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─ ¿Hiciste lo que te pedí? ─

Preguntó el rey a su hombre de confianza y general Jackson Wang. Este hizo una reverencia de 90° para después asentir con la cabeza.

─Así es su Majestad, nos tomó varios días pero logramos encontrar algo sospechoso y extraño a la vez ─

Yoongi levantó una ceja y se acomodo en su asiento, totalmente interesado en lo que su general le diría ─ habla ─ ordenó con voz lo suficientemente fuerte para que el hombre con armadura pudiera escucharlo.

─ Esto nos costó mucho, ya que ninguno aquí es experto en animales, pero observamos el comportamiento del animal y efectivamente no actuaba como solía hacerlo normalmente, estaba más inquieto y asustado, parecía no conocer a nadie y muchos de mis hombres tenían miedo de acercarse a él pues se miraba peligroso, sin embargo al cabo de unas horas volvió a su comportamiento normal y parecía que nada hubiera pasado. Eso nos desconcertó en gran manera y creímos que a lo mejor solo era una etapa hormonal del animal debido a su edad, sin embargo en los alrededores del establo encontramos algo sumamente raro y sospechoso ─ metió su mano a su bolsa y sacó una planta de ella, esta estaba dentro de una bolsa transparente.

─Si me permite quisiera que vea esto ─ mostró la bolsa, Yoongi frunció el ceño, ya teniendo una idea de lo que pudo haber ocurrido ─ todo indica que esta pequeña hierba volvió inquieto al caballo, se mira bastante indefensa pero muchos la usan para dársela a los animales de pelea antes de un duelo, el efecto es que los vuelve más salvajes y agresivos, por lo general es usada en gallos y perros ─

Miró con expresión sería la hierba, se miraba molesto y era comprensible, todo indicaba a que alguien había planeado todo para perjudicar a su hijo ─ ¿dime cual es tu teoría? ─ quería saber si era el único que pensaba que todo había sido a propósito.

─ No quiero acusar a nadie, pero las circunstancias lo dicen todo, el hecho de que solo en la jaula del corcel del príncipe se haya encontrado dicha hierba la cual no crece cerca de la región ya es bastante extraño, alguien tuvo que meterla sin que nadie lo viera, lo más seguro es que haya sido en la noche, tuvo que ser alguien que vigile los establos, el problema es que son muchos y nadie sabe nada ─ agregó el hombre que se mantenía a unos metros del rey.

─ Esto es grave Jackson, estamos hablando de una posible traición, no podemos andar con lástima, si nadie quiere hablar presionalos, no importa el método que ocupes, alguien tiene que saber algo ─ exigió con voz firme. Yoongi no era una persona blanda, más si de asuntos del Reino se trataba, no era solo el hecho de que habían atentado contra la vida de su hijo, era la traición en sí, esto podría ser el inicio de una revuelta y no permitiría que esto llegara a pasar.

No sólo su vida peligraba si eso ocurría, si no la de todo el Pueblo, de sus concubinas, de su hijo, la de Jimin...

─ Haré todo lo que esté a mi alcance para llegar al final de esto ─ soltó firme, Yoongi había que podía confiar en él.

─ Haz lo que mejor sabes hacer, estaré esperando nueva información, si eso es todo puedes retirarte ─

─ Permiso ─ con otra reverencia se despidió del rey, se dio la vuelta y salió de la Sala del trono dejándolo solo, inundado en pensamientos y posibles ideas de lo que podría ocurrir.

Sabía que habían rebeldes acechándolo, pero desconocía hasta donde eran capaz de llegar, por suerte el accidente no pasó a más y gracias a los Dioses Daehyun estaba a salvo, solo necesitaba guardar reposo por unos días y estaría bien.

Tomó una copa de la pequeña mesa dorada y se sirvió un poco de vino, siempre lo relajaba y despejaba su mente.

Cuando ya estaba más calmado el angelical rostro de Jimin llegó a su mente, fue imposible que no sonriera como un adolescente enamorado, siempre se preguntaba qué le había hecho ese niño que no salía de su mente en ningún momento, con su eyesmile y esos ojitos grandes y expresivos lo había maravillado, pero fue su personalidad la que lo terminó de cautivar. Tan tierno e inocente, pero caliente y sensual cuando se lo propone. Con una sonrisita tomó la bebida, recordando lo ocurrido hace dos noches, de algo estaba seguro es que se volvería a repetir una y otra vez, solo esperaría que las cosas mejoren para poder morder esa manzana una vez más.

Escucho los portones abriéndose e inmediatamente dejó de sonreír volviendo a su postura sería.

Pero no le duró mucho, ya que ya que la persona que acababa de entrar era el dueño de sus pensamientos, con pasos tímidos se acercaba lentamente a él, hasta detenerse a unos cuatro metros de distancia, no estaba seguro si era apropiado acercarse mucho a él, según lo que había leído tenía que esperar a que él le indicará si podía acercarse o no.

Agradecía haber encontrado información que le sirviera en esos aburridos libros.

─Mi rey perdón si interrumpo, pero quería informarle sobre la mejoría del príncipe Daehyun ─ su vista siempre se mantuvo baja, también había aprendido que era de mala educación mirar a la realeza a los ojos, a no ser que el te lo permita.

─ Yoongi ─

─ ¿Eh? ─

─ Cuando estemos solo nosotros dos puedes llamarme Yoongi ─ mencionó mientras ponía la copa con vino sobre la mesita.

─ Está bien... ─ se avergonzó. De la nada comenzó a sentirse cohibido, estando ahí parado sin hacer nada más que jugando con sus dedos mientras esperaba una respuesta de Yoongi.

En realidad había usado el tema del príncipe como excusa para venir a ver al rey, no negaba que también quería informarle sobre el estado del menor, pero era más grande las ganas de verlo que al encontrar la oportunidad perfecta para hacerlo no dudó en aprovecharla.

Desde aquella noche donde la habían pasado juntos el Doncel no ha podido estar a solas con Yoongi, pues el rey era un hombre ocupado, la mayoría del tiempo la pasaba encerrado en la Sala del trono con algunos consejeros y ancianos viendo el bienestar del Reino, y eso él lo entendía perfectamente pero también quería pasar tiempo con él, ver su sonrisa y escucharlo mientras le cuenta sobre su vida.

Quizá pide mucho, pero en realidad anhela estar a su lado.

─ Ven Jimin ─ lo llamó.

El Doncel acató su orden y a paso lento camino hacia él, subió los tres escalones hasta estar casi a un metro de su espacio.

─ Aquí ─ palmeó su regazo

Las mejillas del Doncel se colorearon de un tierno y llamativo color carmín, incluso sus orejas se tornaron rojas. Tal y como lo había ordenado eliminó la poca distancia que los dividía y cuando se iba a dar la media vuelta para sentarse en su regazo la mano de Yoongi lo detuvo tomándolo de la muñeca, el menor miró por sobre su hombro un poco confundido ¿sera que le entendió mal y no quería que se sentará sobre el? Tras ese pensamiento se sintió aún peor, y solo deseo que la tierra se lo tragara de una vez por ser tan idiota.

─ No de espaldas, quiero verte ─ no le dio tiempo de reaccionar porque fue el mismo rey quien le dio la media vuelta y lo tomó de la cintura atrayéndolo a él, ahora estaba sobre su regazo pero mirándose de frente.

Al estar tan cerca del rey se sintió tan pequeño y nervioso que torpemente quiso ver hacia otro lado, provocando una sonrisita de parte de Yoongi, el menor se sintió mejor al verlo sonreír, Yoongi se miraba bastante lindo cuando lo hacía, con sus encías rosadas y dientes pequeños.

─ Adoro la facilidad en la que te sonrojas, tus mejillas parecen tomates cuando lo haces ─ se burló picando su mejilla con su dedo índice.

─ No se burle ─ pucherio ─ usted tiene la culpa, porque se se pone tan serio y me asusta ─ se defendió. Yoongi no dejaba de sonreír, Jimin se le hacía tan adorable.

─ Ok, ok, tienes razón ─ levantó las manos en señal de rendición ─ entonces... ¿Querías decirme algo sobre Dae? ─

─ ¿Mm? ¿Quien?.... ¡Oh Dae! es verdad ─ recordó el verdadero motivo de su presencia ─ En estos dos días los dolores de cabeza han disminuido considerablemente, los de su espalda también, sin embargo en esa zona aún siente incomodidad al ponerse de pie, creo que pasará el resto de la semana en cama hasta que esté mejor y pueda caminar sin problemas ─

─ Es un alivio que a pesar de todo este bien, y aunque su recuperación sea lenta es preferible a que haya pasado una tragedia ─ bajo sus manos a los muslos de Jimin, el Doncel ignoró el gesto, sin embargo le gusto que lo hiciera ─ Más tarde pasaré por su habitación para verlo ─

Yoongi agradece de corazón el interés de Jimin al preocuparse por su hijo, le agrado que le brindará su apoyo, ni siquiera sus concubinas habían hecho algo parecido antes, cada día se convencía lo especial que era el doncel.

─ Lamento el no haber pasado tiempo a tu lado ─ frunció el ceño ─ estos días he estado muy ocupado ─

Sería mentira decir que no le hacía falta la compañía del menor, fue difícil mantenerse de buen humor en todos estos días, no fue tanto el hecho de escuchar las quejas del pueblo, las exigencias del consejo, las peticiones de los otros reinos, el asunto de su hijo. Lo que más le molestaba fue la ausencia del menor, el tenerlo tan cerca y no poderlo ver porque sus deberes no se lo permitían, llegó un momento en el que quiso suspender todo y correr a buscarlo, quería pasar tiempo con él, incluso le aterra lo incondicional que el Doncel se había vuelto para el.

─No se preocupe, admito que también me moría de ganas por verlo pero entiendo que antes que todo tiene un compromiso con el pueblo ─ Jimin sabía que siempre estaría en segundo lugar, que va ni en segundo, ya que si lo pensaba bien Yoongi tenía otras prioridades que le seguían al Reino, le dolía aceptarlo pero siempre tendría las migajas.

Jimin era una persona súper expresiva, así que con ese pensamiento su rostro se volvió triste y apagado, bajó la cabeza y mordió su labio inferior, Yoongi lo noto rápidamente, por eso levantó su rostro para que lo viera a los ojos.

─ No pongas esa cara por favor, deslumbras más cuando sonríes ─

─ Sum... Yoongi. ¿ha pensado alguna vez en cómo sería su vida si no fuera rey? ─ no quería parecer un entrometido pero desde hace varios días se le había plantado esa duda y pensó que era el momento perfecto para preguntar.

El nombrado arrugó el entrecejo, jamás se había puesto a pensar en eso y ahora que el menor lo mencionaba no sabía ni cómo sentirse al respecto.

Una vida normal y sin obligaciones, sin ser presionado por los demás, sin la carga de un pueblo, pero sobre todo con la libertad de amar a quien él quisiera.

─ Eso sería tentador ─ pensó en voz alta, sin darse cuenta que en realidad lo había dicho.

Jimin sonrió, la respuesta fue simple y sencilla, pero al menos le alegraba el saber que por lo menos Yoongi no miraba con malos ojos el llevar una vida normal y tranquila.

─ ¿Sabe algo? ─ su rostro se volvió rojo una vez más, sus manos fueron al hanbok del mayor y nerviosamente jugó con él ─ Usted se miraba muy apuesto la otra vez, cuando yo aún vivía en el pueblo ─ sonrió con timidez recordando cuando el rey se había vestido con ropa de campesino ─ me gusto mucho ─

Yoongi sonrió ante el recuerdo, ni siquiera creía que él hubiera hecho algo como eso, y todo por la personita sonrojada que tenía sobre él.

─ Y a mi me gusta tu baile, estaba pensando que tal vez... ─ se acercó a él hasta estar a centímetros de sus labios ─ podrías bailar para mi ─ podía sentir su fresco aliento debido a la cercanía ─ en privado ─ soltó con voz ronca y grave dándole un toque erótico.

El menor sintió una descarga eléctrica en todo su cuerpo al escuchar eso último. Estaba tan cerca del rey que incluso podía sentir su respiración, fue consciente de la mirada que el mayor le lanzó a sus labios, como pidiendole permiso.

Para Yoongi los labios de Jimin se veían como una completa tentación, tan rojos y gruesos, quería morderlos.

La tensión era intensa.

Cerró los ojos y puso sus manos sobre los hombros de Yoongi, este sonrió gustoso, y sin hacerlos esperar a ambos junto sus labios con los del menor, era un beso lento y cariñoso. Los bonitos y gruesos labios de Jimin entraron en contacto con los delgados del rey. Eran suaves como algodón y gorditos.

Lenta y tímidamente las manos de Jimin fueron rodeando el cuello del mayor mientras éste sostenía su cadera y lo besaba con amor y parsimonia. Habían extrañado tanto esto, se necesitaban y ahora que se fundían en tan placentera sensación lo estaban disfrutando como nunca.

Con su lengua delineó el belfo relleno del menor y como si este también lo deseara abrió levemente la boca para darle acceso, su lengua se dedicó a explorar la cavidad bucal del menor, sin dejar de mover sus rostros siguió apretando los labios contra los suyos, deleitándose con los pequeños sonidos placenteros que salían de la boquita del Doncel.

Jalando su labio inferior entre sus dientes el mayor se separó lentamente de Jimin.

Sus rellenos labios estaban semi abiertos, brillosos e hinchados por el reciente beso, sus ojos llorosos y su pupila dilatada, su cara con un rojo vivo, mientras su pecho subía y bajaba, se miraba tan jodidamente caliente.

Cuando sus labios iban a tocarse una vez más los portones fueron abiertos por un guardia. Está de más decir que el menor se avergonzó por la pose en la que fueron encontrados y torpemente quiso levantarse, poniéndose a un lado de Yoongi bajo su cabeza y jugó con sus manos, su cara ardía incluso más que antes.

─ Perdón, no quería interrumpir ─ el Guardia se veía incómodo.

El rey carraspeó intentando aclarar su garganta ─ Está bien ¿qué ocurre? ─ dijo tratando de escucharse normal, en realidad quería reírse.

─ Los consejeros están aquí, quieren verlo y dicen que es importante ─

Yoongi rodo los ojos, de nuevo esos ancianos, ¿que acaso no se cansaban de joder?

─ Diles que pasen ─ no le quedaba de otra, no se irían hasta que hablen con él.

Haciendo una reverencia el hombre con armadura salió de la sala, Yoongi suspiró con cansancio y luego miró al Doncel.

Tomó su mano y la beso, Jimin sintió que su corazón saldría disparado, no esperaba ese gesto, sin embargo se sintió tan cálido y especial.

─ Gracias por todo ─ espeto con sinceridad, sin soltar su mano Jimin le sonrió y negó con la cabeza.

─ No es nada, usted es mi rey y es mi deber estar a sus órdenes ─

─ Pero desde que estás aquí no te he podido nada ─ acarició el dorso de su mano, en realidad no podría ordenarle nada a Jimin.

─ Lo sé, pero quiero ser de ayuda ─

─ Lo eres ─

─ Creo que es mejor que me retire, no creo que a los consejeros les agrade que yo esté aquí ─ separó su mano de la de Yoongi, sintiendo un ligero vacío al hacerlo.

─ Sinceramente lo que ellos opinen no me importa, pero no quiero que te sientas incómodo con sus comentarios, no son muy amigables ─ en realidad no mentía, no quería que el Doncel se sintiera mal por algún comentario mal intencionado, no sabe cómo reaccionaría si más de alguno llegará a lastimarlo verbalmente.

─ Entiendo, entonces yo me marcho ─ bajo los escalones ─ oh, casi lo olvido ─ se detuvo ─ con respecto a lo de mi baile, solo diga cuando y donde ─ dicho esto salió casi corriendo dejando a Yoongi con una gran sonrisa en su rostro.

─ No eres tan inocente Jiminie ─











Hola ¿me recuerdan?

Siento mucho el haber abandonado esta historia por tanto tiempo, pero en realidad no tenía inspiración :/ intente hacer el capítulo un poco más largo que los anteriores, ojalá les haya gustado.


16/02/21.
















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