La convivencia sana no fue para nada difícil. Lisa era, en pocas palabras, alguien colaborativa si se hablaba correctamente con ella.

Algo que Jennie aprendió a las malas luego de haberle ordenado que no se colgara de su cuello y Lisa le concedió su deseo, pero no sin antes humillarla por todos los pasillos de la universidad cuando imprimió una foto de su cara con un SE BUSCA y le preguntaba a la gente si había visto a su lindo gatito.

Recordar ese episodio hacía que su rostro ardiera en vergüenza.

Además, su mamá parecía encantada con Lisa, que la pasaba a buscar todas las mañanas con su envase lleno de pastelitos. Su mamá solía comprarle varios todos los días, y Jennie solía comérselos a escondidas para no admitir lo buenos que eran.

Incluso había comenzado a llevarse bien con sus amigas, en especial con Sana, en tanto Lisa generó también cierto acercamiento con Nayeon, juntándose de vez en cuando.

La única que parecía mirarla feo era la cara de alce, pero Jennie la pasaba por alto siempre.

Incluso ahora que Lisa estaba recostada en sus piernas, jugueteando con su cámara fotográfica. Frente a ella, Tzuyu estaba sentada hablando con Nayeon, acariciándole el cabello a Sana de forma distraída.

—Sonríe, gatito —dijo Lisa mirándola por el lente de la cámara.

Lisa le había contado, semanas atrás, que estaba estudiando Fotografía y que luego pensaba seguir estudiando Artes.

Su falsa novia no le había hablado en dos días luego de decirle que encontraba que era una carrera sin futuro.

—No me saques fotos —regañó Jennie cubriendo su rostro.

—Pero si tu cara es muy linda —Lisa le acarició la mejilla, sin dejar de sonreír—. Eres como una modelo, como la típica chica mala de la escuela que tiene a todo el mundo loco.

Jennie desvió la vista, pero sintió sus mejillas un poco ruborizadas. Chocó con la mirada burlona de Nayeon y chasqueó su lengua.

—Me estás avergonzado —regañó pellizcándole la oreja a Lisa, causando que se riera.

—Somos novias —le sacó la lengua—, puedo avergonzarte todo lo que quiera.

—Es divertido, saben —dijo de pronto una maliciosa voz, y levantaron la vista para encontrarse con una sonriente Sana—, llevan saliendo un mes, pero nunca las he visto besarse. ¿Y tú, Chewy?

Lisa se enderezó, repentinamente pálida, en tanto Jennie tragaba saliva.

—Nope —Tzuyu las miró con una ceja enarcada.

—¿Tú, chica robanovias?

Oh.

¿Qué?

Sana fulminaba con la mirada a Nayeon, que esbozó esa típica sonrisa de conejo que sólo ella poseía, mirando a Sana con diversión.

Tzuyu tragó saliva, metida entre ellas dos.

Lisa quiso reír ante la situación si no hubiera estado en problemas.

—No, aunque a veces veo a Jennie mirándole el culo a Lis.

Bueno, bueno...

¡¿Qué?!

Jennie desvió la vista, humillada, mientras Lisa ocultaba su rostro entre sus manos.

Sana soltó un resoplido, disgustada.

—Si son novias, ¿por qué no se besan? —las miró con desafío.

Lisa tenía la mentira perfecta, por supuesto.

—Jennie es demasiado reservada, ustedes saben...

Pero no pudo terminar su frase cuando de pronto Jennie la tiró al suelo, chocando su boca con la suya, y todo pensamiento coherente se esfumó de su cabeza.

Sí, también podían besarse para librarse de ese pequeño problema.

Porque, ¿qué podía salir mal si se daban un beso?

¡Gracias por leer!
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