"De esta manera me fui acercando todos los días, y desde ambos extremos de mi inteligencia, a la verdad cuyo parcial descubrimiento me ha arrastrado a un naufragio tan espantoso: que el hombre no es realmente uno sino dos".

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hayde, 

Robert Louis Stevenson.

  ¡¿Muerto?! Al abogado Utterson le resultaba imposible hacerse a la idea, su formación jurídica se lo impedía. No conseguía salir de su perplejidad, por más que reflexionara en algunos acontecimientos cuya verificación era innegable.

  Debía reconocer que la carta que había recibido del Dr. Lanyon, amigo de infancia al igual que Henry Jekyll, lo había desconcertado. Pero recién al volver a repasar la misiva que le remitió este último, sintió que el suelo se le movía debajo de los pies.

ᅳYa habían llegado a cierta edad y chocheaban ᅳexpresó en voz alta: el sonido de las palabras ásperas retumbaba en la que él llamaba su habitación de pensar, una estancia vacía en la que sólo había un sofá.

  Y, no obstante ello, meditaba en un suceso, inusual desde cualquier punto de vista, acontecido en su bufete: Jekyll había hecho un testamento en el que nombraba a Hayde su heredero universal. Algo que al letrado le parecía una aberración, ya que decían que ese hombre era la personificación de la maldad. Un familiar suyo, incluso, había tenido que intervenir cuando ese ser, que todos describían como de una fealdad extrema, intentó raptar a una niña.

  Ahora Henry estaba muerto y Hayde había desaparecido. No habían hallado el cuerpo por culpa de la corriente, quizá había acabado en el mar. Sin embargo, decenas de personas atestiguaban que escucharon una discusión, poco después de que el asesino, Edward Hayde, entrara en la vivienda a medianoche. Oyeron amenazas e insultos varios, antes de que éste empujara a Jekyll por la ventana. Con tan mala fortuna que cayó al río que había debajo, desde una altura en la que ninguna persona sería capaz de sobrevivir.

ᅳY en esta carta me pone que ha conseguido desdoblar la personalidad ᅳsusurró, moviendo la cabeza pensativamenteᅳ. Que Hayde es él mismo, después de beber una poción. Que Hayde es su lado más oscuro, el que lo lleva a alimentarse de la sangre de otros seres humanos y a no tener piedad.

ᅳY es muy cierto ᅳexpresó alguien, interrumpiéndolo.

  Presa del espanto, se giró en dirección a la ventana. Al contemplar al objeto de sus pensamientos, comprendió que todas las historias eran ciertas: la faz de esa criatura reflejaba el horror que debieron de sentir todos los que tuvieron la desgracia de toparse con él.

  En un intento por salvar la vida le preguntó:

ᅳ¿Eres tú, Henry, querido amigo?

ᅳHenry ha muerto ᅳmanifestó el vampiro, aferrándolo por el cuelloᅳ. O, mejor dicho, yo, Edward Hayde, he fingido su muerte para ocuparle el cuerpo. No tengo nada en su contra, abogado Utterson, pero comprenderá que debo eliminar todas las pruebas. He asesinado a Lanyon y sólo me quedan usted y las cartas.

  Y, alzando la capa como si fuera un búho gigantesco, le mostró los colmillos al letrado y cayó sobre su yugular.

El horrible momento de la transformación.

https://youtu.be/p2Jpy9SrWtY