Capítulo 64. Phoebe Grey

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Un año después...

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—Aprobé el examen de Humanidades, ¿Y tú? —Jenny inclina la cabeza para mirarme.

—También. —por apenas algunos puntos, pienso.

No es una excusa, pero mi mente divagó en medio del examen hacia el chico que he estado esperando. Su periodo en el ejército debería terminar pronto, pero él no se ha comunicado con nadie. ¿Tomó otras misiones? ¿Decidió que quería quedarse más tiempo? Tal vez ya no está seguro de dejarlo.

Rayos.

Levanto la cabeza para ver a Jenny y sus cejas fruncidas, su boca hace una mueca de labios apretados.

—¿Estás bien? Te ves un poco decaída, ¿Revisaste tus niveles de hierro?

Eso me hace levantarme de la mesa y sonreírle.

—¿Cómo se supone que sepa eso? ¿Crees que necesito un examen médico?

—Si. Podría explicar tu cansancio constante y tu ánimo decaído. Papá tiene unas pastillas de ging seng que toma para sentirse mejor.

—Paso. —tomo mis libros y me dirijo a la salida—. No necesito vitaminas, estoy bien. Solo quiero dormir todo el fin de semana.

Y que Jamie me llame pronto.

Mi mejor amiga camina detrás de mi, todavía hablando porque al parecer, cuando se siente en confianza habla hasta por los codos.

—Estaba pensando que deberíamos ir a mi casa y tener una pijamada, ya sabes, hacer cosas de chicas como ver películas cliché.

—Amo el cliché. —concuerdo—. Pero me gustaría algo que nos haga llorar, ¿Se te antoja ver a Hardin?

Jenny camina a mi lado por el pasillo de la escuela, pero de pronto se detiene y su expresión cambia por una muy irritada.

—¿Qué? —dejo de caminar para mirarla.

—¿Ese que está ahí es tu hermano? ¿No debería estar trabajando o algo?

Tengo qué girar la cabeza para ver un auto patrulla estacionado en la calle, y carajo, la cabeza castaña de mi hermano parece estar dentro.

Desde que se graduó de la academia de policía y lo asignaron a una patrulla, ha estado rondando cerca de mi escuela cada cierto tiempo. Y creo que eso tiene qué ver con cierta chica que me acompaña.

—Le diré a papá que les prohíba estar ahí. —se queja.

—¿Bajo que argumento? ¿Ser demasiado insistente con que salgas con él?

Ella lo piensa por dos segundos.

—Si.

—Solo ignóralo.

Como lo ha hecho el último año, aunque empiezo a preguntarme por qué parece tan molesta cada vez que ve a Ted.

Lo que sea.

Voy a reanudar mis pasos cuando algo llama mi atención. Algo extrañamente familiar. Contengo la respiración mientras pienso que mi mente extraña tanto a Jamie que lo estoy imaginando subiendo los escalones de la entrada con su uniforme militar.

Luego sonríe.

—¿Phoebe? —la voz de Jenny me sobresalta—. ¿Quién es?

Oh. Por. Dios.

¿Jamie?

Parpadeo lentamente para asegurarme que no es producto de mi imaginación, pero no lo es, no hay forma en que pueda imaginarlo tan diferente.

El chico que recuerdo era alto y delgado. El hombre que me mira parece tener músculos debajo de su uniforme y una barba de varios días. Su cabello negro con corte militar resalta sus hermosos ojos azules.

—¡Jamie!

Me lanzo hacia él, provocando que todos mis compañeros me miren correr y saltar a los brazos abiertos de mi novio. Mi uniforme de enfermera se estira cuando rodeo su cuello con mis brazos y él me sostiene con sus manos en mi trasero.

—Hola, nena. —su voz es incluso un poco ronca—. ¿Me extrañaste?

Las lágrimas corren por mis mejillas cuando levanto la cabeza y lo beso por todo el rostro, también sus labios y sus ojos. Agradezco al cielo que regresara a mi sano y salvo.

—Por supuesto que te extrañé, tonto. —él sonríe a mi cara llorosa—. Y estaba muy enojada porque no contestabas a mis mensajes.

Hace una pequeña mueca con sus labios.

—No sería una sorpresa si te dijera que estaba en camino, ¿Verdad?

Mis ojos se mueven en dirección al auto patrulla de mi hermano, él y Jase están ahí mirándonos. Ted tiene una mueca de labios y su nuevo amigo una sonrisa se oreja a oreja.

Idiota, más le vale no estar mirando a Jamie como lo hace con Teddy.

Mi chico me pone sobre mis pies, mirándome de arriba a abajo con más atención.

—Mierda, nena. Me encanta el uniforme de enfermera.

—Gracias, amor. —mis manos suben a apretar mis tetas juntas—. Se ve genial porque tengo más curvas que antes.

Carajo.

Jamie balbucea mirándome de nuevo, luego su cabeza gira para mirar detrás de mi, a lo que supongo son el resto de mis compañeros y compañeras. Yo también echo un vistazo buscando a Jenny pero ella ya no está.

Lástima.

Mi novio guapo toma mi mochila y me lleva con él al auto de Ted y Jason.

—Bueno, gracias por el aventón. —les dice y abre la puerta trasera para sacar su mochila—. ¿Nos vemos mañana?

¿Qué?

Teddy parece molesto, así que Jase se adelanta para estrechar la mano de mi chico.

—Claro. Nos vemos a las 10. —golpea a Ted en el brazo para que reaccione—. ¿Verdad?

—Si. —gruñe—. ¿Phoebe irá a dormir a casa?

No estoy entendiendo nada. ¿Por qué no iría a casa?

—Tal vez no. —Jamie responde—. Te haré saber lo que decidamos.

Antes de que pueda preguntar qué ocurre, Jamie toma mi mano y nos lleva por la acera frente a mi escuela hasta que detiene un taxi, luego me hace subir en él.

—Nene, ¿A dónde vamos? ¿Qué está pasando? —él me ignora para hablarle al conductor.

—Al Fairmont Olympique, por favor.

¿Qué rayos? No estoy asustada pero me gustaría saber qué diablos está pasando.

—James Luke Sawyer, ¿Tu familia sabe que estás aquí?

Mi chico me dirige una deslumbrante sonrisa.

—Ellos creen que llegaré mañana, Phoebe. Esta tarde es solo para nosotros.

Rayos.

Y nos dirigimos hacia un hotel.

Mis mejillas se llenan de calor al pensar que el momento que he estado esperando durante tres años por fin llegó. Y nadie podrá impedirlo.

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1/3

Fin de semana de maratón 😃

💙✨

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