Un completo idiota.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Me encontraba en proximidad, percibiendo la creciente tensión que emanaba de él con cada paso de mis tacones. Su reacción era inusual en este entorno; su atractivo era refrescante. Este marcaba mi segundo y último turno. El primero transcurrió bien, aunque gran parte de la audiencia estaba absorta en sus propios asuntos, ignorándome. lo que me llevaba a preguntar: "¿Para que han pedido este servicio?" Pero recordé que no era asunto mío, solo deseaba terminar  y volver a casa a descansar.

En la mitad de mi actuación, uno de ellos, de cabello negro y ojos verdes, exigía de manera frenética que me acercara más a Cristian, de quién deduje era esta despidda de soltero. Todos respondieron animados a la propuesta como monos en una selva. "Hombres..."

Como yo era una simple mandada, hice lo que me pidieron y aquí estaba yo, moviéndome para este pobre hombre que no sabía dónde poner sus manos para no tocarme. Movía mi cuerpo con sensualidad, desde el cabello hasta las caderas, utilizando cada parte para transmitir esa esencia.

Normalmente, evitaba acercarme demasiado a los clientes, pero su expresión desconcertada resultaba divertida. Sus amigos vitoreaban y animaban, con la excepción de uno que permanecía impasible, frunciendo el ceño mientras me observaba. 

"¿Y a este qué le pasa?" Era el mismo hombre que anteriormente parecía aburrido, de cabello negro y ojos del mismo tono. Su mirada intensa, evaluadora y fruncimiento de ceño resultaban molestos. "¿Por qué me observa tanto?" Era una pregunta absurda considerando mi actuación. Sin embargo, su mirada no expresaba deseo, sino irritación.

"¿Estaba enfadado? No podía ser conmigo, ¿cierto? Era nuestra primera vez que le veía." Afortunadamente, la música cesó pronto, concluyendo mi actuación. Por suerte para mí, pronto la música cesó y con eso mi pase. Todos aplaudieron y me llenaron de elogios, aunque no dejaban de reírse de su pobre amigo.

—Cállate Gian. Dejé en claro que no deseaba este tipo de celebración —se quejó el protagonista de la noche con seriedad.

—Tu novia no necesita enterarse de lo que sucede aquí. Además, no es como si fueras a acostarte con ella —burló el de cabello rojizo y ojos azules.

"Creo que ya escuché suficiente."Salí apresuradamente de esa sala llena de subnormales y volví al camerino donde estaban mis cosas para cambiarme. ¿Qué hay de malo en que el hombre quiera ser fiel a su novia?""¿No se supone que los amigos deben desear el bien y no lo contrario?" Un momento, "¿por qué lo estoy tratando como si me hubiera acostado con él? !Solo fue un simple baile!"

Me quité los zapatos que me estaban matando y los dejé a un lado, me puse los pantalones vaqueros sin quitarme el body y me recogí el cabello en una coleta alta. Desde aquí podía escuchar el escándalo que estaban armando. "¿Creen que son los únicos aquí o qué?"

—Hombres, actúan como niños.

—¿Quiénes actúan como niños?

Di un brinco y me giré rápidamente, llevándome el susto de mi vida, y de nuevo, aquella sensación volvió a aparecer. "¿Por qué la gente tiende a hacer estas cosas?"

Me aferré a la mesa del camerino para controlar el pánico que sentía y que amenazaba con salir de mí.

—¡No puedes estar aquí! ¿¡Cómo has entrado?!

—Por la puerta —respondió el hombre con sarcasmo.

Enseguida lo reconocí; era uno de esos  que estaba en la sala VIP. Él me miró con mala cara.

—¡No puedes estar aquí! Esta área es para empleados —le informé.

Pero el tipo solo se acercó más a mí, y todo mi cuerpo se puso alerta.

—El dueño de este lugar es mi amigo —respondió como si fuera la verdad más absoluta.

—¿Y eso qué? —pregunté con desinterés.

"¿Pensaba que por eso podía entrar aquí así sin más?" Aunque debo admitir que aquello me sorprendió.

Mi respuesta pareció tomarlo desprevenido; me miró en silencio por unos minutos, así que aproveché y continué.

—Incluso si eres amigo de mi jefe, eso no te da derecho a entrar aquí.

—Vaya mal genio que tienes. Por cierto, me llamo Dante.

—No te pregunté —espeté, cortante.

—¿No deberías mostrarte más complaciente con los clientes? Al fin y al cabo, somos quienes pagan —dijo Dante con tono molesto y luego me examinó con la mirada.

Lo observé con la boca entreabierta, sin dar crédito a lo que acababa de escuchar. "¿Está insinuando lo que creo? No puede ser cierto."

—¿¡Te crees que soy una prostituta o algo así?! —grité furiosa.

—Bueno, prostituta, stripper, ¿No es casi lo mismo?

"¡Por supuesto que no es lo mismo, pedazo de imbécil!" La sonrisa maliciosa en sus labios hizo que me hirviera la sangre. "¿Ahora se está riendo de mí?"

Antes de que pudiera controlar mis impulsos, mi mano voló hasta su cara, específicamente a su mejilla, propinándole una fuerte bofetada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro