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─ ¿Que dices? ¿es una broma? ─

El anciano choi arrugó el entrecejo, no le pareció en absoluto lo que había escuchado. Taeho, otro miembros del consejo había visto como Jimin ingresaba a los aposentos del rey la noche anterior, le pareció raro porque no volvió a salir, incluso se escondió entre las sombras para saber si el Doncel salía o no, pero se cansó de esperar ya que con el pasar de las horas la puerta siguió sin abrirse, suponiendo que había dormido con él, y lo comprobó esta mañana cuando muy temprano lo vio salir casi a escondidas.

Y eso era raro, era la primera vez que pasaba, porque Yoongi no permitía que nadie pasará la noche en su habitación, cuando quería complacer sus deseos y necesitaba a una concubina la llevaba a un cuarto exclusivamente para eso, pero ninguna había tenido la suerte de dormir con él, en su propia habitación, pues para Yoongi eso era lo más íntimo y nadie era digno de dormir en su misma cama.

Por eso que un simple Doncel haya sido el primero después de su difunta esposa era preocupante, porque solo tenía un significado y es que Jimin era más importante para Yoongi de lo que creían.

─ ¿Pero estás seguro que era él? pudiste haberlo confundido ─ se negaba a creerlo, un aldeano con olor a esclavo, una burla, ya demasiado había sido con convertirlo en un miembro más del concubinato.

─ Se muy bien lo que ví señor, ese Doncel es imposible de confundir o desconocer, era él, estoy seguro ─

Choi camino de un lado a otro, pensando, puede no significar nada y solo se estaba preocupando en vano, después de todo el muchacho solo era un simple aldeano, no podría tener más privilegios que las demás, pero es mejor estar atento, conocía los tipos como Jimin, sabe que son capaces de enredar con sus encantos, utilizan sus atributos para dormir a su presa y atacar cuando más desprevenidos están, pero también conoce al rey, no es alguien fácil de tratar, un chiquillo el cual podría ser su hijo no puede hacerlo cambiar de la noche a la mañana.

─ Vigilalo, sobre todo cuando este cerca del rey, analiza sus movimientos, sus gestos y miradas ─

─ Qué piensa hacer si el chico resulta ser un problema ─

Choi no quería obstáculos que arruinaran sus planes ─ quitarlo del camino ─ su respuesta fue rápida, sin preámbulos.

Y taeho tuvo que tragar grueso, le aterrada hasta donde podría ser capaz de llegar, si ya antes había atentado contra la vida del propio príncipe, el Doncel sería pan comido para Choi.





























La felicidad que transmitían los ojos de Jimin en estos momentos era inmensa.

La razón, pues eso era lo más curioso, resulta que hace algunos días el Doncel había hablado con Yoongi, le había pedido la autorización de volver a encontrarse con su amiga, Jimin quería ir a verla para saber cómo se encuentra y conocer a su bebé que a estas alturas ya debería haber nacido.

Obviamente Yoongi se negó, fue la primera vez que el rey le negó algo al menor y trató de explicarle de buena forma que al tener una buena posición como su concubino no podía arriesgarse e ir al pueblo, además tampoco se vería bién.

Jimin lo había entendido, sabía que ahora tenía una imagen que cuidar pero no niega que había tenido mucha ilusión de volver a ver a Jihyo.

Pero Yoongi quiso hacer algo por Jimin, quizá estaba siendo demasiado bueno y estaba dando mucho de qué hablar, pero para lo que le importaba lo que la gente dijera de él, antes quizá si le habría afectado, pero ahora todo eso se veía tan insignificante si lo comparaba con la enorme sonrisa del Doncel.

Por eso esta mañana lo había sorprendido con una pequeña sorpresa. Había mandado a sus hombres a la casa de la mujer con la orden de presentarse al palacio.

Solo Jimin era capaz de alegrarse por algo tan sencillo como reunirlo con su amiga de la infancia.

Había decidido dejarlo solo, para que pudieran conversar a gusto.

Para su suerte y alivio su salud también había mejorado, los dolores de cabeza habían desaparecido, los mareos habían disminuido considerablemente, el día tenía buena pinta.

─ Majestad hoy luce bastante animado ─ Su general Wang hace un comentario que causó una pequeña sonrisa en el rey.

─ ¿Y eso es malo? ─ respondió caminando hacia el frente, siendo escoltado por varios guardias.

─ No para nada, es solo que son pocas veces las que se le mira tan sonriente y creo saber quién es el causante de su sonrisa ─ Jackson se atrevió a comentar, Yoongi no borró su sonrisa, no le importaba ser tan evidente.

Ya todos en el palacio estaban enterados de lo importante que era Jimin para el rey, incluso muchos hombres temían acercarse a él, a nadie le gustaría despertar los celos del rey, Jimin era como la joya en el palacio la cual podías ver pero jamás tocar, a no ser que quieras perder las manos como consecuencia.

Las mujeres al verlo pasar bajaban la cabeza y cuidaban su lengua de soltar un comentario indebido, si llegaba a oídos del rey que más de alguna levantaba falsos testimonios contra el Doncel sería cruelmente castigada.

─ No tenía idea que fuera tan obvio ─

─ Pero como mencione anteriormente eso no es malo, en realidad me alegro que se vea más fresco, últimamente ha estado demasiado estresado y lo daba a notar en su expresión cansada ─ pronunció el hombre de armadura y cabello castaño.

─ Lo estaba, por suerte hoy amanecí mejor ─ y Yoongi quería creer que era por la compañia del Doncel quien ahora prácticamente dormía con él, sus brazos se habían acostumbrado al esbelto cuerpo de Jimin.

Esto era casi un secreto, pues el menor se escabullía a su habitación cuando ya todo estaba a oscuras y silencio, ya muchos se habían dado cuenta y los rumores poco a poco se esparcian como pan caliente.

Lo que hacían dentro de ese paredes era lo que los dejaba más exhaustos a ambos, más a Jimin quien había descubierto que su límite de orgasmos eran solamente tres, pues al finalizar el tercero el sueño lo golpeaba con fuerza y caía rendido en los brazos del morfeo.

Lo mejor para el rey era abrazar el cuerpo del menor cuando este dormía, colocarlo sobre su pecho y acariciar su espalda desnuda mientras contaba las pequitas en las mejillas del menor y pensaba en lo hermoso que era.

Había llegado a sentir miedo por lo que empezaba a sentir por Jimin, pero cuando el sentimiento tomó fuerza y se dio cuenta que era amor lo que sentía dejó de temer y optó por aceptarlo, permitiéndose quererlo; claramente a su manera, porque aunque le doliera confesarlo y ver las lágrimas del menor había sido sincero con él y le había dejado claro que su relación no podía ir más allá de un rey y su concubino.

─ Quédense afuera ─ dijo a sus hombres, a Yoongi le gustaba la soledad ─ cuando Jimin termine de hablar con la aldeana le dicen que venga, mientras tanto no dejen entrar a nadie ─ fue claro.

Pero el día no podía ser completamente bueno para el rey, lo que encontró dentro de la Sala del trono lo sorprendió en demasía, más bien a quien encontró dentro, porque se trataba de una persona.

Sentado en su silla del trono, con una pierna cruzada sobre la otra se encontraba Choi Chunghee, el Doncel que anteriormente le habían presentado, este se encontraba con una sonrisa en su rostro, como si lo que estuviera haciendo no fuera una falta de respeto a su rey.

Yoongi tuvo que contar hasta mil para no levantarlo y sacarlo a patadas.

Su mirada fue afilada, el menor solo ladeo la cabeza sin borrar su sonrisa.

─ Como te atreves a sentarte en mi silla chiquillo insolente, baja de ahí ─ a pesar del creciente enojo actuó tranquilo y sereno ─ ahora ─ advirtió esta vez con la voz un poco más dura y grave.

El menor llevó su mano a su boca y soltó una pequeña carcajada sutil, Yoongi sintió la furia llenar cada célula de su cuerpo, cómo se atrevía a burlarse, ¿acaso quería perder la cabeza?.

─ Mi rey porque se enoja por algo como esto, cuando yo sea su esposo podré sentarme aquí las veces que yo quiera ─ su voz era dulce, pero a Yoongi se le hacía tan desagradable.

Al igual que su tío no dejaba de escupir idioteces.

─ Veo que la estupidez viene de familia ─ Yoongi eliminó su expresión de molestia solo para cambiarla por una sonrisa sarcástica.

Chunghee se sintió ofendido, nunca nadie le había hablado así.

─ Pero si ambos quieren seguir soñando, es muy su problema, cada quien elige ilusionarse a su manera ─ comenzó a caminar hacia el frente, el menor quiso retroceder pero no podía, Yoongi intimidada solo con la mirada y eso lo ponía nervioso ─ Quiero que te levantes de mi silla, salgas por la puerta y desaparezcas de mi vista, si no quieres que llame a mis hombres y te saquen a la mala, yo lo hiciera pero ¿vez mi espada? ─ apuntó al objeto afilado que descansaba a un lado de su cadera ─ está limpia y no quiero mancharla de sangre ─ su mirada afilada logró erizarle la piel, ahora veía que su tío no mentía cuando mencionó que por ningún motivo debería retarlo, quizá el hacerlo fue mala idea.

Se levantó de inmediato alejándose del rey.

─ N-no puede escapar de su deber, le recuerdo que literalmente está desobedeciendo una orden de su abuelo ─ aún le temblaban los pies, pero eso no fue impedimento para decir lo que pensaba.

─ Callate, tu no eres nadie para decirme algo, solo eres una marioneta más de tu tío ─ se defendió. ─ pero adivina qué, tu tío es un ser inferior a mi, por lo tanto tu también lo eres ─ se sentó en su silla ─ largo ─ ordenó.

Asustado y humillado el Doncel obedeció.

Sentía su cara arder por la vergüenza que había pasado, cómo podía ser tan cruel y desarmado, ¿en serio le iba a clavar una espada solo por eso? No quería averiguarlo, lo mejor era alejarse hasta que esté más tranquilo.

Camina demasiado rápido, casi corriendo, no lo niega su corazón se siente agitado, si su tío se entera que retó al rey le iría muy mal.

No siente en qué momento pero debido a la prisa su pie se dobla al pisar mal un escalón que conecta el pasillo principal con el que lo lleva al harem, suelta un pequeño grito cuando pierde totalmente el equilibrio.

Cae de bruces al suelo metiendo ambas manos para persuadir el impacto, se queja al sentir el dolor en sus rodillas y el ardor en sus palmas, estúpido Hanbok, odia tanto que sean tan largos.

Se queja en silencio, maldiciendo por lo bajo.

─ ¿Estas bien? ─ escucha una voz llamando atrás de su espalda, mira sobre su hombro solo para encontrar al príncipe con una expresión bastante preocupada.

Daehyun mira al chico completamente rojo, este aún permanece en el suelo.

Chunghee lo mira avergonzado, hoy es el día en el que más se ha humillado, primero con el rey y ahora con su hijo. Genial.

Lo ayuda a levantarse, notando que ambos tienen la misma estatura cuando se encuentra de pie.

─ ¿No te lastimaste? ─ el mayor niega. Le duele el tobillo pero no caerá tan bajo para admitirlo, lo que menos quiere es causar lastima.

Ambos conectan miradas y Dae solo puede pensar en lo hermoso que son sus ojos, de un gris oscuro casi llegando a ser negro, con pequeñas motitas azuladas y pestañas largas, ahora que lo veía claramente se daba cuenta de lo bello que era, no puede oculta su sonrojo, este es evidente.

─ Estoy bien, muchas gracias ─ hace una pequeña reverencia y se da la vuelta tratando de no cojear para no levantar sospechas.

─ Ten cuidado, no corras es peligroso ─ Chunghee se detiene y mira sobre su hombro al menor.

¿Acaso se estaba preocupando por él? Siente algo extraño y nuevo, pero aún así es ignorado.

─ Adiós ─ se despide y continúa su camino.





Holiii ¿que tal? Espero se encuentren bien. Aquí les traigo una pequeña dosis de esta historia.

Cada vez nos acercamos más al desmadre ksjdkdks, saquen sus teorías quiero leerlas.

Esta historia ya casi cumple el año y aún no la termino :"( lo siento... Aunque en realidad no es mucho lo que queda.

Nos leemos pronto.

Añioo.

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