Es mi razón de ser

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Dante:

—si, lo sé, parezco un demente diciendo aquello, pero no sé, así lo sentía, de repente molestarla, comenzó a volverse mi mejor pasatiempo, yo… fui a dar clases a su universidad para poder seguir estando más cerca de ella a pesar de que solo recibía rechazo por su parte.

—¡¿En serio llegaste hasta tan lejos?! De verdad es algo que no me cabe en la cabeza—dijo mirándome horrorizado.

—Sinceramente, yo tampoco sabía por qué estaba llegando tan lejos por una chica que no tenía nada especial, pensé que quizás solo era deseo, que solo quería sexo, como con muchas otras, pero me enfadaba y me ponía celoso, furioso cuando me hablaba de quién para ese entonces era su novio y cada día que pasaba, empecé a desear que ella solo fuera mi, que solo estuviera conmigo, mi deseo se volvió en algo tan intenso que cuando quise darme cuenta, ya no lo podía controlar—le expliqué y Luka movió la cabeza de un lado a otro, sin poder creer todo lo que salía por mi boca.

—no tuve nada que ver en la ruptura con su ex, pero es cierto que si deseaba que lo dejara para estar conmigo, sé que sonará horrible, pero, ella estaba muy mal y me aproveché un poco de la situación para tenerla para mí y aunque me costó un poco, por fin conseguí.

» Creí que ahora que la tenía para mí, aquel deseo en ella, disminuiría, pero no fue así, sino al contrario, fue a peor, sabía que me estaba enamorando o más bien ya lo estaba, pero no quise admitirlo, no quería volver a sufrir el dolor de una perdida, la soledad, no podía, pero ya era tarde, estaba loco por Laura, incluso si intentaba ocultarlo o negarlo.

Laura se convirtió pronto en mi mundo, en mi vida entera, todo iba bien, pero por desgracia ella se enteró de que yo fui quién entró en su casa a robar hacía años atrás, algo que la trajo mucho dolor y sufrimiento a consecuencia, como era de esperar, me dejó, sin siquiera darme la oportunidad de explicarme, me sentía tan impotente, pero decidí esperar a que volviera para hablar las cosas, pero ella no volvía, no volvió y yo pensé que me volvería loco, el dolor, ese dolor que tanto miedo tuve de volver a sentir, no se comparó a lo que sentí cuando pensé que no volvería a verla.

—Así que decidiste secuestrarla—dijo Luka y yo bajé la cabeza avergonzado.

—no la secuestré.

—¿A no? ¿Y cómo llamas tú el retener a alguien en un sitio en contra de su voluntad?

—solo quería que me diera la oportunidad... de explicarme—me excusé.

—Podías haberlo intentado de otra forma Dante, no así.

—lo sé, pero en ese momento estaba desesperado, llevaba días sin dormir, por las pesadillas, los recuerdos de aquel accidente, la perdida, era todo lo que tenía, ¿Cómo podía solo rendirme así sin más? Me volvía loco el pensar que ella no quería volver a saber de mí, eso me enloquecía, pero después de hablar las cosas ella me perdono.

—como para no hacerlo, teniendo en cuenta que la retenías en contra de su voluntad—soltó Luka de forma sarcástica.

Simplemente, lo ignoré y seguí con mi relato.

—todo iba bien o eso pensaba, pero entonces, la vi, la vi con ese estúpido que la engañó, se estaban abrazando, se tomaban de las manos y yo… yo perdí los nervios, me volví loco de celos, así que para alejarlo de él, la amenace—dije aquella última palabra en un murmullo, como si deseara que nadie lo escuchara.

» Mi miedo al abandono, a que ella me dejara y sumado a mis celos y paranoia, aumentaron mi locura y no quería que se acercara a nadie, ni que otros se acercarán a ella, comencé prohibirla salir, la obligaba a que este conmigo, ella no quería, obviamente, lloraba, me decía que me odiaba, veía lo infeliz que la hacía, quería dejarla ir pero no podía. Entonces, nos dieron aquella noticia y yo me prometí cambiar...

—¿Qué noticia?—preguntó Luka confuso, interrumpido mi relato.

¿Así que no se lo dijo? Me mordí el labio por meter la pata y desvié la mirada.

—¿Qué noticia Dante?—insistió Luka.

Medité si contarle o no. No quería que Laura se enfadara al saber que se lo dije, pero él era mi mejor amigo y, ya que ella fue la primera en contarle las cosas, yo también podría ¿No? Además, tarde o temprano iba a acabar sabiendo.

—¿Dante?—volvo hablar y vi que estaba por perder la paciencia.

—bueno… ella está… nosotros estamos… vamos a ser padres—dije al fin y los ojos de Luka se agrandaron y se levantó del sofá por la sorpresa.

—¡¿Qué?! ¡¿Hablas en serio?!

—¿Crees que mentiría en algo así?

—bueno, sabiendo que tu cabeza no está muy bien, no me extrañaría.

—pues ahora te digo la verdad, Laura está embarazada, aunque ya estaba pensado en cambiar mucho antes de que supiera que estaba embarazada, deseaba ser un hombre merecedor de ella y yo…—me quedé callado por la vergüenza.

—¿Tú qué?

—busqué ayuda, estoy viendo a un psicólogo, pero no sé lo dije, por qué me daba vergüenza, no quería que me viera como un loco, pero ella confundió un mensaje de mi psicólogo con que la engañaba y bueno, creo que eso fue el detonante para que decidiera marcharse de mi lado

» La supliqué y la rogué que me diera otra oportunidad, pero ya sabes lo terca que es, la vi atravesar aquella puerta de mi despacho como si nada, llevándose a mi hijo, mi vida, mi razón de ser, todo, no pude soportarlo, el dolor era insoportable, era agonizante, supe que no podría dejarla ir, incluso si dejaba que subiera a ese avión, lo sabía, sabía que iría detrás de ella.

Lo sé, suena loco, estoy loco y estoy seguro de que me despreciarás, pero no puedo vivir sin ella, por ello intenté liberarla, creí que... si me mataba... Laura podría ser feliz, yo de verdad no quise que esto acabara así.

Mis ojos se humedecen por las lágrimas y el pensamiento de que haya podido salir herida por mi culpa me invade, me remuevo en la cama y miro a mi mejor amigo, que me observaba como si fuera un desquiciado.

—sé que debería alejarme de ella, pero dios… no podré, pero no quiero hacerla daño, no quiero que las lágrimas que derrame sean por mi culpa, quiero que sonría y si llora que sea de alegría, no quiero que cuando nazca mi hijo... Nuestro hijo, me vea como un monstruo ¿Qué es lo que debo hacer? Joder… La amo tanto...—murmuraré y las lágrimas bajaron por mis mejillas.

—si hubiera sabido que acabarías obsesionándote de esta forma con mi ex empleada, no te habría dejado pisar mi club.

—te aseguro que si lo supiera, habría sido el primero en no ir allí—dije riendo secamente.

Luka, se pasó las manos por el cabello y tiró de este con frustración.

—diría que te mantuvieras alejado, pero veo que solo acabaría creando otro problema y no te salvé la vida para que intentes matarte otra vez.

Luka soltó un gran supero, llevándose las manos a la sien, como si estuviera cansado y frustrado.

—no puedo creer que vayas a ser padre, cuando los demás se enteren…—murmuró.

—lo sé, pero por favor no se lo digas a nadie todavía, primero quiero arreglar este desastre—le pedí y Luka asintió.

—sí, será mejor que arregles este maldito desastre, antes que se lo digas a los demás.

La puerta se abrió, pillándonos a ambos por sorpresa, Hanna entró por la puerta, con una bata blanca, se acercó a mí y comenzó a revisarme.

—Bienvenido al mundo de los vivos—soltó con una sonrisa.

—gracias, supongo—dije con sequedad y Luka me echó una mirada de desaprobación.

Lo ignoré. Maldita sea , a veces parecía mi padre.

—veo que sigues igual que siempre—dijo riendo y yo no pude evitar poner los ojos en blanco.

—me pregunto si tú sigues igual que antes.

—Dante—me llamó la atención Luka.

—veo que estás bien, podré quitarte el suero mañana y solo tendrás que tomarte las medicinas y evita moverte en exceso para evitar abrir la herida hasta que cicatrice—me explicó ignorando mi comentario, para luego separarse de mí.

—lo tendré en cuenta, gracias—dije con sinceridad.

—solo hago mi trabajo y con respecto a tu novia, espero que cuando despierte, la convenzas para que se haga un chequeo, sobre todo si está embarazada—me informó y yo me altere al momento.

—¿El bebé está en peligro?—pregunté con preocupación.

—seguro que todo está bien, pero ella estuvo sometida a mucho estrés en poco tiempo y el shock de lo ocurrido, estoy segura de que ver a un ladrón con un arma debió afectarla mucho, es solo para estar seguros de que todo está bien—habló y yo asentí mirando de reojo a Luka.

¿Un ladrón? ¿Eso fue lo que la contó?

—Eso sería, todo, si necesitas algo o sientes algún mal estar, házmelo saber—dijo y luego de mirar de forma furtiva a Luka, salió de la habitación.

—veo que todavía sigue colado por ti—dije riendo una vez que salió Hanna.

—no digas tonterías Dante.

—no lo hago, si no quieres verlo ya es otra cosa, pero que todavía le gustas, eso es cierto.

—incluso si es así, ya sabes que tengo novia—me recordó y yo resoplé.

—sinceramente, no sé cuál de las dos es peor, tienes un gusto pésimo para elegir a las chicas.

—el diablo dando consejos de moral.

Me reí por su comentario y miré a la mujer que tenía a mi lado que seguía durmiendo plácidamente y la ansiedad empezó a crecer en mí.

—¿Me odiará cuando despierte?—murmuré más para mí que para Luka.

—lo sabrás cuando despierte.

Apreté la mano de Laura con delicadeza, esta estaba cálida. Espero que puedas perdonarme, mi amor, por qué tú eres toda mi vida.

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