6- Demanda de divorcio.

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ᅳ¡Qué angelito! ᅳmurmuró Wanda, observando a su esposo desde el exterior del piso de él.

  A través de la ventana, lo vio moverse en sueños. "Ex marido, acostúmbrate a llamarlo así", pensó, ya que sólo faltaba que le notificaran el fallo para ser una mujer divorciada.

  Desde que la chica había abandonado el hogar conyugal con el hijo de ambos, el hombre se había ensañado con ella. Y eso que le había dejado prácticamente todo, hasta el anillo de bodas. Denuncias ante la Guardia Civil, la Policía Nacional, el Ministerio de Educación, el Ayuntamiento y muchos sitios más, con excusas variadas. Aunque terminaran dándole la razón era un incordio, pues apenas podía trabajar, tenía que ir de un sitio a otro con la abogada. Incluso, una mañana al ir a llevar al niño al colegio, descubrió que el coche no se encontraba aparcado en su sitio: él había enviado una grúa para que se lo llevaran, sin importarle que el juzgado le hubiese concedido el uso y de que fuese el más frío día invernal.

  La fortuna poco le había importado a Wanda: estaba cansada de sus abusos. Para no verse obligada a soportarlo por más tiempo, había vendido un negocio en común y le había dado las ganancias de la venta. A ella únicamente le habían tocado las deudas y, aun así, tampoco estaba contento, aunque le sobraba el dinero, provenía de una familia acomodada. Deseaba castigarla por haberlo dejado y que pasara estrechez era parte de su entretenimiento. Quería que ella tuviera muy presente todo lo que había perdido al fugarse, aunque el hijo también padeciera. Sólo le interesaba él.

  Mientras la muchacha buceaba en sus recuerdos, Pedro saltó de la cama y se acercó a la ventana, abriéndola.

ᅳ¡¿Qué haces aquí?! ᅳle preguntó, asombrado.

  Pensándolo bien, su perplejidad era normal: Wanda flotaba a una altura de más de diez metros. Ella lo miró fijo. Pedro se quedó quieto, sin mover un músculo. La mujer le dijo:

ᅳCariño, he venido a quitarte la sangre, como tú has hecho conmigo.

  Y tirándolo de la mano, sin acceder a la habitación, se le acercó al cuello. Le clavó los colmillos, directo en la yugular.

ᅳAhora voy de visita a la casa de mi querida suegra, amor, ¿quieres mandarle un mensaje a tu mamá? ᅳexpresó y luego le cortó la cabeza, para evitar que se convirtiera en un vampiro de verdad.



El marido se empeñó en dejar a Wanda en la calle.




¿Por qué no hacerse un buffet libre con su sangre, entonces?


https://youtu.be/p152EdOtZy8

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