Ꜥꜥֶָ֢🌴ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 18

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— Solamente necesito que te lleves a Hae-In lo más lejos posible — Pidió, MinGyu negó una vez más y el Omega parecía estar entrando en crisis — Por favor, puedes hacer lo que quieras, hablar de lo que sea. Pero hazme este favor.

— ¿Y yo qué gano? — Preguntó el Omega, pero antes de que TaeHyung respondiera, habló — Si lo llevo lejos de aquí dormiré en la cama contigo.

— No, ¿por qué? Tienes una habitación individual — Le dijo TaeHyung.

— ¡Es el baño dónde duermo! — Le reprendió.

— ¿Y qué? De todos modos tienes donde dormir — Le respondió — Solamente haz esto por mí, MinGyu, te lo pido.

— Ah maldita sea, está bien — Gruñó enojado — Lo invitaré a salir en la noche.

TaeHyung le dio las gracias, sonriendo de felicidad por haber convencido a MinGyu de llevarse a Hae-In lejos del hotel por esa noche. Tenía pensado en primer lugar llevar a sus hijos, pero no le pareció buena idea en cuanto Sun-Kyu le suplicó que los dejará encerrados en aquella habitación, mientras JungKook y él salían a encontrarse con DaeHo y SuHyeok.

Después de que ambos niños habían visto a su padre con sus propios ojos, después de tanto tiempo, fue algo difícil de asimilar, sobre todo para el menor de los dos.

Así que tanto TaeHyung como JungKook habían tratado de mover cielo, mar y tierra para lograr calmar las emociones de los niños. El azabache no mentiría, si había aceptado en ir a aquella cena con ellos, sabiendo que tendría que volver a reunirse con SuHyeok, solamente lo haría por TaeHyung, y porque aunque estuvieran fingiendo que eran pareja, quería restregarle en la cara a DaeHo que él había obtenido todo lo que él dejó de lado.

Es que JungKook no comprendía como alguien podía ser tan idiota.

Lee DaeHo pudo haber tenido la mejor vida de todas, dos hijos que lo estarían siguiendo de un lado a otro y un esposo como TaeHyung, uno que lo atendiera y le diera cariñitos todo el tiempo, un TaeHyung que se interesara por él y que siempre tratara de salir temprano del trabajo para pasar más tiempo con su familia. Pero claro, era demasiado tonto como para comprender eso, JungKook lo confirmaba.

No se sorprendió para nada cuando Hae-In le dijo que MinGyu lo había invitado a salir, sabía que todo eso era para alejarlo lo más posible del hotel, y aunque una parte de él se sentía mal por estar engañando de esa manera a Hae-In, la otra se sentía bien, porque le agradaba la compañía de TaeHyung.

Después de todo, TaeHyung siempre había sido su amigo.

Amigo.

¿Cuándo es que esa palabra comenzó a parecerle tan curiosa?

Era una sensación diferente ahora, escucharse a sí mismo decir la palabra amigo para referirse a TaeHyung, o siquiera pensar en él como su amigo resultaba divertido y extraño. Nunca se había puesto a pensar en eso, en una simple palabra, pero desde que habían comenzado con todo el teatro del esposo falso, las cosas se habían tornado un tanto diferentes.

A veces creía que pasaba más tiempo con TaeHyung que con Hae-In, lo cual al Omega pelirrojo parecía no importarle mucho.

Es cierto, dormía en la misma habitación con Hae-In, iban de acá para allá juntos, pero aún así, solamente con TaeHyung sentía que podía llegar y liberarse de toda la presión y frustración del día.

Tal vez era porque TaeHyung era su más fiel cómplice, pero le gustaba estar a su lado, le agradaba el Omega. Claro, porque no tiene nada de malo que te agrade tu amigo, ¿verdad?

— Oye — El Omega, quien llevaba parado a su lado desde hace cinco minutos, agitó su mano frente al rostro del menor — JungKook, ¿sigues ahí?

El Alfa reaccionó poco después, mirando desconcertado a TaeHyung al verlo por fin frente a él, abrió la boca para decir algo, pero ninguna palabra salió de ahí, no cuando se concentró en admirar al Omega.

El ojiazul llevaba una camisa negra de tela suave y delgada, ésta tenía estampado de palmeras blancas y su camisa iba metida bajo el pantalón negro ajustado que traía, además de que sus zapatos negros también lograban resaltar, sobre todo por lo limpio y deslumbrantes que eran. JungKook no dijo nada durante varios minutos.

Y TaeHyung creyó que JungKook había dejado de respirar.

— Kook...

— Mierda, TaeHyung ¿por qué usas algo como eso? — Le preguntó con sorpresa, el Omega rodó los ojos y se alzó de hombros.

— Esta es la ropa que tú me compraste, señor inteligente — Se cruzó de brazos, con su labio levemente fruncido.

— Tengo buenos gustos — Murmuró, TaeHyung fingió no escuchar lo que había dicho — Entonces vámonos, no quiero que Hae-In nos encuentre cuando lleguen.

El mayor no respondió, solamente siguió los pasos del Alfa hasta donde se supone que se reunirían con SuHyeok y DaeHo. TaeHyung no sabía que tan mal podría acabar todo eso, la situación podría ponerse incómoda sobre todo porque eran sus verdaderos ex-esposos, además de que sabía que JungKook aún se sentía traicionado por SuHyeok, el resentimiento aún seguía ahí.

Aunque el azabache ya no lo amara, aún así, era difícil dejar pasar algo como eso cuando volvía a encontrarse con la persona que le ocasionó todo eso. Por esa razón TaeHyung no lograba comprender por qué JungKook accedió a encontrarse con ellos.

Cuando llegaron al restaurante y se dirigieron hasta la mesa en la que estaban los otros dos, TaeHyung sintió que se le cortaba la respiración. El Alfa vaciló un momento y sonrió forzadamente, miró de reojo al Omega y notó lo nervioso que estaba, entonces sostuvo su mano, uniendo sus palmas y entrelazando sus dedos.

TaeHyung dio un pequeño saltito en su lugar, no miró al Alfa, al contrario, lo primero que observó fueron sus manos unidas. Sonrió inconscientemente y no dijo nada al respecto, tampoco se quejó.

JungKook se mantuvo calmado hasta que se sentaron junto con ellos.

— Creímos que no vendrían — DaeHo habló, y TaeHyung solamente sonrió.

— En realidad estábamos dudando, ya sabes, los niños están aquí con nosotros y no queríamos dejarlos solos — Le respondió JungKook, acomodándose en su lugar y dándole la sonrisa más falsa que alguna vez le haya dado a alguien.

— Ah es cierto, ¿y ellos cómo están? ¿se están divirtiendo? — Preguntó el Alfa al otro lado de la mesa.

SuHyeok no dijo absolutamente nada, simplemente se mantuvo callado y de vez en cuando miraba a los dos chicos frente a él. TaeHyung lucía demasiado joven a pesar de ya ser un adulto, un Omega con dos hijos y que se la pasaba trabajando la mayoría del tiempo, puesto que antes no sabía que TaeHyung estaba con JungKook, siempre creyó que el Omega era de esos chicos que gastaba su vida en el trabajo para darle lo mejor a sus hijos.

Pero ahora tenía a JungKook, definitivamente era algo que no esperaba.

— Bueno, siempre se divierten. No hay día en el que no lo hagan — Le respondió.

— Increíble, siendo un Alfa tan comprometido con tu trabajo, aún así tienes tiempo para hacerte cargo de dos niños y un Omega — Comentó DaeHo.

TaeHyung por un momento pensó que aquel comentario había sido lanzado para molestar al menor, así que esperaba que JungKook no perdiera la cordura en esos momentos.

— Ah claro que no, a veces mi trabajo me consume, pero siempre tengo tiempo para mis hijos — Las últimas dos palabras fueron dichas con franqueza, y el Omega le prestó atención a lo dicho por el Alfa.

Ah, se había escuchado tan bien esas palabras viniendo del Alfa a su lado.

Y DaeHo sintió esas palabras desafiantes perforar su cabeza, por alguna razón se sentía dolido al escuchar la manera en la que JungKook alababa a TaeHyung y a sus hijos.

— ¿TaeHyung sigues trabajando con JungKook? — Preguntó ahora hacia el Omega.

— Siempre.

— Oh — Por fin pareció encontrar algo que decir — Aparte de ser esposos, trabajan juntos.

— Fue ahí donde nos conocimos — Le contestó.

— Ya veo — Respondió el chico frente a él.

El ambiente en aquella cena se tornó extraño, pesado y frustrante, para ambas parejas como para los que los rodeaban o los meseros que los atendían. Los minutos pasaron y la tensión fue bajando sólo un poco después de compartir anécdotas de las dos parejas, algunas eran románticas y otras eran fingidas por parte de TaeHyung y JungKook. Pero eso no lo hacía menos divertido.

Lo único que el ojiazul deseaba era poder levantarse de ahí, tomar sus maletas y subir a un avión directamente hasta Seúl.

Pero él ambiente calmado se acabó en cuanto DaeHo volvió a abrir la boca.

— ¿Qué? — Preguntó, no podía creer lo que el Alfa descarado le estaba diciendo, aunque sabía que tenía que mantener su posición y no alterarse, pero en esos momentos su situación ameritaba ser tratada fuera del papel falso que traían.

— Yo no sabía cómo decirlo desde antes, lo iba a hacer cuando volviera de este viaje, quería reunirme contigo y ver a los niños por última vez, pero ya que estás aquí...

— Te ahorramos el trabajo, ¿no? — Atacó el Omega con molestia — ¿Por eso nos invitaste a cenar? Para que pudieras decirme esto.

— No, no fue exactamente para eso — Le dijo — Solamente estaba aprovechando que estábamos aquí, y ya que tú tienes esposo, supongo que ya no es necesario que yo te de la pensión para los niños, voy a casarme con SuHyeok dentro de algunos meses y vamos a mudarnos de Seúl. Siempre has dicho que no necesitas nada de mí, hemos tenido pleitos por esto. Voy a dejarte todo el dinero que es de ellos por parte de la empresa de mi familia, son alrededor de diez mil dólares, así ya no tendré que darte la pensión cada mes.

La mandíbula de JungKook se apretó con fuerza, al igual que sus manos, sus nudillos tronaron y su mirada seria no abandonó su rostro. ¿Qué idiotez estaba escuchando?

TaeHyung tragó con dificultad, aguantando las ganas de gritarle frente a todas las personas del restaurante, sus cejas estaban fruncidas por obra de las palabras de DaeHo. ¿Pero qué podía decirle? Se supone que estaban en lo correcto, se suponía que JungKook es su esposo y que ahora, DaeHo ya no era nadie. Incluso le iba a dar todo el dinero que le correspondía a los niños.

— Está bien, ya no tienes que hacerlo — Le dijo.

— TaeHyung tiene razón, ya no tienes porque darle tu dinero — Contestó, la comida estaba por terminarse, habían bebido un poco pero el azabache sabía perfectamente bien lo que iba a decir — Ya que él ahora me tiene a mí, no es necesario que le des tu dinero, puedes gastarlo en SuHyeok — Le sonrió de lado — Solamente voy a ser claro en algo contigo. No quiero que busques a los niños nunca más, tampoco a mi Omega.

DaeHo sintió su cuerpo temblar y dijo: — No es necesario que me lo pidas.

— Claro que no, has sido un experto en desaparecer de la vida de las personas — Contestó, mientras empujó su silla, levantándose de donde estaba sentado — Nos vamos.

TaeHyung estaba desconcertado, pero aún así no se negó y se levantó segundos después de ver a JungKook tan serio y enojado, ni siquiera se despidió de ellos, simplemente le siguió el paso al Alfa.

Durante esa noche, Omega y Alfa caminaron en dirección a sus habitaciones, pero sin prisa por querer llegar. TaeHyung necesitaba un momento para pensar que se supone que haría ahora, DaeHo había dicho aquello porque pensaba que JungKook era su esposo de verdad, y él no estaba dispuesto a caer tan bajo y decirle que no era verdad.

Ahora estaba completamente acabado.

Y honestamente, no le importaba mucho el dinero que el Alfa le daría. Simplemente, se sentía abatido por la forma tan simple en la que el Alfa se alejaba de él, de sus hijos. Todavía él no importaba tanto, ¿pero sus hijos? Acaso no sentía un poco de dolor, un poco de tristeza por dejar a sus niños de lado, de alejarse y olvidarse de ellos tan fácilmente. Como si no significara nada.

Maldito sea el día en que tuvo que conocer a Lee DaeHo.

Un fuerte y dramático suspiro sacó al ojiazul de sus pensamientos. El Alfa sabía porqué estaba así, y no podía evitar pensar que todo eso era su culpa.

— Lo siento.

El Omega dirigió su mirada al Alfa, escuchando como se disculpaba con él.

— ¿Qué cosa?

— Siento haberte metido en esto, no debí haberlo hecho, soy demasiado estúpido — Reclamó — Es mi culpa que todo esto esté pasando. No debí haberte arrastrado hasta aquí.

— De todos modos lo de DaeHo iba a pasar, ya lo veía venir — Respondió, tratando de no tomarle importancia, pasó del lado de JungKook y se apresuró a caminar. Pero el Alfa se dio media vuelta para seguirlo.

— Es que no es eso, bueno, no es sólo eso, yo no debí fingir que eras mi ex-esposo — Se reprendió — Lo lamento TaeHyung.

— Ah — El Omega suspiró con tranquilidad, se acercó hasta el Alfa y acarició con una de sus manos los cabellos de JungKook dándole cariño para que se calmara — No seas tontito lobito — Le dijo, sonriéndole sutilmente — Eres muy importante para mí, JungKook. Siempre has sido una persona muy importante en mi vida, por supuesto que te habría ayudado incluso aunque no me imploraras, te quiero Kook.

El menor le devolvió la sonrisa. Sin mucho esfuerzo se abalanzó sobre el cuerpo del Omega, abrazándose por completo a él, el cuerpo de TaeHyung era tan chiquito a su lado, a pesar de que TaeHyung casi tenía su misma altura, a JungKook le gustaba ser dramático diciendo que él estaba más pequeño a su lado.

— Yo también te quiero, TaeTae — Le respondió.


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