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─ Jihyo Noona gracias por todo, regrese con cuidado a casa ── el Doncel se encontraba despidiendo a su amiga, pues ya era hora de que ella volviera a su hogar, con su marido que no tardaba en llegar de su trabajo.

Había sido el mismo Daniel el que le había comentado a la castaña que durante el día se la pasará en la casa de Jimin, pues ahora que estaba embarazada no quería que ella estuviera sola, y para Jimin mejor aún, así no se quedaba solo y tenía un poco de compañía.

─ Gracias por todo Jiminnie, regreso mañana a la misma hora, esta vez no te duermas, estuve varios minutos tocando a la puerta y tu bien dormido ─ entrecerró sus ojos tratando de parecer molesta, pero no le funcionó.

Jimin río ante el recuerdo, admitía que si se había quedado dormido, y no había oído los llamados de su amiga.

─ Esta bien Noona, mañana despertaré más temprano ─

Dicho estas palabras ambos se despidieron, una vez Jihyo se perdió en la lejanía Jimin entró a su casa y cerró la puerta, hoy como todas las noches hacía mucho frío y lo podía sentir hasta en los huesos.

Fue a su habitación y buscó un abrigo calentito y puso a calentar un poco de agua para un té, espero a que estuviera mientras se sentaba en un banquillo, no sabía exactamente la hora que era, pero por la posición de la Luna seguramente ya era muy tarde.

No le gustaba quedarse solo, las noches las sentía frías y tristes, pero no le quedaba de otra más que acostumbrarse, pues por un largo tiempo seguiría siendo de esa manera.

No quería estar triste, negó con la cabeza, él tenía que sonreír como su madre siempre le decía.

Es verdad que las noches eran de soledad, a veces subía al techo y miraba la Luna tan hermosa y brillante, pero ahora debido al frío prefirió quedarse adentro, tomaría su té y luego intentaría dormir un poco.

Un toque en la puerta llamó su atención, el agua ya estaba hirviendo así que apago el fuego antes de dirigirse a la puerta.

Creyó que era Jihyo de quien se trataba quien a lo mejor había olvidado alguna de sus pertenencias, pero la sorpresa que se llevó al mirar a la persona de quien se trataba lo dejó estático, sin palabras, la sangre escapó de su rostro y sus ojos se agrandaron ante la impresión.

¿Cómo asimilar algo que tus ojos están viendo, pero al mismo tiempo parece una ilusión tan irreal que incluso parece un sueño?.

Jimin no sabe si se lo está imaginando, que su mente le está jugando una broma o simplemente se está volviendo loco.

Pero estaba ahí, era él, el mismo Min Yoongi estaba parado en la entrada de su casa, con ropas de campesino, una camisa blanca y malgastada, un sombrero de paja, y sus cabellos rubios estaban ocultos bajo esa peluca negra.

─ Buenas noches ─ le sonrió y Jimin sentía que se desmayaria, miles de emociones llegaron a su pecho, esa sonrisa solo la tenía una persona.

─ Jimin me dejas entrar, hace frío aquí afuera ─ pidió amablemente, admitía que de verdad se estaba congelando.

De forma torpe asintió y se hizo a un lado para que este ingresara, pudo observar a un segundo hombre parado a unos pocos metros, supo rápidamente de quién se trataba, era Jackson quien parecía disimular, por cierto no estaba vestido con su armadura, al igual que Yoongi vestía ropa de campesinos.

No entendía nada, ¿qué hacía el rey de Goguryeo en un lugar como este? ¿Porque vestía esas ropas?.

Lo examinó de pies a cabeza, con ese atuendo se miraba hasta más joven, le favorecía bastante, le daba un aspecto rebelde, sin embargo hecho esos pensamientos lejos de su mente, después de todo seguía siendo el rey y tenía que averiguar qué hacía en su casa.

─ Seguramente te has de estar preguntando qué hago aquí ─ menciono mirando con disimulo todo a su alrededor.

─ Cualquiera lo haría, no es normal que el rey lo visite a su casa, y menos vestido de ese modo ─

¿Cómo explicarle que el motivo de su visita era para verlo, saber cómo estaba, asegurarse de que nada le había estuviera pasando, verificar que se alimentará bien?

─ Quería verte ─

Esas dos simples palabras se sintieron tan cálidas y reconfortantes, una bomba de hermosas sensaciones en su pecho, Jimin no pudo evitar alegrarse, parecía mentira que el mismo rey lo quisiera ver y llegará hasta ese extremo para conseguirlo.

Aunque siendo sinceros en estos momentos no lo podía ver como el rey, su cerebro sabía que lo era pero simplemente en estos momentos parecía un hombre común y corriente, al igual que él.

─ Y-Yo no sé qué decir ─ bajo su cabeza sonrojado y jugó con sus manitas.

Yoongi río por lo adorable que se veía, extrañaba tanto esos comportamientos tan únicos de él.

Yoongi se acercó hasta estar cerca de él lo tomó de la barbilla y lo levantó con cuidado

─ supe lo de tu madre, yo de verdad lo siento, lamento no haber podido ayudarte a tiempo ─ su mirada clavada en los ojitos de Jimin.

─ No se preocupe, no es culpa de nadie, hay cosas que no se pueden evitar ─ habló con resignación, con ese toque de tristeza que Yoongi pudo notar aunque el menor tratara de ocultarlo.

─ ¿Y qué tal estás? ─ la corta distancia se iba acortando cada vez más.

─ Bien, estoy aprendiendo a vivir solo, es algo a lo que tengo que acostumbrarme ─ cada vez sentía la respiración del mayor más cerca de su frente.

─ Sabes una cosa, mi propuesta sigue en pie, las puertas del Palacio estarán siempre abiertas para ti ─ beso su sien.

Jimin cerró los ojos dejándose llevar por las emociones, le gustaba su perfume, en estos momentos ya no podía pensar en otra cosa que no fuera Min Yoongi.

─ ¿De verdad? ─

─ Sabes que si, yo cuidare de ti, y no estarás solo, ¿Jimin si te cuento algo me creerías?─ sus grandes manos tomaron las mejillas del Doncel.

─ Lo intentaría ─ respondió más que encantado con las suaves caricias.

─ Jimin tu me gustas ─ el nombrado abrió los ojos casi de inmediato ─ Lo descubrí hace unos días, cuando no tenerte a mi lado se sentía tan difícil y desesperante, lo supe cuando pasaba esas noches en vela sin poder sacar tu sonrisa de mi cabeza, lo supe cuando ya no me sentía a gusto en el Palacio sin saber nada de ti, era estresante y cansado, por eso estoy aquí, necesitaba decírtelo, de lo contrario sentía que explotaría, eres el primero que logra eso en mi, eres tan distinto a los demás eso te vuelve único y especial para mí ─ por primera vez en su vida se sentía nervioso, como un adolescente precoz y enamorado, podía sentir el calor de las mejillas de Jimin, debido a que sus manos estaban en esa zona.

El menor por su parte podía sentir su pulso acelerado, sus mejillas ruborizadas, trataba de asimilar cada una de las palabras que Yoongi le decía, era la primera vez que alguien le decía algo tan bonito, su corazón parecía querer salirse de su pecho, y el hormigueo en su estómago, lo que muchos describen como mariposas.

─ Y-Yo... Yo n-no se q-qué decir... Es- te... ─ ni siquiera hablar podía bien, no encontraba las palabras que describieran exactamente cómo se sentía.

─ Shhh ─ lo callo ─ Jimin quiero besarte, ¿me dejas? ─ le estaba pidiendo permiso, Jimin no podía creerlo.

No respondió pero en respuesta cerró los ojos y sus pies se pusieron de puntillas, tratando de quedar a su altura, Yoongi tomó ese acto como un si, y unió sus labios con los de el menor, no era su primer beso, pero si el primero tan cálido e inocente, sin segundas intenciones, un beso donde se demostraba cuanto se necesitaban y extrañaban.

Con suavidad empezó a mover sus labios sobre los del menor, sintiendo lo dulces que estos eran, sus labios eran gorditos y suaves, Jimin correspondía tímidamente, pero sintiendo las mismas emociones, su labio inferior fue apresado por los dientes de Yoongi pero sin hacer mucha presión, luego succiono y lamió dejando una agradable sensación.

Cuando se separaron Yoongi pudo ver sus belfos más rojos e hinchados, su boquita levemente abierta, y sus ojos aún cerrados, fue una vista demasiado bella.

.

.

.

─ Debo irme ─

Tenía que ser cauteloso y cuidadoso, no podía permitir que alguien se diera cuenta que no se encontraba en el Palacio, aunque todos lo hacían en su habitación, no podía confiarse.

─ Vaya con cuidado ─ ambos estaban en la puerta de su casa, Jimin despidiendo a Yoongi.

─ Lo haré, me alegro que estés bien ─

Era verdad sintió un gran alivio al notar que el Doncel había recuperado su peso y el color en sus mejillas, Jimin le había dicho que ahora se alimentaba mejor y eso lo dejó más tranquilo.

─ Pensaré en lo que me dijo ─ ahora no tenía un impedimento para mudarse al Palacio, la propuesta siempre estaba ahí y lo consideraría.

─ sabes que tienes a alguien que te espera con los brazos abiertos ─

─ Lo sé ─ le sonrió.

Y aunque Yoongi hubiera querido quedarse toda la noche, por más que quisiera no podía, se despidieron el menor beso la mejilla del mayor y luego observó como este se retiraba al igual que Jackson, los vio hacerse pequeños y perderse en la lejanía hasta que desaparecieron de su vista.


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¿Que tal les pareció?

¿Esperaban que Yoongi hiciera eso?

Perdón los errores ortográficos, esta vez no lo revise bien. L@s amo mucho💕💕

2/9/20.

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