Capítulo 19

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Capítulo dedicado a AnnaZahy  muchísimas gracias por todo el apoyo. 💜

          El papeleo acumulado sobre el escritorio de Jungkook, en la Estación de Policía, dejaba en duda que fuera un viernes en la mañana, cuando siempre tenía todo al día, para no sobrecargarse los fines de semana. Sin embargo, era un día atípico, estaba trabajando solo. Jaekyung se había reportado ausente por problemas personales y Yoongi, quien solía ayudarlo con los pendientes, llegaba tarde.

          El detective había ido a trabajar con la intención de regresar a casa temprano. Jimin estaría fuera todo el día, y quizás hasta entrada la noche, porque estaría ultimando detalles en la casa de Taehyung. Jeon aprovecharía su soledad y privacidad para probar los juguetes que había adquirido al inicio de la semana. Se había documentado sobre su uso, a pesar de que no era del todo ignorante, ya que los había empleado con omegas, pero usarlos consigo mismo era diferente.

          Estaba nervioso, pero no renuente. Era algo nuevo y poco convencional para un alfa, por no decir sin precedentes, en su caso. A pesar de ello, estaba dispuesto a hacerlo. Porque la sola idea de compartir intimidad con Jimin, a un nivel tan grande, le generaba más felicidad y anticipación, que miedo y ansiedad. El libro que le prestó la profesora Im, también le aseguraba que sentiría gran placer, pues los alfas también contaban con un Punto P, igual de sensible y capaz de generar excitación que el de los omegas.

          Quería volver a casa lo antes posible.

          —Pero esta montaña de papeles no ayuda... —susurró en un gruñido molesto.

          —¿Tienes problemas? —dijeron desde la puerta.

          Jungkook levantó la cabeza, de inmediato. Conocía esa voz demasiado bien y no podía creer que la estaba escuchando.

          —¡Nam! —exclamó—. ¡Qué bien tenerte por aquí!

          Se paró y con unos pocos pasos largos llegó al frente de su amigo y confidente, su compañero inseparable por tantos años. Sin pensarlo, se fundieron en un fuerte y fraternal abrazo.

          —Es bueno estar de vuelta —contestó Kim, con una sonrisa.

          —¿De vuelta? ¿Ya te incorporas? Pero, apenas han pasado dos meses.

          —Dos meses es un largo tiempo, Jungkook. Aunque no para Jackson, al parecer —refunfuñó—. Dice que debo estar fuera por tres meses y que, cuando entre, estaré solo haciendo trabajo de escritorio por tres meses más.

          Namjoon se dirigió a la silla frente al escritorio de Jungkook, dejando una pequeña bolsa de papel sobre la mesa. Jeon lo siguió hacia su lugar, quedando frente a frente.

          —Suena como algo que Jackson haría —rio—. Pero estoy de acuerdo con él, Nam. Recuerdo perfectamente las palabras del doctor. Tal vez puedas volver a recuperar tu vida, tal y como era, con trabajos peligrosos incluidos, pero tienes que darle tiempo a tu cuerpo a que se acostumbre al cambio. No te quejes y aprovecha tu tiempo con Soyeon, seguro es más divertido que pasarlo con una montaña de informes.

          —No me malinterpretes, me encanta pasar tiempo con mi esposa, viendo su vientre crecer y escuchando las risas de mi hija, correteando por la casa. Pero llevo dos meses encerrado entre cuatro paredes, saliendo únicamente a rehabilitación. Me estoy volviendo loco. —Se desparramó en la silla, frustrado.

          —Ciertamente, eres un hombre de acción.

          —¡Exacto! Y la mayor acción que he tenido es regañar a un par de alfas adolescentes, que intentaron irse de la cafetería sin pagar, hace un par de semanas.

          Jungkook se echó a reír. Solo imaginar a Namjoon, con su estatura y complexión, usando un delantal de girasoles mientras intimidaba a un grupo de adolescentes con sus feromonas, era hilarante. Sin embargo, que estuviera lo suficientemente bien como para hacer eso y venir al trabajo para pedir reincorporarse, lo llenaba de alegría y tranquilidad. Recordarse a sí mismo, lleno de la sangre de su compañero, impotente y desesperado mientras la cirugía procedía, dos meses atrás, es algo que jamás olvidaría.

          —¿Dónde está Yoongi? —Namjoon miró a su alrededor—. No lo he visto desde que llegué.

          —Avisó que llegaría tarde. Joo también está ausente, así que estoy solo.

          —Qué lástima. Traje el café favorito de cada uno, para tomarlos juntos. —Señaló la bolsa de papel en el escritorio—. ¿Cómo te va con tu nuevo compañero?

          —Bastante bien. Mejor de lo que esperaba. Pero tengo fe en que sea temporal. —Lo miró con intensidad—. Recupérate y vuelve con nosotros, Namjoon. Te estaremos esperando, no importa cuánto tardes.

          —Eso planeo.

          La puerta se abrió, sin previo toque, y ambos miraron, sabiendo que solo una persona hacía eso.

          —Yoongi, ¡qué bueno verte! Casi te trajimos con el pensamiento —lo recibió Jungkook, que de inmediato cambió su rostro amable a uno de preocupación, al ver la palidez en la piel del oficial—. ¿Estás bien?

          —Sí. Es solo un poco de presión baja. —Miró a la otra persona en la habitación, reconociendo a Namjoon—. ¡Ey! ¿Qué tal has estado? —dijo, tratando de mostrar ánimo.

          —Bien. Y mejor que tú, por lo que veo. Luces como la mierda. —Sacó el café de la bolsa y se acercó a él—. Lo que necesitas es un buen café, para mejorar el ánimo. Traje tu favorito.

          —Gracias. —El omega miró la bebida y la agarró sin dudar. Extrañaba el sabor y de seguro le mejoraría el ánimo.

          Sin embargo, los sucesos tomaron otro rumbo. El olor, que siempre le había encantado, se sentía nauseabundo y el solo hecho de imaginar el sabor, hizo una enorme arcada subir por su garganta. Empujó el vaso de vuelta a las manos de Namjoon y corrió al baño.

          Los dos alfas, preocupados, corrieron tras él. Fuera del baño, pegados a la puerta, escuchaban cómo su compañero vaciaba su estómago en el inodoro, tan fuerte y seguido que seguramente era doloroso. Entraron y Namjoon abrió el cubículo, arrodillándose al lado de Yoongi para acariciar su espalda. Su cuerpo se puso rígido de inmediato, al percibir lo que estaba sucediendo.

          —Yoongi... ¿Hay algo que no nos hayas dicho?

          El omega lo miró, limpiándose la boca con la manga del uniforme, con los ojos enrojecidos y algo desenfocados por el esfuerzo. Apretó los labios en una fina línea.

          —Váyanse —imploró en un susurro.

          —No nos iremos, no podemos dejarte así —intervino Jungkook, dando un paso más cerca—. ¿Qué le pasa, Nam? ¿Qué notaste?

          Las miradas de Yoongi y el detective Kim se cruzaron. El omega le suplicaba en silencio que no dijera nada. Namjoon negó con la cabeza. Sabía que Min era un hombre independiente, perfectamente capaz de valerse por sí mismo. Sin embargo, si era lo que sospechaba, no podía callar. Necesitarían la ayuda de Jungkook también, para lidiar con lo que se avecinaba.

          —Huele diferente. Más dulce...

          —Por favor, no... —Yoongi sollozó bajito, en un último ruego.

          —Huele como Soyeon, ahora que está embarazada.

          —¡¿Qué?! —Jungkook quedó aturdido por un segundo, hasta que el sonido de un hipido lloroso de Yoongi de escuchó—. Tranquilo, Yoon, estamos contigo. —También se arrodilló a su lado, acariciándole la espalda en conjunto con Namjoon—. Todo está bien, te apoyamos.

          Los hombros del omega estaban tensos, a la vez que temblaban en movimientos rígidos, rehuyendo de sus toques.

          —¡Jodidas hormonas! —Se limpió bruscamente las lágrimas, frustrado por perder su usual control, estaba casi hiperventilando—.  Sus olores... son muy intensos. No puedo respirar. —Se encogió en su sitio.

          Quizás por todo lo que había pasado con los cuidados de Jimin, Jungkook fue el primero en reaccionar. Agarró a Namjoon y ambos salieron del baño, corriendo hacia la oficina. Jeon abrió la gaveta con supresores de emergencia, agarró una jeringa y se la inyectó en el hombro, sin pensárselo dos veces.

          —¡Jungkook! ¡¿Qué haces?! —se alarmó Namjoon, a sabiendas de los posibles efectos de los supresores inyectables.

          —Si no soporta nuestro olor, tengo que eliminarlo. Apenas puede respirar, ¡no voy a dejarlo solo, hasta que unas tabletas hagan efecto! Tú quédate aquí, y ni siquiera pienses en inyectarte —le advirtió—. Tu omega está embarazada también, no podemos arriesgarnos a que tenga una reacción similar, si te ve llegar sin tu olor, y cubierto del de otro omega en estado.

          »¿Puedes hablar con Jackson y justificarnos? Lo llevaré a casa, para intentar calmarlo. Te mantendré al tanto.

          —Tranquilo, yo los cubro.

          Jeon corrió al baño, ya sin casi sentir su olor. Se volvió a arrodillar junto a Yoongi, esta vez abrazándolo sin reparos. El omega se revolvió y luchó contra el toque, hasta darse cuenta de que no había olor que descontrolara sus hormonas. Golpeó suavemente con su puño, repetidas veces, en el pecho de Jungkook, al notar lo que había hecho por él.

          —Alfa tonto, ¿qué cosas haces? —se quejó, pero se aferró al abrazo.

          —Ayudar a un amigo. Lo mismo que harías tú, si estuvieras en mi lugar.

          En su apartamento, Jungkook estaba sentado en el sofá, con los codos en las rodillas y el torso inclinado, mientras sus manos entrecruzadas descansaban en su barbilla. Yoongi dormía plácidamente en su habitación de invitados. Había sido difícil lograr calmarlo y hacerle aceptar venir a la casa de Jeon. Sin embargo, como su amigo, Jungkook no podía dejarlo solo, en el estado en que se encontraba.

          Yoongi estaba embarazado... ¿Desde cuándo? ¿Quién era el padre? ¿Ocurrió durante el celo? ¿Qué pensaría hacer con la criatura? Min estaba en una situación delicada, su carrera como policía pendía de un hilo, así como su secreto. Si se estaba haciendo pasar por beta, ¿cómo haría para justificar una gestación, y las pruebas hormonales que claramente lo señalarían como omega?

          Eran preocupaciones reales y válidas, que a Jungkook no le correspondía resolver. Aunque Yoongi era un omega, a veces era fácil de olvidar ese detalle; su carácter fuerte y su capacidad de auto gestionarse eran envidiables. Era nuevo y desconcertante ver a un hombre como él, dominado por las hormonas y los instintos, reducido a un manojo de nervios, miedo y ansiedad. ¿Cómo se sentiría el propio Yoongi sobre esto?

          En medio de todo, y a la vez de nada, la tarde continuó avanzando. Cuando Jungkook se disponía a preparar la cena y se encontraba sacando algunos vegetales, sintió una presencia a su lado.

          —¿Necesitas ayuda? —la voz de Yoongi era baja, casi un susurro, y sus ojos todavía estaban enrojecidos e inflamados de tanto llorar.

          —Claro. Soy terrible preparando vegetales. —Jeon le pasó la col, un par de pepinos y unos tomates.

          Cortaron y prepararon los ingredientes en silencio, solo de pie uno al lado del otro, hasta que el omega se recargó de la meseta, apretando sus manos en el borde del mármol.

          —Jungkook... —Lo miró, una mezcla indescifrable de emociones atormentando sus ojos—. ¿Crees que podamos hablar? Juro que mañana volveré a ser el mismo imbécil sarcástico de siempre, pero hoy... Solo por hoy, necesito desahogarme. —Sollozó, sus hombros temblando—. No puedo solo, esto me supera.

          Se sentaron en el sofá, lado a lado, manteniendo un silencio prolongado.

          —¿No vas a preguntarme nada? —Yoongi lo miró.

          —No quiero presionarte, solo di lo que estés preparado para compartir —confortó—. Pero, hay algo que sí quisiera saber... ¿Hace cuánto lo sabías?

          —Apenas esta mañana. Llevaba varios días con malestar, pero solo hoy se me ocurrió hacerme la prueba. —Su cabeza cayó entre sus manos, se estrujó los ojos—. Este último celo fue tan diferente. Tan intenso. No pude soportarlo y perdí el control... Fui un insensato.

          —Entonces, sí ocurrió en tu último celo. Como dijiste que podías llegar bien a casa, pensé que todo estaría bien. Debí preocuparme y darme cuenta de que algo estaba mal, cuando dijiste que estabas con alguien. —Jeon lo observó con intensidad, sabiendo el motivo de la renuencia de Yoongi a pasar celos acompañado—. ¿De veras todo estuvo bien? ¿No te lastimó? Hay alfas que pierden el control, si el celo del omega es muy intenso. Si te hizo daño, tú solo dame el nombre y te juro que...

          —Tranquilo, campeón, calma esos instintos asesinos. —Rio, el sentido excesivo del deber de Jungkook era lindo, en cierto modo, pero algo intenso—. Estuvo bien, no me hizo daño. Lo prometo.

          Min se mordió el labio, y sus mejillas se colorearon mientras sus ojos se perdían en la nada, probablemente evocando un recuerdo. Uno bueno, al parecer. Jungkook lo miró en silencio, con una pequeña sonrisa ladina.

          —Oh, no pongas esa mirada, Jeon Jungkook.

          —¿Qué mirada?

          —La que pones cuando crees que estás a punto de escuchar un chisme suculento.

          —¿Y no es así? —No obtuvo respuesta—Venga, desembucha.

          —Fue... bueno. Jodidamente bueno. Nada que ver con el imbécil que abusó de Soojin e intentó hacer lo mismo conmigo, y salió impune porque las palabras de omegas en celo, nubladas por la excitación, no son declaraciones útiles —escupió con amargura. Siempre era un trago difícil.

          El solo hecho de mencionar lo ocurrido a su mejor amiga y él en su juventud, le traía siempre malos recuerdos. La sensación de impotencia, la rabia contra quienes no lo escucharon e incluso lo culparon; todo se sentía tan nítido como el primer día. Ese suceso lo había hecho no confiar en los alfas para pasar sus celos, un momento tan vulnerable del que cualquiera podría aprovecharse. Sin embargo, también le había servido de motor impulsor para convertirse en policía, sin importar los medios y engaños usados para lograrlo; necesitaba estar en una posición donde poder ayudar a otros en su situación, o similares.

          Cumplió su meta y ayudó a cientos de omegas en la última década. Pero ¿a qué costo? A pesar de sus claras ambiciones, y sus malas experiencias, Yoongi seguía siendo omega. A veces, en momentos donde se sentía indefenso y no podía disimularlo tras su actitud despreocupada, anhelaba el calor de un alfa, ser envuelto en un abrazo y reconfortado cuando tenía un día duro; deseaba sentirse amado y tener una familia. La idea de un cachorro había pasado por su mente, más de una vez, pero no lo creyó posible, más con su reloj biológico jugándole en su contra. A pesar de todo, y contra cualquier pronóstico, ahí estaba, en su vientre, una pequeña nueva vida, creciendo para sacarlo de su soledad y brindarle el amor más puro.

          —¿El alfa sabe del bebé? —preguntó Jungkook, sacando a Yoongi de sus pensamientos.

          —No. Tampoco pienso decírselo.

          —¿Por qué? ¿Algo te preocupa? No es como que vayas a pedirle que se haga cargo, te conozco lo suficientemente bien como para saber que no lo harás.

          —Ese es el problema, que si se lo digo, querrá hacerse cargo. Querrá cuidar de los dos... Es ese tipo de alfa. Incluso ha estado tratando de mantenerse en contacto y empezar algo conmigo.

          —¿Y eso no es algo bueno? ¿O es que no estás interesado?

          —Fue un celo, Jungkook. Todo se trató de instintos y feromonas. Ninguno de los dos estaba pensando con claridad, ni sentía todas las cosas que dijo. —Suspiró—. Sí es cierto que pasamos buenos momentos, acurrucados y mimándonos en los ratos de lucidez, pero no éramos del todo nosotros, eran nuestros lobos en busca de afecto.

          —A veces, lo que pensamos que son solo feromonas y aromas, es algo más profundo y complejo de lo que podríamos imaginar. —Jungkook pensó en lo sucedido entre él y Jimin.

          —Aun así —refutó—. Es joven... Soy más de diez años mayor. Es jodidamente hermoso, carismático, responsable, con un gran carácter y un futuro prometedor por delante. No puedo atarlo a un omega decadente, solo por un encandilamiento pasajero, provocado por un celo intenso.

          —No eres un omega decadente. Todas esas cualidades que mencionaste en él, también están en ti. Además, por cómo hablas, se nota que está interesado en ti... y no te es del todo indiferente, tampoco. —Le puso la mano en el hombro—. ¿Te gusta?

          Un breve silencio comenzó a prolongarse.

          —Sí, me gusta. Pero no puedo. Toda mi vida se ha basado en la mentira de ser un beta. Con este embarazo de por medio, tendré que asumir las consecuencias de haber engañado a todos. Sin embargo, aunque me quedé sin trabajo y tenga que responder ante la ley, voy a tener este cachorro.

          »El paso del tiempo, me hizo darme cuenta de que quiero tener un hijo, formar una familia. No rechazo mi naturaleza, no me siento avergonzado de ser omega. Simplemente, mi único sueño ya no es solo ayudar a otros, quiero soñar para mí.

          —¿Y por qué no incluir al padre del cachorro en ese sueño? —indagó Jeon, buscando algún atisbo de intento en su amigo por perseguir su felicidad.

          «Porque tengo miedo de enamorarme de un alfa inexperto, que solo me tome como un pasatiempo. Temo que se sienta obligado por el embarazo, más que interesado en mí. Me aterra crearme falsas ilusiones, después de tanto cuidar mi corazón», pensó Yoongi.

          —Es complicado —terminó por decir.

          —Yoon, por experiencia personal, permíteme decirte: es tan complicado, como permitamos que sea.

          Min se echó a llorar. Solo se estaba poniendo pretextos, alimentando su miedo. Jungkook, que estaba perdidamente enamorado y saliendo con otro alfa, tenía razón. Sin embargo, ¿Yoongi sería capaz de enfrentar su temor, amar y dejarse amar?

          La puerta principal se abrió, dejando ver a Jimin, que entró a paso acelerado. La imagen de un hombre hermoso, omega, según podía deducir por el tenue olor disperso en el salón, lo recibió; Jungkook le acariciaba la espalda en consuelo. Ambos se pusieron de pie, cuando vieron al joven Park llegar.

          —Hola —saludó Jimin, con una sonrisa tímida—. Perdón por interrumpir. —Parecía un momento íntimo y una situación delicada.

          —Bienvenido a casa —respondió Jeon, haciéndole una señal para que se acercara—. Este es Min Yoongi, un gran amigo y compañero de trabajo de la Estación. Ya te había hablado de él y Namjoon, antes.

          —¡Oh, así que es usted! Jungkook me ha hablado mucho de ustedes. Park Jimin, mucho gusto. —Trató de escucharse jovial, disimulando su sorpresa, juraría que su novio le había dicho que Yoongi era beta.

          —El gusto es mío. Perdón que tengas que conocerme en estas circunstancias —se refirió a su figura demacrada por el llanto. Se limpió las lágrimas lo mejor que pudo, trayendo de vuelta la compostura.

          —No se preocupe, todos tenemos malos momentos. Lo que sea, espero se solucione pronto. Aquí estoy, para lo que necesite.

          —Te lo agradezco. Ah, y no te preocupes por la formalidad, puedes tutearme. De todos modos, como pareja de Jungkook, es solo cuestión de tiempo que te integres a nuestro círculo.

          Después de un pequeño intercambio de palabras, Jimin se excusó por un momento, explicando que había regresado antes a buscar unos documentos para entregar, y que lo estaban esperando fuera.

          Jeon se disculpó con Yoongi y siguió a su pareja, que de seguro debía tener dudas sobre la identidad de Yoongi y las circunstancias en que los encontró. El solo hecho de que se mostrara empático y cordial, en lugar de ponerse a la defensiva, era una muestra de confianza que Jungkook agradecía. El secreto del oficial Min, con su olor delatándolo, ya había sido expuesto, lo mejor era explicar todo conciso y con claridad, para evitar malos entendidos y accidentes.

          A los pocos minutos, después de poner al día a Jimin de los pormenores y dejándolo organizando el papeleo que buscaba, Jungkook regresó al salón. Antes de ser visible, escuchó el susurró de dos voces, una de ellas de Yoongi, discutiendo.

          —¿Hasta cuándo piensas seguir evitándome? —dijo la segunda voz, familiar, que se escuchaba más nítida con la cercanía.

          —No te estoy evitando, Taehyung. Solo no entiendo por qué sigues insistiendo. Te he dicho que no estoy interesado.

          —Y te he dicho que no te creo. Eso no fue lo que me mostraste cuando estuvimos juntos —refutó.

          «¿Taehyung? ¡¿Kim Taehyung?!». Jeon se quedó con la boca abierta.

          El detective no tenía intención de escuchar a escondidas, simplemente sucedió. Chocó su codo con la pared, provocando un golpe sordo que delató su presencia. Dio un par de pasos, hasta ser visible.

          —Disculpen. —Miró apenado a Yoongi, con clara expresión de haber atado cabos.

          —No te preocupes, Taehyung ya se iba, ¿cierto?

          El dolor quemante en la expresión del alfa Kim, ante el eminente rechazo, era triste de ver. Solo bajó la cabeza y la sacudió a los lados, rendido ante un nuevo desaire.

          —Cierto... Ya me voy. Detective —se dirigió a Jeon—, dígale a Jimin que también necesito para hoy sus firmas en el traspaso de propiedad, por favor. Lo estaré esperando fuera. —Arrastró sus pies a la salida.

          El sonido de la puerta al cerrarse, hizo flaquear las piernas de Yoongi, quien se dejó caer como peso muerto en el sofá. Jungkook lo observó, en silencio, entendiendo todo y queriendo decir mucho, pero sin saber cómo hacerlo.

          —Yoon...

          —No digas nada, por favor.

          —Es un buen chico.

          —Lo sé. Y es justo por eso...

          El silencio volvió a reinar.

¡Holiwis! Yo de nuevo, casi a media noche jjjj. Capaz en sus países ya sea sábado 😅. Tuve un cambio imprevisto de guardias y me atrasé. Wattpad me sigue dando problemas al copiar el texto, si hay algún problema con el capítulo, me dicen porfa.

Hoy tuvimos una actualización sobre el estado de Yoongi y la situación del taegi. ¿Se esperaban algo como esto? ¿Habían pensado en la posibilidad de un embarazo? ¿Alguna teoría? Ando preguntona jjjj.

Esta será, probablemente, la última actualización de este año. Quiero tomarme la última semana para mí, pasar tiempo en familia, descansar, leer, ver anime. En fin de año se me antoja viciar jajajajaja. Si escribiera algo más, se los comparto a inicios de esta semana, pero no les prometo nada. Lo seguro, es que nos estaremos leyendo el 5 de enero.

Debo subirlo a mi tablero y tal, en su momento, pero desde ahora les deseo felices fiestas, un feliz fin de año y próspero año nuevo. Los quiero mucho. Un millón de gracias por todo el apoyo que le dan a mis historias. Nos estaremos leyendo. 💜💜💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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