Capítulo 7

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          El silencio reinaba en la estación de policía de Seúl. Todos los detectives implicados en el previamente cerrado caso de tráfico de omegas, esperaban las palabras de las dos personas al frente de aquella reunión de emergencia. La presencia de Jackson, como Teniente Coronel y máxima autoridad, no era inesperada, siempre estaba al frente cuando se trataba de algo grande. Sin embargo, que Kim Jisoo estuviera de pie a su lado, era solo sinónimo de malas noticias. Podría tratarse de algo peor de lo que pensaban.

          Jisoo era la jefa del departamento forense, una hermosa beta de mediana edad, de cabello negro y figura estilizada, cuyo talento y perspicacia la habían llevado a posicionarse por encima de los alfas que trabajaban con ella. El paso del tiempo y las pruebas contundentes y repetidas de sus hallazgos y aciertos, los habían hecho cerrar la boca y quedarse como sus subordinados. Si era algo que había sido descubierto por ella, podría traer un sustancial giro de acontecimientos.

          —Caballeros —habló Jackson—, tenemos problemas. Jisoo, dales los detalles, por favor.

          La mujer dio un paso al frente, con una carpeta en sus manos, de la cual sacó un grupo de fotografías.

          —Esta es evidencia recolectada en una de las escenas del crimen. —Dejó una fotografía del tamaño de una hoja de papel en el centro de la mesa—. Todo parece indicar que se trata de pelo de lobo, lo comprobé personalmente.

          La sala estalló en murmullos incrédulos.

          —No solo fue encontrado en un solo lugar. —Sumó tres fotos más—. Cuatro. Tenemos cuatro sitios de donde se obtuvieron estas muestras; todos… coexistiendo a la vez con sitios de peleas y prostíbulos.

          Si antes las voces de todos se habían escuchado, ahora, un silencio sepulcral envolvía la estación. Todos sabían el significado tras esa declaración, pero era difícil ponerla en palabras, se creía un asunto totalmente alejado de la sociedad moderna.

          —Tenemos dos hipótesis principales —habló el Teniente Coronel—. De seguro coinciden con las de todos, luego de escuchar esto… Zoofilia y peleas de lobos. —El desprecio por ambas prácticas se desbordaba en su voz.

          —Pero ¿cómo es posible? La zoofilia omega fue prohibida hace cincuenta años, con la última reforma gubernamental —dijo uno de los detectives.

          —Al igual que se habló de igualdad de derechos, de prohibición del tráfico y la prostitución, y henos aquí —rebatió Jisoo.

          —Pero, los lobos incluso se declararon especies en peligro de extinción, después de eso, por el declive de sus números. Solo quedan poquísimos ejemplares en áreas protegidas, controladas por el ejército. ¿Cómo conseguirían tantos? ¿Dónde? —añadió otro.

          —Para desplegarnos y averiguarlo, es que los hemos convocado aquí —alegó Jackson—. No sabemos si se trata de una u otra práctica, o de ambas. Quizás se trate de otra cosa. Sin importar cuál sea el caso, tenemos que investigar y llegar al fondo de esto, lo más rápido posible.

          —Es increíble que todavía queden personas con ese tipo de gustos arcaicos, asquerosos e inhumanos —agregó una tercera voz, parecía un alfa bastante joven.

          —Te sorprendería todo lo grotesco que esconde nuestra «sociedad civilizada». —Wang hizo comillas con las manos—. Mañana a primera hora iniciaremos la investigación de los sitios de pelea. Todos, no solo en los que se encontró la evidencia, debemos mirar desde otra perspectiva ahora.

          —¡Sí, señor! —respondieron al unísono.

          —Pasen antes de irse por nuestro departamento —agregó Jisoo—, les proporcionaremos herramientas para la toma de muestras y tinciones especiales para que puedan diferenciar el pelaje de los lobos del de otros animales.

          —Eso será de gran ayuda —agradeció Namjoon.

          —También haré un resumen de los elementos más importantes de los hábitos de la especie, y otros datos importantes que les pueden servir en campo abierto. Lo enviaré a sus correos electrónicos, ¡revísenlo sin falta!

          —¡Sí, señora!

          —A partir de mañana, comenzaremos una segunda ronda de interrogatorios a los sospechosos; también a los omegas rescatados. La mayoría fueron drogados y no dieron declaraciones demasiado útiles, pero debemos corroborar y buscar nuevas señales, aunque sean remotas. De ello se encargarán los que no deben hacer una segunda revisión de campo.

          Todos asintieron, teniendo esquematizado el plan de trabajo. Era necesario ser rápidos y precisos, tanto o más que con la prostitución. No era prudente tratarlos como casos independientes, hasta que se demostrara lo contrario.

          —¿Qué dice la Milicia al respecto, Jackson? Dudo que se queden de brazos cruzados —preguntó Choi, uno de los detectives más antiguos de la estación, quien había permanecido en silencio hasta ahora, analizando las circunstancias.

          Jackson suspiró y se pasó la mano por la cabeza, frustrado. Los casos en conjunto siempre eran complicados. El ejército siempre los menospreciaba y los utilizaba solo cuando les era conveniente, para luego querer quedarse con el crédito. En la conferencia de prensa había tenido que aguantarse para no golpear a un superior. Afortunadamente, sus respuestas a los periodistas habían dejado claro que la policía había tenido el mismo nivel de protagonismo. Sin embargo, esto había acabado disgustando a los militares, manifestándolo ahora.

          —Les envié la evidencia. Quieren tomar el caso en sus manos, dicen que es más de lo que la policía puede manejar —mordió enojado.

          —¿Ahora que el caso sube de escala, quieren dejarnos fuera? —preguntó Jungkook, incrédulo—. ¡Nosotros también trabajamos en esto por años! ¡No podemos permitir que nos dejen fuera!

          —Y no lo haremos —aseguró el Teniente Coronel—. Reuniremos la evidencia, mostraremos avance y demostraremos con hechos que tenemos la capacidad de resolverlo. Si no les damos trinchera, no podrán intervenir.

          Los vítores y aplausos en acuerdo por parte de los presentes, demostró que estaban de acuerdo. Aparentemente, este último gran caso ganado les había devuelto la confianza y el ímpetu. Ya no eran los mismos oficiales de mentalidad pasiva de antes. Debían tomar esta ola de emoción y sacarle provecho, era la oportunidad perfecta para limpiar la reputación de la policía de Seúl.

          —Eso es todo, ¡dispérsense!

          Los oficiales salieron del local, siguiendo a Jiwoo hacia el Departamento Forense. Jackson se había dado la vuelta y regresado a su oficina, tenía mucho que poner en orden aún. En medio del salón, Jungkook y Namjoon se quedaron de pie, meditando su próximo movimiento.

          —Estás pensando lo mismo que yo, ¿cierto? —Namjoon rompió el silencio. Jungkook asintió—. Si las cosas son así, no podemos guardarnos la existencia de Jimin en secreto. Esas jaulas significan algo. Si existe la posibilidad de que en los otros sitios de peleas haya un cuarto como ese, los demás deben saberlo.

          —Él dice que mientras estuvo allí estaban vacías. Pero eso no quiere decir que antes lo hubieran estado. —Jeon miró a la oficina de su superior, quien tenía su atención en la computadora—. Podríamos aprovechar que Jackson está solo y hablar con él ahora, no es alguien que no atienda a razones. El ambiente laboral ha mejorado mucho desde que llegó, todos trabajan con más ganas.

          —Tienes razón. Es un hombre íntegro, lo conozco desde hace años, antes de trabajar aquí. Podemos intentar llegar a un acuerdo. —Se dirigieron a la oficina de Jackson y tocaron a la puerta.

          —Adelante —dijo Jackson, levantando la vista de la pantalla—. Namjoon, Jungkook, ¿pasa algo?

          —Sí —dijo Kim—. Hay algo que tenemos que contarte.

          Le dijeron todo, de inicio a fin, incluidas las sospechas de Jungkook sobre el padre de Jimin, y sus intenciones de buscar evidencia concluyente, así como su corazonada de que había piezas faltantes en el puzzle de evidencia que se estaba armando. También pidieron mantener la existencia de Jimin en secreto por el momento, dadas las circunstancias.

          —Estoy de acuerdo con sus teorías. Son demasiadas coincidencias para tratarse de simples casualidades. En nuestro medio, las casualidades no existen… Confío en ustedes. —La mirada de Jackson se clavó, intensa, en ambos—. No veo bien que hayan ocultado esto, pero sí fue una situación complicada. Dejaré lo de Jimin en sus manos, por ahora.

          —Gracias, señor —respondieron al unísono.

          —Sobre las jaulas, pasaré la información al resto, para que también orienten su búsqueda hacia ello.

          Intercambiaron reverencias y los dos detectives salieron de la oficina, aliviados de que todo terminara de la mejor manera posible. Se dirigieron al Departamento Forense, recogieron el material estipulado y fueron rumbo a la salida.

          —¿Qué harás ahora? —Namjoon lo miró de reojo.

          —Pasaré por Archivo. Quiero revisar los casos antiguos de zoofilia omega y peleas de lobos, tal vez encuentre algo útil.

          —En ese caso, yo…

          —Tú iras a casa con tu esposa e hija. Han sido tiempos ocupados, se merecen tenerte en casa. —Sonrió—. Yo me encargo y mañana te doy el parte.

          —Pero ¿qué hay de ti? ¿Jimin está lo suficientemente bien como para quedarse solo? Si me quedo, terminaremos antes.

          —Está estable. Jin se quedará hoy con él, así que no hay problema. No es como si fuera a leer todo lo que está almacenado allí, no demoraré demasiado. Además, ayer hiciste mi trabajo, lo justo es que hoy descanses.

          —Mejor ni gasto mi tiempo en convencerte, la experiencia me ha demostrado que es inútil. No vayas a trasnochar. Te conozco. —Lo miró con los ojos entrecerrados—. Mañana será un día ocupado.

          —No te preocupes, no lo haré. —Pareció ocurrírsele algo—. Hablando de ocupación, mañana le pediré a Yoongi que cite a Kim Taehyung y lo interrogue. O, bueno, no interrogar exactamente, peo necesitamos descartar y comprobar algunas cosas.

          —Es una buena idea, si queremos cubrir más terreno. Solo espero que no se vuelvan a ir a los golpes.

          —Todo estará bien. —Recordó las reacciones de cada uno cuando notaron estar equivocados—. Creo que más bien será una oportunidad para hacer las paces.

          —Si tú lo dices. —Nam se encogió de hombros—. Adiós, nos vemos mañana.

          —Saluda a Soyeon y a la pequeña Moonbyul de mi parte.

          Jungkook, sinceramente, no se sentía preparado para regresar a casa. No después del incómodo momento con Jimin antes de salir. No debería ser la gran cosa, por las circunstancias, no era la primera vez que veía su cuerpo; sin embargo, por algún motivo, se sentía diferente. Más ¿íntimo? No sabía si era la palabra adecuada para describirlo, pero tal vez la pequeña y peculiar cotidianidad de las últimas horas, le dieron esa sensación. Afortunadamente, Seokjin había llegado justo a tiempo para sacarlo del apuro, evitándole tener que lidiar con la situación. Solo necesitaba unas horas, trabajar en la recolección de información ayudaría a pasar el tiempo fuera de casa.

─━━━⊱✿⊰━━━─

          En medio de las concurridas calles mañaneras, Yoongi caminaba a paso veloz en busca de su café matutino. La ausencia de Namjoon significaba perderse el grandioso sabor del café de su esposa. Solo era un día, sobreviviría. Nam, el muy condenado, sí que era todo un afortunado, pudiendo disfrutar de las mezclas especiales cada día. Yoongi y Jungkook, en una de las visitas a cenar a la casa de Nam, le habían pedido que les enseñara, para preparárselos ellos mismos. El resultado fue catastrófico, no volvieron a sacar el tema.

          Esta mañana, había decidido ir a pie al trabajo. Chanyeol, otro oficial beta, sería su compañero de patrullaje por un día, debido a un cambio de última hora con Félix, su acompañante habitual. Conocía a Chan desde hace años, eran bastante cercanos, pero debido al trabajo y la divergencia de rutas, no se veían mucho. Tomaron la coincidencia como oportunidad para salir a cenar y ponerse al día. Su amigo lo llevaría de regreso a casa en su auto.

          A pesar de que hablaron de ponerse al día, seguramente se trataría de Chanyeol presumiendo en un extenso monólogo, lo feliz que era con su esposo Baekhyun y cómo habían adoptado otro perro, o algo así. A veces, solo a veces, cuando Yoongi veía que sus compañeros de universidad y de trabajo ya habían hecho sus vidas, tenían una familia y se mostraban felices, se sentía solo. Su parte animal, por instinto, siempre terminaba añorando esas cosas.

          Pero no era tan fácil. Había escogido un camino diferente, en el que debía negarse muchas cosas para poder ganar otras. No se podía tener todo en la vida, se debían hacer sacrificios. Él había tomado una decisión, debía afrontarla hasta el final. No se arrepentía de nada, sus esfuerzos estaban dando frutos. Ver la felicidad y el brillo de la esperanza en el rostro de los omegas rescatados, era recompensa suficiente.

          Solo bastó poner un pie dentro de la cafetería, para tener más ojos de los deseados encima de él, la mayoría, alfas. Había arreglado y ondulado su cabello un poco, aprovechando el largo actual, enmarcando su hermoso y perfilado rostro; usaba unos pantalones color caqui, que abrazaban sus piernas y trasero a pesar de no ser muy ajustados, unos zapatos sencillos de cuero marrón y un pullover de franela blanca, con una camisa celeste remangada hasta los codos por encima.

          Se había arreglado un poco, sí, pero no era la gran cosa. Hacía tanto tiempo que no tenía una salida casual, que olvidó la frecuencia con que le pasaba esto. Su apariencia física era un imán para el acoso. Por eso siempre llevaba el uniforme ancho. La placa, por si sola, alejaba los problemas, pero nunca estaba de más una ropa holgada que ocultara su figura andrógina.

          Su café llegó casi al tiempo que uno de los alfas que se lo habían comido con la mirada, se parara con confianza y fuera en su dirección. Yoongi solo arrugó el ceño, pagó el café y salió de la tienda, altivo y sin mirar atrás, no quería estar en medio de ningún problema en público.

          «¡Joder! Odio esto. ¿Por qué no pude simplemente nacer alfa? O, al menos… ¡Qué importa! No es como si pudiera cambiarlo».

          Cambió el ánimo y se apresuró a la estación, hoy sería un día ocupado. Tenía sus rondas matutinas, trabajo de escritorio en las primeras horas de la tarde y el interrogatorio a Kim Taehyung, luego. Esto último no le apasionaba demasiado, pero era trabajo, no tenía alternativa. Era alguien capaz de reconocer sus errores y disculparse, cuando debía hacerlo, este caso no era una excepción. Sin embargo, por algún motivo, su lobo se sentía inquieto y renuente a mostrarse débil o inferior ante ese alfa.

          El día pasó en un abrir y cerrar de ojos, cargado de trabajo. Cuando llegaron las tres de la tarde y Yoongi escuchó un par de toques en la puerta, supo que debía tratarse del joven alfa Kim.

          —Adelante.

          La puerta se abrió y Taehyung entró, usando unos jeans azul oscuro y una camisa blanca, su mirada se quedó estática en Yoongi. No pronunció palabra.

          —Buenas tardes, joven Kim —saludó el oficial, con tono neutral—. ¿Ocurre algo? Pase y siéntese.

          —Buenas tardes. —Con algo de renuencia, avanzó hasta sentarse en la silla al otro lado del escritorio donde Yoongi trabajaba—. Cuando recibí la citación, pensé que se trataría del detective Jeon.

          —Está en lo correcto. Pero al detective se le presentó un inconveniente y me pidió que me reuniera con usted. Queremos hacerle unas preguntas.

          —¿Tiene que ver con Jimin? ¿Se sabe algo?

          —Sí —respondió a secas. La mirada de Taehyung, indescifrable, se mantenía fija en él, haciéndolo sentir incómodo. Se aclaró la garganta y prosiguió—. ¿Dónde estabas el cinco de agosto entre las siete y las ocho de la mañana?

          —De camino a la universidad, como cada día —dijo, sin entender la necesidad de esa pregunta.

          —¿Hay alguien que pueda corroborarlo?

          —Sí. —Taehyung frunció el ceño—. Fui con un par de amigos.

          —¿Jimin está incluido entre esos amigos?

          —No. Fue justo ese día que dejó de ir a la universidad, no lo he vuelto a ver después de… ¿Están sospechando de mí? —No obtuvo respuesta—. ¡No me jodas! —Se levantó indignado, respirando agitadamente.

          Las feromonas enojadas de Taehyung se liberaron sin control, haciendo a Yoongi tensarse en su asiento. El aroma a madera de cedro y azafrán del alfa llegó a la nariz del oficial, haciéndolo marearse. Los vellos de la nuca de Min se erizaron y sintió un frío recorrer su espina dorsal, el olor era muy intenso, más allá de lo que debía provocar un arranque de ira.

          Lo que es más, ¡él estaba usando supresores! No debería ser capaz de percibirlo, no con lo que había provocado en él usarlos continuamente por años. De tanto tiempo que llevaba fingiéndose beta, a veces hasta olvidaba que en realidad era un omega fuera de lugar, un impostor. Incidentes como el de la mañana en la cafetería y este le hacían recordarlo.

          —Calme sus feromonas, joven Kim —logró decir, a pesar de la presión ejercida por el dominio, que no dejaba de incitarlo a exponer su cuello en señal de sumisión.

          Taehyung, al escuchar la voz temblorosa del oficial, se sorprendió. Al verlo, encogido en su sitio, tenso y con expresión asustada, la ira se drenó de su cuerpo. Lo tomó por sorpresa, no esperaba esa reacción. Este no parecía el beta audaz y rebelde que lo había desafiado hace unos días. Se sintió culpable de inmediato.

          —Lo siento —dijo, poniendo sus feromonas bajo control.

          —Entiendo que no empezamos con el mejor pie —dijo, retomando el control poco a poco— y que la impresión inicial que tenemos el uno del otro no es la mejor, pero esto es mi trabajo, no una venganza por inquina personal —explicó calmado—. ¿Responderá a mis preguntas?

          El alfa asintió en silencio y se volvió a sentar tranquilamente, permitiendo proseguir con el resto de las interrogantes, comprobando coartadas y aclarando detalles. Una vez todo estuvo dicho y Yoongi tenía la grabación y las notas que había tomado para dárselas a Jungkook, dieron por terminada la conversación sobre el tema.

          —Gracias por su colaboración, joven Kim. El detective Jeon se pondrá en contacto con usted en los próximos días.

          —¿Por qué me preguntan todo esto? ¿Hay pruebas de que le haya pasado algo a Jimin? ¿Está bien? —Su voz sonaba desesperada y en su mirada brillaba la preocupación—. No sé por qué sospechan de mí, no tengo nada que ocultar. No sé qué pasa, pero por favor, ayúdenlo. Colaboraré en lo que sea necesario.

          Yoongi sabía que no podía hablar de más. A pesar de haber despejado las posibles sospechas, no le correspondía a él hablar a Taehyung sobre Jimin. Sin embargo, aquella reacción lo había sobrecogido tanto, que no pudo evitar decir:

          —Todo está bien. Jimin está bien… Eso es todo lo que puedo decir —hizo énfasis en la última frase.

          Taehyung hizo el amago de abrir la boca, para dejar salir una nueva avalancha de preguntas, pero la mirada severa de Yoongi le dejó claro que no admitiría ni una palabra más sobre ese asunto. Simplemente suspiró, interiorizó el significado de las palabras y dejó que el alivio lo embargara. Si Jimin estaba seguro y en buenas manos, eso era suficiente para él por ahora.

          —Muchas gracias, oficial. —Lo miró a los ojos, con una sinceridad transparente.

          —No hay de qué. Y, joven Kim… —Se aclaró la garganta—. Disculpe por lo que sucedió en nuestro anterior encuentro, no debí reaccionar de esa manera. —Notó cómo el alfa lo observaba incrédulo—. ¿Tanto le sorprende que me disculpe?

          —No, yo…

          —No soy un alborotador sin remedio, soy un hombre de treinta y cinco años. Sé darme cuenta de cuándo cometo un error y debo una disculpa. ¿Ahora qué pasa? —interrogó, al ver otra mirada perpleja en Taehyung.

          —No es nada, solo me sorprendió su edad…Y yo también tengo que pedir perdón, no debí insultarlo y dudar de su buen trabajo, solo porque las cosas no fueron como yo quería.

          —Hubo parte y parte. Dejemos todo eso atrás ya, ¿sí? —Le extendió la mano, con una sonrisa genuina en los labios.

          —Me parece genial. —Le estrechó la mano ofrecida, notando lo pequeña que era.

          Se despidieron y Taehyung se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.  A mitad del trayecto, se detuvo e inhaló profundamente para luego expulsar el aire, se dio la vuelta, con un brillo singular en su mirada.

          —¿Qué pasa?

          —Es usted muy hermoso, oficial Min. Lo pensé cuando lo vi en esa cafetería por la mañana, y lo comprobé ahora, mirándolo más de cerca. No quería irme sin decírselo. —Se dio la vuelta y se marchó, sin volver a mirar atrás.

¡Holiwis! Aquí está la actualización de la semana. Hoy ha sido un día terrible, se juntaron varias cosas y acabó bajándome la presión arterial hasta desmayarme casi, de no ser porque tomé medidas a tiempo. Aprovechando que me siento mejor y los apagones me han dado tregua, vine a publicar.

¿Se esperaban que Yoongi fuera omega, haciéndose pasar por beta? He ido dejando detallitos y pistas, pero como no estaba segura, pensé decirlo explícito para que a nadie lo tomara de sorpresa más adelante, porque habrá cositas. 😈🤐

Perdón si va un poco lento, pero hay cosas que tengo que ir explicando antes de avanzar más. Espero les esté gustando. 💜

Chao chan 😘

Hasta el próximo jueves.

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