Capítulo .•°•.•°•♡•°•.•°•. 13

—¡Entrenador Nam! —solté sorprendido al ver cómo uno de sus hijos se encontraba sobre sus hombros y jalándole el cabello.

—Es- esto es normal... —dijo forcejeando con su hijo— ¡Kim Soo hyung! Bájate ahora mismo mocoso.

—¡Cómprame una piruleta! —gritó desde arriba aún con los cabellos de su padre entre las pequeñas manos.

—¡Le diré a tu madre si sigues haciéndome esto! ¿¡Quieres que me quede calvo!?

—¡Hermano! Requiero refuerzos —gritó el pequeño.

Su mayor llegó corriendo y se prendió de la pierna de su padre.

—¡Papá yo también quiero una piruleta! —suplicó Jin adherido a la pierna de su padre.

—Kim Seok Jin quítate de allí que ya estás grandote para andar pidiendo dulces como un niño —soltó el entrenador Nam— o me veré obligado a raparte las cejas.

—Pero padre

—Nada de peros, suéltame y quita a tu hermano de encima o quedaré calvo.

Seok Jin se quejó y soltó la pierna del entrenador Nam, levantó sus manos y luchó para despegar a su hermano menor de su padre.

Al lograrlo, se lo llevó cargado mientras el niño pataleaba.

—Siento que hayas visto eso —se empezó a acomodar el cabello— son unos golosos adictos al azúcar, me sacarán canas verdes si siguen así.

—Descuide entrenador, le traigo el trofeo que la escuela le atribuyó —dije procediendo a entregarle el objeto.

—Vaya muchas gracias Yoongi, pensé que lo traería nuestro central.

—Se le presentó algo —el entrenador me miró sorprendido

—¿Es que por fin nos va a traer novia? Ya era hora.

—No sé a detalle, pero usted sabe mejor que nadie que si se necesitan detalles o chisme entonces alguien llamado Kim Taehyung es la respuesta.

—Le preguntaré entonces, hasta luego Yoongi. Debo asegurarme que ese par de golosos no estén incendiando la cocina o destrozando la casa.

—Por algo son sus hijos entrenador —respondí con una sonrisa— hasta luego

Él me regaló una sonrisa, el ruido de algún objeto de vidrio rompiéndose hizo que cerrara la puerta inmediatamente la puerta para ir a ver de lo que se trataba.

Bajé las gradas de la casa y decidí responderle a Jimin. Lo invité a una cita en una cafetería cercana, el mensaje no le había llegado aún, pero en algún momento lo haría. 

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—Abre la boquita que aquí viene el trencito —dije jugando con la cuchara.

Jimin sonrió haciendo que sus ojitos se convirtieran en un par de rayitas y abrió su boca.

—Oh estos jóvenes —se quejó el viejo panzón— oh vamos, están derramando miel en mi propia casa

—Cariño, deja a los chicos. Recuerda que nosotros también fuimos jóvenes —la señora Park depositó un beso en el cachete de su esposo.

El viejo panzón rodó sus ojos y acarició la mano de su esposa.

—Terminé —comentó Jimin orgulloso— gracias Yoonie por darme de comer.

Acaricié su cabello rubio

—Señores Park, ¿podría hablar con Jimin un momento? Iremos afuera.

—Claro mis niños, pero abríguense —respondió la señora Park

—Máximo una hora o iré a buscar a mi hijo, joven Min. Y si no los encuentro sacaré la escopeta.

Tragué saliva y asentí nervioso.

Tomé la pequeña mano de Jimin y ambos nos levantamos, comenzamos a caminar en dirección a la salida.

Estando afuera, ambos estuvimos caminando sin rumbo con nuestras manos entrelazadas.

—¿Me dirás que ocurre? —cuestionó balanceando nuestras manos.

—Sí, pero primero ¿Qué quieres para navidad?

—Que me pidas que sea tu novio

—Eso tenlo por seguro —respondí de inmediato— pero me refiero a algo material.

—Siempre he querido un cachorro —comentó— lo que pasa es que mi papá es alérgico.

—¿Por que no un perro sin pelo? Un perro pelado.

—Quiero un caniche, me parecen muy lindos. Como unos ositos abrazables.

—Yo puedo ser tu osito abrazable si quieres —ofrecí el trato de su vida.

—No, tú ya eres mi Yoonie boo y mi futuro novio, esposo y padre de nuestros hijos adoptivos.

—¿De casualidad no habrás fijado la fecha de la boda también?

—Estoy en eso —respondió sonriente.

Su comentario provocó una sonrisa en mí.

—¿Y tú? ¿Qué quieres de regalo de navidad?

—Si me traes una tarta de mandarinas quizá te ayude con la fecha de la boda —aseguré.

—Primero me pedirás que salga contigo. Te quiero comenzar a llamar "amor" o "cielo" o...

—Definitivamente prefiero Yoonie boo.

—Oye ¿y tú? Eres tan frío, cómo te atreves a llamarme "Jimin" —dijo frunciendo el ceño— Mejor llámame por mi apellido si buscas ser tan cortarte.

—No te pongas así, dime cómo quieres que te llame y te diré así.

—Es que no es así —respondió dando saltitos— le quitas lo romántico si yo elijo mi apodo. Tú debes inspirarte.

—¿Qué te parece enano? Suena lindo

Recibí un golpe en la nuca por parte de Jimin.

—Bien, entendí. No te gustó ese apodo, ya buscaré uno más lindo.

Asintió y seguimos caminando hasta que decidí tomar la palabra.

—Mi mamá quiere llevarnos a mi hermano y a mí a visitar a nuestro padre. Está en Busán, Jimin.

—¿Eso significa que no te veré más?

—No, nada de eso. Será solo una semana, estaré aquí para la cena de tu familia.

—Pero no te veré una semana Yoonie. Es que no entiendes la gravedad del asunto.

—Existen las videollamadas y mensajes.

—No podré acariciar tu carita, ni darte besitos o peor, no podré acariciar tu pancita.

—Cuando regrese prometo que podrás hacerme todo lo que quieras ¿te parece?

—Bueno —levantó su mirada— igual te llamaré todas las noches y más vale que contestes o me pondré triste.

Mi cabeza se movió accediendo a su petición, seguimos caminando en silencio.

—Mañana saldrán los resultados del examen —lo miré— los escucharemos juntos.

—Tengo miedo Yoonie, ahora mi papá sabe que quiero ser maestro de literatura como él y si no entro se decepcionará.

—Has estudiado muchísimo, te quedabas hasta tarde leyendo mucho. No debes tener miedo de decepcionar a tu padre.

—Es que ya lo decepcioné una vez, cuando le dije sobre mi orientación sexual hace unos años no lo tomó para nada bien y me dijo de todo. 

—Ahora lo entiende, no está decepcionado de ti.

—Por ahora no lo está

—¿Por qué siempre te menosprecias Jimin? —cuestioné serio.

Él levantó sus hombros con la mirada baja.

—¿Es que no entiendes lo mucho que vales y de todo lo que eres capaz? —paré mi paso e hice que me mire.

Tomé su rostro entre mis manos.

—Te trazaste una meta y no aceptaste distracciones, estudiaste en un mes todo lo que los estudiantes promedio estudian en años, diste el examen y saliste con la misma energía de siempre ¿quieres que siga?

Él solo me miraba a los ojos, sus ojitos estaban bien abiertos y brillaban por todo lo que acababa de decir.

—Me gustas porque tienes millones de cualidades, pero sobre todo porque si tienes algún defecto entonces no te quedas de brazos cruzados y haces lo que sea por cambiarlo.

—Yoonie... —dijo inconscientemente.

—Me gustas y no veo a nadie en este mundo que pueda ser como tú o si quiera llegar a la décima parte de todo lo que eres.

Le mostré una sonrisa, él tomó el cuello de mi camiseta e hizo que mi cuerpo bajara hasta que Jimin pudiera darme un beso.

—Gracias —dijo en medio del beso— gracias Yoonie.

Park Jimin, estaré para ti siempre que me necesites. Siempre ¿lo entiendes mi vida?

Capítulo .•°•.•°•♡•°•.•°•. 13