Capítulo XXI

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-Noooo,no te vayas- dijo Pedri haciendo un puchero.

-Pedri,tengo que hacerlo. Ya sabes que mi madre me ha mandado un mensaje diciéndome que tiene que contarme algo importante. Después de eso volveré- dije acariciando su rostro entre mis manos.

-Lo prometes?- preguntó algo apenado.

-Siiii. Ya pareces Mateo, también quieres que te haga la Pinky promess ?- bromeé mientras reía.

-Callate- dijo riendo junto a mí.

-Te veo después- me despedí dándole un pequeño beso en la mejilla.

-Ohhhh vamos,eso no ha sido un beso- se quejó detras de mí.

-Pues te tocará esperar hasta que vuelva platanito! Chauuu- dije saliendo de la casa rápidamente,sin darle opción a replicar nada más.

Me dirigí al exterior de la casa,donde me esperaba mi padre en el coche.

-Holaaa- saludé felizmente mientras entraba  en el coche.

-Hola mi amor,lo has pasado bien hoy con Pedri?- preguntó sin siquiera verme.

-Sip. Bueno,de qué queríais hablar mamá y tu?- pregunté con curiosidad.

-Es mejor que esperes a llegar a casa cariño- dijo con un tono de voz frágil.

Asentí no muy convencida y fruncí el ceño algo confusa por sus acciones.

El trayecto hasta la casa donde nos hospedabamos fue totalmente silencioso, ninguno de los dos pronunció una sola palabra durante todo el camino.

Cuando llegamos,ambos bajamos del coche y caminamos,de nuevo en total silencio, hasta el interior de la casa,donde se encontraba mi madre sentada en el salón y mirando a un punto fijo.

-Hola mamá!- saludé dándole un beso en la mejilla.

-Hola cariño- respondió forzando una sonrisa.

-Voy a ver cómo están Gia y Mateo- dije con toda la disposición para subir a la habitación de los gemelos.

Uno de mis piés estaba ya en las escaleras de la casa cuando mi madre alzó la voz para llamarme.

-Antonella,ven. Tenemos algo importante que decirte- dijo haciéndome un hueco en el sofá,a su lado.

Con los nervios a flor de piel,me senté donde mi madre me había indicado y esperé pacientemente a que me contasen eso tan importante.

-Verás hija mía... Sé que es complicado para ti y que te va a doler pero...- mi madre hablaba lentamente,como si estuviese buscando las palabras adecuadas para decir.

-Vé al grano mamá,me estáis asustando- dije realmente nerviosa.

-Lo que mamá quiere decirte es que tenemos que volver a Italia dentro de dos días- completó la frase mi padre por mi madre.

Mis ojos se abrieron como platos al escucharlo y mi corazón comenzó a latir con más rapidez.

-Qué?- pregunté con un hilo de voz.

-Verás cariño... Papá tiene que volver a Italia para trabajar y nosotros... Nosotros ya habíamos hablado de que volverías a Italia junto al resto cuando este momento llegase- dijo mi madre con los ojos aguados.

Las lagrimas hacían fuerza en mis ojos para salir y sentía como el aire faltaba en mis pulmones.

-Pero,no lo entiendo. Por qué no me lo habíais dicho antes?- pregunté entre sollozos.

Mi madre apartó la mirada mientras lloraba,siendo incapaz de verme a la cara.

-No pensábamos que te fueses a enamorar de ningún chico... Simplemente,pensábamos que vendrías a pasar unas semanas con tus amigas y que después no te importaría volver a casa- dijo mi padre mirándome realmente apenado.

-O sea que lo sabíais y decidisteis no contármelo- dije dolida.

No sé qué me dolía más,si el hecho de que mis padres hubiesen evitado contarme esa importante información durante todo este tiempo o el hecho de que tan solo tenía dos días para estar con Pedri.

-Es que... No contábamos con esto mi amor...- habló de nuevo mi madre.

-Vale pero es totalmente injusto!- exclamé levantadome del sofá- me habéis ocultado eso durante semanas y ahora me pedís que me vaya y que deje todo lo que he construido aquí? Me estáis pidiendo que deje gran parte de mi vida- dije a la par que las lágrimas caían por mis mejillas sin control alguno.

-Tu vida no está aquí Antonella,está en Italia,con tu madre,tus hermanos y conmigo- rebatió mi padre levantandose del sofá bruscamente.

-En mi vida también forma parte Pedri papá!- grité con el corazón encogido.

Su mirada bajó al suelo tras escucharme y no se vió capaz de añadir alguna otra palabra más.

-Lo que me estáis pidiendo es que deje al chico del que me he enamorado de un día para otro. Entendéis que esto no es para nada justo ni fácil?- pregunté con la mayor de las tristezas anidando en mi cuerpo.

-No estás enamorada de él Antonella! Eres una cría,no sabes nada del amor!- volvió a alzar la voz mi padre.

Sus palabras lograron terminar de romper mi corazón.

-Lo siento cariño... No quería...- dijo bajando el tono de voz, arrepintiendose al instante de lo que acababa de decir.

Su mano se acercaba a mi brazo,tratando de abrazarme,pero lo alejé rápidamente mientras negaba con la cabeza y lloraba de seguido.

-No pienso irme.

Fue lo último que dije antes de salir corriendo de la casa.

Tanto mi madre como mi padre salieron tras de mí mientras gritaban mi nombre y me rogaban que parase,pero mis piernas solo pensaban en alejarse de aquel lugar lo más rápido posible.

Cuando los sentí lo suficientemente lejos,me senté en el césped de un pequeño jardín y comencé a llorar sin parar,dejando salir todo el dolor que se había acumulado en mi interior al escuchar todo aquello.

Llevaba varios minutos llorando,abrazada a mis rodillas,cuando sentí como alguien hablaba detrás de mí.

-Oye,esto es una propiedad privada. No deberías estar aquí- escuché una voz varonil que se acercaba.

-Lo siento- dije levantadome del suelo y secándome las lágrimas.

Cuando me giré para ver quién era,mi mirada chocó con otra que se me hacía bastante conocida.

-Antonella- habló Joāo esbozando una sonrisa al verme.

-Oh,hola Joāo. Siento esto,ya me voy- dije sacudiéndome, dispuesta a irme.

-No,no,no pasa nada. Estás bien?- preguntó algo preocupado al ver mis ojos rojos e hinchados.

-Si,no es nada,no te preocupes. Solo una pequeña discusión con mis padres- me forcé a sonreír ligeramente.

-No parece que sea nada. Quieres pasar? Hace demasiado calor aquí fuera,ven,te daré agua y algo para que te cambies,el césped te ha dejado la ropa verde- dijo riendo un poco y señalando mi pantalón.

El chico tenía razón,mi ropa estaba llena del verdín de la hierba.

-No quiero molestar- dije dudando si aceptar su propuesta o no.

-No molestas. Anda,vamos- respondió rápidamente cogiendo mi mano con gentileza y llevándome hasta el interior de la casa.

Caminamos hasta llegar a una sala de estar,donde Joāo me indicó que me sentase en uno de los sofás.

-Ponte cómoda,ahora vengo- dijo saliendo de la sala y subiendo unas escaleras al piso de arriba de la casa.

Asentí y cogí mi móvil,echándole un vistazo a los mensajes sin leer que tenía.

Había varios de Pedri.

Pedri❤️‍🩹

-Anto dónde estás?
-Tu madre me ha llamado
muy preocupada porque te has ido
de casa.
-Estás bien?
-Antonella dime donde estás y voy a por ti
ahora mismo.

Antes de poder responderle, Joāo volvió a aparecer,esta vez con algo de ropa suya entre sus manos.

Instantáneamente, apagué la pantalla de mi móvil y lo dejé sobre la mesa.

-Toma,quizás te quede un poco grande pero es mejor que llevar hierba en la ropa- bromeó extendiéndome las prendas.

-Gracias- agradecí cogiendola entre mis manos.

-Hay un baño ahí,vé a cambiarte. Yo mientras sacaré helado del congelador, qué te parece ese plan?- preguntó alejándose lentamente.

-Me parece increíble- contesté realmente agradecida mientras entraba en el baño que me había indicado.

La verdad es que,lo que más necesitaba en esos momentos,era relajarme y comer helado hasta explotar.

Me tomé mi tiempo para cambiarme de ropa, ya que la de Joāo me quedaba demasiado grande y tuve que hacer algunos apaños con las orquillas que llevaba en el pelo para que no se me cayesen los pantalones.

Una vez estaba lista, salí del baño y me dirigí de nuevo a la sala de estar donde se encontraba Joāo sentado en un sofá y con un gran bote de helado de fresa entre sus manos.

-Quieres?- preguntó mostrándome una cuchara.

-Ni que lo digas dos veces- dije cogiéndola y sentándome a su lado.

El chico rió y comenzó a comer helado junto a mí.

-Oye... Sé que solo nos conocemos de una fiesta pero por el aspecto que tenías antes no parecías estar muy bien. Quieres hablar de ello?- preguntó con gentileza y hayando las palabras exactas para preguntar.

-La verdad... No quiero hablarlo,necesito comer helado hasta que me duela la barriga y olvidarlo todo- confesé desanimada.

-Bueno,tengo dos botes más como este en el congelador así que... Por qué no vemos una peli mientras hacemos que nos duela la barriga?- preguntó sonriéndome dulcemente.

-Me parece buen plan- sonreí de la misma manera.

-Qué quieres ver?- dijo cogiendo el mando de la televisión.

-Cuando estoy triste suelo ver la película de Up- confesé mientras hundía la cuchara en el helado.

-Vaya,o sea que cuando estás triste ves películas tristes- dijo mientras buscaba la película en la aplicación de Disney.

-Algo así- contesté encogiéndome de hombros.

-Bueno pues... A comer helado y a llorar se ha dicho!- exclamó sentándose de nuevo a mí lado.

Reí y me acomodé en el sofá,prestando atención a la película.

Cuando la película ya había acabado,vi como Joāo se había quedado profundamente dormido.
Sonreí al verlo y me levanté con cuidado, tendiendole una manta por encima y dejándole una pequeña nota a su lado.

Gracias por todo pero debería volver a
casa. Si algún día quieres venir a visitarme,vivo
a 4 casas se aquí.

PD:está claro que tenías sueño:)
Atte: Antonella.

Tras escribir aquella pequeña nota,cogí la mi móvil y salí de la casa con cuidado.

-Antonella?- preguntó alguien justo cuando salí de la casa y antes de que pudiese girarme para ver quién pronunciaba mi nombre.

Esa voz se me hacía demasiado conocida así que, rápidamente,me giré y miré a Pedri justo en frente de la casa de Joāo.

-Pedri... Qué haces aquí?- pregunté con el ceño fruncido.

-Tu madre me ha dicho que te habias enfadado con ellos y que te habías escapado de casa. Me llamó desesperada pidiéndome ayuda y he estado mirando casa por casa desde entonces. Hasta llegar a esta...- explicó viendome de arriba abajo.

Ahí entendí que la situación en sí le daría mucho que pensar al canario.

No estaba en mi casa.
Acababa de salir a urtadillas de una casa ajena.
Y,para el colmo,llevaba una ropa puesta que se notaba a leguas de distancia que era de hombre y que no era mía.

-Pedri... No pienses nada que no es,deja que te explique todo- me apresuré a decir mientras me acercaba a él.

-No hay nada que decir. Tan ocupada estabas que no podías responder a mis mensajes?- preguntó con rabia entre sus dientes.

-No es eso,no es lo que crees...- intenté explicar pero él se me adelantó.

-Ah no? Porque yo creo que acabas de salir de la casa de sabe dios quién con ropa de hombre,que te has ido de tu casa sin dar explicaciones y que has ignorado todos mis mensajes.

Sus palabras sonaban como cuchillas saliendo de su boca y como trozos de cristal rotos que impactaban directamente contra mi corazón.

Rió irónicamente,apartando la mirada de mi,y volvió a hablar.

-No sé ni para qué me he molestado en venir a buscarte. Está claro que ya tienes a otro que te cuida mejor que yo- dijo dirigiéndose a su coche de nuevo.

-Pedri eso no es cierto! Esto no es nada de lo que piensas. Tienes que escucharme,hay algo importante que debes saber!- exclamé yendo tras de él.

-Lo qué? Que te estás follando a otro? No te preocupes Antonella,creo que me ha quedado suficientemente claro- gritó mientras se giraba y me miraba con una mezcla de dolor y rencor en los ojos.

Me quedé paralizada,sin saber que decir.

El canario volvió a moverse y entró en su coche,arrancando de golpe y haciendo que las ruedas derrapasen contra el asfalto.

-Pedri!- grité con las pocas fuerzas que me quedaban.

"Tienes que escucharme..."

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Holaaaa.

Hoy un capítulo un tanto triste así que... No me mates:(

Qué opináis de que los padres de Antonella hayan omitido esa importante información durante todo el viaje? Pensáis que la reacción de Pedri ha sido la correcta? Y la de Joāo?

Si os ha gustado este capítulo ya sabéis que una estrellita,un comentario y un follow siempre ayudan mucho.

Atte: Alma<3

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