003. ᴛᴏ ʀɪᴠᴇʀᴅᴀʟᴇ ᴀɴᴅ ʙᴀᴄᴋ ᴀɢᴀɪɴ

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"last time being strangers"


— "A la gente le gusta decir, que la muerte de Jason Blossom lo cambió todo en Riverdale High. Pero algunas cosas, algunas tradiciones, no cambian nunca. Fijaos en el baile de bienvenida. Aunque la camiseta de Jason había sido retirada, los Riverdale Bulldogs iban a jugar como siempre con sus archienemigos, los Baxter High Ravens. Y las RiverVixens, iban a animarlos. [...] Como en años anteriores, alumnos que formaron parte del pasado de Riverdale, vendrán a la ciudad a revivir sus días de juventud y despreocupación. O, a recuperar el tiempo perdido..."

Mientras que numerosos reencuentros, perdones y reencuentros en la ciudad Riverdale, solo había una persona sumida en total oscuridad. Diez días habían pasado desde que logró escapar. Cinco días internada en el hospital rodeada de policías interrogando y análisis que confirmaron lo que ella ya sabía, que la habían drogado y maltrato tanto física como mentalmente.

Cuando la dieron el alta, su familia la trasladó rápidamente a su casa sin haber dejado que la gente la visitara. Solo conocían la verdad Alice, Hal, Betty y Jughead. Nadie más había podido visitarla y verla de nuevo en carne y hueso.

Los dos primeros días se los paso enteros en la cama sin apenas moverse, no tenía ganas de seguir con vida y preguntándose porque no estaba muerta. Betty intentaba animar a Megan, pero no puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado.

Megan al tercer día estudió en detalle su habitación y llegó a una conclusión. No era ella, era lo que sus padres querían que fuera. Los colores, la ropa, la decoración... No la representaba en absoluto. Aprovechando que sus padres y hermana estaban en su horario laboral/estudiantil, hizo un pedido express de ropa y decoración que le llegaría al día siguiente. ¿A su madre le daría un infarto? Probablemente.

En el cuarto día con ayuda de Jughead, quien optó por saltarse el instituto para ayudarla, cambiaron la habitación y su armario entero. Porque en todo el tiempo que Megan estuvo secuestrada, se prometió que si salía con vida, dejaría de pretender ser algo que no es y sería ella misma. Y eso hizo.

Era el día que se celebraría el baile del reencuentro, con ayuda de su hermana y a escondidas de sus padres, consiguió un vestido. Estaba harta de lamentarse y esconderse, quería que vieran que aún seguía de pie.

Megan se encontraba en la cocina comiendo unos kitkats mientras que su madre se encargaba de preparar la cena a la cual había invitado a los Jones.

— Mamá sabes que te quiero, pero no me creo que hayas invitado a Jughead y a su padre por mera amabilidad. ¿Y si dejas el cuento y empiezas a hablar?

— Cariño, Jughead es tu amigo y el de Betty —Megan hizo una mueca al oír con el asco que pronunció el nombre del azabache—. ¿Tan mala crees que soy?

Antes de que Megan contestara, la puerta de la casa se abrió dejando ver a su hermana con una cara de cabreo importante. "Gracias de corazón por interrumpir Betts"

— ¿Qué estás haciendo mamá?

— Preparar pastel de melocotón para los invitados — Betty negó con la cabeza ante la respuesta mientras que se posicionaba detrás de Megan abrazándola por los hombros.

— No, estás tendiéndole una trampa el padre de Jughead —Megan miró a su madre con una expresión de te lo dije.

— Al contrario Betty. He tenido muy en cuenta lo que me has dicho.

— ¿No vas a interrogar a Jughead y a su padre sobre el asesinato?

— Ostia esto se pone interesante y eso que yo estaba —la castaña recibió una mirada de ambas mujeres que no fue precisamente agradable—. Vale, no se bromea, me callo.

— Solo si el tema surge por casualidad mediante la cena.

— Yo no pienso seguirte el juego mamá, ni tampoco Jughead y Megan —la castaña le dió una mirada de aprobación para saber que contaba con su apoyo—. Y él menos cuando le diga lo que tienes planeado hacer.

— ¿Estás segura de que es buena idea Betty? —la susodicha miró a Alice con intriga mientras esta proseguía—. Cuando invité a Jughead parecía tan contento, significa mucho para él que nuestras familias se conozcan cariño. Solo quiero eso cielo.

— FP es inocente mamá. Eso me dijo Jughead y yo confío en su palabra.

— Seguro que el tema de la inocencia o culpabilidad de FP, no aparece en la cena — la adulta se dió la vuelta con una sonrisa en la cara mientras que las dis hermanas subían a sus habitaciones.

— ¿Sabes que os está manipulando no? —la rubia asintió con la cabeza tristemente—. Eh, tranquila sabes que yo te voy a ayudar.

— No sabes cuánta falta me has hecho en estos meses —ambas se abrazaron en el descansillo del segundo piso.

— ¿Tienes tijeras en tu habitación?

— Sí, ¿porqué? —la rubia la miró extrañada.

— Porque pienso ir a ese baile y sin esconder tal y como soy. Y a mí no me gusta el pelo largo.

Ambas se sumieron en una carcajada, una verdadera desde julio. Porque por fin estaban juntas, siempre habían sido ellas contra el mundo. Y nada lo cambiaría. ¿O sí?

[...]

Megan no sabía ni dónde meterse, la cena había sido un constante ataque continuo hacia FP. El cual cuando la vio, no pudo resistirse a abrazarla y soltar alguna que otra lágrima. Primero la discusión con su madre por ir al baile, las indirectas muy directas hacia el adulto, la llegada sorpresa de Hal y la decepción de Alice.

FP llevó a los tres adolescentes al baile, haciendo que la tensión que apareció en la cena se esfumara. Por una vez iban a volver a ser adolescentes normales. Jughead se bajo primero, ofreciendo el paraguas a las hermanas mientras hablaba en la camioneta con su padre.

— ¿Te gusta no?

— ¿Qué? —la rubia miró nerviosa a su hermana.

— Conmigo no tienes que fingir, he visto como lo miras —ambas se miraron a los ojos— y he visto como te mira a ti. Sus ojos brillan más que Times Square iluminado.

— ¿D-de verdad?

— De verdad. Solo te pido que no le hagas daño, Jug ya ha pasado por mucho —ambas se fundieron en un abrazo hasta que un carraspeo las hizo separarse.

— Señoritas, ¿me concederían el honor de escoltarlas? —ambas rieron mientras que el chico se sonrojaba.

Jughead y Betty entraron al baile sujetos del brazo mientras que Megan los seguía por detrás a petición suya. No quería que todos voltearan a verla y cuchichear sobre ella. Aunque eso fue lo que ocurrió. Murmullos como "chuck no mentía" "realmente sigue viva", eran lo que llegaba a sus oídos acompañando de caras de sorpresa.

Un grito se escuchó por encima de la música y dejaron de prestarla atención para ver a Kevin Keller corriendo hacia la chica mientras que la abrazaba levantándola del suelo y ambos riendo.

Cuando la bajó al suelo no pudo dejar de observarla. Llevaba el pelo por los hombros y un precioso vestido verde largo y, aunque sus ojos no tenían su brillo característico, pudo ver un atisbo de este.

— Como vuelvas a ir a entrenar sola y te paso algo, juro que te mato y luego te revivo —ambos sonrieron pero Kev seguía teniendo lágrimas en los ojos—. Te he echado muchísimo de menos idiota.

— Y yo a ti, Kev. Y yo a ti.

El resto de la fiesta se la pasaron juntos como en los viejos tiempos. Cuando todo era normal y la desgracia aún no había llegado a Riverdale. Hasta que las miradas empezaron a cruzarse con la de Megan. La primera fue Cheryl, pero la castaña a ella no.

Cheryl se quedó helada en su lugar, quería ir y abrazarla, pero sabía que no podia hacerlo. La joven Cooper siempre fue un rayito de luz para ella, la escuchaba y ayudaba aunque nunca se dejaban ver juntas. Cada una por motivos diferentes, una por la rivalidad de sus familias y otra por el enamoramiento hacia la otra que no quería aceptar.

Y la segunda mirada que se cruzó por ambas partes fue la de Archie desde el escenario, notando como algunos sentimientos que creía desechos volvían a aparecer en su interior. Pero la mirada de Megan se desvió mientras que Kevin la hacía dar una vuelta al ritmo de Kids in America, sumándose a bailar con él y su novio Joaquín.

— Ir a bailar de verdad, ya no quiero seguir siendo sujetavelas —la pareja río ante el comentario de la castaña que los había acompañado durante gran parte del baile—. Eso sí Joaquín, hazle algo y me pienso olvidar de que te gusta Nirvana.

— Cuento con ello Meg —los enamorados fueron hasta la pista de baile mientras que la chica se sentaba sin saber que tenía varios ojos sobre ella.

A los minutos Jug se acercó hasta dónde estaba ella preguntando por Betty.

— Ahora que lo dices llevo sin verla un rato, ¿ha pasado algo?

— Tengo un mal presentimiento, espero equivocarme. ¿Me acompañas?

— Siempre.

Los amigos salieron de gimnasio, en dónde se realizaba el baile llegando al pasillo dónde se encontraban Betty, Archie y la morena de la fiesta de Jughead a la que pudo atribuirle el nombre de Verónica. Mientras que Megan le hizo una señal para escuchar a escondidas este la agarró de la muñeca para llegar a dónde se encontraban.

— ¡Chicas, Betty! —los tres se giraron hacia los recién llegados con caras de cansancio que no aseguraban buenas noticias—. ¿Qué ocurre? ¿Porqué me siento como el marginado?

— ¿Se lo decís vosotros o yo?

— ¿Decirme el qué?

— Yo creo que aquí sobro bastante —pero la mano de Jug no la soltó haciéndola saber que necesitaba a su amiga a su lado.

Se enteraron de que el pelirrojo y la azabache habían entrado a la rulot de su padre mientras ellos que se encontraban en la cena con los Cooper. Y por las miradas de sus amigos pudo ver que todos los sabían y ninguno le había avisado salvo Megan, la cual le había enviado un mensaje sospechando de las intenciones de su madre con la cena. Mensaje el cual Jug emocionado había ignorado.

Lo siguiente que pasó fue el anuncio del arresto de FP Jones por el asesinato de Jason Blossom y posible participación en el secuestro de Megan. Jughead empezó a correr para salir de aquel lugar, mientras que Megan esquivó los intentos de abrazo para seguirlo a diferencia de los demás. Sabía que FP no había tenido nada que ver en su secuestro y Jughead no parecía saberlo.

Cuando logró alcanzarlo, se encontraban en el parque de caravanas SunnySide.

— ¡Jughead para de una puta vez! —el joven se giró con lagrimas en los ojos mientras que ella avanzaba para abrazarlo, abrazo que él necesitaba y se desahogó.

— Lo siento, lo siento, lo siento.

— Jug, mírame —el chico levantó la cara a la vez que ella le quitaba las lágrimas—. No es tu culpa, y tu padre como le he dicho mil veces a la policía no tiene que ver con lo que me ha pasado. Y no me voy a alejar de ti, ¿lo has entendido?

Jughead asintió con la cabeza volviéndola a abrazar, porque uno de sus mayores miedos es que las personas a las que quería lo abandonaran o cambiaran por otro. Pero ella no, y se lo hizo saber. Era una promesa que tenían, y nunca se rompería. Estuvieron un rato más abrazados hasta que ella lo soltó sabiendo que necesitaba su espacio.

— Quieres estar solo ¿o me equivoco? —el chico asintió dejando un beso en su frente—. Cualquier cosa avísame.

Megan comenzó a volver a la vez que Jughead entraba a la rulot en donde vivía, no iba a negar que no le hacía gracia ir por el sur y menos con vestido y de noche. Pero tampoco quería volver a su casa. Cuando iba a visitar a su amigo, la solía ir a buscar él o su padre en el límite del lado si era de noche. Pero tenía que afrontar sus miedos de una vez.

Girando en la esquina de un local donde se podía leer bodega empezó a oír unos golpes y quejidos, pero esta vez no pararía. Solo faltaba que volviera a pasarle algo. Siguió de largo cuándo vio en un callejón como tres chicos peleaban contra uno solo. Estaba dispuesta a pasar de largo cuando oyó un grito y deslumbró un destello plata. Una navaja en la pierna del chico al que estaban pegando.

"Si la vida quiere matarme todavía le faltan 2 oportunidades, a la tercera va la vencida"

La chica apresuró el paso sin hacer un ruido con los tacones, proporcionando una ventaja al chico cuando agarró a uno de los tres y de un rodillazo le dejó sin aire. El chico intentó devolver el golpe pero un tacón de plataforma lo golpeó haciéndole perder el conocimiento.

— ¿Qué cojones...?

El segundo de los chicos recibió un cabezazo que logró hacer que su nariz sangrara y soltara al chico que estaba solo haciendo que este arremetiera con el último de los tres, haciendo una pelea de a dos. Mientras Megan conseguía bloquear los golpes hasta que el chico fue arrastrado hacia detrás, golpeándose con su compañero gracias al chico que estaba solo.

— Mínimo esta vez estoy bien —susurro para ella, hasta que llevó su mirada hasta el chico que se sujetaba como podía de la pared—. No me jodas —Megan consiguió agarrarlo antes de que perdiera el equilibrio hasta acomodarlo bien en sus hombros—. ¿Hay alguien a quién puedas llamar?

— Pilla mi móvil, desbloquéalo, la contraseña es 484o —a este punto al chico le daba igual que le robara, aunque no lo parecía tenía que estar alerta—. Busca el contacto de Fangs y si no el de Toni.

La chica hizo lo que le pidió pero la llamada de ambos dio sin contestar. — Ninguno contesta, te llevo a tu casa. ¿Dónde es?

— El parque de caravanas SunnySide.

Ambos jóvenes caminaron durante diez minutos de manera pausada para que el chico no sufriera más de lo que ya lo hacía. Megan pudo ver como ya no había nadie en la rulot de Jughead y dos detrás de esta estaba la del chico. Megan abrió la puerta y acomodó al chico en el sofá mientras que ella cerraba la puerta.

— ¿Botiquín tienes? —el chico asintió señalando a la habitación del fondo.

— En la mesilla de la derecha de la cama en el primer cajón junto a una toalla y un pijama. Tráelos también por favor.

Megan volvió con lo que el chico le había pedido para curarle las heridas pequeñas y la puñalada de la pierna. Con unas tijeras el chico corto la pernera derecha del pantalón haciéndola de verano para poder quitar la navaja y la herida. Total, los pantalones ya los tenía que tirar.

— Te va a doler que flipas, ¿lo sabes no? —el chico asintió con la cabeza mirándola a los ojos.

— Lo puedo hacer yo, no te preocupes... —dijo viendo los nervios de la chica y queriendo que le dijera su nombre.

— Megan.

— Sweet Pea.

Sweet Pea sacó la navaja mientras reprimía un quejido y la chica comenzaba a desinfectar la herida y a coserla. Cuando terminó le comenzó a vendar la zona herida a la vez que se escucharon unos gritos y el chico bajó la intensidad de la lámpara, provocando inseguridad en la chica.

— No he echo nada Megan—no sabía porque, pero necesitaba excusarse con la chica —. Son Espectros, la banda más despreciable que hay. Me vieron solo y aprovecharon. Van a estar merodeando hasta por la mañana. No es recomendable que salgas ahora. ¿Puedes avisar a alguien? —la chica asintió a la vez que entraba en el contacto de Jug.

Jugg🎥

Necesito que me cubras
No te lo puedo explicar ahora, pero estoy bien
📍Ubicación

La chica se sentó en el sillón de al lado mientras que él intentaba cambiarse sin mover mucho la pierna, cosa que no estaba dando ningún resultado. Megan se levantó y comenzó a ayudarle cuando recibió una mirada de asentimiento de su parte.

— Siento haberte arrastrado a esto. ¿Porqué me has ayudado?

— Porque tengo la tonta esperanza de que si yo me encuentro hasta el cuello algún día alguien lo hará por mí —Sweet Pea la miró mientras ella jugaba con sus manos.

— Eh, mírame —el chico la levantó la cara delicadamente—. Te has arriesgado por mí, y yo valoro eso mucho. Te puedo asegurar que nadie te va a poner la mano encima. En el cajón de abajo en dónde has ido a por el botiquín hay un pantalón gris y una camiseta de manga corta por si te quieres cambiar.

— Gracias.

Megan se encaminó hacia el lugar que había mencionado y encontró las prendas de ropa. Mientras se cambiaba no pudo evitar estudiar la situación, estaba en casa de un chico al cual acababan de apuñalar pero por una un otra razón se sentía segura con él. Claro que lo reconoció de aquel día en el bar, pero no esperaba volverse a encontrar.

"Pero a veces el destino decide juntar a dos personas
totalmente diferentes, pero que son su otra mitad."

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