20

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Terminé de guardar toda mi ropa sucia en la maleta que llevaría a mi apartamento. Miré mi celular unas cuantas veces pensando si hacerlo.

—No pierdo nada—hablé en voz alta y marqué su número. Se demoró demasiado para mi gusto.

—Buenas tardes—que educada.

—Hola Ji Woon.

—Hola Unnie. ¿Algo nuevo que contarme?

—No nada—me hago la desinteresada—. Solo quería ver si JungKook y tú podían acompañarme hoy a un bar.

—Hoy JungKook no puede, tiene que...—ruedo los ojos al darme cuenta que me mentiría.

—¿Tiene que recuperarse de su ruptura? Si ya me enteré, muchas gracias por contarme—en mi voz se podía notar lo enojada que estabas.

—¿Te dijo?—sube un poco la voz.

—Alguien tenía que hacerlo, ¿no? Tal vez pasaban 20 años y yo aún seguía creyendo que estaban juntos—exagero todo.

—Perdóname, no sabía cómo decirte. Fuiste su amiga antes que la mía, no quería hacerte escoger.

—¿Escoger qué? Ustedes son personas, no se supone que deba quedarme con una—tomó la maleta con mi mano libre y salgo de mi habitación.

—Podrías ponerte de su parte.

—Es un problema entre ustedes, yo no debo meterme. Solo quiero saber cuando mi amiga está mal—camino como puedo hacia el estacionamiento.

—Yo estoy bien.

—¿Segura?

—Segura.

—No me mientas—pido con pesar.

—No lo hago, lo juro.

—¿Acaso no estabas enamorada?—detengo mi paso. No puede ser eso, por favor no, mi JungKookie no puede pasar por eso.

—Creo que nunca llegué a estarlo—va bajando el tono de voz.

—No mereces estar con alguien que no amas—recapacito en lo que acabo de pensar.

—El tampoco merece perder su tiempo con alguien que no lo ama. Supe que se intercambió a tu base. ¿Lo cuidarás?

—Siempre—suelta un suspiro—. Como mismo cuidaré siempre de ti—vuelvo a comenzar a caminar—. No tengo que quedarme con solo uno, ambos son personas muy importantes para mí, son como mis hermanos pequeños.

—Has madurado—se burla de mí y sonrío, tiene algo de razón.

—Me tocó hacerlo.

—Debo dejarte—luego de despedirnos miré bien la manija de la puerta del piloto. ¿Debería ir a hablar con él ahora?

Claro que sí.

_____
Arreglé el cuello de mi camisa y me atreví a tocar. Que pase lo que tenga que pasar. Me abrieron dejándome entrar y agaché la cabeza para no encontrarme tan rápido con su mirada.

—¿No me vas a mirar?—pregunta con burla. Escuché cómo cerró la puerta, puso su mano sobre mi hombro y me estremecí sin poder evitarlo.

No sirvo para este tipo de encuentros.

—¿Nerviosa?—suelta una pequeña carcajada.

Vamos Eun Yeong, tú eres más que una chiquilla nerviosa.

—¿Por qué razón debería estarlo?—hablo con firmeza poniéndome recta y cruzándome de brazos.

—No me lo esperaba—admite dejando mi hombro libre—. Creí que hoy era tu día libre.

—Lo es, pero decidí hablar contigo sobre un tema antes de irme—hace un ademán con la mano dándome permiso para seguir hablando—. ¿Por qué siempre tengo que enterarme por otros sobre las cosas que tú deberías decirme?—me cruzo de brazos. Ahora que lo pienso, siempre es lo mismo, con la misión, lo de su novia y ahora lo de JungKook. Siempre estoy desinformada por su culpa.

—¿A qué te refieres? Nunca puedo contarte sobre nada porque me evitas.

—¿Así que usas estas cosas para que venga a hablar contigo?—no sé de donde saqué esa loca idea, pero bien por mí, le hice ponerse incómodo.

—No sé de que me hablas—le resta importancia.

—¿Por qué no me dijiste sobre JungKook?

—Es tu amigo, esperé a que él te contara.

—¿Por qué no me dijiste sobre Jiyu?—pregunté esta vez con un tono de voz más bajo.

—Pensé que no te interesaría.

—¿Por qué lo hiciste?

—Pensé que sería incómodo estar los tres aquí—¿acaso le contó a ella sobre lo qué pasó entre nosotros?

No, no, eso no es posible.

—Estás pensando mucho últimamente—trato de que se vaya un poco la tensión entre nosotros.

—Tú me haces pensar aunque no quiera—eso no me lo esperaba, disparo directo al corazón. Me retorcí incomoda y él muestra una sonrisa de medio lado.

—¿Qué intentas lograr, Kim Nam Joon?—se vuelve a poner serio.

—Que me des algo más que sexo—da un paso hacia mí.

—¿Acaso quieres mi riñón también?—guardo un mechón de mi cabello tras mi oreja, esto es raro. Suelta una carcajada seca que logra encenderme de una manera no muy decente.

—Sabes a lo que me refiero—ahora él se hace cargo de mi otro mechón suelto.

—No quiero que juegues conmigo.

—¿Me ves jugando?—ríe.

—¿Me ves sonriendo?—nuevamente oculta sus dientes.

—Relájate, jamás jugaría contigo. Las princesas no se merecen eso—y una ves más escucharlo decir "princesa" me provoca de todo menos asco.

—¿Lo prometes?

—¿No es suficiente tenerme frente a ti con ganas de besarte?

—No me gusta que me respondan con preguntas.

—Y a mí no me gusta que me hagan preguntas tontas—pone su mano en mi cabeza y me acerca a él de un tirón posando sus labios sobre los míos.

¿Por qué razón se siente tan familiar?

Nos movemos como si nos conociéramos de toda la vida y supiéramos exactamente qué hacer. Siento que estamos tan coordinados que hasta me da un poco de miedo.

Estoy aquí besándolo sin saber qué pasó entre él y su novia. Sin saber porqué no me buscó antes si tantas ganas tiene de mí. Sin saber exactamente qué planes tiene para lo "nuestro". Pero sus besos hacen que esas preguntas pasen a un segundo plano. Soy adicta a sus besos y ni siquiera los he probado lo suficiente como para que logren esta reacción en mí.

Su mano acaricia mi cabello suelto haciendo todo aún más romántico de lo necesario. Apoyo mi mano en su mejilla para hacerme creer que es real, esto está pasando. Una vez más lo tengo entre mis brazos y no me parece incómodo.

—¿Quieres que salgamos hoy en la noche?—pregunta pegando su frente a la mía. Su respiración caía sobre mis labios, se me olvidó como se hablaba.

—Aún tengo cosas que ordenar en mi apartamento y ropa sucia que lavar—logro decir.

—Podría ayudarte.

—Prefiero hacerlo sola—y pensar en todo lo que acaba de suceder.

—Como prefieras—asiento lista para irme—. Una cosa más, sobre esto—me señala y luego a él—. Está de más decir que prefiero que todo sea un secreto—fruncí el entrecejo. Entiendo que la otra vez fuera un secreto, pero si ahora quiere algo más no deberíamos andar ocultándonos—. Me gustan más las cosas que pasan desapercibidas, sin las miradas de todos sobre nosotros.

—Entiendo, no tengo nada en contra de eso. De hecho pienso igual—digo rápido haciéndole sonreír.

—Perfecto. Nos vemos mañana.

—Hasta mañana—sin previo deja un corto beso sobre mis labios y camina hacia la puerta para abrirla—. Gracias—digo refiriéndome a la puerta y salgo sin mirar atrás. Creo que estoy comenzando a alucinar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro