Luna llena (JinKook One-Shot)

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Caminó con prisa por el sendero del oscuro bosque, apenas iluminado por el candil que portaba en una de sus manos. El día anterior había llovido por lo que el barro del camino era todo un desafío. Un paso en falso y caería. Así que se aseguraba que, además de veloces, sus pasos fueran cuidadosos. Quería llegar a su hogar lo más pronto posible, su pequeña cabaña en el corazón del bosque era su lugar seguro, su refugio.

Escuchó pasos acercarse a él, quiso oler el ambiente pero el constante aroma a petricor no le permitía sentir nada extraño. Mas sabía que alguien estaba cerca de él.

Apresuró sus pasos aún más por el sendero, todo el tiempo con la sensación latente de alguien cerca. Pero las veces que volteaba, no veía a nadie, simple oscuridad y sombras creadas por la luz del candil.

Murmuró cuanta maldición pudo, siguiendo su camino hasta el final, viendo su pequeña cabaña a oscuras esperarlo. Suspiró tranquilo y avanzó con mayor facilidad sobre el césped que no permitía que resbalara con el barro traidor. Subió los tres escalones de madera, dejando el candil a un costado y sacó la llave de la puerta para ingresar. Sin embargo, tan pronto como iba a lograrlo, sintió una mano tomar su muñeca para girarlo y luego otra que tomó su mano restante, logrando que la llave cayera y quedara perdida en el suelo.

El tacto fue familiar y, cuando sus dorados ojos se alzaron, pudo distinguir esos ojos carmines que tantas veces apreció en las noches de luna llena como esa.

-Es divertido verte usar un candil cuando ves perfectamente en la oscuridad, pequeño cachorro. Veo que las costumbres humanas se han apoderado de tu esencia.

-Sólo intento adaptarme, aprender de ellos y no comerlos, como haces tú, demonio chupa sangre.-como sospechó, él simplemente sonrió de lado.

-¿Así tratas a quien te ama, a quien amas, cachorro?

-Yo no te amo.-dijo seguro, pero esa sonrisita socarrona no se borró de sus labios.

-No dices lo mismo en noches como estas, cuando hacemos el amor.-sus manos afianzaron más el agarre de forma innecesarias y se acercó a su oído para susurrarle-¿Cuánto tiempo más piensas retener a tu lobo interno?-seguido, lamió el lóbulo y lo atrapó entre sus dientes.

Gimió involuntariamente, embriagado por la luna llena y el vampiro que lo tenía contra la puerta de su cabaña. Sintió un calor asfixiante inundar su interior, el dolor agónico en sus huesos y sus músculos contraídos ante la transformación. Por más años que pasaran, jamás podría acostumbrarse a esos cambios. Aunque al vampiro le gustaba verlo en plena transformación, ver sus manos convertirse en garras, sus dientes volverse filosos y peligrosos, sus orejas convertirse en un par lobunas y, en su cadera, ver crecer una cola de color oscuro que se movía como péndulo de un lado a otro.

-Veo que al fin se ha presentado mi hermoso lobo JungKook.

-Vete a la mierda, Kim Seok Jin.-dijo con el poco odio que le quedaba dentro.

Porque sabía que pronto caería ante los encantos del vampiro. Sabía perfectamente que no podría resistirse a él, a su sonrisa, a sus ojos, a sus manos, a su voz. Pronto caería en las garras de aquel depredador, su enemigo por naturaleza. Caería ante él sin poder evitarlo, se desarmaría entre sus manos expertas, se quedaría sin insultos cuando sus labios dominaran los suyos. Y Dios, odiaba eso. Odiaba ser tan débil las noches de luna llena ante ese demonio, odiaba dejarse llevar, dominar hasta el cansancio. Odiaba su vulnerabilidad en esos momentos en que quedaba tan agotado que se dormía entre sus brazos. Lo odiaba porque al otro día, al despertar por el sol, Jin ya no estaría con él, se marcharía y volvería en la próxima luna llena. Y entonces él pasaría días sin verlo, lamentándose en la soledad de su vida el no ser lo suficientemente fuerte para rogarle al vampiro que se quedara a su lado para siempre, no sólo esas noches de luna llena. Quería rogarle porque permaneciera eternamente a su lado y lo amara cada noche hasta que juntos encontraran su final.

Pero sabía que, como cada vez que se encontraban, no sería capaz de rogarle porque sus manos lo debilitarían lo suficiente como para no hacer más que gemir entre sus brazos y decir su nombre. No sería capaz de nada más que sentir placer y dormirse, sintiendo su abrazo protector alrededor de su cintura.

Aunque por dentro se dijo a sí mismo que esa vez sería diferente, que podría decirle lo que sentía, podría aclararle que no lo odiaba a él, sino a su ausencia por irse y volver cada luna llena. Podría decirle cuanto anhelaba ser suyo cada día, por la eternidad. Vivir con él y pertenecerle. Se convenció a sí mismo que esa sería la noche decisiva.

Pero al despertar al otro día, solo y con el sol entrando por su ventana, supo que debería esperar hasta la próxima luna llena.



No sé, como que me gustó esta tematica de vampiros y hombres lobos...así que quise explorar haciendo un pequeño one-shot XD 

espero que les haya gustado! nos vemos! besos 💋💋💋

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