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En el capituló anterior olvidé hablar sobre la presentación en los Grammys🥲.

BTS Y SUS PRESENTACIONES SON TODO LO QUE ESTÁ BIEN EN ESTE MUNDO.

Ya...
____

Monotonía, eso describe mis días. Cada día era igual que el anterior, hacía todo por inercia. Despertaba, desayunaba, entrenaba a la escuadra, ayudaba en la cocina, me aseaba y a la cama. Día tras día, nada interesante sucedía. Me sentía como si estuviera atascada en una relación tóxica, y esa relación era entre la vida y yo.

Lancé los dados y caminé con mi ficha.

—Gané—digo sin ganas al darme cuenta que había entrado todas mis fichas. JungKook me mira mal y se deja caer sobre el suelo.

—Estás haciendo trampas—ruedo los ojos y me acuesto a su lado.

—No soy como tú.

—Es imposible que me hayas ganado cinco veces seguidas.

—No lo es.

—Deberías tener un récord guinness o algo—sonrío.

—No quiero quitarle protagonismo a los demás jugadores de parchís—siento como toma mi mano y comienza a jugar con mis dedos.

—¿Está todo bien?—pregunta de repente.

—¿Por qué la pregunta?—también juego con sus dedos. Era como una pequeña guerra.

—Últimamente te noto apagada, y sé que es algo normal que estés así, pero me preocupo.

—Estoy bien, JungKook. Todo está superado—miento. No ha pasado ni un mes, es obvio que todo no es color de rosa. Sigo teniendo sentimientos por esa persona que prefiero no mencionar, no es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana. Necesito tiempo para sanar, tiempo para aceptar que no era la persona indicada para mí. Tiempo para que desaparezca ese deseo de tenerlo entre mis brazos otra vez.

—Solo quería estar seguro—giré mi rostro para verlo.

—No tienes que preocuparte por mí, sé cuidarme sola.

—Eso lo tengo más que claro—sonríe y finalmente me agarra bien de la mano—. Eres como mi hermana, lo sabes, ¿no?

—Tu hermana mayor—sonrío y él asiente como puede—. Me gusta serlo.

Nos quedamos un rato conversando sobre temas triviales, desde sus nuevas canciones favoritas hasta de la última película que vimos en el cine. Me gusta esto, es algo nuevo, es bueno salir de la rutina.

—Hoseok siempre pregunta por ti—menciona sin mucha emoción—. Creo que le gustas—solté una gran carcajada y luego otra, mi barriga estaba comenzando a doler por reírme tanto—. ¿Qué te hace tanta gracia?—pregunta cuando vuelvo a respirar con tranquilidad.

—Lo que dices. Hoseok es solo un amigo—digo convencida de mis palabras.

—Creo que deberías volver a buscar la palabra "amigo" en el diccionario—niego segura de que yo tengo razón y él solo está viendo cosas donde no las hay.

—Créeme que sé de lo que hablo, es solo un amigo, igual que tú.

—Yo no te miró de arriba abajo cada vez que pasas por delante de mí—susurra, obviamente lo escucharía, y ese era su objetivo.

—No hace eso—me levanto del suelo y me siento en la cama. Lo veía desde arriba.

—Si lo hace—sigue mis pasos para estar a mi lado—. Deberías darle una oportunidad, es un buen chico.

—¡No voy a coquetearle a un chico que no le gusto!—subo un poco la voz.

—¡Si le gustas!

—¡Da igual!—me cruzo de brazos—. No estoy preparada para citas.

—Yo digo que ahora más que nunca deberías tenerlas. Un clavo saca otro clavo.

—Esas son mentiras. Un clavo solo te hace aferrarte más al otro clavo—hace una mueca rara.

—Me iré a dormir ya es tarde—besa mi frente y se va de mi habitación sin decir nada más.

Claro que no le gusto a Hoseok, eso es imposible.

____

—Escuché que hoy regresaba Kim Nam Joon de su luna de miel—detuve mi caminata cuando escuché a las dos chicas hablando.

—¿Qué miras?—pregunta la otra mirándome mal. Fui demasiado obvia.

—Nada—contesto tratando de mantenerme callada.

—¿Qué se siente que él vuelva? ¿Le seguirás rogando?—sigue hablando y la miré como si fuera un bicho raro.

—Cállate si no quieres que te deje una marca en la cara—amenazo y ella sonríe con gracia.

—Así reaccionan las dolidas—toma a su amiga de la mano y se van dejándome con la palabra en la boca.

No tengo ánimos para seguirla y decirle todo lo que se merece, en gran parte tiene razón. Todos hablan sobre cómo me comporté en la iglesia. Incluso hablaron sobre eso en las revistas de chismes. No pasé para nada desapercibida. Soy famosa por ser el cuerno.

—¿Eun Yeong?—miré al chico que se había detenido a mi lado. Traté de sonreírle.

—Hola.

—¿Estás bien? Estás muy quieta—asiento con efusividad. Hoseok tenía fruncido el entrecejo dándome a entender que no me creía.

—¿Necesitabas algo?

—Sí—suelta un suspiro—. Si soy muy directo pido disculpas de antemano.

—Descuida.

—¿Quieres tener una cita conmigo?—esa pregunta me tomó demasiado desprevenida—. Si no quieres lo entiendo, me estoy apresuran...—lo interrumpo con una sonrisa.

Me planteé la posibilidad de aceptarle la propuesta. ¿Qué tiene de malo? Soy una chica libre, tal vez JungKook tiene razón al decir que debo comenzar a salir con otras personas. No lo usaré para olvidar a Nam Joon, jamás haría eso. Pero tal vez si me ayude a desconectar.

—Claro, sería un honor tener una cita contigo—la sonrisa en sus labios casi llega a sus ojos. Reí por eso, me hace sentir bien que esté feliz por tener algo tan simple conmigo como lo es una cita.

—Perfecto. ¿Eliges el lugar?

—No, hazlo tú. Sorpréndeme—asiente más de una vez.

—No te vas a arrepentir.

—No lo dudo—besa mi frente y se despide con un movimiento de mano.

Kim Nam Joon está viviendo su vida y disfrutándola al máximo, ¿por qué no puedo hacer yo lo mismo? Tendré una cita con Hoseok y pruebo disfrutarla, nada ni nadie lo va a impedir.

Ilusa.

Justo horas después tenía que presenciar su llegada al cuartel. Llegó con una sonrisa y saludando a todos como si fueran amigos de toda la vida. No me acerqué, claro que no lo hice, mantuve la distancia y la vista lo más lejos posible de él. Si sentí que me miró, me incómodo y me hizo sentir cosas que no quiero aceptar. No esperaba que no me afectara verlo, solo que creí que a esta altura ya sería más fuerte y controlaría mejor mis sentimientos.

—Creo que me voy a comprar una camisa igual que la de él—y como no, JungKook suelta el comentario más fuera de lugar que he escuchado en toda mi vida.

—¿Igual que la de quien?

—Que la de Kim Nam Joon. Debo preguntarle dónde la compró, recuérdame hacerlo—lo miré como si estuviera loco—. Me gusta la camisa, eso no tiene nada que ver contigo—aguanté las ganas de pegarle y traté de relajarme.

—Ya mejor voy a la cafetería, debo limpiar las mesas—asiente y me alejo lo más rápido posible, no quiero pasar por algún momento incómodo.

Todos me miraban y cuchicheaban, es obvio sobre que hablaban. Quisiera que alguno de ellos estuviera en mi lugar, que sientan lo mismo que yo y que se depriman cuando vean que alguien los juzga con la mirada. No soy mejor persona que ellos, pero al menos no critico sobre la vida de los demás.

_____
Lee estaba ayudándome a organizar el lugar, se dió cuenta de que hoy la cafetería estaba más revuelta que nunca y decidió quedarse. No hemos tenido mucho roce, pero siempre nos ayudamos mutuamente en nuestros quehaceres.

—¿Y qué tal estás?—pregunto para sacar algo de conversación.

—Eso debería de preguntártelo yo a ti—me señala con la escoba.

—¿Acaso hay alguien que no sepa sobre lo mío y...—guardé silencio, no quiero decir su nombre.

—No—sonríe orgulloso de su respuesta y volví q lo mío dándole la espalda—. Es el chisme del que todos hablan, y más ahora que...—se quedó callado por más de lo necesario.

—¿Te comió la lengua el gato?—me giro para verlo. Claro, claro que estaría parado en la puerta. Ya se había tardado.

—Puede retirarse—le exige con la mirada a Lee, este asiente rápido y se va casi corriendo.

—Te encanta venir al comedor—trato de mostrarme calmada. Si no lo miro, no haré estupideces. Tomé la escoba que antes tenía Lee y me comencé a mover por el lugar.

—Siempre estás aquí.

—Aquí trabajo—mi corazón se estaba acelerando, la respiración me faltaba. Creo que voy a tener un paro cardíaco.

—¿Podemos hablar?—suelto una pequeña carcajada sin gracia.

—¿Sobre tu luna de miel? No gracias, ya vi suficiente en las redes sociales. Por cierto, felicidades por el compromiso—paré con la escoba y ahora estaba bajando las sillas de las mesas.

—No pienso hablar sobre eso. Quiero hablar sobre nosotros.

—Entérate, Kim Nam Joon—lo miro a los ojos para que le quede claro—. No hay un nosotros—lo dije con tanta frialdad que hasta yo me lo creí.

—No te mientas, mueres por besarme—mentiras, no dice.

—El único que se está mintiendo eres tú si crees que con unas palabras me vas a recuperar—sinceramente, no sé de donde estoy sacando las fuerzas para mostrarme tan fría y segura.

—Hablemos, por favor. Podemos arreglarlo todo. Podemos hacer que mejore—me sorprendo cuando me toma de la mano.

—¿Por qué me sigues molestando? ¿Por qué no me dejas ser feliz, ya sea sola o con alguien más?

—Porque te amo, y quiero que seas feliz solo conmigo—lo dijo tan serio que casi me lo creí.

—No mientas—quito mi mano con brusquedad.

—Eun Yeong, hablemos, puedo hacerte entender porqué hice lo que hice. Podemos estar juntos aún—en sus ojos podía notar un destello brilloso. ¿Acaso quiere llorar?

—Tus palabras ya no funcionan conmigo—ese destello también debe estar en mis ojos, quiero llorar. Quiero salir de aquí y no verlo más. Quiero poder superarlo y sentirme orgullosa de ello.

—Por favor—suplica con la mirada.

—Lárgate de mi vista. Debo continuar con mi trabajo—vuelvo a lo mío.

—Te puedo ayudar.

—No quiero que lo hagas—digo cortante.

Segundos más tardes escuché como se cerraba las puerta de un tirón. Finalmente se había marchado. Solté un suspiro de cansancio y me dejé caer sobre una silla. Las lágrimas no tardaron en salir, un sonido espantoso salía de mi garganta. De todas las veces que había llorado por él, esta era la que más me dolía. Jamás hago ruidos cuando lloro y ahora parece que están matando un animal en la cafetería. No podía detenerlo, quería liberarme de alguna manera, y si no es hablando con él, esta será mi solución.

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