SEGUNDA PARTE

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Se encontró con su mirada oscura, cómo parecía pedirle permiso, pero no era capaz de responder. Por más que se esforzara, nada salía de su garganta, por lo que solo cerró los ojos con fuerza al pensar cómo esa situación estaba mal, pero aun así los labios de Jungkook se posaron sobre los de ella con una suavidad que la hizo estremecer.

En un principio todo iba bien, sorprendida por la manera en que la besaba con suavidad, pero cuando le pidió acceso a su cavidad bucal, aquella suavidad cambió por completo. La besaba con una intensidad como si hubiera reprimido el deseo de besarla por mucho tiempo.

Por un momento rompieron el beso, ella aprovechó para recuperar el aliento, siendo invadida por los pensamientos de qué debería decir, pero Jungkook volvió a besarla con la misma intensidad, llegando a ser rudo, aprovechando que había abierto la boca para así introducir su lengua. Hunter hizo un sonido involuntario con la garganta, sintiendo cómo sus piernas parecían debilitarse, lo que la llevó a pasar los brazos por los hombros de él, empuñando su cabello mientras intentaba seguirle el ritmo.

Estaba siendo invadida por sensaciones que jamás esperó que pudiera provocarle su mejor amigo, aun así estaba dejándose llevar, sintiendo cómo apegaba más sus cuerpos, pero eso no parecía ser suficiente para ninguno. Jadeó sorprendida, rompiendo el beso cuando la mano de Jungkook bajó a su pierna para enrollarla en su cadera, apegando así más sus cuerpos. Quiso decir algo al respecto, pero fue interrumpida otra vez por sus labios, y estaban sintiendo tan adictivos sus besos que no podía evitar corresponderle, llegando a succionar su labio inferior. El escucharlo gruñir pareció motivarla más al punto de inconscientemente buscar frotar sus cuerpos, sintiendo cómo un escalofrío recorría su espina dorsal al darse cuenta del bulto en sus pantalones.

El sentir sus caricias por su piel desnuda, la forma en que levantaba su vestido, estaba haciéndola cegar, pero aquel bulto hacía que el pensamiento de que estaba mal volviera a su cabeza, aunque cerrara los ojos con fuerza por cómo los dedos de Jungkook rozaban su entrepierna, haciéndole desear que subieran un poco más.

—J-Jungkook...—llegó a murmurar entre besos—, tenemos que parar. Está mal.

Sus dedos llegaron a rozar la delicada tela de sus bragas, ejerciendo luego cierta presión, que no pudo ser capaz de reprimir un gemido.

—Dices que está mal, pero ¿qué sucede justo aquí? —Una sonrisa burlona apareció en su rostro mientras ella sentía su rostro hervir por cómo comenzó a hacer movimientos circulares lentos—. ¿Crees que no puedo darme cuenta? Estás tan excitada como yo lo estoy —expresó rozando sus narices, llegando a morder su labio inferior al notar cómo iba humedeciéndose más—. Entonces, ¿por qué no nos olvidamos por un momento de la amistad y nos dejamos llevar por el placer, Hunter?

Solo fue capaz de responderle volviendo a juntar sus labios, escuchándolo gemir satisfactoriamente al comprender cuál era su respuesta. Así, el dedo del medio de Jungkook terminó abriéndose paso por sus pliegues al hacer a un lado sus bragas, provocando que las cálidas paredes de Hunter reaccionaran de inmediato y contrayéndose.

—Tócame —pidió entre besos—. Por favor, tócame tú también. Tócame, Hunter.

El que fuera evidente cierto desespero, hizo que no dudara en obedecer, intentando con sus torpes manos, debido a los nervios, abrir el cinturón y desabrochar su pantalón. Jungkook la ayudó a bajar lo suficiente su pantalón junto a su bóxer, liberando así su miembro erecto con la punta rosada que brillaba por el líquido preseminal. Hunter tragó con fuerza mientras observaba con los ojos abiertos a la par, al darse cuenta de la situación, ya que nunca creyó poder ver a su mejor amigo de esa forma, pero él le tomó la mano para llevarla a su miembro.

—Ayúdame un poco, ¿sí?

Sus respiraciones en medio del beso iban volviéndose cada vez más pesadas, Jungkook volviendo a retomar los movimientos de sus dedos en el interior de Hunter, la cual pasó la palma de su mano por el glande, esparciendo así el líquido preseminal por la base, comenzando los movimientos. El de los dedos del pelinegro estaban volviéndose torturadores para la fémina, que provocaban sonidos obscenos gracias a la humedad.

—N-no deberíamos estar haciendo esto aquí —mencionó con algo de dificultad, llegando a gemir mientras él pegaba los labios a su mandíbula—. Si alguien llega...

—¿Quién puede llegar? —su voz salió profunda—. Tus vecinos son solo ancianos que dudo que salgan de fiesta para llegar a estas horas.

Jungkook soltó una leve risa, haciéndole jadear al sentir cómo luego mordía la piel de su cuello, por lo que ella aumentó los movimientos de su mano, escuchándolo gruñir.

—Mierda, así, Hunts —dijo en casi un suspiro—. Sigue haciéndolo así.

—Entonces, deja de hacerlo tan lento, maldito idiota.

Pudo escuchar que de nuevo reía, lo que le hizo cerrar los ojos mientras inclinaba la cabeza hacia atrás, preguntándose cómo es que la risa de su mejor amigo, en ese momento, podía llegar a excitarla más.

Quería luchar contra sí misma para no demostrarle cómo el placer de su toque estaba llegando a hacerla derretir, pero la desesperación y excitación de ambos solo aumentaban. Jungkook la obligaba de alguna manera a que ambos se mirasen, cómo eran incapaces de mantener sus bocas cerradas de donde salían gruñidos tanto como gemidos, motivándose a aumentar los movimientos para llevar al límite al otro.

Ambos sabían cómo hacerse sentir bien.

Hunter llegaba a mover sus caderas, presa de las sensaciones que le provocaban, sintiendo un cosquilleo en su vientre. Se sentía tan bien que con su mano libre empuñó el cabello de su mejor amigo que mordía su labio inferior, buscando contenerse a pesar de que ver a su mejor amiga hecha un lío por él estaba excitándolo incluso más.

Justo cuando pensaba que no podría más, el pulgar de Jungkook comenzó a darle atención sin parar a ese punto tan sensible e hinchado, logrando así que no pasara mucho cuando terminó retorciéndose en su mano, aferrándose a él con fuerza mientras soltaba un gemido liberador.

Él seguía acariciando aquella zona mientras que Hunter intentaba no detener los movimientos de su mano por más cansada que se sintiera, no solo por llevar rato así, sino también por el intenso orgasmo que tuvo. Pero, de todas maneras, no pasó mucho tiempo cuando sintió un líquido tibio y espeso en su mano mientras Jungkook gruñía, subiendo la mano que estaba en su trasero a su cintura, aferrándose a su cuerpo y enterrando el rostro en el hueco de su cuello.

Al lograr recuperar un poco el aliento, Jungkook se separó, bajando con delicadeza su pierna y apartando su mano, observando la de ella que estaba manchada por su semen.

—Mierda, lo siento. Puedes... Puedes limpiarte con mi chaqueta —habló nervioso con la intención de quitársela, pero Hunter con su otra mano lo detuvo.

—No. Tengo el baño aquí.

—Oh, sí, cierto —musitó con su rostro ardiendo, acomodando su ropa.

—Solo necesito encontrar la llave.

La había escuchado decir por lo bajo, mientras se inclinaba hacia adelante para tomar su bolso.

—La tienes en el bolsillo de la chaqueta.

—¿Qué?

Ella giró a verlo con sus mejillas sonrosadas, mientras que él medio sonrió, pensando en lo tierna que se le hacía. Al ella reincorporarse, decidió acercarse notando cómo no era capaz de retenerle la mirada, menos por la cercanía al meter la mano en uno de los bolsillos, sacando la llave para luego acercarse a la puerta e introducirla en la cerradura para abrirla.

—¿P-por qué no me lo dijiste antes?

—Hubieras aprovechado para cerrarme la puerta en el rostro. Te conozco demasiado, Hunts.

—Cierto —carraspeó la garganta mientras se acercaba, pasando por su lado para quitar la llave con su mano limpia—. Mmm. Adiós, Jungkook.

No logró decir nada, ni siquiera llegó a reaccionar cuando Hunter le cerró la puerta en el rostro, escuchando luego cómo le ponía llave.

¿Lo sucedido segundos atrás pudo haber arruinado su amistad? No podía evitar preguntárselo mientras se llenaba de temor.












(...)













Jungkook y Rory se encontraban en la casa de Jimin, esperando que los demás llegaran. Estaban en la cocina, los dos últimos mencionados, bebiendo cerveza y comiendo los snacks servidos que debían llevar a la sala, al contrario del pelinegro que estaba dándole un sorbo al agua, perdido en sus pensamientos, algo que le sucedía seguido y llevaba unos días dificultándole un poco el entrenamiento por más que intentaba concentrarse.

—Como Jungkook —mencionó alzando la voz, Jimin, logrando llamar su atención.

—Ya, ¿qué rayos te pasa hoy que no nos prestas ni un poco de atención? 

Jungkook apretaba la mandíbula, negándose a querer decirlo, pero sus mejores amigos estaban insistiéndole con la mirada, haciéndole saber que nada de lo que pudiera intentar funcionaría para que se olvidaran.

—¡Me gusta Hunter! —exclamó dándose por vencido—. ¡Me gusta Hunter! ¡Me gusta demasiado Hunter! —repitió histérico, comenzando a caminar por la cocina, cubriéndose el rostro con las manos, para luego soltar un suspiro—. Oh, Dios, ¡¿cómo puedo tener estos sentimientos por mi mejor amiga?! ¿Qué hago?

Volteó buscando respuesta por parte de sus mejores amigos, pero ellos estaban atónitos. Compartieron miradas como si buscaran confirmar que estaban de la misma manera porque escucharon lo mismo, hasta se les dificultaba procesar la información.

—¿Qué carajos...? Es decir, ¿desde cuándo te gusta? —indagó curioso, Jimin.

—¡Yo qué sé!

—Pero ¿estás seguro de que... Hunter? 

—¿A qué viene esa pregunta? —cuestionó comenzando a molestarse.

—Oye, si bien no tiene la mejor personalidad, pero no puedes negar que es atractiva —replicó Jimin, llevándose una mirada amenazante de Jungkook—. ¡Solo tengo ojos para Maya, lo juro!

—No lo digo por eso, par de idiotas —aclaró frustrado—. Lo digo porque la conoces desde niña, sabes todo y debes haber visto de todo, además que sí, su personalidad...—Hizo una mueca—. ¿En verdad puede llegar a gustarte alguien tan histérica y con mal carácter, que a la mínima cosa que digas que no le guste, explota?

—Eso es lo que más me gusta —confesó con la mirada perdida, sonriendo de manera inconsciente—. El otro día, al verla así y por mi culpa, por primera vez seguí mi impulso, y...—Frunció el ceño, sin poder continuar—. Hace calor, ¿no?

Se acercó a una de las ventanas, abriéndola, disfrutando de cómo entraba la brisa fresca, que de alguna forma le ayudaba al sentir su rostro hervir por pensar en aquella noche, mientras que sus mejores amigos compartían mirada de confusión.

—Espera, ¿eso significa que te follaste a Hunter? —preguntó asombrado, Jimin.

Negó con la cabeza.

—No. Eso no les importa.

—¿Fue un beso?

—No voy a darles información.

—Entonces, ¿qué quieres de nosotros? —frunció el ceño, Rory.

—Que me digan qué puedo hacer —respondió apoyando los brazos en la isla de la cocina—. Estos sentimientos son muy intensos, ¿saben? 

—¿Quién lo diría? —Jimin soltó una risilla.

—No sé cómo manejarlos, y ni siquiera me siento preparado para volver a verla hoy. Estoy muy nervioso.

—¡Qué tierno!

—Ya, Jimin, ayúdame.

—No podemos ayudarte como es debido si no nos das algo de información —refutó Rory, compartiendo mirada cómplice con Jimin que asintió estando de acuerdo.

—Olvídenlo.

—Pero...

Rory quiso insistir, pero en eso escucharon el timbre, por lo que Jungkook los miró asustado y Jimin le murmuró que se relajara y actuara normal. Los tres se dirigieron a la puerta, tomando los snacks y las bebidas para dejarlas en la pequeña mesa rectangular, el más bajo apresurándose a abrir la puerta, permitiendo que las cuatro mujeres entraran y saludasen. Jungkook, al ver a sus amigos saludar cariñosos a sus novias, se apresuró acercándose ilusionado a la castaña, pero solo le sonrió a medias pronunciando un "hola" por lo bajo, lo que hizo que se decepcionara. Al dirigirse a tomar asiento junto a Carly, se dio cuenta de que sus mejores amigos estaban atentos a ellos, mostrándose algo compasivos con él, por lo que blanqueó los ojos. Estaba arrepintiéndose de haberles contado.

Así los minutos fueron pasando, y aunque todos estaban atentos viendo en la televisión el partido de rugby, Jungkook, que siempre solía ser el más emocionado, ahora no podía quitarle la mirada de encima a Hunter. Hubo momentos en que ella parecía notarlo, dirigiendo su mirada hacia el sofá más pequeño donde estaba sentado él, que algunas veces llegó a apartar la mirada, pero en otras fue atrapado. Se sentía demasiado estúpido, pero es que no comprendía cómo ella parecía actuar con tanta normalidad con los demás, ignorándolo, cuando lo normal sería que estuvieran sentados juntos, comentando sobre el partido, él explicándole algunas cosas que ella podría no entender.

Extrañaba cómo eran antes.

Ahora se encontraba en la cocina, preparando algunos tragos junto a Jimin, a pesar de que él no bebía. Su mejor amigo parecía disfrutar de tener que probarlos primero, y el pelinegro se sintió satisfecho cuando Zoe y Rory dijeron que les gustaba.

—¿Aquí preparan trago? —Hunter asomó la cabeza.

Jungkook, al escuchar esa voz, sintió cómo su corazón parecía querer escapar de su pecho.

—Aquí tienes a tu bartender —apuntó Jimin, dándole un pequeño empujón a su amigo, logrando que reaccionara.

—¿Q-quieres uno? 

—Por favor.

—Tienes suerte. Jungkook acaba de prepararme uno, pero te lo daré.

—¿Y tiene nombre? —preguntó divertida.

—C-claro, ya sabes que pienso todo —asintió algo avergonzado.

—¿Y cómo se llama?

Curiosa miraba el trago preparado por su mejor amigo, mientras Jimin miraba de la misma manera a Jungkook, dándole un toque con el codo para que respondiera.

—Oh, digamos que me inspiré un poco en el trago "Sex on the Beach", así que decidí ponerle "Sexo en la puerta del departamento" —respondió con una sonrisa mientras que Hunter, que le estaba dando un sorbo a la bebida, acabó escupiéndola.

—Es demasiado largo ese nombre, ¿no? —preguntó riendo nervioso, Jimin—. Tienes que pensar uno mejor, JK.

—¿Estás bien? —Jungkook centró su atención en Hunter que seguía tosiendo, dejando el vaso en la isla para limpiar sus labios con el dorso de su otra mano—. Hunts...

La fémina levantó la mirada, lo que hizo que el pelinegro se tensara al notar cómo parecía intentar contener la rabia, haciéndole dar cuenta de que lo había arruinado.

Jimin tiene razón. Deberías pensar uno mejor.

Sin más, dio media vuelta para salir de la cocina mientras que él se inclinaba hacia adelante, apoyando las manos en la isla, soltando un gran suspiro de frustración.

—¿Le pusiste ese nombre por lo que pasó entre ambos?

—Te dije que no les daría información de lo que pasó.

—No, pues qué inteligente eres —comentó irónico—. Sin decirnos, lo dijiste todo con el nombre de ese trago.

—Cállate.

—Eres experto, pero experto en cagarla.

—Ya, dime algo que no sepa. Me puse muy nervioso, no sé —explicó cubriéndose el rostro con una de las manos—. No hago nada bien.

Estaba demasiado molesto consigo mismo, preguntándose qué podría hacer para arreglar la situación, cuando Hunter, que parecía atreverse a volver acercarse a él, lo único que hizo fue ahuyentarla otra vez. No entendía cómo se le pudo ocurrir hacer algo así tratándose de Hunter, ya que con ella sí solía pensar en lo que hacía, sabiendo que una broma no era una buena idea en una situación como en la que estaban, pero sus nervios le ganaron.

Ahora solo quería buscar la manera de que pudieran tener la oportunidad de hablar, por lo que luego de un rato decidió volver a la sala, frunciendo el ceño al ver a Rory con Zoe y a Maya que se acercó a Jimin que estaba a su lado.

—¿Y Hunter? —preguntó llamando la atención de las parejas.

—Oh, Hunnie fue al baño con Carly.

—¿Por qué irían juntas?

—Hunter está ayudándola a maquillarse —explicó con obviedad, Zoe—. La cita de Carly va a pasar a buscarla ahora.

—Espero que esta vez tenga suerte —comentó Jimin, pasando el brazo por la cintura de Maya que asentía.

—Iré a buscar a Hunter.

Jimin pareció estar de acuerdo con su decisión, por lo que se dirigió al pasillo, observando que la puerta del final estaba entreabierta, permitiendo que se viera la luz encendida. De allí provenían algunas voces como risas, por lo que se acercó curioso.

—Vas a verte más hermosa de lo que eres —aseguró Hunter—. ¿Cómo dijiste que se llama?

—Nyle.

—Bueno, Nyle va a sentirse afortunado de que hayas aceptado tener una cita con él —Carly soltó una ligera risa.

—Gracias por levantarme la autoestima, porque, no te he enseñado foto, pero él es demasiado atractivo. Siento que podría haberse fijado en cualquier otra mujer que sea más linda, más delgada o...

—No digas eso, Carly —reprochó—. Tú eres hermosa. Mírate.

Jungkook pensó en entrar, ya que volvieron a estar en silencio, aunque escuchó una ligera risa por parte de Carly, pero la voz de Hunter lo detuvo.

—¿Cómo lo conociste?

—Por medio de Jasmine.

—¿Jasmine? ¿Jasmine Bennett?

Al escuchar ese nombre, Jungkook abrió los ojos a la par.

—Sí, ¿por qué? ¿La conoces?

Una risa amarga pudo escucharse por parte de Hunter.

—¿Sí?

—Pude conocerla bastante podría decirse.

—¿Cómo?

—¿Por quién crees? —preguntó con cierta ironía—. Claro que por parte de Jungkook.

—Oh, ¿Jungkook estuvo con Jasmine? —indagó asombrada—. Qué extraño. Ella fue muy dulce conmigo, hasta me sorprendí por eso, más que nada porque estuvo dispuesta al segundo a darme el número de Nyle, y me dijo que debíamos juntarnos todos alguna vez.

—Lo fue porque claramente no estuvieron.

—¿Qué...?

—Cuando Jasmine estaba saliendo con alguien, solía venir a mi trabajo, y así la conoció Jungkook —explicó mientras Jungkook se mordía el labio inferior, recordando esa tarde—. Me pidió que lo ayudara a acercarse más a ella, pero le dije que tenía pareja, así que me insistió en que entonces me volviera su amiga y le hablara de él.

—Oh, lo hiciste y por eso ahora que está soltera parece tan interesada en conocer el grupo, ¿verdad?

—Claro que no lo hice.

El pelinegro arrugó el rostro, ya que recordaba que las pocas semanas que duró su interés en Jasmine, Hunter le aseguraba que le hablaba de él, pero que al tener pareja era muy difícil.

—¿Por qué?

—Al conocerla más, decidí ayudarla.

—¿Ayudarla?

—Jungkook es un idiota en cuanto a lo de una relación se trata, Carly —respondió con obviedad—. Además, me estaba agradando bastante, así que no quería arruinar eso cuando llegara a desagradarle por culpa de él por no saber darle su lugar.

—Creí que era por celos.

—¿Celos? ¿Celos de qué, por Dios? —cuestionó riendo histérica—. Jungkook es solo mi mejor amigo. No es para nada mi tipo. Jamás me podría interesar alguien que busca conquistar, para que cuando logre follarte se dé cuenta de que no le interesas lo suficiente porque no le hiciste escuchar esas campanas que tanto nombra, y si de casualidad le sigues interesando, jamás tendrá la suficiente responsabilidad afectiva, ni te dará seguridad. Es como cualquier hombre, así que no. No podría ser jamás mi tipo.

Aquello fue suficiente para que Jungkook acabara empujando la puerta, llamando la atención de ambas jóvenes, Hunter llegando a abrir los ojos a la par.

—¿Eso es lo que piensas de mí, Hunter? —interrogó alzando una ceja—. ¿Eres mi mejor amiga y piensas así de mí cuando me conoces más que nadie? ¿En verdad no soy tu tipo?

—Jungkook...

—Vete al carajo.

Salió histérico, apresurando el paso, mientras que Hunter, aún intentando reaccionar, observó a su mejor amiga, la cual medio sonrió.

—Creo que deberías hablar de una vez por todas con él. 

—Mierda —masculló entregándole el rimel, para luego salir del baño—. ¡Jungkook! 

Hunter apresuró el paso, todavía llamando a su mejor amigo, el cual capturó la atención de las parejas al salir dando un portazo.

—¡Ven aquí! ¡Jungkook!

Hunter no era capaz siquiera de sentir vergüenza por las miradas de confusión de sus amigos, cuando en otra situación sí sería así, pero tampoco podía escuchar los pasos de su mejor amiga.

—Sí, hay pelea de matrimonio —comentó haciendo una mueca, Carly, mientras que Hunter salió sin prestarle atención.

—En verdad parecen una pareja que llevan unos cuarenta años de casados —opinó Maya—. Siempre se la pasan peleando.

—¿Qué sucedió ahora? ¿Por qué la pelea? —indagó Jimin.

—Parece que esta vez Jungkook va a confesarle que le gusta —Carly sonrió satisfecha.

—¡¿Qué?! ¡¿Ya lo sabían?!

—Por Dios, esto es obvio desde que Jungkook terminó su relación con Olivia por no soportar el distanciamiento con Hunter.

—Es cierto. Hasta yo lo noté, amor.

Mientras tanto, Jungkook se encontraba en la acera, tomando una bocanada de aire profunda, deseando que eso pudiera ayudarle, aunque las lágrimas estaban asomándose. Y es que le dolía, porque había pensado en mil maneras de llamar su atención, pareciendo un niño ansiando el abrazo de su madre, teniendo la esperanza de poder llegar a ser correspondido, acabando la noche luego de haber sido ignorado, ahora también sabiendo lo que opinaba de él y que no era su tipo.

—¡Jungkook! ¡¿Qué rayos te sucede?!

Empuñaba las manos con fuerza, deseando poder ignorar sus gritos para poder seguir callando esos sentimientos, ya que ahora sabía que el que los supiera no traería nada bueno.

—¡Estoy hablándote! ¡Deja de ignorarme! —exigió acercándose—. No debí haber dicho todo. Fui una estúpida. Tú eres muy especial para mí. Lo siento, ¿sí?

—Eres mi mejor amiga...—mencionó volteando a verla.

Hunter se acercó aún más mientras las comisuras de sus labios se elevaban en una sonrisa, tomando sus manos al relajarse por escuchar esas palabras, ya que temía haber arruinado todo con lo que se atrevió a decir. Pues, estaba arrepentida de no haber pensado antes de hablar, comparándolo con lo demás hombres, cuando ella lo creía especial.

—Por supuesto. Solo... disculpa a esta idiota, hablemos bien las cosas y sigamos siendo Jungkook y Hunter, ¿sí? —pidió sonriente, buscando su mirada, ya que él tenía la cabeza gacha.

—Y te amo.

—Sabes que yo también te amo a ti —murmuró con suavidad.

—Pero hace tiempo he dejado de verte de esa manera —expresó con la voz ahogada, levantando la mirada, permitiendo que viera sus ojos brillosos por las lágrimas.

—¿Q-qué? ¿A qué te refieres? —interrogó tensa, llegando a ejercer presión en el agarre de sus manos.

—Eres mi primer pensamiento al despertar y el último al dormir, ya ni siquiera puedo concentrarme en lo que hago porque tú no dejas de aparecer en mi cabeza. Solo me siento ansioso todo el tiempo porque eres mi mejor amiga y sé que puedo arruinarlo todo —explicó rápidamente sin siquiera respirar, mientras Hunter lo miraba atemorizada—. Oh, Dios, ahora mismo estoy tan jodidamente nervioso. Estoy asustado porque... Estoy enamorado de ti, Hunter.

—¡No! ¡Dime que es otra de tus bromas pesadas! —exigió histérica, apartándose—. ¡Por favor, dime que es mentira! Retráctate.

—No lo es.

—¡¿Por qué me haces esto?! ¡Tú eres mi mejor amigo! ¡El único en el que puedo confiar!

—Lo siento —sollozó bajando la cabeza—. Lo siento.

Jungkook llevaba semanas desde que había sido capaz de entender sus sentimientos, llenándose de temor, motivo por el cual intentó guardar su amor por ella en él, pero parecía ser tan grande que su pecho no bastaba. Solo se escapaba de donde sea que intentase guardarlo.

Hunter estaba indignada, histérica, molesta. Tenía tanto que decir. Quería seguir reclamándole, rogarle que le dijera que era mentira, porque era hasta capaz de creerle si le decía que había bebido, y a la misma vez quería poder huir, buscar distanciarse lo más que pudiera. Pero verlo así, frente a ella, llorando desconsoladamente mientras se cubría el rostro con una mano, pareciendo tan pequeño como nunca imaginó poder verlo, hizo que su corazón diese un vuelco y se acercara.

—Te dejaré en tu departamento. Vamos.

Jungkook quería poder negarse, ya que sabía que sus amigas podrían esperar por ella para que las llevara de regreso, pero no podía dejar de llorar y menos al sentir su mano posándose en la parte baja de su espalda, ejerciendo algo de presión para que empezara a caminar hacia su coche.

Le abrió la puerta del copiloto para que subiera, lo cual hizo apartando la mano por un momento para subir. Así, durante el camino, en los largos minutos que pasaron, Jungkook logró calmar su llanto. Lo único que podía escucharse era la forma en la que sorbía su nariz mientras observaba por la ventanilla, sin atreverse a decir palabra alguna, así como tampoco Hunter al no querer que volviera a romper en llanto por su culpa.

Una vez que llegaron, ella giró a verlo, esperando que alguno de los dos pudiera decir algo primero, rogando que fuera él y pudieran conversar más tranquilos, que se diera cuenta de que era un error. Una atracción momentánea por el momento que tuvieron en su departamento donde ambos la pasaron bien. Pero, para su sorpresa, Jungkook se bajó ejerciendo más fuerza de la necesaria al cerrar la puerta, para luego dirigirse hacia el edificio donde vivía.












(...)









Unos pocos días pasaron desde la confesión de Jungkook, deseando poder volver el tiempo atrás y callar esos sentimientos, ya que desde entonces no había vuelto a verla ni tampoco a hablar. Sabía perfectamente que eso era algo que debió esperar, más luego de lo que pudo escuchar en el baño. Pues, aunque él no estaba pasándola nada bien, le preocupaba pensar en cómo podría estar ella. Y es que al tratarse del amor todo se complicaba demasiado para Hunter, por lo que estaba detestándose al pensar en que solo logró decepcionarla, cuando lo que más quería era que, al igual que Víctor, él pudiera ser otro hombre del que sintiera admiración.

No quería que lo viera como a los demás por los cuales sentía disgusto, razón por la que siempre pensaba en cómo actuar, sin contar sus bromas pesadas. Siempre se había esforzado demasiado por demostrarle que podía confiar, que siempre estaría primera para él y que era merecedor de su cariño.

Al ser otro día en el que estaba deprimido, que nada le ayudaba, teniendo que luchar contra su impulso de escribirle cada vez que tomaba su celular, sabiendo que lo mejor era que ambos pudieran pensar las cosas con la cabeza fría para poder hablar con tranquilidad, decidió después de su entrenamiento ir a la casa de sus padres para almorzar con ellos, esperando que eso pudiera animarle un poco. Había querido también poder ser capaz de disimular, pero se trataba de sus padres, por lo que antes de siquiera poder comer, les confesó sobre sus sentimientos y la situación con Hunter, sin dar muchos detalles.

—Todavía me cuesta creerlo —mencionó su madre, Woorim, limpiándose con delicadeza con una servilleta los labios. Jungkook solo hizo una mueca.

—Creí que se tardaría un poco más —comentó riendo su padre, Seokhoon, por lo que frunció el ceño—. Solo faltaba que lo supieras tú, hijo.

—No entiendo cómo pudieron saberlo antes que yo.

—Pero ¿cómo fue que te diste cuenta? —indagó su madre.

—No lo sé. Solo... Muchas veces he llegado a replanteármelo —confesó algo avergonzado—. Pero por una discusión que tuve por mis celos al saber que a ella podría interesarle un amigo nuestro, me di cuenta de que mis sentimientos habían evolucionado, solo que no podía notarlo por siempre repetirme que solo era mi mejor amiga,  además que tenía miedo. No lo sé.

Si había algo que aprendió de sus padres, era a poder hablar abiertamente de cómo se sentía, a ser comunicativo, a ser alguien demostrativo, y eso, por más que muchas veces lo llevara a alguna situación incómoda, estaba demasiado agradecido.

Su mirada se dirigió a su madre, la cual le sonreía con dulzura.

—¿Qué puedo hacer? Ya lo arruiné.

—¡Claro que no! Hunter no te ha dicho nada —se apresuró a decir, Woorim, mirando a su esposo por un momento, que asintió estando de acuerdo.

—¿Cómo es que se llama esa banda de la que siempre te quejas de que le gusta a Hunter?

—¿The White Devils?

¡Sí, esa! Escuché que tocan esta noche —comentó tomando su copa con vino—. ¿Por qué no compras boletos y la llevas? Puede ser una buena cita llevarla a ver su banda favorita.

—¿Aunque sepa que los odio?

—¡Por supuesto! Eso solo va a demostrarle que la quieres de verdad —aseguró asintiendo con la cabeza—. Ahora es Hunter la que necesita aquel empujoncito que le haga darse cuenta de que también tiene esos sentimientos por ti.

—No sé si ir justo a algo así podría ser una buena cita —opinó haciendo una mueca, Woorim.

—Tú, porque eres más de lo romántico, cariño, entonces, crees que lo mejor sería una cena con velas y música lenta.

Seokhoon reía mientras Woorim parecía seguir no muy convencida, lo que hacía que su hijo llegara a replanteárselo todavía más.

—No deberías pensarlo tanto. Los boletos van a agotarse hasta que te decidas.

—Sí, tienes razón —Asintió pasando los dedos por las hebras de su cabello—. ¿Debería cortármelo un poco?

Woorim soltó una carcajada mientras Seokhoon reía, negando con la cabeza.

—Si tú lo crees, hazlo, pero te ves muy bien así, hijo.

Al escuchar esas palabras de su madre, se levantó.

—Bueno, gracias por los consejos. Debo buscar alguien que venda los boletos y prepararme. Provecho —dijo rodeando la mesa para comenzar a caminar hacia la salida—. ¡Deséenme suerte!

—¡Suerte! —los escuchó gritar al unísono, provocándole una sonrisa mientras sacaba el celular del bolsillo de su pantalón.

Jungkook había escrito en el grupo donde solamente estaban Rory, Jimin y Tobiah, preguntando si sabían de quién podría vender boletos para The White Devils, aliviándose cuando luego de unos minutos Rory le pasó el contacto de un conocido que le quedaban unos pocos, por lo que se apresuró a comunicarse con él e ir a buscarlos.

Una vez que estaba listo, faltando la preparación mental por volver a verla, por la tarde se acercó al lugar de trabajo de Hunter, teniendo los boletos en el bolsillo de su chaqueta. Rogaba en su interior que pudiera aceptar, creyendo que podría ayudarle que fuera su banda favorita.

Tomando una respiración profunda, entró, observando cómo Sam, un camarero, dejaba el café en una mesa donde estaba una pareja, por lo que lo saludó, recibiendo una sonrisa de su parte. Él también tenía una, pero al dirigir la mirada a la barra, encontrándose con Hunter que parecía atónita, sintió cómo los nervios lo invadían y le dificultaban hasta el respirar. Aun así, buscó la valentía para seguir acercándose.

—Hola.

Su voz había salido en casi un suspiro mientras apoyaba los brazos en la barra y ella desviaba la mirada, intentando controlar el latido acelerado de su corazón.

—Hola, Jungkook.

—¿Podemos tomar un café?

—E-estoy trabajando.

Él miró hacia las mesas. Había una ocupada afuera y cuatro adentro, mientras que Sa conversaba con Ellis, que era otra camarera, por lo que volvió su mirada a Hunter.

—Creo que Sam y Ellis pueden encargarse tranquilamente de ellos mientras nosotros hablamos.

Hunter tomó una bocanada de aire y asintió aún sin verlo.

—Bien. Ocupa una mesa.

Asintió satisfecho, decidiendo salir y elegir una de las mesas que estaba alejada de la pareja para que pudieran estar más tranquilos. Los nervios no parecían disminuir, y es que ni siquiera sabía qué decir, por lo que tomó su celular buscando así distraerse un poco mientras la esperaba.

Una vez que salió dejando la taza frente a Jungkook, el cual le agradeció en casi un murmuro, dejando el celular a un lado, observándola tomar asiento dejando la taza para ella, la tensión se hizo presente.

—¿Cómo estás? —preguntó nervioso.

—Bien, algo cansada —respondió dándole un sorbo al café, haciendo una mueca al quemarse.

Jungkook tuvo que morderse el labio inferior para reprimir la sonrisa, observando la hora en su celular. Eran las 05:45 PM.

—¿Tú cómo estás?

—También igual —se encogió de hombros—. Los entrenamientos son cada vez más duros.

—Es normal, ¿no?

Asintió.

—¿Te fue bien en la Conferencia?

—Sí. Carly pudo acompañarme, y recorrimos un poco Houston.

Jungkook asintió mientras presionaba los labios, sintiéndose algo molesto consigo mismo, ya que no podía evitar decirse que él debió haber ocupado el lugar de Carly y ser quien la llevara a recorrer. Quizás esa podría haber sido una buena cita, pensaba.

—Me hubiera gustado escucharte. Lo siento.

—Ya no importa. Lo que importa es que salió bien.

—Sí, lo sé.

Hunter volvió a darle un sorbo a su café, ahora sin hacer una mueca, por lo que volvió a mirar la hora en su celular, sonriendo al notar que eran las 05:48 PM. Lo llevaba a relajarse el pensar en que seguía actuando como ella, por lo que también decidió darle un sorbo al café.

—Tengo algo para ti.

—¿Para mí? —frunció el ceño.

—Mira.

Jungkook sacó del bolsillo de la chaqueta ambos boletos, colocándolos sobre la mesa para enseñárselos, lo que hizo que boquiabierta los tomara.

—¿Cómo hiciste para conseguirlos? —preguntó asombrada—. Hace un rato busqué quién vendiera, pero me dijeron que estaban agotados.

—Qué mala suerte —Hizo una mueca—. Entonces, ¿te gustaría venir conmigo?

—P-pero a ti no te gusta.

—La banda no, pero tú sí —recalcó provocando que abriera los ojos a la par.

—Jungkook...

—Relájate. Solo piensa que vamos a pasar la noche juntos como siempre, y disfruta conmigo de tu banda favorita.

—E-es que no sé si puedo, además el trabajo..

—Sí estabas buscando boleto, no creo que tuvieras pensado también trabajar.

Hunter suspiró pasando la mano por su frente, desacomodando su flequillo, mientras Jungkook la observaba con atención, sintiéndose algo dolido de que buscara alguna excusa para no estar con él, aún cuando se trataba de su banda favorita.

—Si bien es una cita, no tiene que pasar nada que tú no quieras —aclaró intentando sonar tranquilo—. Solo quiero que te des cuenta de que es posible que no solo mis sentimientos evolucionen, sino también los tuyos. Ya no quiero que me veas como tu mejor amigo con el que una noche se confundieron, sino como el hombre que es el indicado para ti.

La observó bajar la cabeza, pareciendo pensar en sus palabras, por lo que rogaba que pudiera aceptar.

—Está bien.

—¿En verdad? —ella asintió, por lo que sonrió emocionado—. Perfecto. Luego de este café, pasaré por ti a las nueve, ¿te parece?














(...)










La noche llegó. Jungkook estaba demasiado nervioso, intentando disimular cuando ambos estaban dentro del coche, buscando conversar como lo haría normalmente, pero es que se le estaba dificultando al sentir que mucho había cambiado, que ahora eran otras intenciones las que tenía. Pues en su cabeza no dejaba de repetirse que todo tendría que salir perfecto, que tenía que hacerla sentir cómoda y esperar que pudiera sentir lo mismo que él.

Una vez en el club, se ofreció a comprarle para beber antes de que la banda saliera, lo que Hunter aceptó, esperando que eso pudiera ayudarle a relajarse, ya que ante la tensión y el hecho de que él haya entrelazado sus dedos la tenía demasiado tensa. Y no es que antes no hayan hecho eso; cuando estaban en un lugar así, Jungkook siempre tomaba su mano por temor a perderla entre la multitud, pero ahora el saber que su intención no era la misma que antes, lo volvía completamente diferente y hasta algo incómodo para ella.

Tenía un vaso de cerveza en su mano, del cual bebía mientras se perdían entre la multitud, buscando acercarse al escenario donde apuntaban los reflectores, Jungkook llevando en su mano libre una botella de agua. No apartaba la mirada de ella, esperando ver la misma emoción que la vez anterior, que, luego de tanta insistencia de su parte, terminó aceptando a pesar de no gustarle esa banda de rock. Pero tan solo la veía beber por ratos mientras esperaba.

Una vez que la banda salió, Jungkook sonrió al verla emocionarse como las demás personas. Creyó que todo volvería a ser como antes, que la vería y escucharía cantar todas las canciones y hasta saltar, pero eso no sucedió. Tan solo había cantado algunas y por ratos, hasta que volteaba a verlo al darse cuenta de su mirada, lo que le hacía preguntarse qué estaba haciendo mal, si era su culpa que no pareciera disfrutar.

Solo hacía que detestara aún más a esa banda, cuando había tenido la esperanza que verlos la hiciera pasar una mejor noche a su lado.

Cuando terminó, se dirigieron a la salida aún tomados de la mano, pero al cruzar la puerta ella soltó la suya, llevándose una mirada de sorpresa.

—Lo siento —murmuró pasándola por la chaqueta como si estuviera limpiándola, algo que hizo que él se diera cuenta de que su mano estaba húmeda, por lo que rápido la imitó—. Voy a fumar.

—Está bien.

Solo podía maldecirse, porque estaba seguro de que era por su culpa por estar tan nervioso y no haber querido soltarla en ningún momento, ya que creía que era una buena señal de que estaban en una cita.

—¿Te gustó? —preguntó mientras la veía encender un cigarrillo, caminando juntos hacia el coche, aunque ella mantenía cierta distancia por el humo.

—Sí, estuvo bien.

—¿Segura?

—Es mi banda favorita, claro que va a gustarme —recalcó largando el humo—. ¿Y a ti?

—Aún no entiendo por qué se consideran una banda de rock —chasqueó la lengua—. Podrían hacer dormir a cualquiera.

Hunter blanqueó los ojos, sintiéndose algo estúpida por haberle preguntado cuando sabía que no le gustaban para nada, ya que no quería escuchar otra vez todo lo que tenía que decir, aunque la vez que la había acompañado cuando seguían manteniéndose solo como mejores amigos, consideró divertido pasar todo el camino debatiendo.

—Deberías escuchar Stardust como yo. Ellos sí son una verdadera banda de rock —aseguró con una sonrisa—. Además, al menos, Gavin, el vocalista, no está metido en escándalos como el vocalista de esta banda que tanto te gusta. Tienes que mejorar tus gustos, Hunter.

—Qué estupidez.

—¡Oye! ¿Acaso no escuchaste que el mes pasado a Jameson lo detuvieron por conducir drogado? —preguntó asombrado.

—No.

—¿Cómo es posible que yo sepa más de ellos que tú siendo que es tu banda favorita?

Jungkook negó con la cabeza en señal de desaprobación mientras Hunter le daba una última calada a su cigarrillo, intentando mantener la calma. Tiró el cigarrillo al suelo, pisándolo con su bota, por lo que el pelinegro volteó a verla.

—Me tomaré un taxi hasta el departamento.

—¿Qué? Pero si vinimos jun...

—Ya es tarde, además debes levantarte a las cinco a entrenar.

—No importa. Te llevaré a tu departamento.

Jungkook volvió a tomar su mano para retomar el camino hasta su coche que estaba a dos cuadras más, preguntándose por qué de repente había tomado esa decisión, cuando a él no le importó nunca dejarla en su departamento, aunque luego tuviera un largo camino hacia el suyo.

Una vez en el coche, la tensión solo pareció aumentar, por lo que Hunter se apresuró a colocar música, ganándose una mirada de su parte, pero solo se dedicó a mirar por la ventanilla sin cruzar palabra alguna, hasta que llegaron al edificio. Por un momento se sorprendió de que decidiera acompañarla, aunque una parte de ella rogaba que no tuviera alguna intención escondida, pero se decía que lo hubiera notado al conocerlo tanto.

Al abrir la puerta, giró a verlo mientras presionaba los labios.

—¿Estás bien? —Ella asintió—. Entonces, ¿estuvo bien la cita?

Quería poder decirle que no, pero no quería terminar la noche haciéndole sentirse mal, ya que notaba sus nervios y la ilusión al esperar una respuesta de su parte.

—Sí.

Pudo notar su pequeña sonrisa, pero se tensó al notar su cercanía y cómo se inclinaba hacia adelante.

—¿Puedo...? —preguntó de manera casi inaudible, rozando sus narices, haciéndole saber su intención.

Hunter cerró los ojos mientras su respiración se volvía pesada por los nervios, pero, aun así, asintió. Él medio sonrió ante esa respuesta, para luego depositar un pequeño beso sobre sus labios, sorprendiéndola, ya que esperaba que fuera diferente, pero hasta lo sintió inocente, lo que hizo que sintiera su rostro arder.

—Qué descanses bien, Hunts.

T-tú igual... las pocas horas que tienes —mencionó nerviosa, provocando la sonrisa de Jungkook—. Que tengas un buen entrenamiento.

—Lo tendré. Nos vemos.

Jungkook comenzó a caminar hacia el elevador mientras que ella cerró la puerta, apoyando su espalda en esta, todavía sintiéndose arder y su corazón pareciendo a punto de salirse de su pecho, por lo que llevó su mano a este, preguntándose cómo era posible que un beso que parecía inocente la pusiera tan nerviosa.















(...)











Pasaron unos pocos días desde la cita, que Hunter consideraba fallida, y desde entonces solían mensajearse bastante como normalmente lo hacían cuando solo eran mejores amigos, aunque ahora la diferencia estaba en que Jungkook aprovechaba cada oportunidad para dejarle en claro sus intenciones, algo a lo que ella estaba acostumbrándose.

Por la noche, Hunter ya se encontraba con el pijama, haciendo videollamada con sus amigas mientras se cepillaba los dientes.

—¡Como la cita fallida de Hunter! —exclamó soltando una risotada, Carly, que contagió a Zoe, a la vez que la castaña se lavaba.

—Ya, déjenla tranquila —reprochó Maya.

—Cállense. Ni la mencionen —habló Hunter, secándose la barbilla con la toalla—. Fue la peor cita de mi vida.

—¿Tanto así? —preguntó preocupada, mientras Zoe y Carly intentaban reprimir la risa.

—¡No pude disfrutar de mi banda favorita! —exclamó indignada—. Me ponía nerviosa que no dejara de mirarme, además no me soltaba la mano cuando no dejaba de sudarle y no sabía cómo decírselo —Suspiró frustrada al recordar ese momento—. Pero lo peor fue que después de todo eso se atreviera a decir que es una banda aburrida y toda esa mierda. No entiendo por qué compró los boletos y me pidió ir, si haría eso.

Porque es idiota —comentó Carly.

Quizás porque quería asegurarse de pasar una noche que fuera buena para ti —opinó Maya, haciendo reír a las demás mientras que Hunter hacía una mueca al verlo de esa manera.

—¿Él sabe que fue muy mala cita? —preguntó curiosa, Zoe.

—No.

Zoe soltó una risotada.

—¿De qué te ríes?

—Es que ahora no puedo evitar pensar en que debe estar imaginando que hizo un buen trabajo. Lo imagino como esos hombres que creen haberle dado el mejor sexo a la mujer y no fueron capaces de hacerle llegar al orgasmo —explicó volviendo a reír, provocando que Carly carcajeara.

—No digan eso. Pobre Jungkook —intervino Maya.

Zoe, qué hija de perra. ¡Hasta yo siento pena por Jungkook!

Oigan, tampoco sean así. Creo que sí estaba muy nervioso.

Pero ¿qué piensas hacer ahora? —indagó sonando más tranquila, Zoe.

—No lo sé.

Pero ¿qué sientes?

—No mentiré. Desde esa noche que les conté, sí siento algo de atracción hacia él, pero... sé que es solo una confusión momentánea por parte de ambos —explicó segura—. No lo lastimaré. Solo intentaré relajarme hasta que él también se dé cuenta de que es algo efímero. Luego de eso, volveremos a ser los mejores amigos de siempre.

Supongo que está bien —Carly se encogió de hombros.

JUNGKOOK

¿Descansas?

Al leer esos mensajes, Hunter medio sonrió, decidiendo terminar la videollamada para salir del baño mientras le respondía.

HUNTER

Estoy en eso.

¿Y tú?

JUNGKOOK

¿Te gustaría tener una segunda cita?

Mañana estaré libre.

HUNTER

¿Una segunda?

JUNGKOOK

Tranquila, prometo que no será un asco como la primera.

HUNTER

¿Te diste cuenta?

JUNGKOOK

¿Crees que con los casi veinte años que llevamos conociéndonos, puedes mentirme, Hunter?

HUNTER

No quería hacerte sentir mal, por eso lo hice.

JUNGKOOK

Lo sé, y solo hizo que me gustes más.

Es solo que me puso muy nervioso el hecho de que se trata de ti.

HUNTER

¿Por qué?

mismo acabas de mencionar que nos conocemos hace tanto, así que no entiendo por qué tantos nervios.

JUNGKOOK

Justamente porque no se trata de cualquier mujer, sino de ti, así que quería que todo saliera perfecto.

Prometo que mañana lo haré mejor.

Claro, si aceptas.

HUNTER

Está bien.

Acepto tener una segunda cita contigo.


JUNGKOOK

Perfecto.

¿Qué estás haciendo?

HUNTER

Acabo de acostarme.

Imagino que tú debes estar tan casando que ya debes estar por dormir.

JUNGKOOK

¿Sería demasiado si dijera que me gustaría estar contigo?

Hunter sintió un cosquilleo bajar por su vientre mientras se sentaba, sin poder evitar recordar esa noche en la puerta de su departamento, lo que hizo que mordiera su labio inferior al no estar muy convencida de lo que respondería.

HUNTER

¿Y por qué no vienes?

Nunca creyó que una conversación con su mejor amigo podría tornarse así, pero tampoco lo sentía mal, porque, de alguna manera, parecía que con un solo mensaje la había logrado encender al hacerla recordar esa noche. Pero, para su sorpresa, los minutos comenzaron a pasar y no recibía respuesta alguna, llegando a decepcionarla y que lo que había provocado anteriormente se esfumara.

—Qué estúpido —murmuró al ver que ya habían pasado más de veinte minutos, pero en eso su celular volvió a vibrar.

JUNGKOOK

Entonces, ¿eso significa que también me necesitas?

HUNTER

Ya te has tardado demasiado.

JUNGKOOK

Dilo, Hunter.

HUNTER

Está bien.

Hasta hace minutos atrás, podría decir
que sí.

JUNGKOOK

¿Estás segura de que hasta hace minutos atrás?

¿Por qué no mejor me abres la puerta?

Abrió los ojos a la par, tomando asiento asustada, pensando si acaso estaba jugándole una broma, pero en eso escuchó unos toques en la puerta, lo que provocó que se estremeciera.

De forma torpe se levantó de la cama, sintiendo sus piernas temblar al dirigirse a la puerta. La abrió de manera lenta, encontrándose con aquel pelinegro que sonrió de lado.

—¿Me necesitabas?

Hunter intentaba asimilar el tenerlo en frente, pero Jungkook abrió más la puerta para entrar, tomándola del rostro para juntar de forma intensa sus labios a la vez que empujaba la puerta con el pie para cerrarla. Con aquel beso le había robado el aliento, pero aun así pasó uno de sus brazos por sus hombros, haciéndole inclinar más hacia ella que hacía puntillas de pies.

—¿Por esto tardaste tanto en responder? —preguntó agitada, entre besos.

—Si la mujer que me vuelve loco en todos los sentidos me dice que me necesita... Entonces, debo estar para ella.

Estaba sorprendida hasta de sí misma por su forma de actuar, pero es que Jungkook estaba otra vez provocándole esas sensaciones inesperadas, por lo que mientras se dirigían a su habitación iban deshaciéndose de sus prendas, besándose de forma desesperada.

Al llegar a la habitación, Jungkook se había colocado sobre ella en la cama, bajando sus húmedos besos por su cuello, pasando la lengua por su piel, haciéndole soltar un pequeño gemido de placer. Pudo notar cómo levantaba la cabeza, sonriendo por aquel sonido, disfrutando de sentir como sus pequeñas manos pasaban por sus abdominales. Pero, de un momento a otro, Hunter se las había arreglado para hacerlos voltear, quedando sobre él.

Sus manos recorrían su torso, inclinándose para depositar también besos, sintiéndolo estremecerse. No podía negar que le fascinaba el cuerpo de su mejor amigo, pues aunque ella fuera de una contextura delgada, de baja estatura, siempre le habían atraído los hombres que eran todo lo contrario, y Jungkook trabajaba demasiado en su cuerpo.
Dejaba besos húmedos, pudiendo sentir cómo él disfrutaba de eso, por lo que empezó a pasar su lengua por su abdomen bajándola hasta llegar a su pantalón.

Rápido le quitó el cinturón para desabrochar su pantalón y bajarlo junto a su bóxer, llevándose una mirada de sorpresa por parte del pelinegro. Tenía sus mejillas sonrosadas, pero aun así en su mirada podía notar el deseo, y no solo en aquellos grandes ojos se reflejaba. Su miembro palpitaba de lo duro que estaba, por lo que Hunter decidió ayudarle, pasando la lengua por la base hasta subir a su punta, escuchando cómo soltaba un suspiro de placer, lo que la motivó a meterlo todo a su boca.

—Oh, Hunter...—gimió llevando la mano a su cabello.

El escucharlo gemir su nombre, hizo que fuera lo más que podía a fondo, intentando meterlo por completo a su boca, moviéndose rápido. Podía sentir las caricias en su cabello, pero de forma inesperada terminó empujando su cabeza mientras movía la cadera, embistiendo su boca, provocando que tocara su garganta, por lo que cerró los ojos con fuerza a la vez que intentaba no ahogarse.

Jungkook gemía, moviéndose a su antojo en la boca de ella, la cual se aferraba a su cadera, complaciéndole, moviendo su lengua para poder satisfacerlo aún más. Estaba segura de que no le faltaba mucho para alcanzar el límite, pero, en un jadeo, empuñó su cabello haciéndole apartar, por lo que un hilillo de saliva quedó colgando de su labio inferior.

—Te ves tan jodidamente caliente así —gruñó acercándola a él.

—Me hubieras dejado terminar de agradecerte.

—Vaya forma de agradecer —soltó una risilla, para luego juntar sus labios.

En ese momento él tomó el control, quitándole el sostén, observándola con completa atención, lo que hizo que ella se sonrojara, ya que sabía que jamás había considerado que tuviera ese tipo de atributos al ser tan delgada.

—Eres tan preciosa, Hunter —murmuró besándola con la mayor de las intensidades.

La acercó más a él, inclinándose para pasar la lengua por sus pezones, haciéndola estremecer. Hunter sentía como su zona sensible también palpitaba al necesitarlo aún más. Se le escapaban pequeños gemidos al no ser capaz de contenerlos.
Mientras tanto, Jungkook bajaba la mano a sus bragas, quitándoselas a la vez que seguía lamiendo y succionando sus pezones. Ya no podía contenerse más al sentirlo jugar con los dedos en su feminidad, empapándola de lo húmeda que estaba, por lo que se inclinó buscando en el cajón de la mesa de noche un paquete de condones, lo cual le hizo sorprender, pero podía notar cuánto lo necesitaba.

Una vez que estaba listo, Hunter se colocó sobre él, que la tomó fuerte del trasero, apretándola de golpe hacia abajo, enterrándose por completo en ella. Un gran gemido salió de sus labios mientras que Jungkook gruñó escondiendo el rostro en su cuello, sintiendo cómo enterraba las uñas en sus hombros.

—Se siente tan bien estar dentro de ti, Hunts —gimió—. No sabes cuánto lo deseaba.

Jadeó al escucharlo, comenzando a moverse, Jungkook ayudándola a moverse de arriba abajo sin parar por un momento al tener las manos en su trasero. Al sus cuerpos estar unidos la habitación se inundó de sus gemidos y el choque obsceno de sus pieles.

La velocidad e intensidad solo aumentaban, haciéndoles necesitarse aún más, Hunter sintiendo sus piernas temblar, perdiéndose en el placer, y no solo una vez. Jungkook fue seguido de ella, teniendo que levantarse para dirigirse al baño para deshacerse del condón, pero aprovechando también para recuperar un poco el aliento.

Y es que ninguno parecía satisfecho solo con eso.

Hunter sintió cómo la arrastraba hacia el borde de la cama, dejándola de rodillas mientras su rostro estaba sobre las sábanas revueltas, ahogando así su gemido al sentir cómo la embestía más profundo. Estaba agotada, pero no quería que se detuviera hasta que llegara al clímax otra vez.

Por el sonido de sus pieles colisionando, los murmuros de Jungkook se perdían en el aire, mientras que sentía las sábanas humedecerse por su saliva que escapaba al tener la boca abierta por los gemidos, además de las lágrimas. Se enterraba profundo y de forma frenética, sintiendo cómo su orgasmo se acercaba, pero en eso decidió salirse.

Hunter no dudó en protestar, hasta que sintió cómo con facilidad la hizo voltear, enterrándose nuevamente mientras se colocaba sobre ella, sintiendo cómo sus pieles sudadas, enrojecidas y calientes llegaban a pegarse. La sensación era abrumadora, por lo que la fémina pasó las manos por su ancha espalda, buscando así aferrarse mientras levantaba las piernas para envolverlas en su cadera.

El movimiento de sus caderas no cesaba, y para su sorpresa, soltó un chillido cuando sintió sus dedos bajar a su clítoris, comenzando a masajearlo mientras su mano se humedecía por sus fluidos. Al no detener los movimientos en ese punto con su lengua deslizándose por la piel de su cuello, llegando a morder, Hunter chilló, sintiendo su cuerpo llenarse de espasmos al alcanzar el orgasmo.

Así, momentos después, pudo sentirlo correrse por medio del condón llenándolo de su esencia mientras soltaba un gemido liberador, todavía con su rostro enterrado en su cuello. Acariciaba su espalda mientras sentía como ambos corazones latían de la misma forma, acelerados, Jungkook intentando regular su respiración.

Estaban en completo silencio, recuperando el aliento, sin molestarse por cómo sus pieles se pegaban aún más por el sudor, hasta que se sorprendió al escuchar una carcajada de su parte.

—¿De qué te ríes?

—Carajo, esto sí que fue intenso, ¿no te parece?

—Demasiado.

—Pero ¿te gustó? —preguntó levantando la cabeza para mirarla, permitiéndole ver su rostro enrojecido.

—¿Qué te parece a ti?

Jungkook la miraba con atención mientras mordía su labio inferior, reprimiendo así su sonrisa.

—Que te gustó tanto como a mí —murmuró rozando sus narices.

—No te equivocas —sonrió, juntando luego sus labios, pasando la mano por su nuca.











(...)












Al verla descansar tan profundamente, Jungkook no pudo evitar sonreír todavía algo somnoliento. Parte del rostro de su mejor amiga estaba hundido en la almohada mientras su cabello ondulado cubría parte de su rostro, por lo que estiró su mano para apartarlo de forma delicada. Su sonrisa solo se ensanchaba más, observando de manera detallada su rostro, acercándose más.

«Una, dos, tres...»

Como en un pasado, contaba sus pecas, disfrutando de la sensación de tranquilidad que le invadía. Jamás hubiera esperado alguna mañana despertar en la cama de su mejor amiga, ambos desnudos. Pero ahora estarlo viviendo, le hacía desear que así fuera cada día. Que pudiera tener la oportunidad de ser el hombre que siguiera acompañándola y ya no como un mejor amigo, porque, eso, no le bastaba. Quería poder serlo todo para Hunter.

Tan solo había podido contar hasta veintidós, ya que seguía teniendo parte de su rostro enterrado en la almohada. El recordar cuando solía hacerlo cuando eran niños le hacía querer reír, pensando que aquel carácter siempre estuvo con ella, pero a él le gustaba. Eso hacía que desde niño buscara la manera de molestarla, llegando a reír al verla con su rostro teñido de rojo, aunque muchas veces luego lo acusara con sus padres y se llevara reproches.

Al ver sus grandes ojos verdes, sus paletas se asomaron en su sonrisa. La fémina se cubrió rápido el rostro que se teñía de rosado, pero Jungkook se apegó a ella envolviéndola con los brazos, llegando a ronronear al sentir su cálido cuerpo y cómo apoyaba la cabeza en su pecho.

—Te amo, Hunts —murmuró con suavidad.

Hunter fue la primera en darse una ducha, ya que Jungkook se había puesto a responder unos mensajes, haciéndole saber que desayunaría con ella y luego se iría a entrenar, pero pasaría a la noche para salir juntos. Estuvo de acuerdo con eso.

Una vez que estaba en la cocina preparando el desayuno mientras Jungkook se daba una ducha, tomó su celular con una sonrisa, ya que tenía mensajes en su grupo con sus amigas. Les había contado que Jungkook pasó la noche con ella, sin dar detalles, aunque era fácil para ellas saber por qué, lo que hizo que comenzaran las bromas.

HUNTER

Ya basta de bromas hacia mi pobre Jungkook.

Si bien pudo darme la peor cita, me dio también la mejor noche.

Además, esta noche podría hacerme olvidar de esa primera cita fallida, dándome la mejor cita que reemplace esa.

Ya volvió la comodidad entre nosotros.

CARLY

TÚ PUEDES, JUNGKOOK.

ZOE

Vamos a tener fe en él.

MAYA

Pero ¿qué pasó con lo que dijiste anoche sobre sus sentimientos?

HUNTER

Quizás no solo me atrae.

Pude haberme confundido.

Creo que está haciendo que mis sentimientos vayan más allá de una
simple atracción.

Y eso en parte está asustándome.

CARLY

Pero se trata de Jungkook, Hunter.

MAYA

Exacto.

Él se preocupa más por ti que por él mismo.

Tómalo con calma.

ZOE

Jungkook puede no ser bueno para las citas, pero estoy segura de que cuidará tu corazón, Hunnie.

HUNTER

Lo sé.

Por el momento intentaré tomarlo con calma, aunque sigue siendo muy raro para mí.

Hunter salió de esa conversación, pero terminó sorprendiéndose al ver que Tobiah le había escrito. No muy convencida, decidió entrar.

TOBIAH

Hey, Hunter, ¿cómo estás?

Anoche estuve con Rory y dio a entender que tú y Jungkook están juntos, ¿es verdad?

HUNTER

Hola, Tobiah.

Sí, ¿por qué?

TOBIAH

Felicitaciones, entonces.

Todos los del grupo sabíamos que en algún momento eso pasaría, sobre todo por los intensos celos de Jungkook jajaja

HUNTER

Tampoco son tan así.

TOBIAH

Bueno, quitando todas las amenazas...

Tal vez.

HUNTER

¿Amenazas?

TOBIAH

Sí, ya sabes, las que le hace a cada hombre que intente acercarse a ti.

Creo que ni Jimin ni Rory se han salvado, aunque no tuvieron la misma intención que yo.

HUNTER

¿Qué significa eso?

¿Jungkook se atrevió a amenazarte?

TOBIAH

Oh, pensé que lo sabías.

Fue el motivo por el que me alejé de ti, a pesar de que me gustabas demasiado.

Bueno, sigues gustándome, pero ya se me pasará. Además respeto la relación que tienes ahora con mi amigo.

Como dije, ya esperábamos que terminaran juntos.

La verdad es que no quería alejarme así de ti, pero tampoco quería problemas con Jungkook, que lo considero de mis mejores amigos, y además es el capitán, así que no quería darle más problemas de los que tuvo con Quinn.

Él es muy bueno y lo necesitamos.

Lamento cómo me alejé de ti.

De todas formas, me gusta la pareja que hacen y les deseo suerte.

Hunter intentaba procesar esos mensajes. Estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera escuchaba los pasos de su mejor amigo.

—Lamento haber tardado tanto —habló acercándose a la isla de la cocina mientras sacudía su cabello todavía húmedo—. ¿Ya está...? ¿Estás bien?

Había fijado su mirada en él, sintiendo cómo la rabia la invadía.

—Qué miedo —comentó algo divertido—. ¿Por qué me miras así? ¿Se enfrió el desayuno o...?

—Dime que es mentira —pidió empuñando la mano que apoyaba en la isla.

—¿Qué cosa? —frunció el ceño mientras reía de manera leve.

—Dime que es mentira que has amenazado a cada hombre que intentaba interactuar conmigo, en especial a Tobiah —masculló sintiendo cómo su respiración empezaba a tornarse pesada, más al notar la reacción de Jungkook, que por un momento pareció sorprendido, pero luego desvió la mirada, pasando la lengua por el interior de su mejilla—. ¡¿Por qué no dices nada?!

—¿Ahora qué importa si lo hice?

—¡Carajo! ¡¿Cómo puedes preguntar algo así?! —replicó golpeando la isla—. ¡Has alejado a cualquiera que intentara acercarse!

—¡Si no lo hacía yo, lo hubieras hecho tú! —refutó comenzando a alterarse—. ¡¿Qué caso tiene que discutamos por eso ahora?! ¡Ya no importa!

—¡Tú no tenías derecho a hacerlo!

—¡Lo hice por ti! ¡Quería evitar que otro imbécil pudiera hacerte daño!

—¡¿Hasta con Tobiah?! ¡¿Tú qué mierda podías saber?!

—¡¿Por qué te importa tanto que lo haya alejado a él?! —interrogó molesto.

—¡Con él sentí un verdadero interés! —expresó con sus ojos cristalinos—. ¡Quise intentarlo y tú te metiste!

La respiración de Jungkook estaba volviéndose violenta mientras empuñaba con fuerza las manos. Recordaba ese momento en el que se cambiaba y vio cómo Tobiah antes del entrenamiento intercambiaba mensajes con Hunter. La rabia lo había invadido, los celos, lo que le hizo actuar de forma impulsiva, pero esta vez era consciente de sus sentimientos por ella, lo que lo hacía peor para él, ya que recordaba que le aseguró esa noche que durmieron juntos que no existía posibilidad alguna de que pudiera darse otra oportunidad. Le mintió, y eso lo llenaba de rabia.

—¡¿Por qué siempre son los demás?! —Hunter frunció el ceño ante la confusión—. ¡Sigues poniendo a los demás sobre mí! ¡Dime una maldita vez que hayan estado para ti!

—¡Nunca llegué a nada con Tobiah, por Dios!

—¡Y aun así lo hubieras puesto sobre mí!

—¡¿Por qué sigues con eso?!

—¡Porque todavía siento rabia al recordar cómo pusiste al imbécil Gareth sobre mí!

—¡No lo menciones! —exigió histérica mientras las lágrimas brotaban.

—Aún no lo superas, ¿verdad? —preguntó riendo histérico—. Por eso no te atreves a darte una oportunidad conmigo cuando me conoces. ¡Sabes que yo sería incapaz de lastimarte!

—¡Ya basta, Jungkook!

—¡Lo odio, carajo! ¡Lo odio!

—Solo cállate —pidió con la voz ahogada.

Hunter tenía una mano apoyada en la isla mientras con la otra se cubría los labios, intentando reprimir los sollozos. Jungkook apretaba la mandíbula al punto que parecía que podía rompérsela. Sus ojos estaban cristalizados e intentaba contener la rabia, no solo porque recordaba ese tiempo, sino porque sabía que ella también lo recordaba y por su culpa, cuando habían acordado algo.

—¿Por qué? —su voz salió temblorosa, llamando la atención de Hunter.

—No quiero continuar con esta conversación.

—Pero yo sí, carajo —masculló acercándose—. Solo he querido evitar que te lastimen, pero siempre me haces a un lado.

—Ya basta —musitó cubriéndose el rostro con la mano—. Esto no ayudará.

El pecho de Jungkook subía y bajaba por su respiración violenta.

—¡¿Eso es todo?! ¡¿Me apartarás tan fácilmente?!

—Jamás te pedí que hicieras algo así —recalcó molesta—. Si no acepté en un pasado que te metieras en mi vida, mucho menos ahora.

—¡Y mira la mierda por la que tuviste que pasar!

—¡Cállate!

—¡No! ¡Ya me harté de esto! ¡Dime solo una maldita vez en la que Gareth haya estado para ti! —escupió enfurecido—. ¡Nunca! ¡Él nunca estuvo para ti! ¡Fui yo el que, a pesar de que me hiciste a un lado para estar bien con ese imbécil, llegaba a tiempo para ti!

—¡Que te calles!

—¡¿Y por qué tenía que estar?! ¡Por su culpa! ¡Él no estaba para ti porque era el causante de todo! —continuó cegado por la rabia—. ¡Solo yo estuve para ti! ¡Incluso cuando te atreviste a abor...!

Había sido interrumpido y su rostro girado a causa de la bofetada por parte de Hunter, que hizo que llevara su mano temblorosa a su mejilla, que ardía y su piel se enrojecía. Sus lágrimas comenzaron a brotar mientras miraba atónito a la castaña que ahogaba un sollozo.

—Prometiste que nunca lo mencionarías —dijo con un hilo de voz—. Pero fui estúpida al creerte, si tampoco pudiste cumplir con no buscarlo.

—¿Cómo podía quedarme de brazos cruzados con lo que te hizo? Mantuve mi promesa de no hablarlo ni siquiera con tus padres, pero el verlo seguir con su vida como si nada, no podía soportarlo.

—Pero no pudiste cumplir ahora con no mencionarlo.

—Y tú que jamás volverías a apartarme de tu lado.

—No te perdonaré que te hayas metido así en mi vida, ni tampoco que hayas roto la promesa y te hayas atrevido a gritármelo así.

—¿Sabes qué? Pues, yo tampoco te perdonaré a ti todo esto —apuntó molesto con las lágrimas brotando—. Jamás debí haberte confesado mis sentimientos. No sabes cómo me arrepiento. Todo era mejor cuando éramos mejores amigos.

Hunter sollozó cabizbaja mientras Jungkook comenzaba a caminar hacia la salida, tomando la chaqueta que había dejado en el suelo al lado del sofá.

—Esta vez no haré nada para impedir que me apartes de tu lado. Se acabó, Hunter.








(...)















Jungkook estaba sentado en la cama con una almohadilla térmica entre sus manos, esperando que su mejor amiga saliera del baño. Pensaba en si debía acercarse, ya que llevaba mucho rato allí. Esa situación lo único que lograba es que sintiera muchas más ganas de buscar a Gareth por ver todo lo que estaba ocasionando en la vida de Hunter, algo que jamás pensó que pudiera permitir, pero no pudo estar tan atento a ella, como siempre, por haber sido apartado. Todavía ni siquiera podía creer que pudo poner a ese hombre por encima de él luego de los catorce años que pasaron juntos, cuando antes tenía la seguridad de que siempre lo elegiría, pero parecía ser que sus relaciones, aunque Jungkook ya había terminado la suya, lograron su distancia y que ya no fuera el primero como sí siguió siendo ella para él.

Desde ese momento en que notó que Hunter prefería a su novio antes que a él, su odio comenzó. Y lo único que hizo al ver cómo su relación avanzaba, arruinando a Hunter, fue que se intensificara.

Todavía no comprendía cómo con el simple hecho de que fuera su profesor en la universidad no hizo que Hunter tomara distancia, hasta cuando le contó en un principio ciertos acercamientos y Jungkook le dijo que por la diferencia de edad y su cargo, nada saldría bien, ella no se dio cuenta.

Pensaba en levantarse para buscarla, pero en eso la puerta se abrió, permitiendo que la viese salir con sus pestañas y mejillas empapadas de lágrimas y su cabello corto desordenado. Rápido se levantó.

—Ven aquí. Vamos a la cama y ponte esto —habló con suavidad, entregándole la almohadilla térmica para pasar el brazo por sus hombros y caminar hacia la cama.

Jungkook la ayudó a recostarse, haciéndolo también a su lado, pasando el brazo por su cabeza para abrazarla mientras ella se colocaba la almohadilla térmica en el vientre.

—Todo va a estar bien —murmuró con seguridad, dejando un beso en la coronilla de su cabeza—. Lo prometo.

—Me siento una mierda —sollozó.

—No. Escúchame, tú no lo eres —recalcó tomándola del rostro, limpiando las lágrimas con el pulgar—. Él es una mierda por todo lo que te hizo y atreverse a dejarte en esta situación.

—Juro que no me di cuenta hasta después que se lo había sacado...

—A mí no tienes que jurarme nada. Te creo, Hunts.

La castaña sollozó con más fuerza, apoyando la cabeza en el pecho de su mejor amigo, recordando aquel momento en que supo por un test de embarazo que lo estaba, la forma en que Gareth se molestó con ella, insultándola, hasta acusándola de estar con alguien más, como si unas pocas semanas atrás no se hubiera atrevido a sacarse el condón. Había aprovechado el hecho de que su novia estuviera más ebria que él, aunque eso no quitó que se molestara al sentirlo acabar dentro. Pero buscó la manera de tranquilizarla, asegurándole que nada pasaría. Y claro que sucedió.

No solo el insultarla y atreverse a acusarla de estar con alguien más fueron suficientes para que Hunter llegara a su límite, sino el hecho de que fuera tomada por el cabello, llenándola de miedo con sus amenazas. Jamás un hombre en su vida había actuado con esa violencia. No estaba acostumbrada. Por lo tanto no supo cómo actuar, solo agradeció cuando él terminó con todo y salió dando un portazo. Ni siquiera le importó que la dejase sola sin saber qué hacer con un embarazo no deseado.

—Si sigues hablándome de él solo harás que vaya a partirle el rostro.

—No. Dijiste que no lo haría.

—Pero todo lo que te hizo, hasta si tu padre lo supiera...

—No te atrevas a decirle nada —ordenó levantando la cabeza, su cuerpo tensándose—. ¡Jungkook, prometiste que no harías nada!

—Está bien. Está bien —Suspiró dándose por vencido, queriendo que pudiera relajarse otra vez.

—¡Júralo!

—Lo juro, Hunter. Ahora relájate.

Sollozó por lo bajo, volviendo a apoyar la cabeza en su pecho.

—Solo júrame algo tú también —Hunter levantó la cabeza, conectando sus miradas mientras sorbía la nariz—. Júrame que por más que vuelva a buscarte, no volverás con él. Por favor, júramelo.

—Lo juro —musitó mientras él la miraba con atención, intentando creerle.

—Jamás vuelvas a dejar que alguien nos aparte así.

—Me equivoqué —sollozó—. Juro que no te apartaré otra vez.

De alguna manera, Jungkook se sintió más tranquilo al escuchar eso, aunque le dolía demasiado ver a su amiga siendo ese lío solo se quedó abrazándola por unos minutos mientras ella se esforzaba por disimular el dolor, ya que la almohadilla térmica no ayudaba demasiado.

Sintió cómo Jungkook acariciaba su espalda, dejando un beso en su cabeza.

—Lamento que tu relación no funcionara —habló por lo bajo, Hunter.

—Oye, tampoco es que creía que Olivia fuera el amor de mi vida —intentó sonar divertido—. Solo no funcionó y ya. Fue lo mejor que me terminara. Todo estaba tornándose demasiado tóxico, y no iba a soportar que volviera a atacarte.

—Tienes que dejar de ponerme primera hasta cuando estás en una relación. Ese lugar debería ocuparlo quien esté en una relación contigo.

—No puedo evitarlo, cuando es algo que hasta nuestros padres me enseñaron.

—¡Pero eso fue cuando éramos niños, jugabas muy bruto conmigo y hasta me dejaste olvidada atada en un árbol, Jungkook! —exclamó riendo, logrando que él también lo hiciera, feliz de escucharla—. Claro que debías preocuparte por mi bienestar.

—No fue a propósito. Solo olvidé dónde estaba el árbol —explicó todavía riendo—. Además, sino, no les hubiera pedido ayuda a nuestras madres. Estaba desesperado. Se suponía que yo tenía que salvarte, pero solo te perdí.

—No debiste alejarte tanto.

—Quería hacer una actuación más real.

—Qué tonto eres —Golpeó su hombro mientras volvía a reír.

—Pero ahora que ambos estamos solos, todo irá mejor —retomó la conversación—. No dejaré que nadie más se atreva a hacerte daño. Lo prometo.

—Tranquilo. Tampoco pienso volver a permitirlo. No quiero saber más nada de relaciones.

—¿Piensas ser una solterona cuando seas anciana? —preguntó divertido, y ella asintió—. Como ambos somos unos fracasados en el amor, hagamos algo.

—¿Qué cosa?

—Como estoy seguro de que en realidad no quieres ser una solterona toda tu vida, hagamos una promesa.

—¿Otra promesa? —Jungkook asintió—. ¿De qué se trata?

—Si llegamos a los treinta sin nadie que nos ame, entonces, nos casaremos nosotros.

—¡¿Tú y yo?! —alzó la voz mirándolo aterrorizada.

—Sí.

—¡¿Estás loco?!

—Vamos, admite que es una buena idea. Es seguro que funcione.

—Oh, Dios, está bien. Pero asegúrate de buscar alguna mujer en estos años que faltan, porque yo no buscaré a nadie.

Jungkook solo reía, negando con la cabeza.

—No digas eso o creeré que no lo harás porque quieres casarte conmigo.

—Cállate, idiota. Solo sálvate del martirio de tener que unir tu vida a la mía.

—No digas eso. No sería ningún martirio —Hunter lo miró irónica—. ¡Hablo en serio! Hunts, tú eres la persona en la que más confío, la que más me hace reír, hasta feliz. Tú eres la persona a la que más amo, no por nada siempre estás primero para mí.

—Bueno, ahora tú cállate si no quieres que piense que en realidad tienes sentimientos románticos por mí.

Jungkook volvió a reír.

—Entonces, ¿sí aceptas?

—Sí —asintió levantando el dedo meñique.

Se sentía satisfecho al saber su respuesta, por lo que también levantó el meñique, entrelazándolo con el suyo. Pero algo en él se le hacía insuficiente al tratarse de una promesa así.

—Oye, de todas maneras no creo que esa sea la manera correcta de sellar una promesa como esta.

Hunter levantó la cabeza mientras fruncía el ceño.

—¿Y cómo lo sería?

—Con un...—Observaba el rostro de su amiga, sintiendo cómo los nervios lo invadía más— beso.

—¿Qué? ¿Un beso? —Asintió—. ¿Tú quieres besarme?

—Bueno, no es como si no fuésemos a besarnos en el altar, ¿no? —preguntó riendo histérico mientras masajeaba su nuca.

—No sé...

—Ya, olvídalo. No sé por qué pensé en eso.

—Está bien. Está bien. Bésame.

Jungkook abrió los ojos a la par, bajando la mirada, pudiendo ver cómo Hunter había cerrado los ojos, preparándose, por lo que tragó con fuerza. Tomó su mentón con delicadeza, sintiendo cómo su respiración iba volviéndose pesada mientras se acercaba. Su corazón latía con fuerza, lo que le hacía preguntarse por qué pidió algo así cuando ahora no sabía controlar sus nervios, aun cuando solo se trataba de un beso.

Tomó una respiración profunda como si tomara así también la valentía necesaria. Fue algo rápido, pareciendo solo un roce, que provocó que se estremeciera mientras su corazón parecía querer escaparse de su pecho, y Hunter abría los ojos, mirándolo confundida.

—¿Qué fue eso, Jungkook?

—Cállate —ordenó sintiendo su rostro arder, abrazándola con fuerza para que apoyara la cabeza en su pecho.

Hunter comenzó a reír, provocando que se sintiera aún más avergonzado.

—¿Sabes a qué me recordó?

—Cállate —repitió entre dientes, cerrando los ojos con fuerza.

—Sí, al beso que me diste a los doce.

—¡Cállate! Solo fue práctica.

Ajá —Asintió burlona—. A veces eres muy tierno. 

Jungkook no quería que aquellos recuerdos lo invadieran porque le daba demasiada vergüenza, así que detestaba cuando Hunter solía recordárselo para molestarlo. Aun así, se quedó a su lado abrazándola mientras ella intentaba soportar los dolores, hasta que a los minutos terminó quedándose dormida en sus brazos al sentirse tan cómoda en la calidez de sus brazos y disfrutar de sus caricias, a pesar de que la culpa por cómo lo había apartado tiempo atrás la golpeaba.














(...)














Los Arctic Blaze, que vestían de azul, negro y blancoestaban jugando la Semifinal contra los Canucks, que vestían de blanco y rojo. Jungkook había esperado tanto seguir ganando ronda tras ronda para cumplir esa meta, que estaba dando todo de él, intentando inspirarle la misma confianza a su equipo. Pero había algo que no lo dejaba en paz, y era el hecho que al ver hacia el público, donde pudo divisar a su grupo de amigos y padres, no se encontraba Hunter como tanto esperó. Y es que estaba seguro de que aunque su amistad se hubiera acabado, ella de todas maneras estaría allí para apoyarlo.

No entendía cómo había podido fallar en su promesa de no estar presente en un partido tan importante. Ya habían pasado los primeros 20 minutos del primer tiempo, los 17 minutos de descanso, empezando con el segundo tiempo, pero seguía sin aparecer, llenándolo de decepción.

De todas formas, los Arctic Blaze iban bien, teniendo más tiempo el puck, manteniéndose cerca de la portería, aunque se les dificultaba hacer los pases al ser rodeados por los jugadores del equipo contrario. Jungkook estaba siendo empujado, al punto de llegar a chocar contra el vidrio protector, pero aún así golpeó el puck, logrando un Tally al pasar entre las piernas de un jugador del equipo contrario, llegando así al stick de Tobiah. Pero este la perdió a los pocos segundos, recuperando el puck el equipo contrario, desplazándose hacia la portería.

Aquello alertó a los Arctic Blaze, que no dudaron en intentar recuperar el puck, pero cuando Jungkook logró hacerlo terminó recibiendo un fuerte empujón que le hizo impactar el hombro contra el vidrio protector, logrando que los Canucks lo recuperaran otra vez pasando por detrás de la portería. Maldijo en su cabeza, pero el alivio lo invadió cuando hicieron un Missed Shot.

Rápido recuperó el aliento para volver con su equipo en busca de volver a tener el puck, aliviado de que fallaran. Así siguieron pasando los minutos, los Arctic Blaze volviendo a estar cerca de la portería de los Canucks, Jungkook desplazándose mientras armaba la jugada, pasándole el puck a Quinn, que le dio un empujón al rival para poder avanzar, al igual que el pelinegro que se acercó a gran velocidad hacia la portería, recibiendo pronto el pase de su compañero, logrando así un disparo que terminó en gol.

Jungkook, junto a su equipo, gritó alzando los brazos, sintiendo después los abrazos de algunos de sus compañeros. Miraba emocionado hacia la tribuna, cómo sus padres y amigos celebraban, como también algunas otras personas, pero el seguir sin ver a Hunter provocó que su corazón diese un vuelco.

El partido continuó, pero faltando nada para que terminara el segundo tiempo, Jungkook cayó sobre el rink de rodillas, al igual que otros jugadores después de haberse empujado entre ellos por querer tomar el puck, pero cuando se levantó para poder ayudar a su equipo a recuperarlo, pudo ver cómo donde estaba su grupo de amigos, Jimin se marchaba. Frunció el ceño, llenándose de curiosidad, llamando así la atención de su grupo, Rory levantándose para gritarle, pero no podía entender ante todo el ruido. Solo quería saber qué estaba sucediendo.

Pudo sentir una presencia detrás, lo que le hizo voltear queriendo volver su concentración en el partido, tal cómo entendió que le indicaba su amigo, pero en eso vio cómo los demás jugadores se desplazaban con rapidez, y antes de que pudiera siquiera reaccionar, sintió un fuerte impacto en su cuerpo, provocando que cayera al rink mientras un intenso dolor invadía su hombro, haciéndole gritar y retorcerse en la pista de hielo.

Así fue como tuvieron que detener el partido segundos antes de que terminase el segundo tiempo, los médicos corriendo hacia donde se encontraba Jungkook, soltando quejidos por el dolor, llevando su mano a su hombro. Lo sacaron del rink, analizando su estado, llamando luego al servicio de emergencia.

Jungkook estaba demasiado frustrado y enojado consigo mismo, ya que había sido trasladado al hospital, que después de las pruebas y el tratamiento, recibió analgésicos para aliviar un poco el dolor, encontrándose con su hombro vendado. Ni siquiera tenía ánimo alguno para hablar con su madre, la cual le aplicaba el hielo en una bolsa de plástico. Tenía que hacerlo alrededor de 15 minutos para minimizar el dolor e inflamación. 

Intentaba conversar con su hijo y levantarle el ánimo, detestando verlo con sus ojos hinchados, ya que más que haber llorado por el dolor, lo hizo por rabia hacia sí mismo. Tenía sus facciones endurecidas y su mirada desviada al no querer hablar con nadie, aunque sea hasta que pudiera relajarse un poco.

—Ya pasó el tiempo. Iré a buscar a tu padre para saber qué le dice Víctor, ¿sí? —Jungkook solo asintió aún sin mirarla, pero de todas formas ella se inclinó hacia adelante para dejarle un beso en la sien—. Relájate un poco. Puede suceder, cariño.

Aquellas palabras solo causaron que su visión volviera a nublarse, agradeciendo que sus lágrimas brotaran una vez que cerró la puerta. Se limpió de manera brusca, sorbiendo la nariz, intentando poder contener el llanto, pero es que todavía no podía creerse cómo había sido capaz por primera vez de distraerse tanto en un partido, y más siendo uno que tuvo como meta, anhelando junto a su equipo la victoria, queriendo inspirarle la suficiente confianza, para luego acabar en el hospital sin poder llegar a jugar el último tiempo.

La puerta fue abierta bruscamente, lo que le hizo sobresaltar mientras se limpiaba rápido las lágrimas al no querer que supieran que seguía llorando por lo mismo, pero al ver de quién se trataba, sus latidos se aceleraron mientras tomaba asiento, soltando un quejido por el hombro.

—¡Oh, Dios! ¡¿Cómo estás?! —Hunter se acercó rápido, tomándolo del otro brazo, mirándolo con atención y preocupación—. ¡Cuando me dijeron me preocupé tanto! ¡Dime que estás bien!

—¿Por qué no llegaste al partido? 

Fue lo primero que salió de su boca, porque, aunque su corazón se alegrara de volver a verla, todavía seguía cargando con el resentimiento por no haber cumplido otra de sus promesas.

—¡Lo siento! Estaba en un embotellamiento y hubo una cadena de choques, entonces Jimin tuvo que ir a ayudarme...

—¡¿Qué?! ¡¿Estás bien?! —preguntó alterado, tomándola del hombro, mirándola con atención—. ¡¿Te sucedió algo?!

—Tranquilo. Solo a mi coche, pero me encargaré de eso luego. Ahora solo me importas tú —respondió restándole importancia mientras Jungkook parecía relajarse un poco—. ¿Tú cómo estás?

—Una luxación de hombro —informó haciendo una mueca—. Ya volvió a recolocarlo en su lugar y debo ser paciente porque tendré que hacer reposo y usar un cabestrillo de mierda.

—¿Y luego? ¿Qué pasará con... Ya sabes, el hockey? —preguntó algo tensa.

—Fue lo primero que pregunté. Dijo que luego de unos meses, puede ser que unos cuatro si ven que logro recuperarme bien, pueda retomarlo.

—Y lo harás...

—Pero ¿qué haré durante cuatro meses sin jugar? ¡¿Qué pasará con el equipo?! —preguntó alterado—. ¿Qué pasa si ya no puedo jugar como antes? ¿Si comienzo a lesionarme y tengo que dejar de jugar antes de tiempo?

—Jungkook, relájate —pidió con suavidad, apoyando la mano en su hombro sano—. Es normal que ahora estés así de alterado y te hagas tantas preguntas, pero ahora tienes que tomártelo con calma. Verás que hablar con mi padre y con el equipo te ayudará. Deben venir dentro de un rato, pero mientras tanto intenta relajarte un poco.

Tomó una respiración profunda, asintiendo, pensando en que quizás tenía razón. Al levantar la cabeza y encontrarse con un intento de sonrisa por parte de la castaña, llevó la mano a la suya.

—¿En verdad ibas a verme jugar? —su voz salió casi por lo bajo, dejándose notar algo de inseguridad. Hunter asintió—. Al no verte, creí que luego de lo que sucedió, tú ya no querías saber nada de mí.

—Después del partido, tenía la intención de hablar contigo.

—Bueno —murmuró haciendo una mueca—. Quizás podríamos hablar ahora.

—Sí, supongo que estaría bien.

La miraba con atención, rogando que no fuera nada malo, aunque su forma de preocuparse por él y ahora el saber que sí quiso estar en el partido hacían que supiera que seguía siendo importante para ella, que seguía teniéndole cariño, pudiendo así relajarse un poco.

—Quiero disculparme contigo.

—No creo que seas tú la que deba disculparse.

—Jungkook, te golpeé...

—Y yo llevo tiempo alejando a cualquier hombre de ti —replicó algo avergonzado—. Creo que me merecía ese golpe. Y por cierto, admito mi error. Sé que jamás debí meterme así en tu vida. Lo siento, Hunts.

Somos unos idiotas, pero no quiero alejarme de ti.

—Yo soy más idiota por forzar las cosas contigo...

—No creo que lo hayas forzado —murmuró tímida, logrando que Jungkook se ilusionara.

—Ven aquí conmigo.

No parecía muy convencida, pero aun así aceptó mientras él pasaba el brazo por sus hombros, haciéndole apoyar la cabeza en su hombro bueno.

—¿Eso significa que estamos bien?

—Claro que sí. Te he extrañado como no tienes idea, Jungkook.

—Y yo a ti.

Se aferró más a ella, que pasó la mano por su abdomen, llegando a acariciarlo, lo que le hizo sonreír antes de dejar un beso en su cabeza.

—De todas maneras, quiero decirte algo.

—¿De qué se trata?

—Sé que nunca me has pedido nada, ni siquiera que te ponga primera, que me preocupe por ti y quiera protegerte como lo hice este tiempo, pero seguiré haciéndolo, solo que sin meterme en tu vida como le he hecho. Estoy decidido a entregártelo todo sin pedirte nada a cambio —expresó con suavidad mientras ella lo miraba enternecida—. Seguiré amándote aunque no me ames de la misma manera, aunque te prohíbas a quererme, aunque el corazón se te cierre y te aferres a nuestra amistad. Estoy dispuesto a seguir haciéndolo, porque estoy seguro de que en algún momento te darás cuenta de que soy el indicado para ti, Hunts.

Al ver sus ojos verdes cristalinos, su sonrisa y lo enternecida que estaba, él también sonrió, llevándose una sorpresa cuando ella lo tomó de la mejilla y juntó sus labios en un suave beso.

—No tienes que esperar nada porque ya me di cuenta —murmuró sobre sus labios.

La puerta fue abierta, llegando a golpear contra la pared, haciendo sobresaltar a ambos, más por los gritos, pero el equipo al verlos en esa situación se detuvieron.

—¿Qué estás haciendo con mi hija, Jeon? —interrogó alzando una ceja, Víctor.

—N-nada...

—Ahora va a tener más motivos para gritarte —murmuró levantándose, Hunter.

—Atrévete a lastimarla y juro que te provocaré una luxación en el otro hombro —advirtió acercándose.

—¡Papá! —exclamó indignada—. Mira en la situación en que está y tú te atreves a jugar con eso.

—¿Quién dice que estoy jugando?

—Oh, Dios...—murmuró frustrada, cubriéndose el rostro al sentirse arder por la vergüenza, ya que los del equipo los miraban atentos.

—Prometo que no lo haré —escuchó por parte de Jungkook—. La amo de verdad.

—¡Otra buena noticia para hoy! —habló emocionado—. Pero primero tienes que saber que...

—¡Ganamos el partido! —exclamaron al unísono, provocando que Jungkook los mirase atónito.

—¡¿Hablan en serio?!

—Dos a uno, capitán —informó asintiendo, Quinn.

—Mira, te trajimos esto —Tobiah se acercó con un arreglo floral—. Esperamos que puedas recuperarte pronto.

—Lamento haber fallado...

—¡¿Qué cosas dices?! —cuestionó arrugando el rostro, Quinn—. Tú nos diste la confianza necesaria, hasta hiciste el primer gol. Yo hice el segundo, por cierto.

Los demás asentían estando de acuerdo, Landon se acercó pasando el brazo por los hombros de Tobiah.

—El triunfo es de todos, Jungkook.

Así pasaron algunos a darle ánimo a Jungkook, el equipo conversando con él unos minutos, contándole cómo fue el partido. Al pelinegro se le fue imposible no mejorar su ánimo, feliz de escucharlos, pero aún más de mirar a su lado y encontrarse con Hunter, que lo observaba con una gran sonrisa.
















(...)









El tiempo pasó. La relación de Jungkook y Hunter iba más que bien, pues con casi veintidós años de amistad, casi dos de noviazgo, ya se conocían a la perfección, teniendo discusiones normales, pero que arreglaban al instante. Si algo había entre ambos era amor, paciencia, comprensión y confianza hasta para hablar lo que podría resultar incómodo, pero eso era algo que Jungkook le había enseñado gracias a la crianza de sus padres, porque Hunter podía haberse cerrado demasiado gracias a su relación pasada. Aun así, aquel pelinegro que fue por tanto tiempo su mejor amigo, y que aunque llevaran mucho tiempo de novios seguía considerándolo así, había abierto su corazón, logrando que volviera a confiar.

A Hunter le iba más que bien con su restaurante, lo que la tenía contenta. Mientras tanto, su padre había logrado, a pesar de las pocas expectativas, que los Arctic Blaze superaran las Eliminatorias de los Stanley Cup —un trofeo que se entrega al campeón de la National Hockey League, donde juegan los mejores equipos de la liga profesional sobre hielo de Canadá y Estados Unidos—, decidiendo al poco tiempo dejar su carrera como entrenador. Eso desanimó demasiado al equipo, pensando en la eliminación total, pero la organización se encargó de darle el control total a Richard Smith, un hombre que le devolvió las esperanzas a los Arctic Blaze, aunque Jungkook hasta extrañaba las discusiones que podía tener con Víctor, su entrenador y suegro.

Ahora se encontraban ambas familias en un restaurante, compartiendo una cena entre conversaciones y risas, recordando viejas anécdotas. Si algo habían deseado los Jeon y los Dall era en algún momento unir sus familias, sabiendo que en un futuro sus hijos podrían darse cuenta de que eran el uno para el otro, algo que terminó sucediendo.

Jungkook parecía bastante ansioso, pero Víctor apretó su hombro, regalándole una sonrisa tranquilizadora mientras asentía, dándole ánimos.

—Yo...—habló llamando la atención, Jungkook—. Me gustaría decir unas palabras.

Hunter dejó de conversar con Woorim y su madre, Amy, para fijar su mirada en Jungkook, el cual carraspeó la garganta mientras su rostro enrojecía por la vergüenza al levantarse, teniendo la atención de todos sobre él, hasta de quienes estaban en otras mesas.

—Primero quiero agradecer a nuestros padres, no solo por todo lo que han hecho por nosotros, sino porque gracias a que se reencontraron veintidós años atrás, conocí a la persona que solo me ha dado más felicidad —comenzó con una sonrisa, provocando también la de Hunter—. He pasado unos años de mi vida buscando escuchar las campanas al conocer al amor de mi vida, pero la verdad es que las escuché de niño cuando te vi por primera vez, cuando llevabas aquel vestido rosado y tu cabello trenzado —Sonrió al recordar ese momento—. Recuerdo que los primeros pensamientos que tuve de ti esa noche fueron que... Eras la niña más molesta, pero parecida a una princesa que conocí.

Todos en la mesa reían ante sus palabras, pero Jungkook no dejaba de observar con dulzura a Hunter, la cual tenía las mejillas sonrosadas.

—Y sé que desde niño he sido muy molesto contigo, algunas veces haciéndote llorar, llevándome reproches de nuestros padres. Que nunca te hice caso en absolutamente nada, así que ahora puedo confesar que todas esas veces que te decía que quería contar tus pecas y tú te enojabas diciéndome que no lo hiciera porque solo te saldrían más, jamás te hice caso —confesó divertido, provocando que ella, aún conservando la sonrisa, negara con la cabeza como si no fuera nada sorprendente—. Quizás por eso te han salido esas quince más. Y es que he contado todas tus pecas, todos tus lunares, como estrellas en el cielo.

La castaña sentía cómo su visión se volvía nublada a causa de las lágrimas mientras lo observaba enternecida cómo se acercaba ella.

—Llevo casi veintidós años amándote más allá del latir del tiempo. Te amo con mis palabras, con mis silencios. Y quiero seguir haciéndolo por el resto de mi vida —expresó sorprendiéndola al arrodillarse frente a ella, sacando del bolsillo de su pantalón un estuche bordó, provocando que ella chillara mientras sus padres los veían emocionados, aunque ya esperaban ese momento—. Hunter Dall, además de darme el privilegio de ser tu mejor amigo y tu novio, ¿podrías también darme el de ser tu esposo y cumplir la promesa de casarnos a los treinta?

Hunter tenía su rostro enrojecido y cubierto por ambas manos, sin ser capaz de verlo, lo que hizo que Jungkook volviera a levantarse.

—¿Mi amor...? —Jungkook llevó las manos a sus muñecas, por lo que ella las bajó un poco, permitiendo que viera sus pestañas húmedas y su maquillaje corrido por las lágrimas, llegando a sollozar por lo bajo—. Oh, no llores, por favor.

—¡Estoy llorando de felicidad! —exclamó todavía sollozando, por lo que él soltó una ligera risa.

—Entonces, me harías el hombre más feliz si aceptaras.

—¡¿Cómo podría rechazarte cuando me haces tan feliz, Jungkook?! —preguntó entre lágrimas y una gran sonrisa con la intención de acercarse a besarlo.

—Oh, espera. Falta lo más importante.

Con algo de torpeza tomó el anillo, por lo que Hunter rápidamente comprendió a lo que se refería, dándole su mano mientras con la libre se cubría los labios para no chillar al ver cómo se lo colocaba en el dedo anular.

—¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! ¡Voy a casarme! —exclamó enseñando su mano con el anillo brillante mientras sus padres se abrazaban entre ellos.

—¡Además de mi mejor amigo, mi consuegro, Víctor!

Ambos hombres se abrazaban emocionados, para luego levantar sus copas y brindar.

—¡Pero bésalo, hija! —exclamó riendo.

Hunter, al reaccionar y ver cómo Jungkook parecía esperarla, se abalanzó sobre él, juntando sus labios en un dulce beso, siendo tomada por la cintura.

Hacía tiempo había pensado que no volvería a enamorarse al haber sido tan lastimada por Gareth, haciéndole creer que solo iba por un camino sin espacio, sin rutas por donde pudiera deslizarse. Pero Jungkook la hizo caer en su mirada, en sus labios y manos. Cada mirada desde entonces, cada sonrisa robada, cada suspiro y risa fueron sanándola, devolviéndole la confianza, volviéndose una promesa, un mutuo acuerdo de escogerse y seguir viviéndose. Pues, si había algo en lo que Hunter comenzó a creer desde niña, fue en las promesas que eran por el amor que se tenía con Jungkook.

Ahora cada vez que lo miraba, se preguntaba cuántos años lo tuvo a su lado siendo su mejor amigo, el hombre que tanto amaba y en el que más confiaba, no pudo darse cuenta de que siempre fue el indicado. Y aunque ambos tiempo atrás tuvieron miedo de arruinar su amistad, ahora unirían sus vidas.

¡Hola!

¿Qué les pareció esta segunda parte? ¿Les gustó el final? ¿Se lo esperaban?

Espero que hayan disfrutado de este Two shot, tanto como yo he disfrutado de escribirlo. Quería poder darles unos personajes imperfectos, con una trama de mejores amigos, que sea bastante tranqui a lo que suelo escribir, y bueno, este fue el resultado. Por cierto, si tienen alguna trama que podría ser un shot y quieren que yo la escriba, pueden pasarse por mi Instagram __cocainepink que voy a estar dejando seguramente el domingo, luego de todas las actualizaciones, la cajita de preguntas para poder interactuar con ustedes y saber qué tramas nuevas y últimas les gustaría que les trajera.

Pero más que nada espero que haya logrado cumplir con tus expectativas boggdanovic al estar dedicado a vos. Posta te volviste muy especial para mí y te quiero un montón, Ann.

En fin, gracias por todo el apoyo que le dieron

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