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Seungmin continuaba al tanto de las preparaciones del festival, había incluso enviado una invitación a Jeno, quien le había dicho que llegaría y estaría a su lado unos cuantos días, incluso le propuso invitar a otros omegas que conocía de otros reinos. El festival creaba una gran expectativa no solo al reino, también a otros reinos que habían odio la noticia del regreso de dicho festival.

Seungmin había pensado que el festival sería toda una semana, gracias a los jóvenes, pensaron que el parque sería un lugar ideal para hacer todo tipo de actividades. Conciertos, obras de teatro, ventas de mercancía de todo tipo haciendo alusión a los pendientes de la reina. Todo estaba planeado e incluso había sido aceptado por Hyunjin.

Incluso habían hablado sobre los omegas hijos del antiguo rey, Seungmin le había explicado su impresión sobre ellos y Hyunjin había prometido investigar a fondo sobre eso, le había pedido que no se preocupara tanto y que se enfocara en el festival.

Sin embargo en ese momento Seungmin ya no podía concentrarse tanto, comenzaba a sentirse inquieto, se suponía que debía dirigirse al parque para poder observar cómo iban los preparativos. Pero no podía, ni quería salir del palacio, sin Hyunjin no creía poder poner un pie fuera del lugar.

― ¿Seungmin? – cuestionó Yuna al verlo

― Llévame a la habitación – suplicó con las mejillas rojas – pero no a la que comparto con Hyunjin – aclaró

― ¿Por qué?

― Mi celo ha llegado – soltó apenas mientras jadeaba – Tengo que encerrarme y tomar supresores, de lo contrario no dudaré en buscar a Hyunjin y bueno, tu sabes

― Entiendo, vamos entonces – asintió – Pero si tú estás así, a Hyunjin no le faltara poco para entrar en celo

― Por eso no debo topármelo y no tiene que olerme, de hacerlo entraría automáticamente en celo y será difícil separarnos – explicó

― Increíble – entendió mientras lo ayudaba a llegar a la habitación que tenían preparada para ese momento – bien quédate aquí, en el baño están los supresores listos, no le habrás a nadie. Le pediré a alguien que venga a cuidarte, pero no sé ¿debería decirle a Chan o a Hong?

― No – negó – Pídele a un beta que cuide la puerta, ellos son alfas y pueden perder el control

― Entiendo – asintió – Te traeré la cena más tarde, mientras tanto intenta descansar

― Claro

Seungmin observo a la chica salir y de inmediato se acercó al baño para tomar los supresores, logro pasar la pastilla con un poco de agua de la llave. Sin embargo se decidió por tomar una refrescante ducha, tenía que hacer algo para sacarse a Hyunjin de la mente.

Hyunjin estaba bastante irritado, no entendía que pasaba, era casi la hora de la cena pero durante toda la tarde se mantuvo de un humor terrible, tan solo quería lanzar todos los papeles por la ventana y correr hacia Seungmin para abrazarlo, para besarlo, mimarlo y marcar...

En ese momento abrió los ojos impresionado, había entrado en celo y por eso no podía parar de pensar en Seungmin, suponía que el menor ya se había encerrado debido a su celo. Debería hacer lo mismo, tomarse un supresor, para así encerrarse en su propia habitación, odiaba con toda el alma tener que dormir lejos de Seungmin. Pero comprendía los sentimientos del menor, aún no era el momento, su maldito lobo tenía que entenderlo también.

― Iré a mi habitación – soltó Hyunjin levantándose – He entrado en celo, no quiero que nadie moleste ni a Seungmin ni a mí ¿entendido?

― ¿Lo pasarás con él? – cuestionó Bangchan

― No, pero ambos estaremos encerrados en habitaciones separadas – explicó – Iré por un supresor, solo evita que cualquier omega se acerque a mi habitación y que cualquier alfa se acerque a la de Seungmin

― Claro – asintió siguiéndole el paso, solo hasta llevarlo a su habitación

En cuanto Hyunjin entro a su habitación, tomo un supresor y se lo tomó, sin embargo su lobo se inquietaba cada vez más y eso no le gustaba para nada.

Hyunjin estaba haciendo el intento de dormir, había tomado supresores, se había duchado, pero maldita sea. Nada de lo que hacía lograba calmarlo, se sentía tan inquieto, ni siquiera eran solo las ganas de follar, su propio lobo le estaba advirtiendo de algo pero no sabía de qué, no entendía nada.

Escucho murmullos afuera de su habitación y se sorprendió, había pedido que nadie se acercara a su habitación, él estaría bien. Solo tenía que seguir encerrado y ya. Sin embargo solo pudo ver como alguien abría la puerta, seguramente tenía la llave porque él mismo había cerrado con llave, y empujaba a una persona al suelo sin nada de delicadeza.

― ¿Qué mierda? – cuestionó levantándose para acercarse a la persona tirada en su habitación, sorprendiéndose al sentir un olor dulce, claramente un omega pero su olor le provocaba nauseas - ¿Un omega? ¿Qué mierda hace un omega aquí? – gruño al saber que no era su omega

― Y-yo – tartamudeo el castaño con las mejillas rojas – Por favor, ayuda – pidió

Hyunjin no entendía porque había un omega en celo, un omega que no era el suyo, quería matar a ese tipo que se metió a su habitación sin permiso. Pero veía algo extraño, a pesar de que el omega se veía adolorido, no le pedía que lo tomara o algo así, ni siquiera lo veía con lujuria. Al verlo bien, se dio cuenta que era uno de los hijos del antiguo rey Lee ¿qué rayos hacia él allí?

― ¿Qué haces aquí? – cuestionó en un gruñido

― Tienes que ir con Seungmin – exclamó aterrado sin poder levantarse, sus piernas se sentían débiles – Ella va a hacerle algo, tienes que ir ¡Ahora! – exclamó

― ¿Seungmin? ¿De qué rayos hablas? Tiene guardias a su alrededor – explicó

― Esos tres guardias betas están con ella, ella les prometió tomarnos si hacían lo que les pedía. Tienes que ir a ver a Seungmin, por favor alfa

Hyunjin ya no le presto tanta atención y se apresuró a salir de la habitación, pero estaba cerrada con llave y esta vez él no podía abrirla por dentro. Comenzó a patear la puerta, ya no le importaba si se hacía daño, su omega estaba en peligro en ese momento.

― Ho-Hong?– susurro el castaño adolorido



Seungmin intentaba dormir, pero su celo no daba tregua, ni siquiera los supresores estaban ayudando y eso era sumamente extraño. Sin embargo ChungHa le había dicho que tal vez se debía a que su alfa estaba cerca, tal vez por eso su lobo no aceptaba los supresores.

Daba vueltas en la cama, hasta que escucho como intentaban abrir la puerta, no fue sino hasta que se escuchó un click que la puerta se abrió. Seungmin tenía miedo de que algún alfa pudiera llegar y lastimarlo, soltó un pequeño chillido asustado al ver una persona con una capa encima, no dejaba ver su rostro.

Ni lento ni perezoso, se levantó rápidamente y trato de poner distancia entre esa persona y él, pero sus piernas fallaron cuando se levantó. Maldijo por lo bajo y se obligó a levantarse, sus piernas temblaban pero necesitaba ser fuerte en ese momento.

― ¡¿Quién eres?! – se atrevió a preguntar, a pesar de la fiebre y de sus piernas débiles, no podía mostrarse débil ante el enemigo

― Tú y ese maldito alfa me las van a pagar – gruño la mujer dejando ver su rostro, era la señora Lee – Por su maldita culpa ahora no puedo gastar todo el dinero de este miserable pueblo

― La muerte del rey Lee no fue nuestra culpa – negó molestó

― No me importaba ese bastardo, desde que ustedes llegaron, comenzaron a controlar el dinero y a mí. ¡A mí solo me dieron una mísera suma de dinero al mes! – Exclamó harta – Se supone que yo soy la maldita reina, puedo hacer con ese dinero lo que a mí se me dé la gana, pero el maldito de Hwang no me deja tocarlo. ¡No es justo!

― El dinero del pueblo no es para gastarlo en uno mismo, ese dinero es para ayudar al pueblo a crecer – aclaró Seungmin bastante molesto – Nosotros no somos quienes para gastarlo como si nada

― Esos malditos no tuvieron un matrimonio arreglado, ellos no tuvieron que atarse a un maldito alfa viejo y horrible. Yo gaste mi juventud en ese maldito, es justo que ahora gaste ese maldito dinero – soltó sin más comenzando a disparar

Seungmin asustado comenzó a correr para esconderse tras el sofá, pero la mujer se acercaba a paso lento. El omega no entendía porque los betas que debían cuidarlo no estaban allí, la mujer se veía como loca simplemente disparando, no le importaba si daba o no en el blanco, lo único que hacía era disparar.

El omega no sabía qué hacer para huir de allí, no podía saltar por la ventana, era demasiado alto para él, ni siquiera podía salir porque no sabía si había alfas afuera, tenía tanto miedo y solo podía llamar a Hyunjin en su mente.

De pronto escuchó gritos fuera de la habitación y lo que parecía gruñidos, la mujer dejo de disparar en ese momento y volteo a la puerta. Un gran lobo negro estaba allí, se veía molesto, ella intentó dispararle pero ya no tenía balas, se las había gastado todas.

― Maldita sea – gruño mientras sacaba un cuchillo e intentaba correr hacia Seungmin – Si yo muero, tu también maldita escoria

Pero antes de que la mujer pudiera siquiera acercarse a Seungmin, está ya había sido atrapada por el gran lobo y después de unos cuantos gritos, nada más se escuchó. Nada más que los gruñidos del lobo y la respiración acelerada del omega.

Cuando el lobo se acercó a Seungmin lentamente, el omega no se alejó, solo con oler un poco supo de quién se trataba. Hyunjin estaba allí para rescatarlo y no pudo ser más feliz. Sin embargo el aroma del alfa estaba tan fuerte que lo hizo gemir, ni siquiera se podía parar, sentía el lubricante salir y su aroma llamaba al alfa para aparearse.

A Seungmin ya no le importaba nada más, realmente había estado tan asustado de que esa mujer le pudiera hacer algo, simplemente quería estar cerca de Hyunjin, quería tener su marca, quería todo con Hyunjin. Ya no importaba si era muy rápido o no, no importaba nada más que el amor entre ellos.

Cuando el alfa regreso a su forma humana, Seungmin observo levemente como Bangchan se asomaba por la puerta, pero no entraba por completo, en un acto de puro instinto Seungmin se apegó al cuerpo de Hyunjin buscando protección.

― Bangchan – lo llamó con la voz ronca, algo que erizo la piel de Seungmin – Encárgate de esto, lleva a Yuna y a Minho a la habitación en donde estaba, que ningún alfa se acerque a ella, mucho menos Hongjoong – ordenó – Y por último no quiero que nadie nos moleste a Seungmin o a mí por los siguientes cuatro días, hasta que yo les hable, no pueden siquiera asomarse a nuestra habitación

― Sí, rey Hwang – asintió Bangchan sin acercarse

Hyunjin simplemente tomo entre sus brazos a Seungmin y salió de la habitación. A Seungmin no le importaba a donde lo llevaba Hyunjin, de lo único de lo que estaba consciente es que estaba a salvo con su alfa, estaría bien con él, así es como debía ser.

Una vez en su habitación, Hyunjin cerro muy bien la puerta, como bien había dicho, nadie ni nada los molestaría por lo que tenían bastante tiempo para estar juntos. Crearían un lazo, mezclarían sus aromas y con eso, finalmente serían una pareja formal frente a cualquiera que se les acercara.

Seungmin estaba tan ansioso, ya no tenía miedo, tan solo quería a Hyunjin.

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