Capítulo 2. Dionysus

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Hmm. —Namjoon frunce las cejas y sigue pasando la vista por mis manuscritos—. Deprimente... ¡Me encanta!

¿Qué?

Intento parecer tranquilo cuando en realidad estoy confundido, ¿Le gusta todo lo que garabateé en las hojas?

—¿Cuándo tendrás listo otro? Sabes que necesito al menos tres más para una publicación decente.

Balbuceo una respuesta rápida.

—Para el fin de semana, ya tengo algunos avances.

Y por avances me refiero a servilletas y hojas de papel esparcidos por todo el apartamento.

—Bien. Me muero por leer lo que sigue.

—Claro.

Mi editor, el señor Kim, me regresa las hojas y extiende su mano para que la estreche a modo de despedida. Solo cuando estoy afuera de su oficina puedo respirar con tranquilidad.

Hago todo el camino al apartamento pensando en mi siguiente escrito, pero sin una fuente de inspiración es muy difícil.

Rayos.

Cuando pongo la llave y empujo la puerta, sé inmediatamente por el sonido que tenemos invitados y está será una tarde larga.

—¡Yoon, ven aquí! —Jimin grita apenas me ve—. Ven a comer con nosotros.

Bueno, mierda.

Dos compañeros de Jimin de la academia están aquí, los reconozco porque han venido antes y son divertidos igual que Jiminie.

Hoseok es como una leyenda del baile porque lo practica desde que estaba en el vientre de su madre o algo así. Y Jungkook tiene un talento nato para un tipo tan corpulento.

—Hola.

Mi saludo es corto y seco, pero nada desalienta a los amistosos bailarines.

—Yoongi, hola. Come con nosotros. —Hoseok señala la mesa llena de platillos—. Es mucha comida.

—Lo es. —confirmo, mi mirada se mueve al vaso de cristal que sostiene Jungkook—. ¿Eso es licor?

—Si. Whisky.

Oh, vaya. ¿Bebiendo a esta hora del día? ¿Quién soy yo para cuestionarlo?

—¿Puedo tomar un poco? —pregunto y él me pasa la botella de etiqueta negra.

Me siento un poco incómodo estando rodeado de personas tan divertidas y platicadora cuando estoy acostumbrado al silencio y la tranquilidad. Jimin llena un plato, luego lo desliza en mi dirección.

—Gracias. —paso los siguientes minutos comiendo en silencio y escuchándolos hablar sobre nuevos pasos de baile que serían sorprendentes.

Una idea me golpea como un rayo:

"Arte que fluye en un vaso de cristal transparente,
el arte también es alcohol,
si lo bebes te emborrachas".

El amigo de Jimin me sirve otro vaso mientras sigo comiendo y garabateando en una servilleta.

Hasta que salga el sol,
¿Dónde es la fiesta?
Hasta que me duerma,
¿Dónde es la fiesta?

Las ideas fluyen una tras otra y yo me apresuro a anotar todo para ordenarlo cuando no esté tan achispado.

Lo último que recuerdo antes de quedarme dormido en el sofá de la sala es que Jungkook trajo otra botella de alcohol e hicieron un brindis por todos nosotros.

Lo primero de lo que soy consciente cuando despierto es de la incómoda posición en la que me encuentro: boca abajo con las piernas estiradas sobre el borde y un brazo tocando el suelo.

—Carajo, creo que bebí mucho. —la luz en la sala es clara y brillante—. ¡Jimin, apaga las luces!

El sonido bajo del jazz desde algún lado del apartamento me hace reaccionar porque no es el tipo de música que escucha mi compañero de piso.

—¿Jimin?

Levanto el torso para mirar más allá del sofá, una figura alta y estilizada me da la espalda mientras organiza algo sobre la mesa.

—¿Bebí tanto que estoy alucinando? —el sonido de mi voz hace que el chico mire sobre su hombro—. ¿Quién eres tú?

—Taehyung.

¿Taehyung? No conozco ningún Taehyung. Aunque, bueno, no conozco muchas personas. Solo a Jimin, el señor Kim, Hoseok, Jungkook y la señora de la tienda de comida de la esquina.

—Soy el amigo de Jimin. —dice, su voz grave y profunda—. Me dijo que necesitabas un asistente.

—¿Yo?

—Si, eres Min Yoon Gi, ¿Verdad? Dice que escribes poemas.

Rayos, Jimin. La razón por la que uso un pseudónimo es para que no me reconozcan.

—No. Bueno, si. Tal vez. —me enderezo más para ver qué lo que está acomodando son todos mis garabatos en servilletas—. Todo eso es privado.

El chico no sonríe.

—Solo lo estoy organizando. Jimin dice que eres muy descuidado y tu proceso creativo es confuso.

Jimin chismoso.

—Cuando estoy inspirado no me importa donde escribo, sino que sale de mi cabeza. ¿Haz intentado escribir un libro? Yo sí, y es caótico.

El chico se levanta y se eleva tanto que estoy seguro que es al menos una cabeza más alto.

—Mierda, ¿Quién dijiste que eres?

—Kim Taehyung, voy a la academia de artes con Jimin.

—Oh, si. El saxofonista.

La luz brillante que entra por las ventanas empeora la jaqueca por la resaca, así que cierro los ojos en intento llegar a mi habitación.

—Espera, ven aquí. —el chico de la voz grave se levanta de la silla y se acerca con un vaso de líquido naranja—. Necesitas analgésicos y algo saludable.

—Quiero ramen y al menos sorbo de vino.

—No es posible, bebes demasiado.

¿Qué rayos?

—Tu no sabes eso, no sabes nada sobre mi.

Esperaba algún tipo de reacción porque sé que Jimin me habría gritado por menos.

—Yo no, pero te recuerdo que tenemos un amigo en común que te conoce y sabe que necesitas ayuda. —empuja el vaso y las pastillas hacia mi y continúa—. Así que, ¿Quieres la ayuda, si o no?

Me tomo un largo momento para procesar sus palabras y decidir si la invasión a mi privacidad es más importante que la organización que este chico pueda aportar a mi proceso creativo. ¿Podría hacer más eficiente mis tiempos?

—Tengo que entregar tres poemas antes del próximo jueves.

El fin recibo una expresión cuando el chico arquea las cejas.

—¿Eso quiere decir que tengo el trabajo?

Presiono los labios tan fuerte que forman una línea.

—Si.

—Perfecto. Entonces comencemos.

Mierda, ¿En qué me metí?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro