07.- Arrepentimiento

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Golpe tras golpe recibía todo mi cuerpo sin tener un poco de compasión conmigo.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaba aquí, pero para mí ya había pasado una eternidad y los golpes parecieran no querer parar de llegar en ningún momento.

Minsoo no paraba de aventarme contra las paredes del callejón, y cada que intentaba salir corriendo o trataba de parar alguno de sus golpes se enojaba y desquitaba más.

Hubo un momento en dónde se detuvo y por un momento pensé que ya todo había terminado.....

Que equivocado estaba.

Sentí un jalón en los cabellos y al mismo tiempo como era aventado contra el suelo.

Caí como un peso muerto, pues de tanto golpes no podía ni pararme bien, soltaba quejidos y jadeos, pedía que se detuvieran, pero eso sólo aumentó su enojo y a cambió recibí patadas en la boca del estómago haciendo que todo el aire se me saliera.

Mi estado de ebriedad no ayudaba en nada, apenas y pude evitar que me trajeran aquí. Malditos cobardes.

Si yo hubiera estado en mis cinco sentidos por lo menos hubiera puesto más resistencia y me hubiera defendido.

- P-por favor, d-detente. - dije apenas audible, mientras me hacía bolita y me agarraba el estómago.

- ¿Te he dicho que hables? - preguntó molesto. - aún no hemos terminado. ¿Sabes? siempre me pregunté porque nunca se te veía con mujeres si tengo que admitir que no estas nada mal, hasta hace dos días.....eres mariquita Jeon. - soltó una carcajada en forma de burla. - Lástima que a mí no me van los penes, pero conozco a alguien que sí. - dijo dándome una mirada maliciosa. - ¡Hey Jaebum! ¡Ven acá, hombre!- dijo animado.

Enseguida pude apreciar a un muchacho que se acercaba con aires de superioridad, era casi de la misma estatura que yo, pero sin duda podría ser más fuerte que yo en estos momentos.

- ¡Jaebum, que bueno que viniste! Te dije que no te ibas a arrepentir. -dijo sonriendo ladino. - Te he conseguido a alguien con quien follar. - dijo mientras movía la cabeza en mi dirección.

Jaebum voltio a verme y pude ver un destello de diversión en sus ojos.

-No está nada mal.

- ¿Verdad que no? - oí que decía divertido. - A mí no me van los penes pero a ti si, pienso que sería una lástima no darle uso. - le animó mientras de daba palmaditas en la espalda.

- Hey, Minsoo, ¿no crees que eso es demasiado? - dijo Byung hun con tono entre confundido y nervioso.

- Cállate, no pedí tu opinión. - le dio una mirada llena de enojo. - Nosotros vigilaremos. - volteó a verme. - que lo disfrutes mariquita. - sonrió y sin más se fue seguido de los demás.

Sólo quedó Jaebum analizándome, sentí asco por la forma en la que me miró.

Yo baje la cabeza y pidiendo, no. Rogando que alguien viniera a ayudarme, no quiero esto.

Escuché el sonido de una bragueta bajar y enseguida me puse en estado de alerta.

Me iba a violar.

¡Ese maldito de hijo de puta me iba a violar! Y yo no iba a ser capaz de impedirlo.

Lo escuché acercarse y yo me cohibí todo lo que pude para que no pudiera tocarme.

- Tranquilo, te aseguró que te gustará. - dijo con un toque de diversión e intento tocarme la mejilla.

- ¡Aléjate bastardo! - le escupí en la cara y no tarde en recibir un golpe en la mejilla.

- Bien, intenté hacerlo por las buenas, atente a las consecuencias. - dijo mientras me agarraba fuertemente de la cara para que pudiera verlo. -más te vale poner de tu parte y mantenerte callado.

Y sin más sentí un tirón en mis pantalones tratando de quitármelos.

- ¡Déjame en paz! - grité tan alto como mis pulmones heridos me dejaron. - ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude! - forceje con él y sentí otro golpe más fuerte y este hizo que me desorientara por un momento.

- ¡Te dije que te callaras! - gritó dándome patadas en el estómago.

Sentí que todo me dio vuelta y me empecé a marear por la falta de aire. Solté un quejido de dolor, pero era esto a dejarme violar.

- A ver si con eso aprendes. - dijo enojado y me quito de un jalón los pantalones y parte de los boxers.

Su mirada de enojo cambió a una total de lujuria y yo en ese momento me estaba empezando a resignar, ya no me quedaban fuerzas para seguir resistiéndome.

En ese instante se oyó a lo lejos una patrulla y después de eso los gritos de los demás.

- ¡Corran!.

- ¡Jaebum, déjalo y vámonos! - grito Minsoo mientras corría hacía nosotros.

- ¡Pero es mío!

- ¡Vámonos ya! ¡¿O quieres que nos arresten cuando nos vean?!

Jaebum maldijo por lo bajo y se fue corriendo con los demás. Dejándome ahí tirado.

Solté sollozos y quejidos todo me dolía como la mierda. Intenté inútilmente ponerme los pantalones ya que apenas podía moverme, pero al menos logré cubrirme.

Estaba entrando en un estado de inconsciencia hasta que escuché el gritó angustiado de una mujer.

- ¡Santo dios! - su voz sonó tan aterrorizada que no tuve que penar mucho para saber qué tan mal me encontraba. - ¿Qué es esto? - la escuché cada vez más cerca con pasos apresurados. -¡Mira cómo te han dejado! Tranquilo, ya pasó todo estará bien. - la sentí acariciarme los cabellos tiernamente.

Y después de eso ya no supe más de mí.

Todo se volvió negro.


Desperté en una habitación completamente blanca, poco a poco me fui despertando y caí en cuenta de que me encontraba en la habitación de un hospital.

Estaba vendado en lo que era la parte del abdomen y me dolía horrores moverme.

¡Esos mal nacidos me la pagaran!

Cuando me haya recuperado les daré la paliza de su vida.

Un poco después de que me desperté entro Jin y Tae preocupados por mi estado y detrás de ellos una señora que no aparentaba tener más de 50 años con una mirada llena de angustia.

Me explicaron cómo fue que terminé ahí y me dijeron que efectivamente, la señora fue la que se había encargado de traerme aquí y que se había contactado con mis amigos.

Jin y Tae se encargaron de avisarles a mis padres.

Cuando llegaron todo fue un escándalo, mi mamá llorando de preocupación y de prepotencia al verme en este estado tan deplorable y mi papá todo serio tratando de ser fuerte y ser el soporte de mi madre.

Me sentí tan mal al verlos así preocupados por mí. Que todo el miedo que sentí mientras estaba en el callejón todo golpeado y a punto de ser violado de esfumó, convirtiéndose en un alivio de que gracias al sonido de la patrulla no me hubieran hecho nada.

De lo contrario me daría vergüenza ver a mis padres y mis amigos a la cara.

Sinceramente no me creo capaz de soportar tal peso.


Al llegar a mi departamento mis papás insistieron en quedarse conmigo al menos lo que quedaba de la semana.

A mi sinceramente no me importo, me sentí muy bien con sus cuidados.

Y qué decir de mis amigos que estaban igual de preocupados que ellos. Vinieron a verme todos los días y Tae se encargó de traerme los apuntes de las clases que teníamos.

Realmente tenía mal aspecto, ya que varias veces me tocó quitarme las vendas y meterme a bañarme yo solo.

Mi cuerpo estaba cubierto de hematomas que tenían colores verdosos y morados.

La semana se me pasó lenta a decir verdad, disfrute mucho de la estadía de mis padres conmigo. Pero yo tenía que ir a la escuela. Sentía la obligación de ir, si seguía posponiendo mi regreso sólo sería un acto de cobardía y yo no pensaba en darle el gusto a Minsoo. Claro que no, le mostraría que tan orgulloso puedo ser y que con esos golpes que me dio no serían suficientes como para derrumbarme.

Así qué aquí me encontraba yo en la entrada del colegio acompañado de Taehuyng y Jin.

- ¿Estás seguro que ya estas mejor? - preguntó preocupado Tae.

-Por supuesto. - dije sonriéndole. - sólo son quedaron algunos moretones que muy bien pasan desapercibidos con el maquillaje que le robe a mi mamá.

- Nos preocupamos demasiado cuando recibimos la llamada, kook. - comentó Jin, mientras empezábamos a caminar.

-Lo sé, sé que no debí alejarme de ustedes.

Taehyung negó quitándole importancia, sabía que se sentían culpables por no haber estado ahí.

- Pero yo aún tengo mi dudan, kookie... - dijo Tae plantándose enfrente de mí. -no nos has dicho quién fue el que te golpeo.

-Es cierto. - concordó Jin preocupado. - cada que te preguntamos esquivas el tema.

- Y-yo...no recuerdo. - mentí. - no quería que se metieran en problemas por ir a buscar a Minsoo y Jaebum. No quería que los lastimaran.

- Estas mintiendo. - sentenció Jin.

-Claro que no. - trate de sonar firme. - sinceramente no me acuerdo y dudo hacerlo. - Empecé a retomar el camino. - sólo olvídenlo, ya paso y estoy bien.

Y sin más me adentre a clases.




Las horas de clases fueron normal hasta cierto punto.

Supongo que los estudiantes del colegio se enteraron de mi situación porque cada vez que cambiábamos de módulo se me acercaban ya sea hombres o mujeres a preguntarme por mi estado.

Todo iba bien, no me había encontrado a Minsoo ni a ninguno de su grupito por ahí.

Pude respirar tranquilo, Jin y Tae parecían mamás gallinas detrás de mí, ayudándome a cargar mi mochila a que no hiciera movimientos bruscos y a la hora de comer se turnaron en ir cada uno por la comida.

Ya era la última clase y ningún rastro de Minsoo.

Y tampoco de Jimin...

Ese maldito.

Íbamos caminando cerca de la cancha de fútbol americano cuando en ese momento lo vi.

Todo sonriente, jugando con los demás como si no hubiera pasado nada. Como si le hubiera pedido que se quedara conmigo para ayudarme... Para protegerme.

Y en ese momento me desborone.

Di media vuelta y sin pensarlo me dirigí hacia donde estaba ese maldito bastardo que no sabía cumplir su palabra.

Jimin no sabe cumplir lo que dice.

- ¡¿Jungkook, a dónde vas?! - escuché detrás de mí como me gritaba Jin.

No me importo en lo más mínimo llevarme miradas debido al estado en el que me encontraba.

Sin darme cuenta empecé a llorar de impotencia cada vez que me acercaba más a Jimin.

Y cuando él me vio su cara de alegría se tornó en una cara de confusión.

Él se me acercó enseguida.

- ¿Jungkook? ¿Qué tien-..- no lo deje terminar de hablar ni deje que se acercará a mí ya que tenía tanto coraje que sin pensarlo le avente un puñetazo en la mandíbula.

Él se tambaleo hacia atrás y se pudo ver como cambiaba su expresión a una de enojo total.

- ¡¿Qué mierda te pasa?!

- ¡Todo es tú jodida culpa!

- ¡¿De qué carajos me estás hablando?!

No me importaba la gente que estaba alrededor de nosotros por el griterío. No me importaba en lo absoluto lo que podían pensar de mí.

Sólo me importaba hacerle sentir culpable por dejarme solo.

- ¡Por tu culpa casi me violan! ¡Me abandonaste y casi me violan!

Vi como abría sus ojos sorprendido por lo que le acababa de decir.

Y no solamente él, todos los que estaban en ese lugar se quedaron sorprendidos por lo que acababa de decir.

El campo se hundió en un silencio sepulcral, mientras Jimin me miraba sorprendido y yo le lanzaba una mirada llena de odio y de decepción.


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