• 155 al 159

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»155. Encierro«



Las horas habían pasado volando, no tenía noticias de nadie, no sabía nada, no podía comunicarse, ni hablar, apenas podía respirar con dificultad, añoraba su casa, su cama, la comida, necesitaba liberar esa presión en su pecho pero dormir en una silla de a ratos no ayudaba.

Se removió contra la madera, incómodo, tenía sed, mucha mucha sed, tal vez podría beberse todo un manantial de agua él solo; escaneó brevemente el entorno que lo rodeaba, sintió un escalofrío, había mucho silencio...
No podía oír nada, apenas el ligero ruido que producía el aire acondicionado, a él no llegaba el zumbido del exterior ni el ruido de los autos, no tenía ni una miserable idea de dónde carajos estaba y al imaginar que tendría que quedarse allí por más días, sin ningún tipo de sustento, sus ojos se humedecieron, sorbió por su nariz....,no es el momento de llorar, tienes que ser fuerte, por él —se recordó— pero una sonrisa amarga hizo el intento de surcar sus labios sellados con cinta adhesiva.

¿Dónde estaba él, de todas formas? Si es que tanto le quería, ¿Qué estaba haciendo? ¿Y sus amigos? ¿Su Jinnie hyung estaba bien? ¿Y Hobi hyung? ¿Jiminnie? ¿Dónde estaban? ¿Por qué aún no habían intentado dar con él?, habían pasado veinte malditas horas desde que tuvo un último contacto con sus seres queridos, ya no estaba en ése jodido hotel, las chicas que intentaron ayudarlo ahora también estaban sufriendo por su culpa en algún sitio muy lejos de su conocimiento, la perra que lo encerró venía a darle vueltas cada tres horas como si fuese un bendito animal enjaulado, quería huir, debía escapar, tenía que armar un plan pero ¿Por dónde iniciar? No tenía fuerzas, poco a poco iba cayendo lentamente en el desmayo por deshidratación que se había atrasado hasta ese momento, se estaba entregando, iba cediendo, sus ojos se cerraban, sentía los párpados pesados....

Un chirrido de una puerta abriéndose lo hizo sobresaltarse, su cabello estaba completamente sudado y algunos mechones se pegaban a su frente no permitiéndole ver con claridad, pero podía espiar entre las rendijas, así fue como observó a su verduga personal entrar, entrecerrando los ojos un poco para distinguirla mejor notó que no venía sola, otra chica, bajita y de cabello azul la acompañaba, creyó reconocerla aunque realmente no podía ver bien su rostro, resopló, tratando de apartar el cabello que rozaba sus pestañas, consiguiendo ver sólo un poco más.

Chayi dió unos cuantos pasos hacia él, iba temblando como una gelatina y sus ojos miraban de lado a lado con recelo, venía con las manos esposadas pero entre ellas sostenía una bandeja; su rostro tenía algunos moretones y la ropa holgada que llevaba se deslizaba hasta sus codos, dejando ver quemaduras de alto grado. Quería hablarle, preguntarle cómo estaba, saber de las otras tres chicas también y agradecer la poca ayuda que intentaron proporcionarle, pero no pudo, sólo alcanzó a ver cómo depositaba dicha bandeja en sus piernas, en ella habían dos hamburguesas, tres raciones de papas fritas, dos cajas de nuggets de pollo, un refresco de litro y medio y una botella de agua de veinte litros.

Sin tomarle importancia a la sorpresa del mayor ni a su mal aspecto, Valery, que había entrado justo detrás de la peliazul, se acercó a él, se posicionó a su lado y sin piedad, arrancó de un tirón el adhesivo que mantenía pegados a sus labios; contuvo un grito de dolor que fue sustituido por un gemido ahogado, estuvo a punto de soltar una grosería cuando la muchacha alzó sus brazos y cortó la cuerda que los ataba con un movimiento ágil de su cuchillo, los apartó de mala gana y ella volvió a guardar el arma en su estuche.

Se colocó frente a él y dado lo impulsiva que ella era, realmente no lo sorprendió cuando agarró parte de sus cabellos castaños y tiró de ellos con fuerza, casi pudo sentir alguno que otro mechón desprendiéndose pero trató de no tomarle importancia (ya que así no sentiría dolor) bueno...más dolor. Valery inclinó brúscamente su cabeza hacia el lado derecho, acercándolo a sí misma para que escuchase lo que estaba por decir.

"Escúchame bien, garrapata, tienes media hora para comer, ni un minuto más ni un minuto menos, quiero que dejes ese traste limpio para ya" Escupió en su oído, deshizo el agarre en su cabello y empezó a alejarse caminando en dirección a la puerta metálica de entrada, en última instancia, ya a nada de salir, se volvió hacia él. "Si conversan acerca de algo sospechoso, lo sabré, y será tu fin, pitufina" Apuntó con su barbilla a Chayi, una sonrisa socarrona pintó su boca, y al igual que una corriente de aire de humo, se marchó.





»156. Faire semblant«
Traducción del francés: Pretender



Esperó por tres minutos más después de que la pelinegra se fuera para acercar sus manos temblorosas a una de las hamburguesas, pero antes de llevarla a su boca, observó a Chayi, que seguía frente a él.

"¿Sabes si...tiene veneno?" Preguntó, en un tono de voz tan bajo que la peliazul sólo logró entenderlo al leer la frase modulada en sus labios. Ella negó frenéticamente, haciéndolo soltar un suspiro de alivio que no sabía estaba reteniendo.

Después de dar un par de bocados, su rostro se sonrojó ligeramente, había olvidado sus modales.

"Perdona, ¿Quieres un poco?" Ofreció amablemente, tendiéndole una hamburguesa. Chayi se encogió en su lugar apenada al ver sus ojitos brillando esperando una respuesta afirmativa, él realmente era el chico más humilde que conocía; pero volvió a negar, habían pasado tal vez diez horas desde su última comida, más se sentía lo suficientemente fuerte todavía para resistir unas cuantas horas, decidió que no sería ella quien le quitara lo poco que podía tener (mientras estuviese allí), le sonrió.

"No te preocupes, me dieron lo mismo que a ti hace dos horas...no tengo hambre" Mintió. La seguridad con la cual habló lo mantuvo tranquilo, le regaló una pequeña sonrisa y volvió a comer. Por primera vez en muchas horas Chayi pudo ver en él un atisbo de esperanza, tenía tanta hambre que devoró el contenido de la bandeja en sólo diez minutos, al concluir, la menor le ofreció una pañuelo para que se limpiara.

El castaño apartó la bandeja de sus piernas y se levantó de la silla, haciendo ejercicios y estirándose para destensar sus músculos, el hueso de su nuca sonó cuando hizo movimientos circulares con su cabeza, abrió sus ojos como platos ante la fea sensación, joder, ¿Cuánto tiempo había estado sentado?. Se inclinó hacia la bandeja que seguía sobre su silla, tomó la botella de agua abierta junto al pañuelo y roció cinco gotas del líquido, empezó a limpiar su rostro, sus manos y cualquier trozo de su piel que estuviese al descubierto, el agua estaba helada, lo que le sacó una sonrisa.

"¿Mejor?" Consultó Chayi en un susurro, el mayor asintió. "Bien, conozco una forma en la que podemos hablar sin que se enteren...acompáñame" Susurró en su oído, tomó su mano y lo guió hasta el final de la sala, tenía las llaves de la habitación que estaba del otro lado, esa a la que conducía aquella puerta del rincón, pero antes de si quiera dar dos pasos, enfocó dos pequeños puntos de luz roja en las esquinas superiores de la pared de en frente.

"¡Pssst! ¡Oye!" Lo llamó en un siseo, giró a verla.

"¿Qué sucede?" Sabía que había problemas pero trató de no verse nervioso.

La peliazul le señaló con los ojos algo que estaba detrás de su espalda. 

"Hay cámaras instaladas" Moduló,
él se encogió de hombros, restándole importancia, ella lo miró sorprendida.
"¿Lo sabías?" Un asentimiento.

"Necesitamos desinstalar esas cosas o no podré hablar contigo" Gritó en otro susurro, no había riesgo de que nadie supiera lo que estaban hablando de todas formas, el volumen de voz que empleaban era tan bajo que no alcanzaba a escucharse ni a la mitad del pasillo.

"Creo que hay una escalera cerca de la puerta" Consiguió decir, receloso de estarse equivocando, Chayi lo confirmó con mirar en esa dirección brevemente. "¿La hay?"

"Sí, no confío en lo fácil que se puede ver conseguirla pero..." Sacó un teléfono celular que yacía escondido debajo de su ropa. "Aún tenemos dieciocho minutos" La observó dubitativo pero terminó asintiendo, total, ¿Qué más tenía que perder?.

"Hay que hacerlo" Dijo, soltó un suspiro de cansancio, pasando sus manos por su frente y masajeando sus sienes, su nivel de estrés estaba por las nubes. La muchacha le dió una mirada empática.

"Todo mejorará, muy pronto" Lo alentó, sonriéndole con cariño, tomó su mano y le dió un suave apretón. Al pasar por su lado, su semblante cambió tan rápido que fácilmente pudo haber creído que aquella sonrisa había sido una ilusión óptica, pero no, era hora de actuar.

Chayi se aproximaba a paso lento a la entrada, su caminar era lo único que se escuchaba en toda la estancia, después de estar a diez metros de la escalera las cámaras le perdieron el rastro y pudo quitarse las esposas dislocándose los dedos pulgares, el castaño, en su lugar, había regresado a su silla. Colocó la bandeja en el suelo y se sentó, mantuvo su mirada fija en el piso por todo un minuto, de allí a sus zapatos, sus manos, nunca observaba hacia el frente; pretendió dar la ilusión de estar muy pensativo o como mínimo encontrarse en un shock muy severo y al parecer su método de distracción funcionó, porque la peliazul regresó y sacudió sus hombros para llamar su atención.

"¡Ven! ¡Debemos apresurarnos! Dentro de poco se darán cuenta" No le dió tiempo de responder cuando ya estaba arrastrándolo a la puerta desconocida del rincón, para poder entrar sacó una llave de su bolsillo que tenía una extraña forma de cruz en la punta, la introdujo en la cerradura y al abrirse sonó un "click".

Por Dios, ¿Qué es.....

No había querido pensar de más al cruzar la puerta, a veces odiaba poder analizar las cosas tan rápido, no lo hubiese imaginado nunca...pero ese era un jodido cuarto de tortura...¡Y él no estaba loco!. 



»157. La salle de torture«
Traducción del francés: El cuarto de tortura.



Jungkook escaneó todo lo que estaba a su alrededor y no pudo evitar hacer una mueca de asco, ni el tener una arcada. Había sangre seca manchando ciertas áreas del suelo, en el centro, una silla de cuero con varios cables pegados a ella y  en la esquina izquierda del cuarto estaba una mesa de aluminio con todo tipo de inyecciones, sueros, cajas de lo que suponía eran medicamentos y varias bolsas de.....¿Eso era...Heroína?, pero hubo algo más que captó su atención de inmediato, un frasco de vidrio con un líquido beige muy espeso dentro, con una etiqueta en medio: "Escopolamina".

Se olvidó de la muchacha por un instante y se acercó a la mesa, tomó el frasco entre sus manos para examinarlo mejor notando que las instrucciones estaban en una de las esquinas:

INSTRUCCIONES (Leer con cuidado)

1. Éste ungüento puede ser utilizado en bebidas medicinales siempre que no se haga un contacto directo, en un jugo o en un batido con leche con el fin de tranquilizar a una persona que sufre un ataque de pánico, nervios u ansiedad.

ADVERTENCIA: Bajo ninguna circunstancia debe hacer contacto de piel con la sustancia, ésto provocará un adormecimiento automático de la zona afectada, lo sedará y quedará usted vulnerable y expuesto ante cualquier peligro, sin protección puede obtener severas quemaduras. Actúe con precaución y conocimiento.

"¿Por qué tendrían ésto aquí?" Se preguntó en un susurro, Chayi se volvió hacia él para mirarlo con pesar. Jungkook abrió los ojos desmesuradamente.

"No me digas que..." La peliazul asintió. "Qué hijas de puta, ¡¿Pensaban utilizar éstas cosas para torturar a más personas?!" Gritó en un murmullo, colocó el frasco donde lo encontró utilizando más fuerza de la necesaria, de haber sido por él lo habría estrellado contra la primera pared que se le cruzara.

Chayi se acercó a él para tomar su mano, lo guió hasta dos sillas eléctricas que estaban desconectadas cerca de la puerta y se sentaron. Jungkook boqueó cual pez fuera del agua, a punto de decir algo pero guardó silencio cuando la menor hizo el ademán de hablar.

"Han pasado demasiadas cosas hoy y necesito que escuches lo que te contaré, no nos queda nada de tiempo y me temo que no podré responder a todas tus dudas, pero sí a las más importantes" Dijo, sacó su teléfono de su ropa y lo desbloqueó, mostrándole al mayor una sección de noticias de internet.

Jungkook casi saltó de alegría al ver su rostro en fotos donde anunciaban su desaparición, ¡Taehyung estaba buscándolo! ¡Estaba tan feliz!.

Sus ojos leían a una velocidad impropia tratando de recopilar la mayor cantidad de información acerca de Tae y los lugares señalados donde habían buscado ya.

Pero... Su alegría momentánea fue disminuyendo en demasía a medida que deslizaba su dedo por la página web, su respiración se cortó, llevó una mano a su pecho porque sentía que se estaba asfixiando. No no no no. Ese encabezado no podía ser real, era todo una mentira, no, no. ¿Por qué ellos? ¿Por qué sus amigos? ¡No!.

Ellos no debían sufrir por él, ninguno de ellos se merecía eso, ese era su problema ¿Cuál era la necesidad de Angie de incluir a los demás también?...

Derramó un par de lágrimas que secó con movimientos bruscos, a su lado, la peliazul suspiró, debía soltar la bomba, ya. Tomó aire.

"Mmmh...no solamente RM y Yoongi entraron inconscientes al hospital después de que te secuestraran" Dijo, nerviosa. Jungkook, que estaba limpiando sus lágrimas con la manga de su camisa se paralizó.

"¿Ah no?" La voz le tembló, Chayi tomó una de sus manos para acariciarla, ahí iba.

"Jimin, Yeonjun y Seokjin también entraron inconscientes, por lo que supe.....Seokjin está en coma, Jungkook" Su mundo entero dió un giro de ciento ochenta grados, le cayó un balde de agua fría en la cabeza, estuvo a nada de volver a llorar pero decidió dejarlo para cuando estuviera solo, tendría mucho tiempo para eso.



»158. Sécurité«
Traducción del francés: Seguridad.


"¿Hay algo más?" Preguntó bajito. Chayi suspiró.

"Taehyung está moviendo cielo, mar y tierra para encontrarte pero aún no se decide a buscar fuera de la capital por lo que dicen las noticias. Las chicas y yo estamos divididas en los otros salones, frente a éste" Jungkook asintió, Chayi hizo una mueca antes de decir. "No debes perder las esperanzas pero... Realmente no creo que Taehyung llegué hasta aquí, seguramente cree que sigues en Seúl" El castaño frunció el ceño, cayendo en cuenta de que aún no tenía idea de dónde estaba.

"¿Dónde estamos?" La menor le acercó su teléfono, activó el GPS y le mostró el  mapa virtual.

"Estamos en Busan" Una sonrisa ladeada se apoderó de los labios de Jeon, con que Busan, Eh?. La suerte volvía a estar de su lado, él había vivido toda su niñez y adolescencia en Busan, era una ventaja puesto que conocía la ciudad de memoria, más no lo comentó, guardaría esos detalles para sí mismo.

"¿Crees que haya oportunidades de escapar aquí?" Fue su siguiente pregunta, ya que el plan que idearon durante la mañana no fue más que un fracaso —que los llevó al lugar donde estaban actualmente— Chayi asintió y señaló la mesa con un gesto.

"Te sugiero que tomes unas cuantas inyecciones y las escondas en tu ropa, eres delgado, pero tu camisa es tan ancha que ni siquiera se notará" Le sugirió, el castaño se levantó y se acercó a la mesa pero dudó al ver las inyecciones, no tenía ni idea de para qué servía cada una. La peliazul se acercó a él, palmeó su hombro y tomó inyecciones de distintos tamaños y con líquidos de colores diferentes. "Las  azules son morfina, las amarillas son hioscina inyectable, las transparentes son sedantes de efecto rápido y las verdes son cocaína, puedes llevar una o dos de cada una, sólo procura dejar suficientes" Jungkook asintió, conforme. Tomó dos inyecciones de hioscina, dos de morfina y un sedante, la cocaína no tenía ningún efecto que lo favoreciera, así que la dejó en su sitio.

Metió las inyecciones por debajo de su camisa tratando de que no se notaran en su pantalón, cuando estuvo satisfecho se volvió hacia Chayi, que revisaba la hora en su celular.

"Volvamos, nos quedan cinco minutos, corre" Al pronunciar esas palabras, salieron del cuarto de tortura rápidamente, la menor cerró bajo llave y Jungkook trotó hasta su silla para sentarse, guardó el pañuelo que Chayi le dejó y vació lo que quedaba de la botella de agua.

La peliazul volvió a instalar las cámaras de seguridad, colocó la escalera en su lugar, guardó su llave y su teléfono y se colocó las esposas en un tiempo récord, sobrándole un minuto para despedirse.

Se acercó al mayor, que estaba distraído en su silla y sin previo aviso lo envolvió en un cálido abrazo. Jungkook la miró con ojitos brillosos, Chayi se había ganado su confianza mucho más rápido de lo que esperó, si le hubiesen dicho a su yo de ésa mañana que ellos dos se llevarían bien después probablemente se habría reído, ella siempre demostró ser una buena persona pero Jungkook era naturalmente desconfiado y las personas que se ganaban su confianza pasaban por demasiadas pruebas de su parte, era la primera vez que alguien le demostraba esa clase de lealtad y debía admitirlo, se sentía muy agradecido.

"No estás solo en ésto" La escuchó murmurar en su oído, lo apretó entre sus pequeños brazos. "No pienses que estás solo, allá afuera, las chicas, tus amigos, tu familia, tu novio y yo, estamos luchando para sacarte de aquí...a nuestra manera....nu-nunca te pedí disculpas por participar en éste plan tan horrible, no quería involucrarme directamente pero Angie m-me amenazó con contarle a mi f-familia cuál en realidad es mi orientación sexual y tuve mucho miedo, no conocía otra alternativa, p-perdón" Jungkook negó, siendo él quien ahora la estrujaba entre sus brazos, se separaron y pudo ver el rostro de la chica inundado en lágrimas, le sonrió poquito tomando sus manos.

"Gracias, ahora sé que también cuento contigo" Chayi asintió, aún con las lágrimas rodando por sus mejillas y dándole otro abrazo.

"Saldremos de aquí, juntos, y será pronto" Susurró una última vez, se secó el rostro con parte de su franela y dió dos pasos atrás, en ese momento, el característico chirrido de la puerta metálica sonó, no hizo falta darse vuelta para saber que Valery ya se encontraba allí.


»159. Camino a la felicidad«



La pelinegra se aproximó a ellos,  pero en ésta ocasión, dos personas más ingresaron a la sala después de ella, trayendo consigo un colchón, una cama, sábanas y almohadas, dejaron todo pulcramente acomodado junto a la pared lateral izquierda, Jungkook observó las acciones de los hombres desconocidos mientras fruncía el ceño.

"Una obra de caridad para nuestro adorado huérfano" Valery soltó una risa sarcástica. Jungkook ni se inmutó, con un gesto la pelinegra le ordenó a Chayi que se marchara junto a los otros dos. Una vez solos, se permitió sonreírle con sorna. "Tranquilo, no te ataré, mañana partiremos muy temprano y su alteza real necesita descansar... Adiós" Le hizo una reverencia burlona y se marchó con la bandeja en mano, se escuchó el estruendo de la puerta de metal, y entonces suspiró, cansado.

Se acercó a la cama y se sentó sobre el colchón, lo asombraron las sábanas y mantas limpias. Se dejó caer en ella,  no se molestó en quitarse los zapatos ni en disfrutar de la blanda superficie, de nada serviría, tenía tantas cosas en mente y no tenía idea de cómo sentirse al respecto, Seokjin estaba en coma y sus amigos en graves condiciones.

Y Taehyung...Su TaeTae seguramente habría de estar enloqueciendo en ése momento, lo extrañaba muchísimo, su relación apenas estaba iniciando y no habían podido disfrutar de su primer día como novios, recordó que Taehyung le había ofrecido llevarlo a su casa, y por su casa Jungkook sabía que no se estaba refiriendo al apartamento en el cual él vivía, Taehyung se refería a su hogar.

Había estado allí muy pocas veces debido al tiempo que pasaba en la universidad y en el trabajo, pero las suficientes para conocer todas y cada una de las costumbres del mayor; como que comía alimentos ligeros para el desayuno porque su estómago era algo delicado, que le encantaba ser mimado y besado cuando despertaba con él en las mañanas, que Yeontan tenía su propia habitación con montones de juguetes para perros y pequeños atuendos adorables que hacían juego con sus correas de diferentes colores ... ¡Hasta tenía una cama individual de elmo!, también sabía que Taehyung  tenía un extraño fetiche con algunas marcas y perfumes —soltó una pequeña risita a medida que más recuerdos llegaban desde su memoria, negando— habían días en los que su perfume era de Paco Rabanne y otros en  los que usaba Moscchino, pero contando los meses que habían pasado, se dió cuenta de que Taehyung formaba una parte escencial de su vida, sus ocurrencias ahora eran parte de su mundo y lo amaba, amaba ese lado de ellos dos que no tenía miedo de crear hermosos y divertidos recuerdos.

Se abrazó a la manta y en silencio, cuando sus ojos se cerraron por completo, se prometió a sí mismo hacer lo posible por escapar de allí, por él, porque no era su culpa que una fan tuviese un capricho amoroso con su novio,  por sus amigos y sus primos, que accidentalmente habían sufrido por un asunto que no les concernía y...por Taehyung, de quién se había enamorado perdidamente y que, merecía ser amado por la persona que lo hacía feliz, y ese era él.

"Seremos felices, Tae, lo prometo" Y con ese último susurro, cayó rendido en los brazos de Morfeo, que recibió sus sueños gustoso y veló por la pureza de su alma, deseando que encontrara aquello que con tanta esperanza estaba buscando.











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Diccionario de My Dog :

Heroína

— La heroína, diacetilmorfina o diamorfina, es una droga recreativa semisintética. Derivada de la morfina y originada a partir de la adormidera, planta de la que se extrae el opio, su administración frecuente y regular está asociada a la tolerancia y a una fuerte dependencia física.

Escopolamina

— Escopolamina es uno de los nombres científicos de la droga Burundanga, mencionada con anterioridad en el act 149.

Morfina

— La morfina es un analgésico que se obtiene de la planta opio, conocida popularmente como adormidera. El opio es una de las drogas más empleadas en la antigüedad, que ha sido sustituida actualmente por sus famosos derivados, la morfina y, especialmente, la heroína.

Hioscina

— La hioscina es otro nombre científico utilizado como sinónimo para referirse a la droga Burundanga.

Cocaína

—  La cocaína es una droga estimulante y adictiva elaborada con las hojas de la planta de coca, nativa de Latinoamérica. Si bien los médicos pueden usarla con fines medicinales legítimos —como anestesia local en algunas operaciones quirúrgicas, por ejemplo—, el consumo recreativo de cocaína es ilegal. Los efectos fisiológicos a corto plazo que resultan del consumo de cocaína incluyen contracción de los vasos sanguíneos, dilatación de las pupilas y aumentos en la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial.

Elmo

— Elmo es un personaje de una serie educativa estadounidense para niños  llamada Plaza Sésamo o en inglés "Sesame Street", muy popular entre la generación nacida entre 1999 y 2008.

Paco Rabanne y Mosschino

— Marcas de ropa, accesorios y perfumes unisex.

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