»143. Confianza«

Habían llegado al supuesto hotel, o eso decía su intuición, ya que al bajar de la camioneta Angie colocó un antifaz negro en sus ojos para que no pudiera ver el camino, desataron sus piernas y torpemente siguió a la persona que lo guiaba, sintió desconfianza cuando alguien posó sus manos en su cintura, su respiración se volvió pesada y los pasos detrás suyo le pusieron nervioso, hasta que escuchó en un murmullo: "Soy yo, tranquilo". Era esa chica castaña que se ofreció a ayudarle, no sabía si podía confiar en ella, si era una trampa más o si realmente era una buena persona, sólo tenía certeza de que le seguiría la corriente hasta que encontrara una forma de huir.

Entraron al elevador junto a las otras dos chicas que demostraron su disposición para liberarlo. En el momento en que las puertas se cerraron, los cuatro soltaron un suspiro de frustración, y rápidamente, Abigail desprendió la cinta adhesiva que cubría la boca del castaño, haciéndolo chillar cuando el adhesivo se despegó brúscamente de su labio partido, a su lado, otra de las chicas desató sus manos y Jungkook suspiró de alivio ésta vez, estirándose para quitar el dolor de sus articulaciones.

Las tres muchachas le sonrieron, y Jungkook quiso agradecerles con palabras pero Abigail tomó su mano, guiándolo a la salida del elevador, a los lados del castaño iban Angela y Alissia, que volteaban en todas direcciones para confirmar que la pelirroja no estaba a la vista, y con cautela, se encaminaron a las escaleras del edificio, habían tenido que fingir que subían el elevador hasta el piso número diez como había sido acordado con Angie con anterioridad, cuando en realidad sólo llegaron al piso número tres. Comenzaron a subir las escaleras a paso ligero, aún girándose para ver si no los seguían.

"¿Dónde está Chayi?" Preguntó Angela entre susurros, sosteniendo la mano izquierda de Jungkook, Abigail sostenía su mano derecha, el castaño estaba un poco entumecido por el viaje hasta el hotel y casi se cayó de bruces al suelo cuando intentó caminar por él mismo, así que se dejó guiar en silencio mientras las escuchaba con interés.

"Está en la habitación, le mandé un mensaje en el camino pidiéndole que preparara el botiquín de primeros auxilios" Respondió Abigail con voz cansada, Angela asintió, conforme.

"¿Crees que ella esté, uh...de nuestro lado?" Consultó esta vez Alissia, quien venía unos pasos más atrás, Abigail agitó la cabeza, asintiendo, pero eso no convenció a la primera, porque preguntó de nuevo. "¿Estás segura? No me gustaría que llegáramos como si nada con Jungkook desatado y que ella... Ya sabes..." Jungkook y Abigail giraron a verse al mismo tiempo, justo en el momento en que Alissia terminó de manifestar sus dudas, el mayor con una mirada cargada de ansiedad —puesto que no necesitaba más problemas con acosadoras desquiciadas, al menos por lo que le quedaba de juventud— y la segunda, por el contrario, intentó transmitirle toda la seguridad que pudo, negando cuando Jungkook reflejó sus propias incógnitas en sus orbes.

El camino cuesta arriba se les hizo más relajado de lo que esperaban
—omitiendo las pequeñas llamadas de monitoreo de la pelirroja dónde aseguraban que todo estaba en orden, haciendo al castaño pensar en silencio y con suma curiosidad en si alguna vez alguien como Angie se permitía relajarse— para el momento en que pasaron por el pulcro pasillo número siete Jungkook ya podía andar con soltura, y creyó que Abigail y Angela seguirían sosteniéndole incluso si podía caminar correctamente, pero éstas le dejaron en libertad y se limitaron a seguirlo desde unos pasos más atrás en compañía de una Alissia casi muerta de fatiga —la pobre muchacha no estaba acostumbrada al afán de Jungkook de  trotar por las escaleras, lo hacía tan de prisa que lograba dejarlas a una cantidad considerable de distancia— y ésto le pareció divertido, hasta el instante en el que se encontraron con el primer peldaño que conducía a la escalera del piso que buscaban.

"Realmente, ¿Sería una buena idea llegar con él... Así?" Alissia volteó para observar a su amiga, probablemente habría hecho la misma pregunta los últimos quince minutos, pero necesitaba seguridad, no podían dar la media vuelta y marcharse. Abigail asintió por enésima vez, se colocó delante de Jungkook y subió los escalones uno a uno, el castaño la seguía de cerca, y cuando la puerta color azul rey se alzó frente a sus ojos, los cuatro, contuvieron la respiración, y la castaña tocó la puerta.