Capítulo 10

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Todo bien? —Namjoon y el chico rubio habían salido de la camioneta— escuchamos el disparo.

—Todo bien —respondió Taehyung tratando de calmar su respiración agitada— avanzaremos un poco más para alejarnos de esta zona en la que ya hicimos ruido.

—¿Quienes irán a la gasolinera primero? —cuestionó el rubio.

—Hoseok, Jungkook y yo —respondió a lo que Hoseok aún enojado aceleró su paso hasta el asiento de conductor.

—Está bien, entonces así será.

Todos nos encaminamos a la camioneta sin mencionar palabra, al ingresar, observamos cómo el chico que no podía caminar miraba con preocupación al inconsciente. 

Estaba sudando mucho.

—Parece estar ardiendo en fiebre —comentó Taehyung al ver la condición del joven.

—Es por la herida, debe tomar algo si no queremos que se infecte, además de limpiarla constantemente.

—Tenemos una bolsa de medicamentos, quizá ayuden —ofreció Taehyung.

—Por favor 

Taehyung rebuscó un poco antes de entregarle el bolso al rubio, este lo recibió agradecido y empezó a buscar algunos en especial.

—Con todo lo que ocurrió —habló Taehyung— no pude disculparme, no debí haberlos amenazado con un arma. En ese momento, lo hacía por precaución, pero... sigue siendo muy precipitado.

El rubio lo miró sorprendido por las disculpas.

—No somos esa clase de personas —dijo Taehyung— solo estábamos pasando por un mal momento. Y no tengan miedo porque si encontramos a nuestra amiga o no, les estaremos agradecidos porque nos ayudaron.

—Aceptamos las disculpas, Taehyung —respondió Jimin.

—Aquí nos bajamos —Hoseok detuvo el vehículo de golpe— espero afuera —dijo aún furioso y bajándose de la camioneta.

Taehyung miró a Hoseok unos momentos antes de posar su vista en los demás.

—Confiamos en ustedes para que cuiden lo que tenemos, por favor, no nos decepcionen.

Ellos asintieron, con todo lo que ha dicho Hoseok, yo ya no sé qué pensar.

Salí de mis pensamientos al sentir la mano de Taehyung tomando la mía para poder bajar.

En su otra mano sostenía una soga, quien sabe para qué.

—No sueltes mi mano a menos que yo lo haga primero, si nos topamos con alguien te pones detrás de mí ¿bien? —al haber bajado cerró la puerta.

—Taehyung, no tienes que hacer esto. Puedo cuidarme solo, enserio.

—Si tu hermano me pidió que te cuide, es porque aún no puedes cuidarte solo, no del todo. Ya no discutas —dijo con su voz serena.

Sin opción accedí y comenzamos a caminar en un silencio incómodo debido a la tensión entre Taehyung y Hoseok.

Casi diez minutos sin una sola palabra, pero con un silencio matador.

Hubiésemos seguido así de no haber sido por el sonido emitido por mi barriga, se escuchó como si un dinosaurio hubiese rugido. 

Qué vergüenza.

—Tu protegido tiene hambre —dijo sin despegar la vista del frente— ¿le darás de comer en la boca también? 

Taehyung negó un par de veces y giró a verme.

—Espera un poco, comeremos cuando estemos seguros ¿te parece? —cuestionó a lo que yo asentí— bien, resiste un poco más.

La cosa es que yo no controlo los gruñidos de mi barriga, Taehyung. Esa cosa tiene vida propia cuando no como.

Por eso Jung Hyun siempre cargaba una barra de chocolate para mí en su bolsillo. 

Jung Hyun...

—S-si tienes tanta hambre podemos volver por comida —dijo Taehyung en voz baja y algo asombrado por mis lágrimas.

—No es por eso, estoy bien no te preocupes —respondí secándolas.

Hoseok dejó de caminar. Levanté mi vista y la gasolinera ya estaba a unos pasos, además se veía una pequeña tienda.

—Taehyung, yo abro la puerta de la tienda y tú revisas —comentó Hoseok dejando su enojo de lado para poder enfocarse en lo que iban a hacer.

Taehyung asintió y soltó mi mano para después mirarme.

—Necesito que me sigas, solo quédate detrás y si me ves tomar la pistola, tápate los oídos. 

Yo accedí a lo que me dijo y los tres comenzamos a avanzar. 

—No hagan ruido hasta que abra la puerta —susurró Hoseok caminando lentamente.

Asentí y estaba dispuesto a obedecer, sin embargo pisé un envoltorio causando un poco de ruido.

Me asustó y pegué un salto.

—Jungkook —renegó Hoseok en voz baja.

—Lo siento, solo era un envoltorio de algún tipo de paleta... lo siento.

Un envoltorio que podría estar tirado desde hace años o desde hace apenas unos minutos.

Lo que Hoseok hizo primero fue revisar a simple vista, la tienda se notaba vacía. 

Entonces abrió rápidamente la puerta de la tienda y la golpeó un par de veces ocasionando un poco de ruido. 

—Ahora —soltó haciendo que Taehyung atara la soga que tenía a las manijas de la puerta de cristal.

Se encontraba muy cerca del suelo, si había algún infectado entonces tropezaría al instante.

Taehyung estuvo a la espera de cualquier cosa que se asomara. Al notar que nada se aproximaba decidió hablar.

—Si hay alguien dentro, solo queremos gasolina y pasar la noche aquí —avisó.

No existió respuesta.

—Vamos a ingresar, no disparen.

Dicho esto, miró a Hoseok y asintió.  

Ambos ingresaron, yo por los nervios tomé la polera de Taehyung antes de continuar siguiéndolo.

—No hay nadie —susurró Hoseok bajando el arma que sostenía— menos mal, porque la última bala la gastaste de manera estúpida, Taehyung.

¿Última bala?

—Si no disparaba en ese momento quien sabe lo que le podría haber hecho a Jungkook.

—¿Sigues con eso? —cuestionó con el ceño fruncido— sabes qué, no tiene caso seguir discutiendo con un hombre terco, voy por los demás. Si es que siguen donde los dejamos.

—Ya cállate, siguen en la camioneta.

—Claro que están en la camioneta, pero fugándose. Tú quédate cuidando de tu protegido

Sin decir más, Hoseok dio media vuelta.

Taehyung soltó un suspiro profundo y comenzó a buscar con la mirada en los estantes de la tienda.

Habían pocas cosas, aunque gran variedad, desde gasolina y cosas para autos hasta golosinas.

Quien sabe hace cuánto caducaron. Por más que quisiera, no comería ninguno.

—Jungkook, puedes comer esto por mientras —Taehyung me acercó un paquetito de chocolate.

—Gracias Taehyung —respondí de inmediato tomando el chocolate en mis manos.

Habiéndome dado cuenta de mi tonta acción, procedí a revisar la fecha de vencimiento.

Apenas podía leer por la poca iluminación, pero logré hacerlo.

—¿Qué ocurre? —cuestionó al ver mi rostro asqueado.

—Hace dos años que esto es incomible.

—No creo que sea para tanto... ¿o sí? Aún debe saber bien.

—El problema no es comerlo, es lo que pasa después —respondí rascando mi nuca.

Taehyung asintió con una leve sonrisa y siguió buscando.

—¿Y esto? —cuestionó tomando un paquete de goma de mascar— venció hace unos meses, al menos ayudará a matar el hambre hasta que los demás vengan.

Accedí a lo que dijo y tomé el paquetito, lo abrí y empecé a mascar.

Acerqué el envoltorio a mi nariz, olía a cereza y a una posible indigestión.

Seguía siendo mejor que nada.

Taehyung siguió revisando los estantes, noté como una sonrisa de alegría salía de sus labios.

—Esto nos será muy útil, es un milagro encontrar este tipo de cosas.

Fijé mi vista a lo que estaba mirando, eran cosas de aseo personal. Muchos cepillos, pastas dentales, jabones y más.

—Al menos algo salió bien en este día —comenté un poco desanimado debido a que posé mi vista en el chocolate que Taehyung me había ofrecido, recordando a mi mayor.

—Siento mucho lo que ocurrió hoy, si necesitas hablar puedes hacerlo conmigo. Sería lo mismo que hablar con una pared porque no se qué decir en ese tipo de situaciones, pero serviría de algo de todos modos.

—Gracias Taehyung y en cuanto a lo que ocurrió con Hoseok, lo siento mucho. Pelearon por mi culpa.

—No te preocupes por eso, lo arreglaremos.

Asentí y seguí paseando mi vista por toda la tienda.

Caminé un poco topándome con muchas cosas, entre ellas noté un par de botellas de alcohol.

Tomé una en mis manos y la observé, Jung Hyun siempre quiso darme mi primer trago.

Él soñaba con encontrar alguna botella para mí.

—Jung Hyun —pensé en voz alta.

Al parecer Taehyung me escuchó y giró su vista de inmediato.

Sentí una lágrima resbalar por mi mejilla.

No puedo controlar las lágrimas, salen sin avisar dejando un dolor terrible en el pecho.

Solo espero que con el tiempo, pueda dejar de afectarme tanto.

—Tranquilo—dijo acercándose— trata de pensar en otra cosa.

Su manga secó la lágrima que había derramado.

—Está muerto —solté— murió y no lo volveré a ver.

—Jungkook —me miró a los ojos— rayos, la verdad no sé qué decir.

Al no poder hacer nada más, me atrajo a él para poder envolverme en sus brazos.

—Perdona mi silencio, no sé cómo puedo consolarte —dijo acariciando mis cabellos.

—Con esto es más que suficiente —respondí humedeciendo nuevamente su ropa.

La escena duró unos minutos y luego fue interrumpida por el sonido de la camioneta llegando.

Me separé lentamente y lo miré.

—Parece que llegaron —comentó— quédate aquí, iré a traerte algo de comer.

Asentí y él salió de la tienda, yo bajé un rato la mirada y cerré mis ojos tratando de tranquilizarme.

—Tranquilo Jungkook —me hablé a mí mismo— ya pasó, él está descansando muy feliz.

Levanté inmediatamente mi vista al escuchar cómo los que parecían ser seguros de un par de armas eran retirados.

Me acerqué asustado a la entrada para poder ver lo que ocurría.

Observé a Taehyung apuntándole a una chica que apuntaba a la cabeza de Hoseok.

Ella tenía una sonrisa confiada, de sus labios resaltaba el palito de una paleta.

¿Y esta loca de dónde salió?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro