Capítulo 39

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—Vaya, esto se ve tan...

—Desolado y a la vez escalofriante —Yeseo terminó la oración de Namjoon.

—Aunque no tan desolado, los infectados se encuentran por todos lados —uno de los hombres intervino.

—Intentamos acorralar la mayor cantidad de infectados en zonas CVR —comentó el señor Kang— pero siempre llegan más o consiguen salir.

Todos en el vehículo compartían una conversación, el único que se mantenía callado era Jimin. 

No era sorpresa que estuviese pensando en Yoongi.

El chico apenas había comenzado algo con su mayor y ya no sabía si lo volvería a ver, estaba poniendo su vida en riesgo por él al tratar de recuperar la camioneta perdida.

Sonaba idiota y de hecho lo era.

—No haremos mucho por hoy, tan solo buscar un poco de comida empaquetada para ustedes. Algunas conservas duran demasiado así que con suerte habrán vencido hace poco.

—A Yoongi no le gustará la idea de la comida pasada —comentó Namjoon— tiene el estómago tan delicado como una flor.

Jimin logró escuchar aquellas palabras y sonrió embobado.

Era cierto, era muy quisquilloso.

—El joven era buena familia —dedujo el señor Kang— de ser así ¿Por qué no los evacuaron fuera del país? Hasta donde tengo entendido eso hacían con los adinerados.

—No quisiera tocar ese tema —pidió Namjoon.

El hombre entendió y no preguntó más, en su lugar estacionó el vehículo en un callejón. 

—Antes de bajar, escuchen muy bien —advirtió el señor— no se separen o están muertos, las  balas no caen del cielo y no gastaremos nada. Si alguien se aleja, quedará bajo su responsabilidad. 

Jimin ya lo tenía claro, no llamaría la atención, pasaría desapercibido y cuando menos lo piensen habría regresado con las inyecciones.

El grupo bajó en silencio, Jimin fue el primero en hacerlo, estando de nuevo en el exterior miró con asco el lugar.

En una esquina un cadáver se encontraba tirado, el olor que desprendía era nauseabundo. 

—Miren ese —habló Yeseo mientras se acercaba sin miedo alguno— parece que su pierna ya le era completamente inservible, puedo ver el hueso y sí que apesta. 

El rubio fijó su vista en el lugar nombrado, era cierto, estaba destrozada.

—¿Qué crees que haces? —Namjoon inmediatamente empujó la mano de Yeseo

La apartó bruscamente, pues la jovencita estaba por tocar la pierna del hombre o al menos lo que quedaba de ella.

—¡Oye! —renegó Yeseo girando a verlo— no la iba a tocar, no soy así de tonta. Solo bromeaba. 

—Es que pareces una niña pequeña, compórtate y deja las bromas —ordenó colocando sus manos a la cintura

Ella le sonrió y  volvió a acercar su mano, esta vez uno de sus dedos se inclinó más.

—Señorita por favor, tome esto enserio y aléjese del cadáver —pidió el señor Kang— si la muerde, no dudaré en cortarle la mano completa y dejarla aquí. 

—Si me muerde será mi responsabilidad —contestó desafiante— no se contradiga señor Kang.

Namjoon suspiró pesado y luego tomó la mano de Yeseo alejándola del cadáver. 

—¿Es que no tienes modales? —susurró Namjoon.

—No quiero más problemas, cuando salgamos de este callejón los quiero a todos mudos. Solo quiero escuchar sus respiraciones, ni siquiera sus pasos —advirtió.

¿Un hombre estricto?

No, tan solo un hombre lleno de miedo y consiente del peligro de su entorno.

Todos avanzaron, Jimin se quedó hasta atrás. Sus ojos buscaban los nombres de las calles por la que pasaban.

Tan solo esperaba no caminar demasiado para llegar al lugar comentado por Hoseok. 

[...]

—Adelante —soltó Taehyung de inmediato al haber escuchado golpecitos en la puerta.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó el señor Lee entrando a la habitación con un pequeño carrito de comida.

Un suspiro de decepción salió involuntariamente de la boca de Taehyung.

—¿Es que acaso esperabas a alguien más? —replicó frunciendo el ceño.

Taehyung se quedó callado.

—Pues claro —se contestó a sí mismo el hombre mayor— si quieres que Hoseok venga puedo llamarlo, no ha salido de la sala de recepción desde que el grupo de Park Jimin salió.

—No, está bien, no lo llame —contestó desviando la mirada.

El señor Lee observó al joven. Entonces no era a Hoseok al que quería ver.

—Estuve buscando a In Soo, ¿lo has visto? 

—Hace poco vino a verme —comentó Taehyung— al que no he visto es a Jungkook ¿Usted lo ha visto? —cuestionó mirándolo atento.

—No, no he visto al chico —respondió calmado— ¿Puedo hacer una pregunta, Taehyung?

—Claro señor Lee.

—¿Por qué cuidas y te preocupas tanto por el jovencito? 

Taehyung tragó saliva mientras buscaba las palabras adecuadas, no quería malos entendidos.

—Se lo prometí a su hermano mayor quien falleció hace poco. Jungkook es mi responsabilidad.

—Oh, ya veo —dijo sirviendo algo de agua caliente en una taza— aunque Yoomi también era tu responsabilidad, no te comprometas de más o terminarás cuidando de medio mundo. Al menos lo que queda. 

La mandíbula de Taehyung se tensó.

—Lo siento mucho señor, no era mi intención perderla de vista. Las cosas pasaron tan rápido que...

—No lo tomes a mal, no quise decirlo de esa forma —interrumpió el señor— es solo que no puedo evitar nombrarla.

Taehyung lo entendió.

—Ahora lo único que me queda de ella es su nombre. Mi memoria vieja y gastada ya casi no recuerda su rostro.

—La volverá a ver cuando la encontremos.

—Oh no, no quiero eso. Si la veo no podré dejarla ir de nuevo.

—Entonces podemos quedarnos aquí. Yoomi es más fuerte, lo podría soportar.

El señor Lee bajó la mirada ante lo que decía el joven. 

Era cierto, tanto él como Hoseok no sabían de la infección de In Soo. Aquella información había quedado entre él, su hija y hace poco también en Park Jimin.

—No, prefiero que mi hija esté fuera de la ciudad. Es mejor para ella y para In Soo estar separados. 

Taehyung no quiso entrometerse más con respecto al tema, así que habló de lo siguiente que tenía en mente.

—Usted, ¿cree que haya una razón para que Jimin y su grupo hayan mentido tan gravemente?

El mayor detuvo lo que estaba haciendo, pensó unos momentos. Optó por callar.

Tan solo siguió con lo que hacía.

—En estas situaciones, no hay justificación que realmente valga la pena cuando el daño ya está hecho. Sea por la razón que sea, ya tuvieron su castigo y es suficiente.

Taehyung estaba inconforme con lo que decía el señor Lee.

—¿Vio cómo se puso Jimin al saber que Yoongi también ayudaría? —preguntó—como si lo sobreprotegiera.

—Le debe tener un gran aprecio —dijo entregándole una infusión a Taehyung.

—No, es más que eso —el joven recibió la taza mientras miraba a su mayor— estoy comenzando a dudar. 

—¿Dudar sobre qué? 

—Acerca de si Yoongi en verdad no puede caminar por su recuperación de un accidente... no —se interrumpió— de lo que estoy dudando es del tipo de accidente que sufrió Yoongi.

Tarde o temprano, alguien comenzaría a sospechar. No era sorpresa que ese alguien fuese Taehyung.

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