, Lisa —empezó a esbozar una linda sonrisa—. Y quiero que la conozcas.

Lisa abrió aún más los ojos con sorpresa.

—¿Hablas sobre tu primer amor? —ciertamente la pelinegra no sabía del nombre de aquella chica, pues Joohyun no quizo entrar en detalles desde que eran mucho más jóvenes, porque en ese tiempo se le hacía doloroso.

Bae asintió con energía.

—Sí, de ella —la extranjera la abrazó fuertemente mientras que ella acomodaba su mentón en el hombro contrario—. Aunque tengo algo de temor, ¿sabes?

Lisa la tomó de los hombros y la miró con detalle.

—¿Temor? ¿De qué?

—Bueno, uh, todo sucedió cuando éramos unas niñas, ¿me entiendes? Todo pasó entre un tiempo de apenas descubrimiento. Dios, éramos unas niñas literalmente, Lisa. ¿Y si no soy lo que ella quiere? ¿Y si ella no es lo que yo esperaba? Ha pasado tiempo, ambas hemos crecido y madurado respectivamente. ¿No crees que eso influye mucho? La siento como una desconocida, pero a la vez es aquella chica que hizo de mis latidos un desastre, es la chica que me inspira ternura y cariño, recuerdos de un amor inocente, que no sabía de la maldad de los demás —suspiró—. Tuve suerte de que mis padres me aceptaran, pero ella no la nada pasó bien. Nos separaron aún y cuando ni siquiera nosotras sabíamos si lo que sentíamos era algo malo.

Joohyun empezó a sentirse triste de a poco e intentó reprimir algunos sollozos, tratando de esfumar los recuerdos que yacían en su mente. Como aquel día que vio a Seulgi ser jaloneada con brusquedad por su padre al verlas abrazadas, cuando se atrevió a darle un dulce beso en la mejilla y la señora Kang las vio, apareciendo al día siguiente con algunos moretones en los brazos, diciendo que se había caído, pero que Joohyun sentía que estaba mintiendo.

—Ella tenía 14 cuando la obligaron y llevaron a Busan. Yo tenía 16 años y no la volví a ver.

—Han pasado por mucho. ¿No crees que ambas merecen darse una oportunidad? —le sonrió con una calidez instalarse en el pecho de Irene—. No lo pienses tanto. Tú lo has dicho, somos jóvenes —dijo con una contagiosa expresión—. Escucha Hyun, si vivimos de inseguridad jamás podremos disfrutar de lo que la vida nos puede ofrecer. ¿Qué tal y si es una oportunidad para ser feliz? No la desaproveches, empiecen de nuevo, teniendo en claro que ahora son unas chicas jóvenes contra el mando. Ella ya no es una niña indefensa y tú tienes una gran seguridad de ti misma, no te escondas. Eres una chica maravillosa y mereces ser feliz.

Joohyun se lanzó a los brazos de su mejor amiga dándole las gracias y teniendo más seguridad para lo que se vendría en un futuro muy cercano.

Tal vez Lisa debería seguir su propio consejo también.

¡Gracias por leer!
🌻

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