Bendición

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Eva entreabrió los ojos y sintió que Ringo jugueteaba con un mechón de su cabello. Se abrazó más a él, le gustaba estar así, sentir su calor. Cualquiera diría que lo de la noche anterior habia sido igual a lo de la noche del sábado, simplemente se había acostado con un tipo. Pero para ella era totalmente distinto.

-Mierda –pensó–¿será que nunca podré decidirme? Pensaba que por lo que habia pasado con Paul preferiría a el, pero ahora....también me quiero quedar con Ringo....Basta Eva, viví el presente y listo.

-Evy....¿ya despertaste? –preguntó Ringo suavemente.

-¡Sí! –dijo incorporándose alegre y dándole un beso.

-Te amo muñeca. ¿Qué te parece si vamos a desayunar? Al final anoche no comimos la gran cena que me maté preparando –ahí recordó que sus amigos seguramente habian vuelto y podrían estar durmiendo o, lo que era peor, dando vueltas por la casa.

-¿Qué pasa? –preguntó Eva, que notó su preocupación.

-Los chicos...

-Uhh....un momento ¿qué hora es?

-Las siete. –respondió mientras daba un bostezo.

-¿¿¿Qué??? ¿¿¿Las siete??? ¡¡¡Tengo que ir al trabajo!!! –se sentó en la cama mientras buscaba desesperada su ropa desperdigada por toda la habitación y Ringo la miraba, divertido.

-Voy a ver si están en casa –dijo levantándose.

Espió por la puerta, pero se escuchaba nada, bajó las escaleras pero tampoco, ni signos de desorden ni nada parecido, todo tal cual lo habia dejado en la noche. Miró en las habitaciones y nada.

-No hay nadie. –dijo ya nuevamente en su habitación. Eva suspiró aliviada– John y George deben andar borrachos por ahi, y Paul quién sabe dónde está.

Pese a que en ese momento estaba ahi con él, no pudo reprimir un gesto de enojo, al saber que "sus otros tres" andarían aún de jarana por cualquier lado.

-¿A qué hora entrás a trabajar? –preguntó el, que se habia dado cuenta del gesto de ella, pero no le dio importancia.

-Ocho y media.

-Ahhh....¡tenés tiempo! Yo te llevo, no te preocupes. Preparo el desayuno, si querés bañate.

Diez minutos después, Eva le daba un gran abrazo y un beso mientras él le servía el desayuno.

-Mmmm....¡esto huele rico! –dijo mientras comía una tostada– Café con leche, mi preferido

-¡Viste que yo sé todo!

Dijeron algunas tonterías mas, mientras comían, y se reian de sus caras de dormidos.

-¿Vas a seguir trabajando en el bar? –preguntó Ringo cuando se hizo un rato de silencio en el que sólo masticaban.

-Si....bah, no sé. ¿Por qué la pregunta?

-Es que no entiendo porqué empezaste ahí, y además justo trabajás viernes y sábados, los días que podríamos vernos tranquilos, o verte con los chicos...

-Empecé para distraerme, para sacármelos de la cabeza a ustedes. A la vista están los resultados –rió.

-Tendrías que dejar todo tus trabajos, así tenés mas tiempo.

-Claro, y vivo de comer aire.

-No pero, ¿para qué estamos nosotros?

-Mantenida jamás –dijo con una sonrisa, pero con firmeza– Voy a pensarlo mejor a lo del bar, porque la verdad es que termino la semana agotada y encima tener que estar levantada casi toda la noche, y ya empieza esta época en la que la garganta no me acompaña, me pongo afónica enseguida. Y con la próxima paga llego para comprar la guitarra para Dante.

-¿El nene que vive en tu casa?

-Si, ¿cómo sabés?

-Me dijo George, dijo que es precioso.

-Si, es muy listo. ¡Uy, qué tarde!

Ringo la llevó hasta el trabajo y después de una despedida interminable, por fin entró al edificio. El muchacho le encantaba, lo quería con locura, era tan tierno y dulce...

-¡EVA!

-Jenny, ¿qué te pasa?

-¡Te estaba hablando, mujer! ¡Parecés que estuvieras volando! Ah, ya recordé porqué....¿qué tal tu noche?

-Maravillosa. –dijo soltando un suspiro.

-Maldita, no sabés cuánto te envidio. Pero igual te aviso que llegaste tarde.

-¿Cómo? Si son las ocho y med....-miró el reloj de la entrada y vio que ya eran las nueve y unos minutos. Ahí comprendió la carita de travieso de Ringo cuando ella entró a la cocina y lo sorprendió "acomodando el reloj" de la cocina, según dijo él. Lo había atrasado.

-Eva, ¿me estás escuchando? –Jenny trataba de que su amiga bajara de la nube de colores donde parecía flotar.

-¿Eh? ¿Si? ¿Que pasa?

-Sacate esa sonrisa tonta.

-¿Qué pasa? –repitió con desgano.

-Nada. Dejalo así. Veo que estás muy enamorada.

-¡Ay si Jenny! ¡Son tan lindos!

-¿Cual es mejor, Paul o Ringo? Y no me mires así, sabés a lo que me refiero.

-No tienen puntos de comparación, son totalmente distintos, ¡pero tan hermosos, tan dulces, tan román...!

-¿Pueden callarse las dos? –Margaret las miraba con fastidio.

-Perdón Margaret –alcanzó a decir Eva y se sentó en su escritorio.

****************

La semana pasó sin sobresaltos. El trabajo igual que siempre, con algún que otro encontronazo con Margaret, siempre fastidiada por las conversaciones entre las chicas y la pesadez del "estúpido" que siempre revoloteaba demasiado cerca de Eva. Los chicos vivían llamándola por teléfono a todos lados, ya sea en su casa, o en el trabajo. En las noches continuaba con sus clases a Dante, que avanzaba muy rápido, tanto en tocar la guitarra como en sacar conclusiones sobre quién era "el novio" de Eva, porque ya habia deducido que tenía. Pero lo que la preocupaba era Jenny, parecía la misma Jenny de siempre, no obstante algo ocultaba, seguramente su situación con Joseph, a quien no habia mencionado en toda la semana y Eva temía sacarle el tema.

El viernes por la noche, esperaba que el bar comenzara a llenarse de gente para cantar. Mientras, podría hablar con Bill y comunicarle su decisión.

-Bill, ¿puedo hablar con vos?

-Un momento, antes quiero darte una noticia: ¡comenzarán a trabajar dos bandas! Las contraté ayer, son muy buenos.

Vio que Bill estaba muy entusiasmado y no se animaba a hablarle.

-¿Y qué tenías para decirme?

-No, nada Bill.

-¿Cómo que nada? Vamos chica, ¿qué pasó?

-Es que...no sé como decírtelo, no me lo perdonarás. Me ayudaste mucho cuando entré acá y ahora....

-¿Querés irte?

-Si. ¡Pero no me voy a otro lado, eh! Solo que ya no voy a cantar más. Perdoname.

-Eva, no hay qué perdonar. Decís que te ayudé, pero vos también me ayudaste a mi, fuiste la primera que se animó a cantar acá y a hacer este lugar un poco mas entretenido para que viniera la gente, y lo conseguiste. No me pidas perdón, es tu decisión. Pero no hace falta que te diga que cuando tengas ganas de volver a rascar la guitarra y pegarte unos gritos, las puertas estarán abiertas para vos.

-Gracias Bill, de verdad, sos muy bueno. Gracias por todo.

-¿Cuándo será tu última actuación? Así ya voy avisando...

-¿La semana que viene te parece?

-Como quieras. Ahora podes ir preparándote, ya hay bastante gente.

Dio una mirada al pequeño local y vio sentada a Jenny en una de las mesas.

-¡Jenny! ¡Qué raro vos por acá!

-Ora vez discutí. –respondió amargamente.

-Amiga...

-En realidad no discutí, pasó lo que siempre pasa: yo quiero hablar y él se va pegando un portazo –hasta ese momento habia hablado con dureza, pero se quedó en silencio unos instantes y con la mirada gacha. Luego levantó la vista y Eva vio sus ojos húmedos– Estoy tan cansada de esto...

Eva la abrazó, y Jenny descargó algunas lágrimas.

-Tranquila, pronto acabará.

-Si, si me decido a terminar...–dijo secándose los ojos y volviendo a su habitual alegría–Ahora...¡quiero tomar algo fuerte! ¡Hay que ahogar las penas!

-¡Yo te invito! ¿Cerveza, ajenjo, vino....?

-Nada de esas pavadas. Whisky con vodka.

Eva pidió en la barra lo que Jenny quería cuando vio que Bill la llamaba desde el costado del escenario.

-¿Qué hay? –dijo al acercarse.

-Eva, él es Patrick, el líder de una de las bandas que contraté.

Vio a un muchacho alto, rubio y simpático.

-Hola Patrick, un gusto.

-¿Cómo estás Eva? Estamos acá gracias a vos, porque comenzamos a venir a este bar para escucharte. Me dijo Bill que te vas, es una lástima.

-Si, pero las cosas son así, son etapas.

-¡Eva me dijiste que me invitabas y no pagaste mi trago, el mozo está reclamándome! –Jenny se apareció, interrumpiendo la amable conversación con cara de fastidio.

-Ahora lo pago, no te pongas asi....–respondió la chica con pocas ganas– Te presento a Patrick, es de una de las bandas que tocará ahora.

-Hola Patrick, soy Jenny –se presentó, ya con otro semblante y con un tono de voz mucho mas suave.

-¿Qué tal, Jenny? –dijo sonriéndole

-Bien, muy bien.

-Si me disculpan –dijo Eva–tengo que subir a cantar, nos vemos después.

-¡Ey, mi trago!

-Uff..., ahí tenés –le arrojó su billetera, que Jenny abrió impaciente, como un niño pequeño, mientras Patrick se reía.

Comenzó a cantar "Cotton Fields" de Creedence. Desde allí, vio que Jenny y Patrick charlaban y reían al pie del escenario. Quizás era demasiado rápido para hacer predicciones, pero algo le decía que esos dos se entenderían. Y muy bien.




Hello girls! Aquí les dejo esto, espero que les guste. Tiro pregunta beatle: cuál es su objeto beatle preferido? los mios son los libros beatle que tengo y una taza que si bien no es de los Beatles es de Liverpool y que la amo mucho. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro