Capítulo 34. Jamie Sawyer

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Phoebe estira la mano sobre mi regazo, tratando de alcanzar la cremallera de mis pantalones tan pronto como la película comienza.

—¡Phoebe, espera! —gruño lo más bajito que puedo—. No podemos hacer esto aquí.

Ella mira hacia el resto de la sala antes de hacer un puchero con los labios.

—Si podemos, nadie está mirando.

Bueno, rayos. Voy a morir.

Si antes pensé que el señor y la señora Grey me matarían, hoy sé que van a descuartizarme y quemarme trocito a trocito.

Gimo de frustración y Phoebe lo toma como una señal para continuar buscando el cierre, así que tomo sus manos con las mías.

—Nena, me gustas mucho. Y quiero hacer las cosas bien porque papá y Maddie no paran de decirme que no debo arruinarlo.

—Pero no lo haces. —se queja—. Solo quiero tocarte.

—No me gusta hacer esto donde todos pueden vernos, van a tener una idea equivocada sobre nosotros.

Su mirada se enfoca en la pantalla por varios minutos, luego sonríe y se inclina para que la escuche.

—Tienes razón. Espera un minuto y alcánzame en el baño.

Intento tomar su mano para detenerla, pero ella ya está moviéndose entre la hilera de asientos para subir la escalera y salir de la sala. Por un momento considero no ir al baño con ella, pero se enojaría y sería nuestra primera discusión.

También sé que no dejaría que mi novia se meta en problemas ella sola, o que pase por la vergüenza de ser atrapada en el baño. Supongo que debo arriesgarme.

Cuento hasta 100 en voz baja y me levanto de la silla, tomando un sorbo de mi refresco y lanzando más palomitas de maíz dentro de mi boca. Regreso por el pasillo y entro en el baño de hombres, ya que el de mujeres tiene la puerta abierta y un par de chicas se saludan.

—¿Phoebe? —susurro, mirando por debajo de las puertas—. ¿Estás aquí?

Tal vez entró en el sanitario de mujeres y espera que yo también entre ahí. Giro sobre mis pies para salir cuando la puerta del último cubículo se abre.

—¡Pst! ¡Jamie! —me hace una seña para que me acerque—. Cierra la puerta.

Empujo la puerta para que vuelva a cerrarse, me apretujo con ella dentro del cubículo y cierro la puerta. Para quien entre, será obvio lo que pasa porque nuestros pies sobresalen por la parte baja.

—Rápido. —alcanza el botón de mis pantalones y el cierre—. No haremos nada más que tocarnos con nuestras manos.

Ni siquiera tiene qué bajar mi pantalón porque desliza la mano dentro para moverla sobre mis boxers. Su mano libre se mueve por su falda negra y desaparece dentro de sus bragas.

—Phoebe, este no es el lugar adecuado para hacerlo. —me quejo, luego mis pensamientos divagan—. ¿Cómo carajos le hace Ted para acostarse con esas chicas si no puede llevarlas a casa?

Yo podría meter a Phoebe en mi habitación con tranquilidad porque nadie me molestará, pero no puedo decir lo mismo de los Grey, que probablemente derrumbarían mi puerta.

—No me importan las conquistas de mi hermano, Jamie. —levanta la falda hasta que puedo ver sus bragas de algodón—. Tócame aquí.

La miro por algunos segundos, tratando de decidir si debería tentar la piel suave de mi novia o intentar llegar a mi cumpleaños número dieciocho. Phoebe no me deja pensarlo porque aprieta mi pene a través de los boxers al tiempo que estira mi mano.

—Tócame.

—Si, señora.

No soy tan tonto. Pongo mis dedos sobre la tela de sus bragas y los muevo de arriba a abajo arrancándole un gemido bajito que provoque que me apriete el pene más fuerte.

—Phoebe —jadeo—. No puedo concentrarme si sigues sacudiéndome así.

Debe ser lo más extraño que me ha pasado, escondido en el baño de un cine con la mano de mi novia metida en mis pantalones. Phoebe me estruja con más fuerza y yo presiono entre sus piernas.

—¡Jamie! ¡Sí! —chilla con las mejillas rojas.

—¿Sí? —yo también gruño cuando el calor me recorre el cuerpo hasta llegar a mi pene.

Ambos estamos sonrojados, jadeando y tocándonos al mismo tiempo, tan distraídos que tengo qué estirar el brazo y sostenerme de la puerta para no caer al piso. Las bragas de Phoebe se sienten húmedas cuando retiro mis dedos.

—Oh, bebé. —tiene las mejillas rojas y los ojos brillantes—. Eso se sintió tan bien.

—Si. —mi mirada se mueve a mis boxers y la mancha húmeda en el frente—. Admito que fue divertido.

Nos tomamos un segundo para arreglarnos la ropa, luego abro la puerta para salir primero.

—La próxima vez, —Phoebe palmea mi pecho—. Deberías tocarme con tu pene, solo un poco.

Mierda. La erección que ya había bajado cuando comenzó a tocarme vuelve a subir y me duelen las bolas.

No voy a sobrevivir a 3 años de esto.

Sigo a Phoebe de vuelta a la sala y a nuestros asientos, pero no soy capaz de poner atención a lo que ocurre. Investigué sobre el traslado a la Estatal de Florida y es más complicado de lo que parece.

Para cuando la señora Grey vuelve por nosotros, la culpa me hace evitar su mirada y bajo de la camioneta tan pronto como estaciona afuera de mi casa sin siquiera despedirme de Phoebe.

Papá es al primero que veo cuando entro. Él está en la cocina tratando de calentar un pedazo de pizza que quedó de anoche.

—¡Hey Jamie! —me palmea el hombro—. ¿Quieres algo de comer?

—No.

Algo de eso no le gusta porque frunce sus cejas iguales a las mías.

—¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Christian te dijo algo?

¿Qué?

—No. —...todavía. Cuando lo sepa, tal vez—. Papá, ¿Hay algo que siempre hayas querido hacer lejos de aquí? Cómo en ¿Otra ciudad?

—Carajo, si. —se lleva el trozo de queso humeante a la boca—. Hace años me ofrecieron trabajar para SWAT en California, y de verdad consideré ir.

—¿Y qué pasó? —porque obviamente no fue, mamá lo habría dicho o vería fotos de eso.

—Decidí quedarme con tu mamá, pero me hubiera encantado ir a vivir la experiencia.

¿La experiencia? No estoy seguro de querer ser un policía como papá, pero hay algo que siempre me ha gustado. Y me mantendría alejado el tiempo suficiente hasta que Phoebe sea mayor de edad.

Mientras más lo pienso, más me gusta.

—Papá, me voy a enlistar con los marines.

.
.
.

2/2

LuciaSubuyuj hermosa, feliz cumpleaños!!! Espero que la hayas pasado genial en tu día 🙌 Abrazos 😊😚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro