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La puerta fue abierta por Taehyung, dejando pasar primero a su hijo y luego él. Este día el mayor tenía día libre así que no era necesario que el niñero viniera ese día a cuidar a Soobin.

— Conejito, anda a cambiarte de ropa por mientras. —El menor asintió y se dirigió a su habitación donde ya había un conjunto de ropa. Mientras tanto Taehyung empezó a preparar el almuerzo que consistía en arroz y pollo junto a una ensalada.

Cuando el niño ya estaba listo y cambiado, caminó hasta la cocina sentándose en una de las sillas que había por el lugar. Movía sus pies que no llegaban a tocar el suelo junto con su conejito de peluche que tenía en brazos. Miraba atento cada movimiento de su padre al preparar la comida, intentado aprender alguna que otra cosa, aunque no entendía demasiado, y probablemente no podría poner en práctica lo que hubiera aprendido hasta dentro de algunos años.

— Papá... —Llamó.

— ¿Uhm? — Soobin suspiró y se acomodó en su asiento mirando al mayor, tenía una duda que no podría resolver por sí mismo claramente.

— ¿Por qué le dijiste que no al profesor Jungkook? — Taehyung frunció el ceño, ¿Cuándo había rechazado la propuesta? Pensó de inmediato.

— Binnie, no la rechacé, solo dije que debía pensarlo.

— Es lo mismo. —Dijo con un mohín. Taehyung negó y dejó a un lado la preparación de la ensalada para poder mirar a su hijo.

— No, no lo es. No le dije que "No", pero tampoco le dije que "sí", no le di una respuesta en concreto. —El menor ladeó su cabeza sin entender a la perfección.

Taehyung iba a seguir hablando al ver la confusión del menor, pero el timbre sonó. Frunció el ceño confundido, según el supiera no esperaba a nadie, además de que si fuera Hoseok tendría la llave para entrar al apartamento al estar alojándose por un tiempo con ellos.

Se encaminó hasta la puerta y miró por la mirilla. Soobin se asomó curioso desde la cocina, esperando a que su padre abra la puerta y ver quien era.

El pelinegro abrió la puerta y sonrió instantáneamente al ver a la mujer que lo cuidó desde que nació; Su madre.— ¡Mi niño! Ven y dame un abrazo. —Extendió sus brazos y Taehyung se acercó a la mujer, correspondiendo el abrazo de inmediato, sintiendo una inmensa calidez al estar entre los brazos de su madre. Al separarse, la señora Kim acunó con sus manos las mejillas del pelinegro con cariño.— ¿Y mi nieto? —No hizo falta responder, el menor se daba a mostrar por si solo.

— ¡Abuelita! —Gritó el menor corriendo hasta la mujer quien puso toda su atención al niño que corría hacia ella.

— Dios, Soobinnie, has crecido mucho, y cada vez estás más bonito —El mencionado orgulloso se enderezó mostrando que tan alto estaba.— De seguro debes tener muchos pretendientes, o dime, ¿ya tienes una novia o novio? —Preguntó alzando sus cejas de forma burlona.

— Yo no, papá sí. —Dijo de forma traviesa. La mujer abrió sus ojos como platos sorprendida al igual que Taehyung que miraba sorprendido a su hijo.

La señora miró a su hijo como cuando lo iba a regañar por no haberle contado alguna de sus travesuras de pequeño.— Jovencito, ¿Cómo es eso de que tienes novio y no me habías dicho? — Soobin travieso soltó una risita y corrió hacia el salón para evitar el regaño de su padre.

— N-No es así. —La mujer enarcó una ceja.— Primero pasa y ya te hablo sobre eso. —La mujer entró y caminó por el pasillo, sentándose en el sillón individual juntando sus manos mirando expectante a su hijo.

— ¿Y bien? —El pelinegro asintió y se sentó en el sillón doble.

— Soobin piensa que uno de sus profesores y yo nos gustamos, es por eso que dijo eso. —Explicó. Soobin enarcó una ceja y alegó.

— Se gustan. —Concluyó. La mujer miró a ambos y suspiró.

— Te gusta, ¿cierto? — Taehyung relamió sus labios y se rascó su nuca de forma nerviosa.— Sí te gusta.

— ¡Y el profesor lo invitó a una cita! —Agregó Soobin travieso. Taehyung hizo una mueca, y es que su hijo le recordaba tanto a su mejor amiga siendo igual de burlona y traviesa.— Pero no aceptó.

— ¿Por qué lo rechazaste? —Preguntó su madre.

— Yo nunca dije eso. —Se quejó Taehyung.

— ¿Es malo? ¿feo? ¿violento? ¿asesino? — Taehyung frunció nuevamente su ceño y negó.

— ¿Qué? No, al contrario, es un buen hombre.

— ¿Entonces? —Preguntó, aunque suponía la respuesta.

Sabía a la perfección las razones por las cuales su hijo no salía con alguien, aunque no estuviera en total acuerdo con él.

— Ya sabes; Mi hijo es mi prioridad, y no quiero gastar el tiempo libre que tengo luego del trabajo en citas y tal. —Dijo sincero.— Además, ¿sabes lo complicado que es encontrar a alguien que acepte que vas a preferir pasar tiempo con tu hijo que en cenas románticas?

— Cariño, creo que eres demasiado obvio con eso, y estoy segura que ese profesor también lo ha notado. Apuesto que le dijiste "debo pensarlo" —El pelinegro asintió.— ¿Y que te dijo?

— Que esperaría y me tomara mi tiempo.

— ¡Ves! Deberías intentarlo. Que salgas un rato no significa que vas a perder todo tu tiempo. Soobin está de acuerdo, ¿cierto, Binnie? —El menor asintió sonriente.— Hijo, no pierdes nada con intentarlo, aunque sea una vez. —Se levantó y se sentó al lado de su hijo tomando sus manos.— Déjale en claro como te sientes, así aclaras todo de una vez. Si ese profesor lo entiende y lo acepta, ¿Por qué no intentarlo?

Taehyung suspiró, quizás su madre tenía razón, y es que ¿Por qué no intentarlo?

— Esta bien, es solo una salida, no pierdo mucho con intentarlo.

Su madre sonrió orgullosa.— Bueno, entonces me quedaré más tiempo de lo esperado. Vamos, Binnie, te traje regalos. —El niño sonrió y sus ojos brillaron encantados.

La señora Kim y el menor caminaron hasta la entrada donde habían quedado las cosas de la mujer y empezaron a sacar los regalos. Mientras tanto Taehyung sonrió divertido por los regalos lograban hacer brillar tanto a su hijo, y bueno, ¿a quien no?

Se encaminó a la cocina para ir terminando el almuerzo y por fin servirlo. Mañana le diría al profesor su respuesta, no perdía nada con intentarlo, aunque sea una vez. 

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