PRIMERA PARTE

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JUNGKOOK

¿Estás lista?

Voy a pasar por ti.

Hunter se despertó al escuchar su celular sonar, teniendo que refregar sus ojos mientras gruñía al intentar visualizar de quién se trataba, sin llegar a tiempo a atender la llamada. Al pensar que podría no ser nada importante, además de que su cabeza dolía, decidió dejar su celular otra vez en la mesa de noche con la intención de volver a conciliar sueño, pero para su mala suerte sonó una y otra vez más. 
Molesta volvió a tomarlo, refregando otra vez sus ojos, pudiendo así visualizar que se trataba de una llamada perdida y de mensajes de Jungkook, lo que hizo que se sobresaltara al reaccionar. Se levantó de forma brusca y torpe al casi perder el equilibrio, ordenándole al cuerpo que seguía en su cama que se marchara, dirigiéndose a la ducha.

El agua caliente caía por su cuerpo desnudo, específicamente por su nuca, mientras jadeaba al masajear aquella zona. Necesitaba reaccionar de una vez, despabilarse antes de que llegaran por ella, y si era posible, tomarse también una pastilla porque su cabeza dolía tanto que creía posible que se le reventara.

Una vez que acabó, envolvió su cuerpo con la toalla, dirigiéndose otra vez a la habitación, observando todavía aquella espalda desnuda en la cama, lo que hizo que el enfado apareciera y tomara la almohada del suelo para estamparla contra esta.

—¡Te dije que te fueras y todavía ni te despiertas! 

Pudo escuchar un quejido de su parte. Levantó la cabeza mientras refregaba sus ojos, Hunter observándolo todavía molesta.

—¡Apresúrate y vete!

Agh... ¿Por qué tienes que despertar tan alterada? —preguntó sentándose con dificultad, tomándose el tiempo para volver a refregar sus ojos—. Siempre tienes que echarme de esta manera. Es molesto.

—Entonces, vete antes de que despierte —refutó con una falsa sonrisa—. ¡Ya, apresúrate de una vez!

—Carajo... —masculló levantándose molesto, tomando el bóxer del suelo para colocárselo—, creí que hoy podría ser distinto.

—¿De qué rayos hablas? —bajó la voz, como si fuera una pregunta más para sí misma, mientras que por la frustración que le daba ver cómo se tomaba su tiempo, decidió dirigirse a la cocina para buscar una pastilla que pudiera calmar su dolor de cabeza—. Solo vístete rápido y vete de una vez.

No estaba como para soportar reproches de su parte, menos cuando estaba corta de tiempo y necesitaba todavía prepararse, rogando que Jungkook pudiera darle algo de tiempo. 

—El alcohol te hace actuar diferente —lo escuchó decir, por lo que detuvo su paso, soltando una ligera risa sin gracia alguna.

—A todos, Dorian.

—¡Sí! Pero no puedes ser tan jodidamente diferente.

—Ya, solo vete de una vez.

—¡¿Por qué no puedes ser tan sincera como lo fuiste anoche?! —su voz se escuchó más fuerte y cerca, lo que hizo que volteara a ver cómo entraba a la sala, ya con el pantalón puesto, los zapatos en la mano y su camisa en uno de los hombros—. ¡Sabes que no quieres echarme así!

—Ah, ¿sí? —se cruzó de brazos, mirándolo con una sonrisa falsa—. Pareces tú conocerme más que yo. Dime por qué no quiero eso.

—¿En verdad no recuerdas nada de lo que dijiste anoche? —frunció el ceño, con una mirada de decepción por cómo negaba repetidas veces con la cabeza y presionaba los labios—. Eras otra, Hunter. Me confesaste que habías pensado en mí, que te gusta cuando estamos juntos...

—¡Porque tenemos sexo, Dorian! —exclamó con obviedad, extendiendo los brazos—. Sí, estuve pensando en ti, pero no de la manera que crees. Solo necesitaba desestresarme, y me gusta la manera en que lo hacemos. ¡Solo es eso, carajo!

—¿Sí? —preguntó riendo histérico por un momento—. Entonces, ¿por qué dijiste que estabas cansada de estar tan sola, que deseabas mi calor, y no dejaste que me fuera al terminar? 

—S-solo son estupideces. No significa nada de lo que tú piensas —recalcó tensa—. Y ya, ¿sabes qué? Mejor hasta aquí la dejamos, lo que es una pena porque en verdad me gustaba el sexo, pero luego siempre te pones tan insoportable que ha dejado de valer la pena.

—Vaya... Realmente intenté tenerte paciencia, comprender que fueras tan fría, creyendo que si seguía así podrías cambiar —mencionó negando con la cabeza—. Qué idiota fui.

—Sí. ¿Ahora puedes irte?

Hunter ya no quería seguir escuchándolo otro segundo más, por lo que comenzó a dirigirse a la puerta con la intención de abrirla para que se marchara de una vez.

—Espero... En verdad, espero que algún día puedas cambiar porque nadie va a soportar lo fría e histérica que eres. Solo sabes alejar a todos —habló, logrando que ella se detuviera al llevar la mano al pomo—. Que alguien te dé una maldita lección, porque no tienes idea de lo estúpido y usado que me haces sentir.

Unos toques en la puerta hicieron sobresaltar a Hunter, logrando que reaccionara y la abriera.

¿Hunts?

Escuchó la suave voz de su mejor amigo, llegando hasta sentir su preocupación, pero apretando el marco de la puerta, giró su cabeza a ver a Dorian.

—Vete de una vez.

El castaño tomó la chaqueta sobre el sofá, apresurando su paso para salir, pero en eso, cuando la fémina abrió más la puerta, haciéndose a un lado para que pasara, se encontró con el pelinegro. Eso hizo que ambos quedasen mirándose, Dorian levantando un poco la cabeza por la diferencia de altura y soltando una leve risa amarga al ver que Jungkook fruncía el ceño lleno de confusión.

—¿Él es el otro? —Alzó una ceja, dirigiendo su mirada a Hunter, la cual solo blanqueó los ojos, decidiendo no seguir prestándole atención—. Vaya idiota con el que te quedas. Suerte.

Jungkook al sentir cómo palmeaba su hombro al pasar, se hizo a un lado, volteando para observarlo de pies a cabeza, arrugando el rostro al confirmarlo aún más al ver las marcas en su ancha espalda pálida.

—¿Por qué ese idiota me dijo idiota a mí? —preguntó desconcertado mientras entraba y Hunter se encargaba de cerrar la puerta.

—Solo hay que mirar tu cara.

—Pero...

No podía negarlo. Si bien no podía verse a sí mismo en ese momento, estaba completamente seguro de que su rostro debía ser todo un poema. Pero es que no comprendía nada. Nunca se habría esperado llegar y encontrarse con un hombre semidesnudo que lo llamara idiota aún sin haber cruzado palabra alguna.

—Iré a terminar de prepararme. Tú búscame una pastilla que va a terminar por explotarme la cabeza.

Jungkook la observó de pies a cabeza, soltando un suspiro de frustración al darse cuenta de que estaba todavía en toalla, lo que significaba esperarla por un buen rato. Aun así, decidió obedecer, dirigiéndose a la cocina a los estantes para buscar donde tenía los medicamentos, todavía pensando en la situación que acababa de vivir con ese hombre que no conocía para nada. Eso se le hacía extraño, ya que él tenía muy buena memoria visual, así que si lo hubiera visto alguna vez, al tenerlo tan cerca lo habría recordado. Además, estaba seguro de que Hunter jamás lo mencionó, así que la curiosidad solo lo invadía más y más.

Para su suerte, Hunter no se tardó para nada como solía hacerlo, hasta se había dejado el cabello algo húmedo que comenzaba a ondularse. Jungkook se apresuró a darle la pastilla con el vaso de agua, lo que ella agradeció, para luego tomar la bolsa que dejó en el sofá y salir de su departamento junto a su mejor amigo.

Conducía en completo silencio. Por primera vez, Hunter ni siquiera colocó música como solía hacer. Solo podía mirarla por momentos, preguntándose si cometería un error si llegaba a hablar sin que ella se dispusiera a abrir la boca primero y explicarle la situación vivida apenas llegó a su departamento. La conocía demasiado bien, por lo que no quería que llegara a enfadarse con él cuando ya podía notar que estaba cruzada de brazos y con su ceño ligeramente fruncido mientras observaba el camino.

—¿Está todo bien, Hunts?

—Sí.

—¿No quieres hablar de lo que pasó cuando llegué? —se atrevió a preguntar, llegando a presionar por un instante el volante al sentir cómo ponía su mirada en él.

Aunque llevaran casi veinte años de amistad, Hunter seguía logrando intimidarlo algunas veces.

—¿Por qué querría?

—Tal vez, porque... vi a alguien que no conocía salir semidesnudo del departamento de mi mejor amiga, y se atrevió a llamarme "el otro" e "idiota" —respondió con cierto temor—. No lo sé. Tal vez, yo en tu lugar, te explicaría.

—Sí, pero yo no quiero.

—Pero nunca me hablaste de él...

—Ya, Jungkook, hoy no estoy de humor —recalcó provocando que se callara—. Y desde ahora te advierto que no estoy para ninguna de tus bromas, ¿está bien?

—Bien.

—Por hoy relájate y déjame estar tranquila.

Solo asintió, aparcando el coche detrás de una camioneta, observando por un momento a Hunter, pensando si había algo más por decir, pero ella tan solo se bajó. Soltando un suspiro, se quitó el cinturón para imitarla, rodeando su coche para caminar hacia la casa, observando cómo Tobiah abría la puerta y su amiga lo abrazaba.

—¡Muchas gracias, Hunter!exclamó emocionado—. Hasta me trajiste obsequio.

—Es de parte de los dos —intervino Jungkook, llamando su atención, provocando que la castaña lo mirase indignada—. Feliz cumpleaños, Tobiah.

—Gracias, JK.

El rubio se acercó a Jungkook para darle un abrazo, por lo que le palmeó la espalda, para luego separarse y entrar a la casa, observando que allí también se encontraban sus demás amigos.

¡JK! —exclamó una voz masculina.

Al ver a aquel castaño más bajo que él y de gran sonrisa, la suya se ensanchó.

—¡Ah! ¡Qué bueno verte, Jimin!

Lo abrazó por un momento, palmeando con fuerza su espalda de la misma manera que lo hacía él.

—Estaba esperándote —confesó golpeando su pecho.

—Tuve que esperar que Hunter se preparara. No estaba lista, aunque ya habíamos acordado la noche anterior —explicó dirigiendo su mirada hacia la castaña que seguía hablando con Tobiah—. Parece que anoche se pasó de copas y se olvidó.

Cuando sus miradas se conectaron, notando que parecía advertirle que no estaba actuando como le pidió, solo sonrió guiñándole el ojo, volviendo su atención a Jimin.

—Ya me esperaba que fuera por ella.













(...)















Almorzaron entre anécdotas y risas. Eran un grupo de ocho, que aunque no se veían demasiado seguido, la amistad se mantenía, además de que siempre estaban en contacto por redes sociales. El grupo se había creado gracias a Jungkook y Hunter por el hecho de haber decidido presentarlos, formándose así tiempo después la pareja de Jimin, mejor amigo de Jungkook, y Maya, amiga de Hunter. Luego de eso se unió la pareja de Zoe y Rory, también por la castaña, él volviéndose mejor amigo de Jimin y Jungkook.
Estaban en el mismo rango de edad, 27 y 28 años, encontrándose hasta en la misma sintonía, lo que ayudaba también a que se mantuviera la amistad. Tobiah era el que había entrado tiempo después, ya que se hizo buen amigo de Jungkook gracias a haber entrado al equipo de Hockey sobre Hielo. El pelinegro dudó un poco en presentarlo, pero se dio cuenta luego de que hizo bien porque fue aceptado al instante y a todos le agradaba, además era el más tranquilo, por lo que ayudaba bastante en algunas situaciones.

Ahora parte del grupo se encontraba afuera, disfrutando de la tarde fresca. Jungkook, Tobiah y Jimin lo estaban, el primer mencionado también con una lata de cerveza, apoyado en el pilar, conversando animadamente, mientras que los demás estaban en la cocina y podían observarlos por el ventanal.

—Sí, bueno, no quería meterme en problemas con mi suegro —comentó haciendo una mueca, Jimin—. Realmente fue difícil que pudieran aceptarme. Los padres de Maya tienen valores algo... conservadores.

Mmm... Bueno, eso se nota —Jungkook murmuró, observando por el ventanal.

Hunter le daba una calada a su cigarrillo, llevando en su otra mano una botella de cerveza y brindando con Carly, su mejor amiga, Zoe negaba a lo que la última mencionada decía, dándole luego un sorbo a su cerveza mientras Maya asentía repetidamente, cruzada de brazos. Había demasiada diferencia en las cuatro, eso era algo notable, no solo por su forma de vestir, lo que hacían, sino también por la personalidad. Maya siempre se mostraba demasiado tranquila y hasta, para Jungkook, insoportablemente pasiva e ingenua. Eso era algo que en un momento le disgustó del hecho de que Jimin estuviera en una relación con ella, hasta que notó cómo él parecía conocerla demasiado bien. Solía intervenir en situaciones en las que Maya podría estar demasiado incómoda o no sabía cómo negarse a algo que no quería hacer. Además, supo luego que Jimin se esforzaba porque cambiara eso, aunque podría traerles algunas discusiones.

—A veces siento que la corrompemos de alguna manera —chasqueó la lengua, para luego llevar la cerveza a sus labios.

—Tranquilo. De corromperla solo me encargo yo —recalcó palmeando su hombro, Jimin.

—¡Jimin! —Tobiah hizo una mueca de disgusto—. No son necesarios esos comentarios.

El más bajo solo soltó una risotada, dándole luego un sorbo a la cerveza mientras Jungkook volvía la mirada al ventanal, concentrándose en su mejor amiga. Todavía no podía evitar pensar en esa situación de su departamento, aunque el saber que no debía preocuparse porque todo parecía haber acabado mal, de alguna manera le generaba alivio. Todavía faltaba para que pudieran volver a estar solos y así intentar indagar otra vez.

—Solo aclaro por si acaso. Ya he notado que tú eres el que más habla con ella —apuntó mientras Tobiah abría sus ojos a la par, y Jungkook sonreía divertido—. Ten cuidado.

—¡Ah! ¿Qué estupideces dices? —frunció el ceño—. Además, me gustan con más personalidad.

—¿Por qué? Es decir, ¿cómo podrías llevar la relación? —indagó curioso, Jungkook—. Tú pareces la versión de Maya, pero en hombre.

—Deja a mi novia en paz, idiota.

Jimin lo golpeó en el brazo, mirándolo con el semblante serio, lo que hizo que riera por lo bajo.

—Te gusta que sea ella la que lleve los pantalones, ¿verdad, Tobiah?

—Puede ser. De todas maneras, que me muestre tan tranquilo no significa que no tenga carácter —aclaró mirando a ambos—. Así que dejen sus burlas.

—¿Y no hay nadie por allí que llame tu atención o...?

Jungkook había dejado de prestar atención por completo a la conversación que para él ya se tornó aburrida, su cuerpo moviéndose de forma inconsciente, acercándose a donde estaban los demás, mientras le daba un gran sorbo a la única cerveza que bebería ese día.

—Qué estupidez...—comentó antes de darle una calada a su cigarrillo, Hunter.

—¿De qué hablan? —indagó curioso, apoyando el brazo en la cabeza de su mejor amiga.

—Quítate.

Apartó de forma brusca su brazo mientras él sonreía divertido, sin dejarla escapar al terminar pasando el brazo por sus hombros, apegándola a su cuerpo. Era, en realidad, una forma de obligarla a que se le pasara el enfado con él, ya que si había algo que disfrutaba era molestarla, como por su estatura. Disfrutaba de notar cómo su rostro pálido y con pecas comenzaba a enrojecerse y su ceño se fruncía. Y, aún sabiendo que nunca lo perdonaba porque realmente quería hacerlo, sino por lo intenso que se volvía, él continuaba actuando de esa forma, estando seguro de que jamás podría perder la paciencia por completo por más idiota que se comportara, porque solo con ella tenía esa confianza y era una forma en la que le demostraba su cariño.

—Solo de una cita fallida de Carly —mencionó Maya.

—¡¿Otra más?!

Estaba algo asombrado, ya que, junto a Carly, Hunter, Tobiah, eran quienes seguían solteros, pero él y aquella pelinegra eran quienes parecían los únicos interesados en conocer más personas con la ilusión de enamorarse de una vez al llevar bastante tiempo solteros. Aunque ella parecía no dejar de fracasar en las citas con los hombres que iba conociendo.

—¿Qué esperas? —cuestionó arrugando ligeramente la frente, Hunter—. Los hombres son uno más imbécil que el otro.

—¡Oye! Yo no entró allí, ¿verdad? —se inclinó más hacia ella para hablarle al oído—. ¿Verdad?

—¿Tú qué crees?

La castaña apartó su brazo para así alejarse, pasando por el lado de su mejor amiga, Carly, dirigiéndose hacia la cocina.

—¿Por qué sigues intentándolo si siempre termina igual? —Rory se dirigió a Carly, mostrándose demasiado confundido.

—¡Tengo la esperanza de que alguno sea diferente!

El tatuado no estaba prestando atención alguna a la conversación, por lo que terminó siguiendo a su mejor amiga que apagaba en el cenicero el cigarrillo casi consumido por completo.

—¿Me dirás qué es lo que pasa? —Alzó una ceja, depositando la lata de cerveza en la isla de la cocina para apoyar su mano en esta.

Hunter solo lo observó por un momento al sentir su mirada clavada en ella, pero lo ignoró tomando otra lata que estaba en la isla, abriéndola.

—Háblame —pidió con suavidad, acercándose más y notando cómo parecía dudar—. ¿Es por ese idiota que vi salir de tu departamento?

Levantó la cabeza, permitiéndole notar cómo ya no dudaba de si hablar o no, al contrario, sus facciones parecían haberse endurecido. Quizás no debió mencionarlo.

—Estoy teniendo unos días de porquería, y ahora que podemos vernos, tú no estás ayudándome.

Jungkook presionó los labios mientras bajaba la cabeza, pensando en sus palabras. Llevaban unos días sin verse debido al poco tiempo del que disponían, él enviándole algún que otro mensaje, pero no hablaron lo suficiente como para que pudiera saber de sus problemas, además de que siempre le reprochaba por el hecho de que sus respuestas eran demasiado cortantes, y ella nunca parecía contar lo que le sucedía si su mejor amigo no le insistía antes.

—¿No quieres hablar?

Hunter negó con la cabeza.

—Es el cumpleaños de Tobiah —recalcó mientras Jungkook blanqueaba los ojos como si no le importara—. No vamos a estar apartados y amargados. No estaría bien.

—Bien, como quieras —Suspiró, tomando su mano con delicadeza—. Pero ya, quita ese malhumor. Vamos a pasarla bien y en el camino me cuentas todo, ¿sí?

Notó cómo parecía dudar, pero se inclinó más hacia ella mirándola con una pequeña sonrisa.

—Sí vas a estar así toda... amargada, entonces yo también lo estaré.

—Ya, ¡está bien! —Asintió riendo, lo que hizo que su sonrisa se ensanchara—. Lo intentaré.

Jungkook presionó el agarre de su mano, acariciando el dorso con el pulgar, pero unos gritos provenientes de afuera llamaron su atención. Dirigió su mirada hacia el ventanal, observando cómo Rory se encontraba en el borde de la pileta haciendo el amague de tirar a su novia, la cual gritaba intentando aferrarse a su cuerpo para evitarlo. Aquello le hizo sonreír divertido, volviendo su mirada a su mejor amiga que parecía estar concentrada en beber la cerveza, mostrándose otra vez amargada para el pelinegro. Su intento podría haber fallado demasiado rápido.

—Quizás debería ayudarte a animarte.

—¿Qué? —lo observó sorprendida, apoyando la lata en la isla—. ¿Cómo?

Su sonrisa se ensanchó, haciendo que ella arrugara la frente, llenándose de curiosidad, aunque cuando su mejor amigo la miraba de esa forma muchas veces no era para nada algo bueno, lo que hacía que tuviera que preocuparse. Pero, sin esperárselo, terminó soltando un chillido cuando la cargó con gran facilidad en su hombro.

—¡¿Qué haces?!

—Solo voy a hacer que te animes de una vez.

Comenzó a caminar hacia el jardín trasero, donde ahora también estaban Maya y Carly a un lado de Jimin, Tobiah, mientras que Rory seguía cargando a su novia, Zoe, la cual todavía gritaba asustada aunque se mezclaba con su risa.

—¡Jungkook! ¡¿Qué haces?! —intervino Tobiah.

—¡¿Qué carajos haces?! —preguntó perdiendo la paciencia, Hunter.

—Oh, ¿tú también vas a tirarla? —Rory lo miraba divertido, aunque él, a diferencia de Jungkook, la cargaba en sus brazos.

—¡¿Tirarme?! ¡Suéltame de una vez! —exigió golpeando su espalda—. ¡No es broma!

—¡Jungkook...! —insistió Tobiah.

—Tranquilo, no lo hará —intervino riendo, Jimin.

—¡Suéltame, imbécil!

—¿Debería? Ya me duele la espalda de tantos golpes.

—¡No te atrevas!

—Solo es para animarte...

—¡Juro por Dios que si te atreves a tirarme voy a matar...!

Hunter, para su mala suerte, no fue capaz de terminar su amenaza al Jungkook haberse encargado de dejarla caer en la pileta.

—¡¿Qué carajos, Jungkook?! —Rory lo miró entre asombrado y desconcertado, bajando a su novia, la cual observaba preocupada la pileta.

—¡¿Estás loco?! —Tobiah se acercó rápidamente—. ¡¿Cómo vas a tirarla?!

Hunter sacó la cabeza mientras tosía, pasando las manos por su cabello que cubría parte de su rostro.

—¡¿Estás bien, Hunter?! —preguntó rápidamente, Zoe.

No contestó en absoluto, comenzando a nadar hacia las escaleras para subirlas, abrazándose a sí misma a la vez que temblaba.

Hunts...—Jungkook quiso acercarse al ser ignorado como no esperó, mientras que Tobiah, Rory, Zoe y Carly se acercaban a ella.

—Dios, debes estar congelada, Hunnie —mencionó preocupada, Carly.

—¡Hunter! —Alzó la voz, llamando de una vez su atención.

Al ver cómo giraba a verlo, dejándole ver su rostro pálido, su maquillaje corrido, y cómo sus labios parecían tornarse morados mientras no dejaba de temblar, comenzó a sentir culpa.

—Púdrete, Jungkook.

Aquello de alguna forma le sorprendió al punto de que no fue capaz de decir nada, mucho menos al ver la mirada de enfado de parte de los demás que hicieron que Hunter continuara caminando.

—Tobiah, dime que tienes ropa para que pueda darse una ducha —habló Carly—. Está congelada.

—Sí, tranquila. Vamos.

Zoe, Carly y Tobiah se encargaron de entrar junto a Hunter, mientras que Jungkook soltaba un suspiro bajando la cabeza.

—¿Qué carajos pasa contigo, Jungkook? —lo escuchó hablar a Rory.

—Creí que en verdad no sería tan estúpido como para hacerlo, pero me equivoqué.

—Ya, solo fue una jodida broma —recalcó frustrado, acercándose.

—Sí, qué maravillosa broma tirarla a la pileta con este frío cuando no estamos en temporada.

—Pues, Tobiah no debería tener la pileta llena —Se excusó—. Además, tú estabas molestando a Zoe.

—¡Pero solo quería molestarla un poco! ¡No iba a ser tan estúpido como para tirarla para que se congele!

—Deberías ir a disculparte con Hunter —opinó Maya.

—No —Negó Rory—. Va a querer matarlo si lo ve.

—Qué exagerado. Sí, debe estar muy molesta, pero si le insisto un poco se le pasará —aseguró tranquilo—. Además, ella ya está acostumbrada a mis bromas estúpidas, y esta solo fue otra más, así que en un rato vamos a estar como si nada.

—No sé cómo puede tenerte tanta paciencia —comentó haciendo una mueca, Jimin—. Yo en su lugar ya te hubiera golpeado.

—Algún día va a pegarle una patada en el trasero y todos la aplaudiremos.

Jungkook que mordía el interior de su mejilla al estar tan tenso por no poder dejarse de cuestionarse lo que hizo, acabó blanqueando los ojos para comenzar a dirigirse hacia las puertas corredizas de vidrio y entrar a la casa.
La verdad era que estaba arrepintiéndose demasiado de "la broma", dándose cuenta de que pudo haberse pasado. A veces se sentía bastante idiota, y ahora era una de esas, pudiendo escuchar en su cabeza los insultos que le diría Hunter en cuanto lo viera, sabiendo que se los merecía.

Se sentía bastante nervioso mientras subía las escaleras, pensando en qué podría decirle apenas la viera, que pudiera evitar que comenzara sus reproches con gran intensidad, aunque sí se lo mereciera. Pero en eso, al terminar de subirlas, se encontró en el pasillo con Zoe y Carly.

—¿Qué haces aquí? —preguntó alzando una ceja, Carly.

—¿No es obvio? Quiero hablar con Hunter.

—Olvídalo. Ya has hecho suficiente —intervino Zoe—. Déjala tranquila, aunque sea por un rato.

—Solo quiero disculparme.

—Ahora no va a querer escucharte —aseguró Carly.

Jungkook tomó una bocanada de aire mientras se tomaba el puente de la nariz, repitiéndose que debía mantener la calma y que era entendible el actuar de ambas, pero es que si había algo que detestaba era que se metieran en la amistad que tenía con Hunter, algo que sucedió incontables veces. Y ahora hasta sentía que estaban haciéndolo al no querer permitirle hablar con ella.

—Gracias por sus consejos, pero mejor sigan su camino y déjenme disculparme con ella —sonrió falso, pasando entre medio de ambas.

—Ojalá Hunter lo mande al carajo porque hoy está más idiota de lo normal...

Había escuchado aquel comentario por parte de Zoe, pero solo blanqueó los ojos mientras continuaba el camino hacia el baño. Parecía cada vez ponerse más tenso, detestando que la forma de hablarle de los demás fuera lo que lo provocaba, pero es que hasta él mismo sabía que se había pasado con su broma.

Iba con sus manos empuñadas, pensando qué decir, pero al escuchar sonidos guturales, arrugó el rostro mientras intentaba agudizar el oído.

La puerta del baño estaba abierta, por lo que se acercó cautelosamente, empuñando con más fuerza las manos, hasta que pudo escuchar que se trataba de un llanto, lo que hizo que sintiera que volvía a respirar. Pero la preocupación no tardó en aparecer al darse cuenta de que eran agudos y se trataba de su mejor amiga.

—Hey, ¿por qué lloras? —preguntó por lo bajo, Tobiah.

—Estos días han sido una jodida mierda, y se lo dije a Jungkook, pero parece que solo lo motivé a comportarse más idiota, cuando se suponía que debía entenderme —explicó con la voz ahogada—. Por su culpa me siento tan humillada ahora mismo.

El escucharla solo hizo que bajara la cabeza mientras sentía su corazón dar un vuelco, detestándose por no haberse detenido a pensar con claridad por un momento lo que iba a hacer.

—Bueno... Jungkook jamás parece pensar bien lo que hace. Además, esa es su forma de llevarse, ¿no?

—Solo... Solo me gustaría que por una vez en su vida pudiera escucharme —sollozó.

—Ven aquí.

—¡No! Voy a mojarte...

—Tranquila, lo necesitas —murmuró con suavidad—. Ven aquí.

Jungkook empuñaba sus manos con más fuerza, en parte, porque el escucharla solo lograba que la culpa se incrementara, pero en otra era por lo que escuchaba de Tobiah, lo que hizo que decidiera acercarse más a la puerta. Podía ver cómo el castaño la envolvía entre sus brazos, y ella sollozando apoyaba la cabeza en su pecho, pasando los brazos por la parte baja de su espalda.

—Ya es suficiente, ¿no? —preguntó llamando la atención de ambos que se sobresaltaron, mientras que él apoyaba la mano en el umbral de la puerta.

—¿Estás mejor? —Tobiah se concentró en Hunter que estaba cabizbaja y solo asintió—. Entonces te dejo para que puedas darte un baño. Espero que la ropa sí te quede.

—Gracias —musitó.

Tobiah observó a Jungkook que tenía las facciones endurecidas y no apartaba la mirada de él, pero aun así pasó por su lado como si nada, ocasionándole más enfado. De todas formas, decidió concentrarse en Hunter, la cual se acercaba a la puerta mientras sus facciones se endurecían.

Hunts...

Quiso poder comenzar a disculparse, pero para su sorpresa tomó la puerta con la intención de cerrarla, lo que hizo que apartara rápido la mano mientras Hunter se encargaba de dar un portazo, dejándolo atónito.

Quizás lo había arruinado más de lo que pensó, para que ni siquiera fuera capaz de insultarle.

—Mierda...—Suspiró.

Pudo escuchar el sonido del agua caer, por lo que decidió caminar por el pasillo, ya que sabía que no sería capaz de escucharlo en ese momento. Y mientras caminaba, al dirigir su mirada hacia las escaleras, vio a Tobiah que estaba por empezar a bajarlas, logrando llamar su atención.

—¿Por qué me miras así?

—¿Qué te dijo Hunter? —indagó acercándose más a él, el cual apoyó la mano en la barandilla de las escaleras.

—¿Por qué debería decírtelo?

—Es mi mejor amiga.

—¿Y eso qué? —cuestionó riendo—. La hiciste pasar un muy mal momento, por esa misma razón, en cuanto esté lista, me encargaré de llevarla a su departamento. Arruinaste el día, Jungkook.

Las fosas nasales de Jungkook se expandieron mientras tensaba la mandíbula y se acercaba más a él, pero Tobiah chasqueó la lengua restándole importancia para bajar las escaleras.

—No te enfades conmigo por las estupideces que haces. Tendrás que disculparte luego con ella.














(...)














Jungkook estaba demasiado molesto consigo mismo desde hacía días, y eso con cada uno que pasaba parecía empeorar. No solo cargaba con el hecho de que hacía dos semanas que Hunter estaba molesta con él, aunque había ido a su departamento para intentar hablar, pero al no tener respuesta en sus mensajes pareció hacerlo cuando no estaba. Solo perdió de alguna manera su tiempo, dejándole en el picaporte de la puerta la bolsa de comida que compró eligiendo su favorita.
Luego de eso le envió algún que otro mensaje, algunas veces recibiendo respuestas, aunque cortantes. Sabía que necesitaban hablar de una vez en persona para lograr que se desenojara por completo y volver a estar bien, como también para desaparecer aquellas sensaciones molestas que no lo dejaban en paz al no soportar estar tan distanciado con Hunter.

Eso no era lo único que venía sucediendo, ya que una noche habían quedado los del equipo en salir; lo bueno era que la tensión con Tobiah desapareció, pero empezaron los problemas con alguien más del equipo. Lo que hizo que ahora que entraban a la pista de hielo para comenzar el entrenamiento, antes de que el entrenador llegara, fuera tomado de forma brusca del brazo.

El pelinegro levantó la mirada sorprendido, encontrándose con Quinn, que al igual que él todavía no se había colocado el casco.

—¿Qué sucede?

—¿Por qué rayos le escribes a mi novia? —preguntó acercándose más a él.

—Déjalo, Quinn —intervino su mejor amigo, un moreno llamado Landon, que a Jungkook le agradaba bastante como todos los demás—. La pista no es un lugar para pelear.

—Landon tiene razón.

—¡Me importa un carajo! —exclamó soltándose el agarre de su mejor amigo—. Quiero que ahora mismo me digas por qué tú, "capitán", te atreves a escribirle a mi novia.

Jungkook se tensó, no solamente por la corta distancia entre sus rostros, sino también por el hecho de que sabía que hizo mal. Pero durante esa noche en la que salieron, volvió a ver a su novia, una rubia llamada Navy. Las anteriores veces pudo cruzar alguna que otra palabra y se le había hecho bastante agradable, sintiendo ganas de poder hablar más con ella, lo que logró la última vez, sin poder apartarle la mirada.
Había capturado toda su atención, olvidándose por completo de Quinn, lo que con los minutos, cuando él fue al baño y Navy volvió con su novio, se desató una discusión en la pareja haciendo que tuvieran que marcharse. Jungkook no pudo evitar quedar preocupado, por lo que hasta la buscó en las redes sociales, y en eso comenzaron a hablar.

Llevaban días haciéndolo, él quedando aún más encantado con ella, pero parecía ser que Quinn ya estaba enterado de todo, así que no sabía de qué forma debía actuar. Observó por un momento a Tobiah que estaba a su lado, sintiéndose algo frustrado al darse cuenta de que tan solo lo miraba atónito. Quizás no se esperaba para nada saber que se escribía con Navy, aún sabiendo que era la novia de su compañero de equipo, y tal parecía que los demás tampoco, por lo que bajó la mirada.

—¡¿No dirás nada, imbécil?! —preguntó frustrado por su silencio.

—No sucede nada de lo que tú debes estar pensando...

—¡No me quieras tomar de estúpido!

—¡¿Qué rayos está sucediendo aquí?! —Al escuchar aquel grito grave, todos se sobresaltaron, volteando a ver cómo el entrenador se acercaba molesto.

De forma rápida, Quinn y Jungkook se distanciaron, el segundo mencionado bajando la cabeza ante la cercanía de Víctor, el entrenador, que observaba con atención a cada uno del equipo, pero principalmente a ellos dos.

—¿No van a decir nada? —Alzó una ceja, esperando respuesta de alguno de ellos, pero se mantuvieron en silencio—. ¿Qué? ¿Se creen que están en la secundaria para andar peleando de esa forma? ¿Solo van a quedarse callados? —Víctor soltó una risa amarga, negando con la cabeza en señal de desaprobación al ninguno atreverse a contestar—. Si llega a suceder otra vez, haré que los protagonistas se queden en la banca en el siguiente partido, ¿entendido?

—Sí, lo sentimos —habló casi por lo bajo, Jungkook.

Al notar la intensa mirada de Víctor, dándose cuenta de que parecía demasiado molesto, sobre todo con él, volvió a bajarla.

—¿Qué esperan? ¡A entrenar! ¡Ahora!

Ante la orden, se colocaron los cascos, tomando de manera correcta el stick para comenzar con el entrenamiento, desplazándose sobre el hielo. Jungkook estaba odiándose, ya que si había algo que no soportaba eran aquellos entrenamientos donde Víctor estaba molesto por alguna razón, porque eso significaba exigirles demasiado, principalmente a él al ser el capitán, y justo ese día su estrés estaba al límite.

Víctor Dall era el entrenador del equipo "Arctic Blaze" de Hockey sobre Hielo, al cual lo adoraban, ya que a pesar de que tenía un carácter demasiado fuerte y llegaban a pensar que les exigía más de lo que podían dar, demostrándole luego lo contrario con los partidos exitosos, era alguien que se interesaba demasiado en ellos y sus vidas, buscando siempre ayudarlos en lo que podía. Y Jungkook no solo lo adoraba, también solía verlo como un segundo padre, pues hasta solía reprocharle como uno al conocerlo tanto, ya que se trataba del padre de Hunter.

Pero también aquel hecho llevaba a que a veces Jungkook no lo soportara y tuvieran ciertas discusiones al sentir que no solo le exigía más por ser el capitán del equipo, sino también porque se trataba de él. Ahora rogaba que ese día no terminaran en otra discusión, pero los gritos que estaban recibiendo de su parte en su mayoría iban dirigidos hacia él.

—¡Más rápido, Jungkook! ¡No me hagas creer que saliste anoche y por eso estás tan lento hoy!

—¿Papá?

Al escuchar esa voz, volteó, encontrándose con su hija que se encontraba detrás del vallado perimetral, por lo que sonrió, comenzando a acercarse a la puerta de malla para abrirla.

—¿Cómo estás, cariño?

Hunter sonrió dándole un pequeño abrazo, sintiendo cómo acariciaba su espalda.

—Estoy bien, ¿y tú?

—Qué bueno...

—Mira, te traje la comida que me pediste —informó extendiendo una de las bolsas que llevaba en la mano.

—Gracias. Hoy se me hizo tarde —Suspiró—. ¿Y las demás? ¿Vas a quedarte a comer conmigo?

—Oh, traje también para Jungkook.

—No me hables de él.

—¿Por qué? ¿Volvieron a discutir? —indagó curiosa, pero también algo cansada.

Hunter vio cómo su padre dirigió la mirada hacia la pista donde estaba el equipo entrenando, desplazándose sobre el hielo de una portería hacia la otra, notando cómo uno de los compañeros que llevaba una A —lo que significaba que era el capitán suplente—, el nombre Quinn y el número 28, iba por detrás de aquel que llevaba una C, el nombre Jungkook y número 18 en su camiseta, avanzaba más rápido al pasarlo.

—Carajo —escuchó mascullar a su padre que volvía a cruzar la puerta—. ¡¿Qué rayos pasa contigo hoy, Jeon?! ¡Estás atrasándote mucho!

Hunter hizo una mueca al escuchar cómo los gritos de su padre no se detenían, y aunque la mayoría los recibía, su mejor amigo era el principal. Si bien no lo veía de cerca, podía jurar que escuchaba sus jadeos de cansancio, ya que por su forma de desplazarse, pareciendo cada vez más inclinado hacia adelante, demostraba lo agotado que ya estaba.

—¡Patina con fuerza, Jeon! ¡¿Qué te sucede hoy?!

La castaña pensaba en si lo mejor era dejarle la comida a su padre para que luego la entregara o seguir quedándose, pero es que estaba detestando ver cómo le exigía más a Jungkook cuando notaba que no podía, aunque hasta ella estaba sorprendida por su poco rendimiento ese día. Estaba segura de que eso no podría acabar bien, y es que no quería ver si su padre y mejor amigo terminaban en una discusión cuando el entrenamiento llegara a su fin.

—¡Eres el capitán! —recalcó estresado—. ¡¿Cómo puede ser posible que seas el más lento hoy?! ¡Demuéstralo de una vez, Jeon!

De un momento hacia otro, un estruendo se escuchó al Jungkook haber tirado el stick hacia un lado, golpeando el vallado perimetral.

—¡Carajo! —gritó quitándose el casco, también tirándolo hacia un lado, mientras sus compañeros se detenían observando atónitos la situación.

—¡¿Qué rayos haces?! —interrogó, acercándose enfurecido, Víctor—. ¡Vuelve al entrenamiento, Jeon! ¡Aún no acabamos!

—¡A la mierda con el entrenamiento! ¡Me marcho!

—¡Que vuelvas aquí ahora si no quieres sufrir luego las consecuencias! —ordenó mientras Jungkook se acercaba a la puerta del vallado.

—¡No me importa! ¡Prefiero sufrirlas a tener que seguir soportando esto!

Para su sorpresa, Jungkook pasó la puerta, dirigiéndose hacia las gradas para quitarse bruscamente los patines, sin notar que del otro lado y a unos metros se encontraba su mejor amiga, observándolo bastante sorprendida al jamás haberlo visto comportarse así con su padre.

—¡¿Ustedes qué hacen?! —Víctor se dirigió hacia los demás del equipo que seguían atónitos—. ¡No se detengan! ¡Sigan con el entrenamiento que aún les queda media hora!

Hunter vio a su mejor amigo entrar, pero dirigió la mirada hacia su padre, acercándose hacia la puerta, la cual abría molesto.

—No vayas.

—Lo sé. Además, todavía tengo que terminar con el entrenamiento antes de agarrar a ese...—Suspiró bajando la cabeza mientras se tomaba el puente de la nariz, intentando calmarse—. ¿Ahora ves lo que tengo que soportar de su parte? ¿Entiendes por qué discutimos?

—Sabes que nunca hizo esto antes.

—Apenas crucé esa puerta para empezar el entrenamiento, lo vi por formar una pelea con Quinn.

—¿Qué? ¿Con Quinn? —preguntó arrugando el rostro—. ¿Por qué haría eso?

—¡Yo qué sé! No se atrevieron a decirme nada.

—Debe haberle sucedido algo —opinó haciendo una mueca.

—No lo sé, pero en cuanto hablemos...

—Ya, relájate. Iré a hablar con él, ¿sí?

—Hazlo entrar en razón antes de que lo haga yo, pero a golpes en esa cabeza terca que tiene.

Solo blanqueó los ojos, decidiendo pasar de su padre y entrar para buscar el baño, observando los carteles que indicaban donde estaban. Quiso entrar, pero al escuchar el sonido del agua caer, decidió esperar mientras tomaba su celular.
Detestaba cuando su padre y su mejor amigo se encontraban en esa situación, porque, de alguna forma y algunas veces también, terminaba recayendo en ella y viéndose obligada a tomar una posición, sabiendo que eso solo provocaría la indignación de alguno.

Observaba las redes sociales, entrando a la historia que subió Jimin, sorprendiéndose de saber que la noche anterior se había juntado con Jungkook, el cual salía cocinando y actuando de manera graciosa, lo que hizo que soltara una ligera risa. Entró a su perfil observando cómo seguía creciendo de seguidores, lo cual era normal, ya que Arctic Blaze iba haciéndose cada vez más conocido por sus exitosos partidos, logrando cosas que jamás creyeron, pero se lo debían sobre todo a Víctor.

Jungkook contaba con más de 15K seguidores, sus posts contando con grandes cantidades de Likes como también de comentarios. Eso llevaba a que él siempre mencionara el hecho de que gracias a eso muchas mujeres intentaban seducirlo, preguntándose si acaso debía responder porque el amor de su vida podría ser una de ellas, haciendo bromas al respecto. Hunter se sorprendía por el hecho de que ignorase aquellos mensajes, cuando ella consideraba que algunas eran realmente hermosas. A veces no entendía a su mejor amigo, y menos por el hecho de querer encontrar el amor.

Al ver que la primera destacada era con ella, no pudo evitar sonreír, decidiendo bloquear de nuevo el celular, guardándolo en uno de los bolsillos traseros de su pantalón. En ese momento, el pensar en esos detalles que tenía con ella, como también utilizar el hecho de que haya cada vez más personas que llegaran a sus redes sociales y él se encargara de promocionar su restaurante, filmando historias, hacía que se recriminara por seguir molesta.

Jungkook podía llegar a ser muy molesto con ella, haciendo bromas pesadas, pero también era consciente de cómo siempre le demostraba cuánto le importaba, poniéndola sobre todo, aun cuando le decía que no estaba bien.

Al ya no escuchar el agua correr, pero sí unos pasos, decidió entrar, cubriéndose rápido los ojos al llegar a ver cómo se acercaba a la banca con su torso desnudo y musculoso, resaltando su brazo tatuado, mientras tenía la intención de quitarse la toalla que rodeaba su cadera.

¿Hunts...?

Vístete.

Lo escuchó suspirar, pero siguió cubriéndose los ojos con su mano libre.

—Ya.

Al apartarla y verlo solo llevar un bóxer oscuro, lo miró frustrada, pero él tomó asiento en la banca donde tenía su ropa.

—¿Qué haces aquí? ¿También vas a reprocharme como tu padre?

—¿Debería?

—No. Hoy lo menos que necesito es que terminemos peor de lo que estamos —respondió con la cabeza gacha.

Hunter suspiró, dejando las bolsas con comida en la banca a un lado de su mejor amigo, para luego colocarse en cuclillas frente a él que levantó un poco la cabeza, dejando ver cómo su cabello húmedo caía algo desordenado por su frente mientras gotas resbalaban por su rostro. Sus facciones se relajaban y la miraba hasta algo esperanzado.

—¿Quieres hablar?

—Llevo semanas queriendo hacerlo —recalcó por lo bajo.

—¿Qué sucede? ¿Qué pasó en el entrenamiento como para que no solo pelees con Quinn, sino también con mi padre?

Pudo notar cómo los grandes ojos oscuros de su mejor amigo se abrían a la par, pareciendo bastante sorprendido por cómo parecía saber de su enfrentamiento con Quinn.

—¿Cómo sabes lo de Quinn?

—¿Qué importa? Dime.

Suspiró, pareciendo tenso al jugar con sus manos, debatiéndose sobre qué hacer.

—¿Por qué estás actuando así como un idiota?

—Es tu culpa —respondió sin mirarla.

—¿Mía?

Asintió.

—No funciono bien sin ti —explicó volviendo a conectar sus miradas—. Todo me parece insignificante, todo me estresa, todo me molesta...

—Ya, hablemos en serio.

—Estoy haciéndolo. Sé que me equivoqué al haberte hecho esa estúpida broma sin notar que en verdad no estabas bien, y no sabes cuánto me arrepiento —confesó angustiado—. Pero desde que estás molesta conmigo, no dejo de actuar como idiota. Te necesito a ti para funcionar bien, Hunts.

—Nunca me escuchas.

—Lo haré a partir de ahora, lo juro —aseguró asintiendo repetidamente—. ¿Puedes perdonar a este idiota que no puede vivir sin ti?

Al ver cómo sus cejas se juntaban y la miraba rogando por una respuesta positiva, bajó la cabeza al estresarse consigo misma por ser tan débil cuando se trataba de él, aún recordando lo humillada que sintió en ese momento por la broma pesada de Jungkook.

—Está bien.

Hunter quiso volver a hablar, pero para su sorpresa la envolvió con sus fuertes brazos, apegándola a su cuerpo, provocando que ella hiciera un sonido involuntario con la garganta al sentir cómo parte del rostro se le humedecía gracias a su firme pecho, por donde seguían resbalando algunas gotas de agua por su cabello húmedo.

—No vuelvas a actuar así conmigo, Hunter.

—Te lo merecías.

Eso hizo que la estrechara con más fuerza entre sus brazos, haciéndole soltar un quejido.

—Puedes actuar tan fría con cualquier persona, pero no lo hagas conmigo —pidió con los ojos cerrados—. No sabes lo doloroso que ha sido dejar de ser la única persona con quien no lo eres. Sé que sabes dentro tuyo que no lo merezco, así que ya no vuelvas a hacerlo por más enojada que estés conmigo.

Ya, está bien. Lo siento, ¿sí?

Pudo sentirlo asentir con la cabeza, por lo que medio sonrió, apartando las manos de su espalda, para llevarlas a sus costillas y hacer algo de presión para que pudiera comprender que quería que la soltara, lo que hizo de manera lenta.

—Vístete para que nos marchemos —ordenó reincorporándose.

—¿Qué haremos? —preguntó sonriente, también reincorporándose para tomar su pantalón.

—Me acompañarás al restaurante. Hoy trabajarás para mí.

—Qué interesante —lo escuchó murmurar.

—¿O prefieres enfrentar ahora a mi padre?

—No. Estaré listo en un segundo —respondió al instante—. ¿Y esas bolsas?

—Oh, te traje comida.

—Entonces, ¿sí pensaste en mí hoy?

Al notar cómo mientras tomaba su camiseta la observaba con una sonrisa arrogante, provocó cierta molestia en ella.

—Cállate si no quieres que me vuelva a molestar contigo.

—Bien. Pero hay dos bolsas —recalcó volviendo a dirigir su mirada allí—. ¿Por qué?

Mmm... También traje comida para Tobiah.

Jungkook, que había tomado asiento colocándose los calcetines, la observó con sus facciones endureciéndose.

—¿Por qué traerías comida para él?

—¿Acaso no es nuestro amigo y también está aquí porque es parte del equipo?

—¿Y qué? Tiene dinero para comprarse su propio almuerzo —refutó comenzando a colocarse las zapatillas, evitando mirarla.

—¿Acaso tú no?

—Es distinto, y lo sabes.

—Ya empiezas con tus celos —comentó dándole la espalda, decidiendo ignorarlo para no molestarse otra vez.

—¡No son celos! —exclamó levantándose—. Pero ¡¿por qué tienes que hacer por él lo mismo que haces por mí?! ¡Es molesto!

—Eso se llama celos, Jungkook.

Jungkook tensó la mandíbula, decidiendo tomar su chaqueta y celular, pasando por el lado de ella que blanqueó los ojos para volver a tomar las bolsas.

—Vamos antes de que lleguen los demás y me vea tu padre.

Ella asintió siguiéndolo para salir del baño, pero al cruzar la puerta, unos pasos llamaron su atención, lo que la hizo medio girar. Tobiah se acercaba con su cabello castaño algo húmedo y desordenado, su rostro sonrosado mientras intentaba regular su respiración, y en una de sus manos llevaba una botella de agua.

—Hey, hola, Hunter —Sonrió acercándose—. Qué sorpresa verte por aquí.

—Sí...—soltó una risa nerviosa, acariciándose el brazo con la mano libre—, solo decidí pasar para traer el almuerzo.

—Es genial verte.

Ella se sorprendió mientras las comisuras de sus labios se elevaban más, sin comprender por qué sentía tantos nervios al punto de acabar bajando la cabeza.

—¿Tú cómo estás, Jungkook? —Alzó un poco la voz, observando a su amigo que se acercaba con las facciones endurecidas.

—Bien. Ya vámonos, Hunter.

Tomó una respiración profunda intentando ignorar a su mejor amigo, para luego atreverse a volver a mirar a Tobiah que parecía algo extrañado por el comportamiento del pelinegro.

—Yo... Te traje también el almuerzo a ti —confesó enseñándole una de las bolsas, observando cómo sus ojos se abrían a la par y quedaba boquiabierto.

—¿En verdad? —Asintió, por lo que él la tomó con una gran sonrisa—. Oh, eres un ángel, Hunter. Muchas gracias.

Solo sonrió tímida, sintiendo su rostro arder, bajando nuevamente la cabeza.

—Vamos, Hunter.

Al volver a escuchar la voz de su mejor amigo, lo observó molesta por un momento, volviendo su concentración a Tobiah que observaba feliz la bolsa con comida.

—Bien, ya debemos irnos. Nos vemos, Tobiah.

—Gracias de nuevo, Hunter. ¡Nos vemos! ¡Tú cuídate, JK!

Los demás del equipo se acercaban, por lo que Jungkook le dedicó una última mirada a Tobiah, para luego pasar el brazo por los hombros de Hunter y así comenzar a caminar hacia la salida, escuchando quejas de su parte.











(...)










Los días pasaban y Hunter desde esa vez que le llevó el almuerzo a Tobiah, el cual le agradeció de nuevo enviándole un mensaje por privado, comenzaron a hablar con mucha más frecuencia. No se había esperado para nada eso, pero al haberle respondido esa vez, la conversación comenzó a fluir, llevando así días hablando, contándose lo que hacían, conociéndose mucho más. Y lo que era más una sorpresa para ella fue el hecho de que el ir conociéndolo no le desagradaba para nada, como pasaría con cualquier hombre. Era todo lo contrario.

Tobiah parecía llevar una vida tranquila, bastante normal, estando demasiado centrado en el equipo de Hockey sobre Hielo, teniendo una grandiosa relación con su familia, un buen grupo de amigos, y algunos fracasos amorosos. Pero nada de lo que le contaba hacía que como siempre se pusiera en alerta por pensar en que solo era otro hombre estúpido que podría llegar a lastimarla. Pues, aquellos fracasos eran debido a que no funcionaban por tener distintas metas en sus vidas, y la última vez por haber tardado tanto por temor, logrando que alguien más llegara y tomara la iniciativa.

Era demasiado relajado, lo que hacía que Hunter se sintiera también de esa manera y pudiera continuar hablando con él, aunque estaba comenzando a preguntarse qué era lo que estaba pasándole para sentir tanto interés y estarse arriesgando luego de tanto tiempo. Ni ella misma podía creérselo. Necesitaba pensarlo más tiempo, por lo que ni siquiera se había animado a confesárselo a Jungkook, además de que no soportaba los celos de su parte desde lo que pasó en aquel entrenamiento.

Ya era de medianoche, por lo que Hunter se estaba encargando tranquila de cerrar el restaurante. Todavía recordaba los mensajes de ese día con Tobiah que había estado algo ocupado, pero sabía que durante la noche se juntaron todo el equipo, no solo porque él lo mencionó, sino también Jungkook. Pero, aun así, Hunter había posteado una historia en Instagram en su cuenta del restaurante donde podía verse lo lleno que estuvo esa noche y luego a ella, sorprendiéndose al recibir una respuesta de parte de Tobiah, el cual le reenvió la historia a su cuenta personal.

tobiahfloyd

Entonces, ¿no hay ninguna mesa libre?

hunterdall

No.
Está siendo una buena noche.

tobiahfloyd

Es una pena.

hunterdall

¿Por qué?

Es todo lo contrario, Tobiah.

tobiahfloyd

No, porque habría sido capaz de abandonar al equipo esta noche para invitarte a cenar.

En ese momento los minutos empezaron a pasar y seguía atónita, sin saber qué responder, mientras sentía su rostro arder, hasta que recibió otra respuesta a esa historia, pero por parte de Jungkook.

jungkookjeon

¿Tu idea es atraer a las personas o ahuyentarlas?

artflowery.coffee

No me escribas en esta cuenta para molestarme, imbécil.

jungkookjeon

Mañana voy y filmame a mí, así atraerás gente.

Decidió bloquear su celular e ignorar aquellos mensajes de su mejor amigo que solo lograban ponerla de malhumor, olvidándose de por qué antes estaba nerviosa. Podría haberlo pasado por alto por completo, pero su celular había vibrado llamando su atención, pensando en bloquear a Jungkook para que no la molestara también por esa cuenta de Instagram, pero para su sorpresa se trataba de otro mensaje de Tobiah que se disculpaba por si llegó a incomodarla, lo que hizo que se detestara a sí misma por haberse concentrado tanto en la molestia que le generaba su mejor amigo.

Luego de eso continuaron hablando, pero esta vez algo había cambiado y era el hecho de que de alguna manera ambos sabían de la atracción que sentían y que era mutua. Y por esa razón, mientras Hunter se encargaba de cerrar el restaurante, no podía borrar la sonrisa de su rostro.

Todo marchaba más que bien, hasta que escuchó la puerta ser abierta, lo que llegó a asustarla hasta que vio el cabello oscuro y aquel cuerpo fornido cubierto por un abrigo negro.

—¿Jungkook...? —habló sorprendida, rodeando la barra—. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con el equipo?

Su mejor amigo levantó la cabeza, permitiendo así que pudiera notar la marca en uno de sus pómulos.

—¡¿Qué te sucedió?! ¡¿Quién fue el imbécil que se atrevió a golpearte?! —interrogó histérica, acercándose rápidamente.

Hunter hizo puntillas de pies para tomarlo del rostro, observando de forma detallada aquella marca de su pómulo mientras Jungkook hacía una mueca al sentir sus dedos rozar esa zona.

—¡Dime algo, por Dios!

—Relájate —ordenó por lo bajo, separándose mientras se abría el abrigo.

—Pero dime...

—Prepárame un shot, ¿sí?

—Jungkook...

—Hazlo y te contaré.

Blanqueó los ojos dirigiéndose a la barra, decidiendo darle lo que pedía, mientras que Jungkook se encargaba de quitarse el abrigo, dejándolo en una de las mesas para después acercarse a la barra, tomando asiento en un taburete.

—Aquí tienes.

Al dejar el Shot frente a él, notó cómo las comisuras de sus labios se elevaban en una sonrisa satisfactoria.

—Salud.

Jungkook se lo acabó de un gran sorbo, llegando a arrugar el rostro al sentir la quemazón en su garganta.

—Otro.

Dudaba un poco, pero decidió de nuevo obedecer, llenando otra vez el vaso, para luego dejar la botella y apoyar los brazos en la barra, observando con atención a su mejor amigo que volvía a acabarlo de un gran sorbo.

—Gracias a Dios que seguías aquí —mencionó al dejar el vaso en la barra—. Por un momento temí que no estuvieras.

—Me hubieras escrito. Estaba por irme.

—Ni siquiera sé dónde dejé el celular —comentó soltando una ligera risa—. Supongo que en el coche. No lo sé. Solo pensé en venir aquí.

Hunter suspiró volviendo a llenar el vaso, notando cómo con la mirada le agradecía antes de darle un sorbo.

—Me dirás qué sucedió.

—Quinn me golpeó.

—¡¿Por qué?!

—Por su novia —respondió de manera casi inaudible, sin ser capaz de mirarla.

—¿Qué hiciste, Jungkook? —interrogó alzando una ceja.

—Navy me gusta... creo.

Su mejor amiga suspiró llevándose la mano a la frente, sintiéndose algo estresada ante esa información. Conocía a Navy, ya que Jungkook la había invitado alguna que a otra vez a asistir a sus juntas o fiestas, siendo aceptada, aunque sabía que debía ser más que nada, no porque fuera mejor amiga de su capitán, sino por el hecho de ser hija del entrenador, lo que hacía también que fueran amables con ella y se cuidaran bastante sobre qué decir. Eso hizo que tuviera la oportunidad de conocer a las respectivas parejas de los compañeros de Jungkook, llegando así a Navy, con quien había cruzado alguna que otra palabra.

Pero a pesar de lo hermosa que se le hacía aquella rubia, no comprendía cómo a Jungkook había llegado a interesarle, ya que parecía ser muy tímida y no despegarse de Quinn. Estaba segura de que Navy no entraba en el tipo de mujeres que a su mejor amigo le interesaban. Al menos por las dos parejas que tuvo y ella pudo conocer.

—Encima te atreves a decir que crees —murmuró molesta—. ¿Qué has hecho? Dime.

—Solo... acercarme a ella en una fiesta —explicó masajeando su nuca—. Llevamos conversando por mensajes desde entonces.

—¿Ella te corresponde?

—No lo sé —respondió haciendo una mueca—. Eso lo hace peor, lo sé.

Hunter estaba masajeándose la frente, intentando procesar toda la información, pero Jungkook le acercó el vaso.

—¿Puedes servirme otro?

Podía notar sus mejillas sonrosadas, su intento de sonrisa, sus ojos pareciendo hasta algo pequeños a cómo normalmente se veían, pero sin perder el brillo, lo que hizo que decidiera llenar el vaso a otra vez.

—Gracias.

De un gran sorbo acabó el shot, pasando luego el pulgar por su labio inferior para limpiarse.

—¿Puedo quedarme esta noche en tu departamento?

—Está bien. No creo que estés en condiciones para conducir.

—Gracias. Si quieres te ayudo a abrir en la mañana, de paso buscaré mi coche.

—Oh, mañana se encarga Aiden de abrir.

—Pero de igual manera luego vendrás.

Asintió.

—Vamos. Ya debes estar cansado.

—¿Tú no?

—Claro, pero ahora debo cargar con el ebrio de mi mejor amigo —respondió con una falsa emoción mientras rodeaba la barra.

—Todavía estoy bien —aseguró levantándose.

Así Hunter lo ayudó a volver a colocarse el abrigo mientras escuchaba cómo le aseguraba estar bien.












(...)









Jungkook había soltado un suspiro de alivio cuando su cuerpo tocó el colchón, seguro de que no debía esforzarse para nada a dormir, porque en cuanto lo intentara, lo lograría. Aun así, medio giró, observando gracias a la poca claridad que entraba por la ventana cómo su mejor amiga estaba recostada a su lado con la intención de dormirse.

—¿Qué quieres? —su voz en la oscuridad sonaba quejumbrosa, haciendo sonreír a su mejor amigo—. Solo te diré una cosa... Si bien una vez que están en la pista dejan todo lo personal atrás, tú como capitán del equipo deberías inspirarles confianza, como siempre lo has hecho, así que con lo que estás haciendo con respecto a Navy solo logras arruinar eso y el vínculo que tenías con Quinn. Deberías pensar mejor lo que estás haciendo —aconsejó observándolo—. Siempre he admirado lo buen capitán que llevas siendo estos años, Jungkook.

Medio sonrió como Hunter lo hacía.

—Lo sé. He pensado en eso estos días. Arctic Blaze es demasiado importante para mí —confesó en casi un murmuro—. Es por eso que este golpe que me dio es una prueba de que lo solucionamos.

—¿Qué?

—Sí, esta noche nos reunimos más que nada para solucionar este problema. Quinn al principio no parecía querer escuchar, pero todos ayudaron un poco, y le dije que permitiría que me golpeara para descargar esa rabia y así poder hacer las paces —Hunter fruncía el ceño sin poder creerse lo que escuchaba—. Lo dije porque creí que no lo haría, pero de un segundo a otro estaba en el suelo. Golpea duro —soltó risotada, mientras rozaba con sus dedos la zona del golpe—. Pero sé que me lo merecía. Si bien no pasó nada entre Navy y yo, puedo decir que tuve la intención. 

—Eres un hijo de puta.

—Lo sé. Pero ya no volveré a hacer una mierda así.

—Eso espero. No quiero volver a verte golpeado.

—Supongo que me cegué por mi deseo de enamorarme —expresó llevando una de sus manos detrás de su nuca, mirando hacia el techo.

—No debes forzar nada.

—Lo sé. Pero a veces no puedo evitar preguntarme cuándo llegará esa mujer que me haga escuchar las campanas y sentir que es la indicada.

—Por Dios, qué cursi —comentó disgustada.

—¿No te gustaría vivir algo así?

—Definitivamente no. Pero tú tranquilo, ya llegará.

Una ligera risa salió de Jungkook, el cual luego respiró profundo mientras algunos pensamientos llegaban a su cabeza.

Hunts... Si pasara, si tuviera novia después de los años que pasaron, ¿no te pondrías celosa? —indagó frunciendo el ceño.

—¿Por qué lo estaría justo ahora cuando jamás lo estuve? —cuestionó riendo.

—Lo pregunto porque ya llevamos años solteros los dos —explicó algo avergonzado—. Ya estamos de nuevo acostumbrados a ser solo nosotros dos sin que nadie nos cause problemas con la amistad que tenemos.

—No. No me pasaría, así que quédate tranquilo —al escucharla tan segura de sus palabras, blanqueó los ojos—. Lo único que espero es que esta vez no seas un idiota, que cuando escuches esas campanas y toda la cosa cursi que dices, la pongas como prioridad.

—¿No te importaría ya no ser la primera para mí? —preguntó algo asombrado.

—Jamás me importó, y no me importará ahora.

—Carajo, no entiendo cómo podemos ser mejores amigos y ser tan diferentes.

Pudo escuchar la risa leve de Hunter, pero para él no era nada gracioso. Mientras pasaba la lengua por el interior de su mejilla, pensaba en esas dos relaciones que tuvo, las cuales terminaron en un fracaso y ellas odiándolo. Ambas se habían vuelto tóxicas, no solo por el hecho de que se la pasaban discutiendo, sino también por cómo llegó a ser controlado. Si bien la primera había sido mucho más, pero también estaba el hecho de que estaba apenas en sus diecinueve, viviendo todo con más intensidad. Además, empezó con aquella joven detestando desde el comienzo a Hunter, la cual estaba soltera en ese tiempo, logrando que ella desconfiara más de la relación de amistad.

¿Hunts?

—¿Ahora qué? —preguntó pareciendo algo cansada, quizás porque se mantuvieron por un buen tiempo en silencio y llegó a creer que ya podrían dormir.

—Si tú llegaras a tener novio, yo... me pondría muy celoso —confesó sintiendo su rostro arder, pero aun así se atrevió a medio girar a verla, ya que de igual forma no podría notarlo.

—No me digas —murmuró con ironía, medio girando también a verlo.

—Es que el pensar en que puedes tenerlo, que perderé el privilegio de ser el único que conoce tu lado dulce y cálido, que él hasta podrá conocerlo aún más, que ya no seré el primero para ti y pensarás en alguien más a quien llamar, me... molesta demasiado —expresó sintiéndose hervir aún más por la intensa mirada de su mejor amiga—. Siempre que pienso en eso, me odio porque me siento demasiado egoísta contigo, cuando tú has aceptado a cada mujer con la que he estado o intentado, pero no sé cómo desaparecer estos celos. 

Hunter suspiró, ya que era algo que aunque él jamás hubiera profundizado con ella, ni siquiera en las discusiones que tuvieron por sus celos cuando estaba en una relación, se lo esperaba.

—De todos modos no tienes que preocuparte, porque no habrá ningún otro hombre en mi vida.

—Sonaré más egoísta, pero eso me alegra —medio sonrió—. De hecho, algunas veces pienso en esa promesa que nos hicimos a los veintidós.

—Jungkook...

—Más ahora que estamos cerca de la edad, pienso que estaría bien si no encuentro a esa mujer que me haga enamorar, porque, de todas maneras, mi corazón estará seguro contigo, así como el tuyo conmigo.

—¡Por Dios, cállate! —exigió avergonzada—. ¿Por qué te has tomado en serio esa promesa?

—Cuando le conté a mi madre se puso feliz.

—¡¿Por qué se la contaste?! —cuestionó histérica, medio levantándose, por lo que Jungkook, que reía, hizo lo mismo y apoyó el peso en uno de los brazos.

—Bueno, teniendo veintiocho creo que es normal que mis padres hayan comenzado a preocuparse por mi soltería, más porque siempre imaginaron que serían abuelos jóvenes —opinó haciendo una mueca—. Pero hace unos días le dije a mi madre que no se preocupara, porque, si nadie llegaba, tendría asegurado que me case a los treinta.

—Oh, Dios, no volveré a verla.

Hunter se cubría el rostro con una de las manos mientras que Jungkook volvía a reír, inclinándose más hacia ella en un intento de apartarla.

—No digas eso. De hecho, creo que hasta nunca la vi tan feliz y esperando que su hijo siguiera soltero hasta esa edad.

—No digas estupideces.

—¿Te imaginas cómo seríamos como matrimonio?

—Ya, cállate. Se nota que has bebido, así que antes de que digas algo más de lo que puedas arrepentirte, duérmete —ordenó empujándolo, logrando que volviera a reír.

—Qué amargada —comentó recostándose otra vez.

—Y para que lo sepas y mañana te molestes contigo mismo, esto solo confirma que tú eres el más probable de enamorarte siendo mejores amigos —mencionó con cierta satisfacción, ganándose su indignación—. Ahora cierra la boca y duerme si no quieres terminar haciéndolo en la sala.

Solo por esa razón, Jungkook volvió a cerrar la boca, pero sin poder evitar comenzar a pensar en sus palabras. 

¿De verdad podría ser el más probable? Preguntarse eso lo llevaba a perderse en los recuerdos cuando él estaba en su última relación y Hunter en la primera, siendo quizás el motivo por el que su amistad con ella en el primer instante no hizo que su novia la viera como un problema y pareciera hasta agradarle la castaña. Pero al pasar el tiempo, darse cuenta de cómo se había distanciado Hunter debido a su relación, empezó a causarle una gran molestia, ya que seguía poniéndola en primer lugar, ocasionando así problemas en la suya. Discusiones tras discusiones, que de alguna manera acabaron llegando a su mejor amiga, también dándole problemas con su novio y que su amistad pareciera pender de un hilo, más cuando ella le recriminaba por no poner a su novia en primer lugar. Parecía estar bien con distanciarse mucho más, y aunque eso lo ayudara a que su relación mejorase y su novia pudiera quitar de su cabeza la sospecha de que podría tener sentimientos que iban más allá de una amistad por Hunter, no estaba para nada de acuerdo. No sabía cómo estar sin su mejor amiga.

¿Qué probabilidades había de que fuese cierto? Se lo preguntó fijando su mirada en Hunter que tenía sus ojos cerrados. 

Mordiendo su labio inferior, se acercó con cautela a ella, divisando su rostro en la poca claridad que entraba, sintiendo sus dedos picar ante el deseo de acariciarla, aunque había una voz en su cabeza que le gritaba que no sería correcto.

—¿Qué tanto me ves? —al escuchar su voz somnolienta, acabó sobresaltándose.

—Carajo, nada. Solo no podía dormir.

Frustrado, todavía sintiendo su corazón latir descontrolado, se cubrió mejor con el edredón, decidiendo voltear para darle la espalda, siendo consciente de cómo una presión parecía instalarse en su pecho. Estaba detestando esa sensación, aunque no comprendía el motivo de por qué estaba allí. Pero le preocupaba.











(...)











Hunter no dudó ni por un segundo en aceptar ir a la fiesta, por más que ese día terminó agotada, pero es que en los días que pasaron algo cambió con Tobiah, lo que la tenía pensativa. No sabía qué pudo pasar, si acaso hizo o dijo algo que le disgustara, porque si de algo estaba segura es que por lo que llegó a conocerlo no parecía ser el tipo de hombres que se aburriera y decidiera descartarla por ese motivo sin decir nada al respecto. Ni siquiera intentó algo que le diera a entender que quería apresurar las cosas o que solo la veía de manera sexual. Por lo tanto, quería verlo en la fiesta e intentar conversar.

Estaba apartada del grupo junto a Carly, ya que anteriormente estaba a un lado de Jungkook siendo parte de la conversación, pero al querer fumar decidió alejarse porque sabía que a su mejor amigo no le gustaba aquel humo y menos el olor.

—¿Crees que venga? —preguntó Carly.

—Sí lo hará. Le pregunté a Jungkook durante el camino.

—¿Y no sospechó nada?

—Es que estábamos hablando de que Rory y Zoe no podían, así que no sintió rara la pregunta —explicó antes de darle una calada al cigarrillo—. Dijo que vendría al rato porque hoy tuvo un día atareado.

Mmm... Es todo muy extraño —comentó haciendo una mueca—. Tobiah no parece del tipo de hombres imbéciles, porque, si así fuera, yo me habría fijado en él.

Medio sonrió ante su comentario, sintiéndose mejor consigo misma al no ser la única que tenía ese tipo de pensamientos respecto a él, ya que por momentos creía que volvía a ser esa Hunter que confiaba en los hombres y quería vivir una historia de amor, con la creencia ingenua de que podría ser amada de buena manera.

—Solo espero poder hablar con él y saber qué sucedió.

—Estoy segura de que te lo dirá. Quizá solo hubo una confusión o algo así —Se encogió de hombros, regalándole una sonrisa tranquilizadora—. De verdad no tienes idea de cuan feliz me pone que te estés dando una oportunidad de volver a arriesgarte, así que si resulta que es un imbécil, lo golpearé.

—Ya, tranquila. Tampoco estoy tan segura de que me guste tanto.

Hunter intentó sonreírle para que pudiera creerle, pero la verdad es que sí tenía algo de temor de haber vuelto a confiar y terminar decepcionada, aunque agradecía en parte que no haya pasado nada entre ellos y haber sido cautelosa. Y es que desde que la consoló en el baño por culpa de Jungkook, comenzó a sentir curiosidad por él, como ganas de acercarse más, ya que por el único hombre con el que se permitía mostrarse tan vulnerable y permitir que la consolara, era su mejor amigo. Pero con Tobiah se había sentido tan cómoda que terminó metiéndose en esa situación y ahora no sabía si arrepentirse o no.

Una vez que terminó el cigarrillo, volvieron con el grupo, ella siendo recibida con una sonrisa por parte de su mejor amigo que la incluyó pronto a la conversación. Así se mantuvieron conversando en el jardín y bebiendo tranquilos por un tiempo, hasta que Tobiah llegó provocando que la castaña sintiera un cosquilleo en su estómago, más cuando sus miradas se conectaron y él la saludó manteniendo la distancia, lo que hizo que una parte de ella se decepcionara, ya que él solía ser cariñoso con todos. Pero esa noche parecía estar algo diferente, por lo que Hunter y Carly compartieron mirada al haber notado lo mismo.

Eso hizo que decidiera beber, buscando así quitar un poco el estrés que estaba comenzando a sentir y que no podía ignorar, menos cuando el grupo comenzó a separarse. Carly consiguiendo alguien que llamó su atención. Pero al estar con Maya le hizo dar cuenta de que era un buen momento para que intentara hablar con Tobiah y saber qué cambió.

Al entrar lo buscó con la mirada, aliviándose de no ver a su mejor amigo cerca, ya que no quería que llegara a arruinar la situación por sus celos. Siguió buscando con la mirada a Tobiah, hasta que se detuvo al instante al encontrarlo, y no solo ni con alguno del grupo, sino con una pelinegra. Si bien mantenían cierta distancia y ambos bebiendo, notaba la manera en que ella le miraba y sonreía mientras él hablaba.

En eso pareció llamar su atención. Sus miradas se conectaron, y por más que Hunter intentaba disimular, estaba segura de que no estaba lográndolo, ya que Tobiah terminó desviando la mirada, pareciendo bastante tenso. Solo podía sentirse una estúpida por algún momento haber pensado en arriesgarse, por lo que volteó aunque sus piernas parecían no poder moverse para salir.
Ya no tenía interés alguno de seguir en la fiesta, porque por lo único que había aceptado pudo ver que no valía la pena, pero no sabía si Jungkook aceptaría que se fueran temprano. Sabía que si le decía que no se encontraba bien, no dudaría en hacerlo, pero tampoco quería decirle la razón y que terminaran en una discusión por los celos de él.

Suspiró frustrada con la mirada perdida y pasando la mano por la frente, pero en eso sintió cómo era tomada del brazo. Giró a verlo confundida, llegando a fruncir el ceño al ver un pelinegro que no conocía y era alto a comparación de ella.

—Vaya, eres aún más preciosa de cerca —habló con una sonrisa, observándola de forma detallada—. ¿Quieres bailar un poco?

—No —respondió apartando el brazo con la intención de alejarse, pero volvió a ser tomada.

—Vamos, no seas amargada —insistió—. Alguien tan preciosa como tú no debería serlo.

—Pues, lo soy y más con los idiotas como tú, así que déjame.

Hunter intentó volver a apartar su brazo, pero aquel hombre ejerció más presión al forcejear, logrando que con los movimientos bruscos sintiera su mano y parte del brazo llegar a humedecerse por la bebida que llevaba en el vaso.

Ups... Mira, para que veas que no soy idiota como piensas, bebe de mi vaso.

—¡Déjame en paz, carajo! —exigió empujando el vaso que le acercó con la otra mano, provocando que este cayera al suelo y él al soltarla y ver eso la mirase con las facciones endurecidas.

A pesar de sentir algo de temor por su manera de mirarla y cómo tenía la intención de acercarse más, le retenía la mirada, pero en eso aquel hombre fue empujado bruscamente mientras ella veía una espalda ancha interponerse entre ambos.

—¿Qué carajos crees que haces? —Jungkook se acercó más al pelinegro, el cual tuvo que levantar la cabeza por la diferencia de altura, mirándolo con algo de temor.

—N-nada... Solo quería invitarla a bailar.

—No vuelvas a acercarte a ella si no quieres que te parta el rostro, ¿me entiendes?

Asintió rápida y repetidamente, recibiendo otro empujón por parte de Jungkook, logrando que perdiera el equilibrio por un momento, pero saliera apresurado de allí. Hunter estaba aliviada de que, a pesar de no haberlo visto cerca, estuviera tan atento a ella y la ayudara en esa situación.
Él volteó, dándose cuenta de cómo las personas estaban atentas a ellos, pudiendo visualizar entre ellos a Tobiah que parecía haber tenido la intención de acercarse, por lo que se acercó más a su mejor amiga.

—¿Estás bien? ¿Te hizo algo? —preguntó preocupado, llevando la mano a su mejilla mientras se inclinaba hacia adelante.

—Estoy bien. Solo me manché con la bebida.

—Ven con nosotros. No te separes de mí, ¿está bien?

Jungkook pasó el brazo por sus hombros, apegándola a su cuerpo, dirigiéndose hacia el jardín trasero donde estaban Jimin y Maya.

—Vaya, hasta que apareces, Hunter —comentó Jimin.

—Ahora va a quedarse el resto de la noche con nosotros —informó Jungkook.

La castaña intentó sonreír, aunque no podía estar tan relajada como quería, ya que no solo la situación con aquel desconocido la tenía tensa, sino el recordar a Tobiah y la decepción que le provocó. Pero aun así intentaba concentrarse en la conversación, escuchando a Jungkook hablar de los entrenamientos porque Jimin le preguntaba al respecto y Maya también parecía interesada.

—Esta temporada tenemos que demostrar de lo que somos capaces y también llegar a la Semifinal —mencionó Jungkook—. Podríamos consolidarnos como uno de los mejores equipos de la Conferencia si logramos algo como eso.

—Van a lograrlo. Llevan pasando ronda tras ronda.

—Hunter me acompañará como en todos los partidos, ¿verdad? —preguntó con una gran sonrisa, ejerciendo algo de presión en el agarre, por lo que ella levantó la cabeza mirándolo también con una sonrisa.

—Claro, así como tú me acompañarás a la Conferencia en Houston la próxima semana.

Al notar cómo la sonrisa de su mejor amigo comenzaba a borrarse, frunció el ceño, sospechando que algo había sucedido y más cuando desvió la mirada.

—Bien... Todos vendrán al partido, ¿verdad? —preguntó algo tenso.

—Por supuesto. Le dije a Jimin que estaba emocionada —comentó Maya—. Las veces que he ido se me ha hecho muy entretenido, aunque es algo... violento.

—Es un deporte de contacto, así que es normal, linda —explicó Jimin.

—Lo sé, pero se me ha hecho más violento que los demás. A veces hay golpes y no detienen el partido...

Hunter dejó de prestarle atención a la conversación y hasta rechazó el beber con Jimin siendo el único que lo hacía de los cuatro, ya que Jungkook no podía hacerlo por el momento, además de que conduciría, y Maya lo hacía muy poco. Sus ganas de seguir allí solo disminuían, por lo que agradeció cuando su mejor amigo dijo estar cansado y tener que levantarse temprano para entrenar.











(...)











Durante el camino había buscado las llaves de su departamento para guardarla en uno de los bolsillos de su chaqueta, siendo observada con atención por su mejor amigo, que no comprendía su actuar. Iba con sus brazos cruzados, observando por la ventanilla y sintiéndose molesta, ya que desde que había mencionado la Conferencia notó una reacción demasiado extraña en Jungkook. Y el hecho de que no dijera nada al respecto, que continuara hablando del partido, solo hizo que sospechara más de él.

—¿Estás bien? —preguntó girando a verla por un momento.

—Sí.

—¿Es por ese imbécil que te molestó?

—Ya dije que estoy bien —recalcó histérica, girando a verlo.

—Por supuesto. Se nota.

Lo observó por un momento teniendo que morderse la lengua para no insultarlo, mientras que Jungkook la observó confirmando aún más que tenía razón en sospechar que no lo estaba.

—Ya, dime qué sucede, Hunts.

¿Por qué rayos actuaste así cuando mencioné lo de la Conferencia? —interrogó al instante, notando cómo su mejor amigo se tensaba al punto de llegar a apretar el volante—. Habla, Jungkook.

Escuchó cómo soltaba un suspiro, lo que solo le preocupaba más que pudiera fallarle.

—Lo siento. En verdad olvidé que este viernes tienes la Conferencia, pero es que con los partidos, el querer llegar a la Semifinal, se me pasó por alto y estuve de acuerdo con los del equipo y tu padre con viajar...

—¡¿Cómo pudiste olvidarlo?! —cuestionó histérica—. ¡Tú sabes lo nerviosa que estaba! ¡Cuánto dudé!

—¡Lo sé! Pero escúchame...

—¡Dijiste que estarías para mí para animarme a hablar!

—Yo lo sé, pero entiéndeme. Haremos ese viaje para conocer a Devin Seehorn —explicó algo emocionado—. Tú sabes cuánto lo admiro, aunque ya pasó tiempo de que se retiró.

—No puedes decirme eso. ¡¿Crees que me sentiré mejor?!

—¡Pero es que él podrá darnos buenos consejos! Estoy seguro de que nos ayudará bastante con los entrenamientos, con los partidos...

—Cállate —ordenó cruzándose de brazos—. No quiero escucharte más.

Jungkook suspiró frustrado mientras Hunter seguía indignada, ya que había dudado bastante en ir a Houston a dar una Conferencia sobre Gestión e innovación de restaurantes, pero su mejor amigo la había convencido de aceptar; hasta se ofreció a la noche anterior quedarse a dormir en su departamento para llevarla durante la mañana, acompañarla en la Conferencia y pasar el día allí. Eso hizo que hasta sintiera ganas de ir, por lo que aceptó sabiendo que tendría su apoyo y eso ayudaría a disminuir sus nervios, generándole más confianza. Pero, ahora, Jungkook le había fallado por olvidar en lo que quedaron.

Estaba decepcionada.

Una vez que llegaron se bajó rápidamente sin querer hablar o despedirse, lo que hizo que Jungkook también se bajara para seguirla, entrando junto a ella.

—Por favor, Hunter, escúchame —pidió por décima vez mientras las puertas del elevador se abrían.

—No. Déjame en paz.

—¡Por favor, entiéndeme!

No parecía tener intención en dejar de insistir, por lo que Hunter al estar tan histérica comenzó a buscar en su bolso las llaves de su departamento, deseando poder entrar de una vez y dejar de escucharlo.

—¡Solo cierra la boca de una vez! —alzó la voz, haciéndole sobresaltar. Ni ella misma se había esperado reaccionar de esa manera, pero el no poder siquiera encontrar las llaves y que no se callara no le ayudaba para nada—. Me fallaste, Jungkook, así que solo vete. No quiero escucharte más.

Se acercó a la puerta mientras continuaba buscando las llaves, pero terminó jadeando sorprendida cuando Jungkook la tomó del brazo haciéndola voltear y que chocara la espalda contra la pared.

—Sí, admito que estoy fallándote y no me gusta tener que hacerlo por primera vez, pero no voy a irme hasta que arreglemos esto —habló firme mientras se inclinaba hacia ella.

—Pues, tendrás que hacerlo porque no pienso continuar escuchándote. Seguir viéndote y tu forma de actuar solo me están haciendo molestar más.

Tuvo la intención de volver a acercarse a la puerta, pero Jungkook colocó la mano en la pared mientras se acercaba más a ella, la cual lo miró entre sorprendida y asustada. Su mejor amigo se preguntaba si acaso ella también estaba sintiendo, por primera vez, algo inusual en el ambiente, algo que le provocaba cierta adrenalina, al punto de que sus latidos estaban acelerándose. Pero no podía evitar seguir sus impulsos.

—¡¿Qué haces?! —preguntó histérica, llevando ambas manos a su pecho—. ¡Aléjate, idiota!

—Deja de gritar que vas a despertar a tus vecinos.

—¡Entonces, aléjate y déjame entrar de una vez a mi departamento, idiota!

—¿Sabes algo? Si sigues actuando así de histérica solo harás que siga mi impulso de mandar al carajo la amistad y te bese para que te calles —advirtió por lo bajo mientras ella abría los ojos a la par.

—¿Q-qué dices? Deja las malditas bromas...

—¿En verdad te parece que estoy bromeando, Hunter? —preguntó acercando más sus rostros, rozando sus narices.

Hunter no podía reaccionar. Se sentía incapaz de moverse y más por la manera en la que el tibio aliento de Jungkook chocaba contra sus labios. No podía creerse para nada tener a su mejor amigo de esa manera, ni siquiera recordaba alguna vez que hayan estado de esa forma, ni cuando le había robado un inocente beso a los doce y a los veintidós, lo que estaba logrando que sus latidos se aceleraran, dándose cuenta de que el suyo estaba igual al seguir teniendo las manos en el firme pecho de él.

Se encontró con su mirada oscura que parecía pedirle permiso, pero no era capaz de responder. Por más que se esforzara nada salía de su garganta, por lo que solo cerró los ojos con fuerza al pensar cómo esa situación estaba mal, pero aun así los labios de Jungkook se posaron sobre los de ella con una suavidad que la hizo estremecer.

¡Hola!

¿Qué les pareció esta primera parte? ¿Qué opinan de Jungkook y Hunter? ¿Qué creen que haya pasado con Tobiah para que se alejara de Hunter? ¿Qué esperan que pase con Hunter y Jungkook en la siguiente parte con el beso que él le dio? ¿Creen que vaya a corresponderle? ¿Le tienen fe a este Two shot? Esta vez que no quería hacer un JK que sea bastante Green flag como el de Asexual o Lesbian, quería diferenciarlo, sobre todo con el de Lesbian, dándole un toque de Red flag al hacerlo algo egoísta y bastante celoso, pero siendo él consciente de eso, además de que no sea de dudar por X motivo, sino más de tomar la iniciativa rápido.

Espero que les haya gustado esta primera parte, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos el viernes con la parte final!

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