Capítulo 40🍁

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


En medio del gran jardín, Jimin estaba sentado alrededor de la fogata que habían hecho en el suelo, colocando grandes piedras alrededor para que la leña no se corriera y las cenizas se mantuvieran en el interior.

En lo alto del cielo, el sol ya se había ocultado, dando paso a la hermosa media luna que iluminaba la oscuridad de la noche con sus compañeras y amigas las estrellas.

Una fría ventisca sacudió a los árboles, quitándole hojas descoloridas para jugar con ellas. Una cayó sobre el regazo del pequeño omega, quien la tomó y la observó por unos minutos antes de apreciar lo que sucedía a su alrededor.

Luego de que Yoongi y Hoseok les mostraran su nueva tienda, los habían llevado a la casa de Jackson, lo cual aterró un poco a ambos pequeños erizos porque sabían que el oso vivía no sólo con su familia en la gran estructura, sino que también con algunos trabajadores y en la casa siguiente estaban los restantes, sin contar con los que se habían mudado esa misma tarde.

Había sido un tanto incómodo al principio, siendo presentado formalmente a la pareja de Jackson, Mark, y luego a sus pequeños hijos. Chanyeol, un pequeño de cuatro años, y Kwangsoo de dos añitos.

El pequeño de cuatro años prácticamente había casi saltado encima de Jimin cuando el padre de este, Jackson, le había dicho que el pequeño omega era quien había preparado aquellos pastelitos a los cuales se había vuelto adictos.

Luego de ese encuentro, de a poco, había sido presentado a los demás shifters osos que trabajaban para Jackson y para suerte de él, su alfa siempre se mantuvo a su lado rodeándolo con un brazo, al igual como Hoseok hizo con su hermano.

Si no hubieran hecho eso, lo más probable era que ambos hubieran intentado escapar de aquella situación, escondiéndose en cualquier parte de la casa para alejarse de todas esas personas más grande que ellos en todos los sentidos.

Pero de a poco, y gracias a la ayuda de sus parejas, ambos comenzaron compartir y socializar con algunos.

Bueno, la verdad era que ellos se acercaban e iniciaban la conversación, pero al menos los hermanos Park le respondían y no les ignoraban como usualmente harían con desconocidos.

Luego, cuando habían comenzado a trabajar para cocinar carne entre otras cosas, Jimin había intentado infiltrarse en la cocina para ayudar, pero Mark lo había atrapado y lo había llevado con su pareja alegando que era visita y que no era necesario.

Lástima que Jungkook no corrió con la misma suerte, quien había sido separado de su tímida pareja para encerrarse en la cocina.

Al menos, cuando Jin y Namjoon también llegaron, había resultado una linda distracción para Jimin a quien inmediatamente habían dejado al cuidado del pequeño Baekhyun mientras Taehyung cuidaba del otro.

Ahora, Jimin estaba solo sentado frente a la fogata mientras contemplaba a los demás compartiendo y riendo, también se fijó en el pequeño Chanyeol que seguía a todos lados a Namjoon, quien cargaba a uno de sus bebés.

Taehyung estaba conversando con la pareja de Jungkook sobre un juego que parecía entusiasmar a ambos mientras sus respectivas parejas les contemplaban en silencio, con unas sonrisas en sus rostros.

—Te traje una manta y más comida, pequeño —anuncio su alfa apareciendo a su lado.

—Gracias, pero no tengo tanta hambre —pronunció.

—Solo son unos trocitos de carne, tienes que alimentarte muy bien —anuncio—. Arriba.

Levantándose de su silla, Jimin permitió que Yoongi se sentara y luego se acomodó sobre su regazo de lado. Tomando la manta la colocó sobre sus piernas.

—Se está volviendo helado para ti, ¿no? —pregunto cuando otra fresca ventisca despeino suavemente el cabello castaño de su omega.

Tal vez aquello no era nada para él y la mayoría, pero sabía que para su pequeño erizo que no gustaba del frío si era algo.

—¿Quieres que vaya a pedirle a Mark a otra manta? —preguntó.

—No, con esta está bien gracias al calor de la fogata —aseguró y contempló la carne sobre el plato, picada en pequeños cuadrados en el plato que descansaba en la mano de su pareja.

Uhm... Como que de pronto sí tenía algo de hambre.

Relamiendo sus rellenos labios, observó a su alfa y abrió su pequeña boquita.

Sonriendo, Yoongi tomó uno de los pequeños cortes con sus dedos y lo llevó a la boca de su omega, alimentándolo hasta que terminó todo.

—Si sigo así, no nos daremos ni cuenta cuando me vuelva una pequeña bolita —pronunció Jimin colocando sus pequeñas manos sobre su abdomen.

—Entonces serás una bolita con púas muy tierna —respondió su alfa, dejando el plato en el suelo antes de atraerlo más a su cuerpo para seguido rodearlo con sus brazos.

Acomodando su cabeza bajo el hueco del cuello de su león, Jimin soltó un suspirito feliz mientras Yoongi apoyaba su mentón sobre su cabeza.

—Gracias —susurró el pequeño erizo—. Gracias por llegar a mi vida, por salvarme, esperarme... Gracias por estar conmigo —expresó.

—Gracias a ti pequeño por permitirme entrar a tu vida —respondió Yoongi, besando su cabello—. No sabía que estaba simplemente respirando porque debía hacerlo hasta que te conocí, entonces comencé a vivir.

—Para mí es igual entonces, solo estaba sobreviviendo sin saber que era vivir hasta que llegaste y ayudaste a mi hermano y a mí cuando nadie más quiso hacerlo —expresó—. Desde que estás a mí lado muchas cosas han cambiado y muchas he aprendido, pero la más importante de ellas es presenciar como este sentimiento en mi pecho crece cada día más y más por ti. Te amo mucho, Min Yoongi, y no hay día que no agradezca que aparecieras en mi vida aquel día en la librería.

—Yo también te amo, Park Jimin —pronunció el alfa cerrando sus ojos disfrutando de aquel cálido sentimiento que invadía su cuerpo mientras estrechaba el pequeño cuerpo de su pareja con fuerza amorosa—. Y también al pequeño o pequeña que viene en camino a nuestras vidas.

Sonriendo, Jimin giro su rostro y besó el cuello de su pareja antes de volver a acomodarse sobre el con cansancio.

Había sido una tarde de locos luego de salir de su casa para visitar a Jin.

—¿Quieres volver a casa? —preguntó el shifter león.

El pequeño omega negó—. Quiero seguir disfrutando de todo esto un poco más, no creo que vayan a ser muchas las ocasiones en las que estemos todos así reunidos.

—Uno nunca sabe pequeño, las razones nunca faltan para celebrar o querer simplemente reunirse con sus amigos —pronunció.

—Si, pero no esperes que acepte a ir todas ellas —expresó arrugado su pequeña nariz y empujando sus lentes más arriba al imaginárselo.

El alfa rió suavemente, sabiendo que aquello probablemente iba a ser muy cierto.

—Cambia pequeño, sé que ya estás cansado y sinceramente me sorprende que hayas soportado tanto tiempo estando alrededor de gente que apenas conoces —susurró Yoongi.

—¿No te molesta? —preguntó saliendo de su escondite.

—No bebé —sonrió acariciando con ternura si relleno moflete—. Vamos, así nadie te molestará y podrás seguir disfrutando de la tranquilidad... O la felicidad de alrededor —se corrigió al escuchar la risa y voz alta de los demás mientras hablaban.

—Gracias —pronunció quitándose sus lentes y entregándoselo.

Observando a su dulce pareja, Yoongi contempló como de un hermoso humano cambio a un pequeño y lindo erizo que intentaba salir de la ropa en su regazo.

—Tranquilo bebé —pronunció con una baja risa mientras lo ayudaba a salir.

Doblando la ropa, el alfa la dejó en el suelo y con la manta descansando aún en su regazo, formó un pequeño nido en el cual su omega se acurrucó y escondió entre ella.

Con una sonrisa, Yoongi le rodeó protectoramente con un brazo. Alzando su cabeza, contempló a su alrededor con una suave sonrisa presente en su rostro.

Estando en la manada de su padre, él nunca se había visto a sí mismo liderando una manada, no tenía ni el interés, ni el entusiasmo para ello a diferencia de lo que pensaba su padre, quien creía que solo porque era un alfa lo desafiaría por aquella posición.

Yoongi sinceramente ni siquiera creía que tenía madera para ello con su actitud tan relajada y pacífica a diferencia de otros alfas.

Pero todo eso había cambiado en el instante en que encontró a su pareja, obteniendo no solo el amor con quien pasaría el resto de su vida, sino que una manada y amigos que le seguirían y apoyarían fielmente.

Jimin había abierto sus ojos y estirado su pequeña mano hacia él para comenzar a caminar juntos en aquel camino de la vida.

Ahh... Su pequeño omega había llegado cuando más perdido estaba, así como él había aparecido cuando más se le necesitaba.

Girando su rostro hacia la derecha, Yoongi frunció el ceño cuando contempló una repentina tensión rodeando a su hermano junto a su pareja, quien se retiró al interior de la casa con Jungkook siguiéndole cerca mientras parecía decirle algo.

Pronto, observó a Jackson dejar de hablar con sus amigos y seguir al par de jóvenes shifters al interior de la casa.

Confundido, contempló al hermano de su durmiente pareja aparecer a su lado junto a Hoseok.

—¿Qué ocurre? —preguntó asegurándose de mantener su voz baja para no molestar a su pequeño.

—Los hermanos de Yugyeom... Creo que se lo quieren llevar —respondió Taehyung observando con preocupación el interior de la casa—. Él no quiere ir con ellos, Hobi —pronunció observando a su pareja.

—Lo sé bebé, pero tampoco les dijo exactamente que no cuando habló por teléfono con ellos —respondió rodeando sus hombros con un brazo.

—¿Ya están aquí? —preguntó el alfa.

—No me sorprendería si en cualquier momento aparecen —respondió Hoseok.

Observando a su pequeña pareja dormir en su regazo tranquilamente, Yoongi no tuvo que pensar mucho lo que iba a hacer a continuación.

—Taehyung, podrías cuidar de Jimin —pidió levantándose con cuidado.

Acercándose, el pequeño alfita recibió al pequeño erizo acurrucado en el interior de la ropa que formaba un nido.

—Hoseok, vienes conmigo —anunció dándose media vuelta, dirigiéndose también al interior de la casa con el beta siguiéndole después de asegurarle a su pareja volver enseguida.

En la casa, Yoongi siguió el camino atravesándola y siendo detenido por Jackson en la entrada, quien negó con su cabeza. Confundido, el alfa león observó a través de la puerta abierta a su hermano discutir con su pareja.

—¡Es que Dios! ¡¿Cómo esperas que alguien te ayude si te mantienes en silencio?! —gritó Jungkook.

—¡No tenías ningún derecho de decirle a Jackson nada de lo que me sucede! —respondió Yugyeom—. No es de tu problema.

—¿No es de mi problema? —repitió el omega soltando una risa amarga—. Pues jodidamente se volvió mi problema en cuánto descubrí que eres mí pareja —anunció cruzando los brazos sobre su pecho.

—¿Y quién es tu pareja? —preguntó irritado el joven alfa—. Que yo recuerde, aún no te he mordido —indicó.

La mandíbula de Jungkook se apretó dolorosamente mientras sus ojos se volvían brillantes, aun así, el omega no soltó ninguna lágrima.

—Bien, haz lo que quieras, idiota —expresó fríamente, dándole la espalda a su pareja para comenzar a caminar por la calle, alejándose con rapidez de Yugyeom quien tenía una expresión de dolor en su rostro.

—Iré por él —anunció Hoseok saliendo de la casa.

—Muy bien Yugyeom, es la primera vez que te veo y escucho defenderte y expresar tu enojo y pensamientos, pero creo que lo hiciste con la persona incorrecta —pronunció Jackson saliendo de la casa junto a Yoongi.

—Ahora no... —susurró el menor observando la dirección en la que se había alejado su pareja.

—Ahora sí —anunció Yoongi—. Lamento decirte que Jungkook no le dijo nada a nadie, yo me percaté de ello a base de una conversación que tuve con él y se lo comenté a Jackson, él en ningún momento ha hablado sobre ti y lo que te ocurre.

—Y luego de que Yoongi me comentara al respecto, no fue difícil sumar dos más dos y comprender por qué no querías volver a casa —añadió Jackson—. Así que, realmente la has jodido con la persona equivocada.

Respirando profundamente, el joven alfa se agarró el cabello con desespero.

—Ya no sé qué hacer o qué pensar —expresó frustrado.

—Lo primero sería enfrentar finalmente a nuestros hermanos —señalo al auto que se estacionaba frente a ellos—. Y después ir a disculparte con tu pareja.

—Más qué disculparte yo creo que sería rogar por su perdón —murmuró Yoongi, conociendo a su hermano cómo lo hacía...

Jungkook no perdonaría fácilmente a Yugyeom, por más pareja que fuera este.

—¿Por qué no tienes tus cosas afuera Yugyeom? Te dije que nos iríamos de inmediato —gruñó Dongyul.

—Hola,Dongyul, Chung-hee —saludó Jackson haciendo notar su presencia—. Yugyeom quiere decirles algo —pronunció observando al menor.

—¿Oh? ¿En serio? —preguntó con burla Chung-hee.

Observando a sus dos hermanos que lo habían molestado toda su vida prácticamente y recordando la expresión de dolor en el rostro de su pareja, Yugyeom asintió y luego fue al lado de Jackson y Yoongi.

—No voy a ir con ustedes, no volveré a esa casa —anunció.

—Lamentablemente eso no lo decides tú —rió Dongyul.

—Afortunadamente, eso sí lo decide él porque ya tiene más de 18 años —les recordó Jackson avanzando un paso—. Así que salgan de aquí y díganles a nuestros padres que ni Yugyeom ni yo pensamos volver algún día a esa casa.

—Eso no lo decides tú —gruño Chung-hee.

—En parte —pronunció Yoongi—. ¿Quieres volver con ellos? —preguntó a Yugyeom, quien negó con firmeza—. Bueno, ya lo han visto, él no vuelve con ustedes —anunció.

—Tú no te metas —gruñeron ambos hermanos osos.

Jackson rió.

—Como esta es mi manada y mi gente, me meto si yo quiero —gruñó Yoongi—. Así como también decido quién tienen permitido estar aquí, y ustedes no lo están —declaro—. Largo de mis tierras, y se veo que vienen a buscar más problemas, les informo que somos una gran manada muy diversa donde más de un alfa está presente, así que yo lo pensaría dos veces antes de intentar algo estúpido.

—Adiós, les mandan mis saludos a nuestros padres —se despidió Jackson observando como sus furiosos hermanos se subían al auto y se retiraban—. Muy bien, un problema menos.

—¿Ya terminó? —preguntó Taehyung saliendo de la casa con su hermano entre sus brazos aún en un pequeño erizo, pero despierto.

—¿Por qué están aquí? —preguntó Yoongi observando a ambos hermanos.

—Nos vamos a casa —Tae señaló con su cabeza al auto de Hoseok donde Jungkook se subía en silencio mientras el beta se dirigía a ellos—. Kookie nos necesita.

—Tengo que hablar con él —anunció Yugyeom.

Hoseok negó con su cabeza—. No creo que sea buena idea, solo dirán cosas de las que se arrepentirán después.

—Pero...

—Mañana —pronunció Yoongi colocando su mando sobre el hombro del menor—. Jungkook no te escuchará de todas formas ahora, lo sé.

Suspirando, el joven oso asintió deprimido.

—¿Vas con ellos? —preguntó Yoongi a su pareja.

Jimin se quedó observando a Jungkook, dándole su respuesta.

—Muy bien, vamos a casa —murmuró el alfa dirigiéndose a su propio auto al igual que los demás, dejando a los hermanos osos solos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro