Llegó el día

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Saltaba emocionada en su habitación, no podía creerlo, ni siquiera alguna vez lo había imaginado: conocería a los cuatro Beatles, y no en un concierto, como tantas chicas, sino en su propia casa, ¡y estaría sola con ellos! Aquello era un sueño, el paraíso,  hasta que cayó en la cuenta de algo:

-¡Por Dios! ¡No tengo qué ponerme!

Abrió su armario y no, no había nada "respetable" para ponerse, todo era infinitamente aburrido, o demasiado cargado, o muy de niña...Nada era adecuado para ver a los Beatles, aunque tampoco sabía qué era lo adecuado para estar frente a ellos. Lo que sí sabía era que no iría con nada de toda esa ropa horrible que tenía allí. Lo peor era que tampoco tenía mucho dinero como para comprar algo bueno. Una vez que tenía billetes en la mano, los guardaba en una lata y de allí no los sacaba porque era para su próximo hogar.  Definitivamente tendría que acudir a Jenny. Así lo hizo al otro día, cuando llegó al trabajo

-Jenny, necesito pedirte un favor.-dijo avergonzada.

-Claro, lo que quieras.-Jenny la miró extrañada mientras tomaba un sorbo de café.

-Eh...necesito saber si me prestarías ropa...tengo que...

-¡Ah, ya veo!-dijo interrumpiéndola- Algún muchacho te invitó a salir y no sabés muy bien qué hacer con eso.

-Eh...digamos que no es uno...son cuatro.

-Pero...no tenés cara de p...

-¡Jenny!-gritó sobresaltada Eva- ¡No digas eso!

-Bueno, me decís que salís con cuatro, no puedo pensar otra cosa.

-No es una salida, es ir a la casa.

-¡Peor! Eso no me tranquiliza nada pero bueno, cada una hace lo que quiere.

-Dejá de pensar cosas degeneradas. Es por trabajo.

-Claro que es por trabajo, eso ni dudarlo, una tiene necesidades y a veces hay que recurrir a...

-Es para hacerles una nota....a The Beatles.

Jenny escupió el café que estaba tomando y le manchó la blusa a Eva.

-¡Me ensuciaste!

-Perdón, después te la lavo...¿me estás hablando en serio?

-Si...bueno...Ringo me invitó a salir con él a una fiesta, le dije que no, y parece que no quiso darse por vencido y me llamó de vuelta para preguntarme si aceptaba hacerle una nota a los cuatro...Y dije que sí.

-Nena...¡eso te valdrá un ascenso!

-¿Ascenso a qué?

-Ni idea, pero seguro que te aumentarán el sueldo...y si así no fuera, ¿qué mas da? ¡Vas a ver a los cuatro! Todas mataríamos por eso, venderíamos hasta a nuestras abuelas.

-Estoy nerviosa, no sé que hacer...

-A Ringo lo ténés en la cartera, por algo te insistió, significa que te quiere ver ...Picarona.

-Ay no lo tomes así...

-¿Qué? ¿No te gusta?

-Claro que me gusta, ¿cómo no me va a gustar? Si vos misma lo dijiste, todas mataríamos por ellos...El problema es que si me gustara él solo, bueno...pero...me gustan los cuatro.

-Eso no puede ser. Todas tienen su beatle preferido.

-Pues yo no.

-Cuando los veas a todos ahí, sentaditos ante vos, te vas a dar cuenta cuál te gusta mas, porque lindos son todos, son completamente comestibles,  pero personalmente cada uno debe tener su encanto y ahí estará el único que a vos te guste y que vos digas "Ay por Dios, este hombreeee"

-De todos modos no sé porqué tanta preocupación, como si alguno se fuera a fijar en mí.

-¿Ah, no? ¿Y Ringo qué es?

-Mirá si me termina gustando otro que no es Ringo...Es un drama.

-Cuántas vueltas le ponés a todo. Cuando salgamos te venís conmigo, así vemos qué te ponés para dejar con la boca abierta a esos porrudos.

-¡Sos un sol, Jenny!

-Todo sea por ayudar a mi amiga conquista-beatles...

El día pasó tranquilo, incluso Margaret le pidió con toda amabilidad unas hojas blancas, ya que ella no tenía más. Eva se las dio y Margaret le agradeció con un caramelo. Cuando terminó la jornada, Eva y Jenny fueron hasta el departamento de ésta última. Jenny revolvió todo su armario, encontró varias cosas, pero a Eva no le gustaban, o no le quedaban bien.

-¡Esto! ¡Esto tiene que ser!-gritó Jenny agitando unos trapos.

 Sacó una falda verde oscura, blusa color natural y un tapado del mismo verde que la falda.

-Odio el verde-dijo Eva.

-¡Pero te queda bien! ¡Y con este sombrerito también!

-¿Sombrero? No, me recuerda al colegio de monjas...

-Uff...Entonces no sé.

-¿Y esto?

Eva sacó un vestido color lila, de mangas largas y un tapado violeta oscuro.

-Ese vestido está prohibido. Lo tenía puesto cuando pasé la primera noche con Joseph...Bueno está bien, ponetelo.

Eva se puso el vestido, el tapado, y unas botas color camel. Se miró al gran espejo que Jenny tenía en su habitación.

-¡Te queda bien! ¿Qué digo bien? ¡Te queda perfecto!

Se quedaron tomando el té hasta que Eva se fue a su casa, no sin antes recibir una batería de instrucciones de Jenny para que no se pudiera nerviosa ni metiera la pata.

Llegó el sábado, y Eva tenía un humor de perros. Otra vez no había dormido nada ¿y todo para qué? Para no tener ni una sola pregunta para hacerles. Aunque Ringo le había dicho que era espontánea, eso no era profesional y la atormentaba.

Llegó hasta la dirección a la que tenía que ir. Alargó su mano hasta llegar al timbre, cuando ya casi lo tocaba retrocedió.

-No puedo...no puedo...tengo miedo...¿qué hago? Me voy. No, no puedo irme. Me voy y llamo diciendo que estoy enferma. No, ni siquiera tengo el número.

Temblaba como una hoja frente a la puerta, debatiéndose entre tocar el timbre o no.

-¡Ahí llegó!-gritó Ringo al verla por la ventana.

-A ver...¿adónde?-preguntó Paul asomándose.

-¡Ahí!

-¿La de violeta?

-¿Violeta?-George se acercó-¡Ese es mi color favorito!

-Ay...¿tanto lío por una chica de violeta? Seguro que es horrible- dijo John al pasar.

-No vas a decir lo mismo cuando la veas-le contestó Ringo, enojado.

-¿Toco o no toco? Eva, sos una nenita inmadura, debés hacerlo, es tu trabajo. Pero... tengo miedo.

Seguía peleando consigo misma cuando se abrió la puerta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro