❥︎ꨄ︎ C. 001 ☀︎︎

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Su casa estaba hecha un desastre.

Y no había otro culpable que su travieso cachorro, nunca podía mantenerse quieto.

Los cachorros en etapa... infantil simplemente eran demasiado traviesos.

Bam había sido un regalo de su padre alfa durante su estadía en Busan, debido a que él trabajaba demasiado no podía tenerlo en su hogar. Así que, decidió dárselo a su unigénito con la finalidad de que la compañía del can reemplazara la suya.

—¡Jeon Bam! —Llamó JungKook a su amigo perruno.

El omega no estaba molesto por ello, entendía el comportamiento de su pequeñín pero debía charlar con él para que entendiera que no podía hacer de las suyas solo porque sí.

El can apareció a los minutos con su colita entre las patas, se echó frente a JungKook con las orejitas gachas. Su colita de vez en cuando saliendo para menearse un poquito.

Jeon suspiró con ternura, lo levantó del suelo para abrazarlo con amor.

—Mi pequeño travieso —ronroneó repartiendo pequeños besitos en la cabecita del cachorro—. No puedes seguir haciendo destrozos como si nada —reprendió, tomando asiento en uno de los sofás de su salita de estar.

El can lo miró con ojitos de borreguito, su colita agitándose con emoción. Kook se rió.

—Puedes herirte si continuas así, también puede que el departamento sea un caos, no puedes causar problemas así —continuó—. ¿De acuerdo? —Preguntó, sabiendo que el pequeñín no respondería.

JungKook besó a su cachorro con dulzura, ronroneando poquito y dejándole su aroma como un padre lo haría con su cría.

Bam respondió lamiendo la cara de Jeon, ocasionando risitas en el pelinegro con rayitos dorados.

Unos cuantos mimos más y el de iris grises acomodó los objetos regados en la entrada del departamento como los de la sala de estar.

Pronto se entretuvo haciendo sus deberes como universitario, estudió un poquito más, comió junto a su lindo can, se duchó, vistió y se distrajo con sus series pendientes.

La cartita y la florecita que había encontrado en la escuela no la había sacado, así que cuando en una escena de su serie pasaban a uno de los protagonistas cerca de un bello jardín con rosas, recordó lo precioso que había sido ese tonto poema.

Una risita avergonzada salió de sus labios mientras acariciaba a su cachorrito en su pecho, puesto que estaba acostado en su habitación.

¿Quién sería el remitente? Era un tonto enamorado que con tan solo sus cartitas y flores hacía que su corazón se contrajera de emoción.

No lo admitiría en voz alta, pero fuera quien fuera aquella persona que escribía tan hermoso y colocaba una flor en su asiento se estaba ganando su corazón con sus palabras.

Por muy cliché, tontas o estúpidas que se vieran sus cartas, había sido lo más dulce, sincero y romántico que había recibido.

El interés y el tiempo que una persona perdía al hacerlo era demasiado encantador. Quien sea que fuera, tenía regalada su bonita sonrisa y sonrojos.

Su omeguita se sentía encantado con el trato y demostración de interés, él no podía negarlo tampoco, pero son cosas que nunca admitiría. Ni por todo el sushi, ramen, pizza o postres del mundo lo haría.

Jeon no era alguien que demostraría su verdadera naturaleza a cualquiera. De hecho, nadie sabía nada sobre su vida, a lo mucho su amigo de infancia pero no estaba en la misma facultad y universidad para hacerlo saber.

Sin querer se quedó dormido mientras rememoraba las cartitas de días anteriores y lo mucho que lo sorprendieron cuando las encontraba, los latidos de su corazoncito eran inevitables al igual que los suspiros encantados, los ronroneos ante la dulzura y el brillo de sus orbes plateados en cuanto veía aquella florecita con una notita.

Se había acostumbrado a recibirlas y a guardarlas en su cajita al lado de la lámpara en la mesita de noche.

Las cartitas y florecitas lo hacían perderse de la realidad tanto que no se dio cuenta de que alguien importante en su vida había estado frente a él, defendiéndolo y derritiéndose internamente por su actitud.

Y su omega, había estado un poco molesto, pero muy en el fondo había sentido una inquietante presencia.



TaeHyung por otro lado, ingresaba en su departamento habiendo salido de su pasantía en la empresa que había elegido.

Agotado, con sueño y muchísima hambre. Su estómago pedía con gruñidos una buena dosis de comida con algún postre que tuviera en la nevera.

Aventó su mochila a sabrá la Luna dónde, y con premura se dirigió a su cocina, buscando comida o lo que encontrará en la nevera.

Había un pedazo de pastel de chocolate con fresas y caramelo, a la vez, un poco de pollo frito, kimchi enviado por su papá y muchísimo más para degustar.

Estaba a punto de devorarse media nevera cuando su móvil sonó con insistencia, soltó un gruñido de insatisfacción cuando vio el nombre de la persona y colgó la llamada.

Aventó el celular hasta uno de los sofás del otro lado de la habitación y procedió a lo que había estado haciendo antes de que interrumpieran su cena.

Sacó el pastel y la comida, los sirvió en platos distintos, primero comiendo el dulce, seguido de la comida luego de haberla calentado.

Tenía frutas, así que también arrasó con un poco de ellas. Y antes de que se acabara las últimas fresas con plátanos, una idea pasó por mente. Su alfa movió la colita feliz ante la idea, su aroma salió dulce y un ronroneo se le escapó.

Checó bien la cantidad de ambas frutas y dado que se había comido más de la mitad no alcanzaría para preparar un pudin de plátano con fresas. Así que, no dudó y rápidamente tomó las llaves del auto, departamento y su billetera.

Kim no era alguien de pensarlo mucho cuando de consentir a su omega se trataba, así él no supiera que las flores y cartitas eran de él.

Condujo al supermercado más cercano de su edificio, con la esperanza de encontrar algunos ingredientes y frutas frescas para que él pudiera preparar un delicioso pudin.

Demoró al menos media hora en la ida al supermercado y otros treinta escogiendo las frutas que estaban en mejor estado.

El lugar estaba casi vacío, eran las ocho de la noche y era comprensible, la mayoría estaba disfrutando de algún pasatiempo o deliciosa cena con sus seres queridos.

Cuando terminó de escoger todas las frutas que creyó necesarias, partió directo a pagar por sus compras, pero múltiples potes y paletas de helado le hicieron ojitos, entonces terminó comprando al menos diez en total.

Luego se decidió en sí debería preparar algunos mochis después, así queregresó en busca de harina y más leche.

Al final, su carrito de compras terminó a la mitad debido a que no midió la cantidad que iba a preparar.

Su aroma a jengibre con borraja por algún extraño motivo estaba demasiado suavecito y era demasiado seductor.

Pagó por sus compras, ignorando de manera excelente al cajero ante sus pequeños indicios de charlas. No tenía tiempo para ello cuando tenía un omega que conquistar, al cual enamorar hasta que tuviera el valor de presentarse frente a él, decirle lo mucho que le encanta y seguirlo enamorando, salir a citas hasta que ambos estuvieran perdidos por el otro.

Una vez en casa, puso manos a la obra en su siguiente paso, pero para este punto no sabía si dejarle el pudin en su asiento o si debería entregarlo él mismo... la incertidumbre le carcomió lenta y tortuosamente.

—No creo poder hacerlo —suspiró—. ¿y si mandó a YoonGi? —Preguntó para sí mismo.

Corrió a la salita de estar en busca de su móvil, primero necesitaba encontrar una forma de que el hombre pálido aceptará su pedido.

Todavía no podía mostrarse con total confianza ante su bonito omega de aroma a cedro con manzanilla y una nota de miel bien escondida. Porque sí, TaeHyung había notado la imperceptible dulzura en cuanto estuvo frente a él.

¡Una combinación exquisita para un omega ex...! Corrección ¡Para un bello omega como su pareja enviada por la Luna!

El sonrojo en sus pómulos no pudo evitarse junto al suspiro encantador por el joven de ojitos plateados, cabellos oscuros con mechones dorados, bonita fisonomía y estatura bastante elevada para un omega común.

No contando lo altanero, frío, indiferente y tierno que podría llegar a verse sin que lo supiera.

Jeon JungKook era un omega rudo, según lo que el chico se creía, pero a sus ojos simplemente era una masita que necesitaba acaparar con dulces y tiernos besos, mimos a más no poder y muchísimo, muchísimo amor.

—¡YoonGi! —Gritó cuando su amigo atendió la llamada.

—Hola, Hyung. Yoonie está dormido —saludó la voz grave de JiMin—. ¿Necesitas que le pase un mensaje? —Preguntó con un pequeño bostezo.

—Oh, ya veo —murmuró—. Entonces, no les molesto más —asintió.

JiMin rió lábilmente.

—Ya, descuida —alentó—. Ahora, dime ¿de qué se trata para que hayas gritado así? —Cuestionó con evidente curiosidad.

—Se trata de mi omega —comenzó—. No sé, quiero hacerle un pudín de fresas con plátano, pero no me siento capaz de entregárselo —suspiró.

—Oh, entiendo, entiendo —asintió—. Deberías intentarlo, no es como que te fuera a morder —se rió.

—No es tan fácil como se dice —murmuró—. Puedo ser un alfa y todo, pueden clasificarme con todos los estigmas que se han dado a nuestra casta —admitió—. Pero simplemente me da miedo cometer un error con él —confesó.

JiMin quiso reírse. En lo que llevaba de conocer al alfa Kim, no había algo que no pensará que fuera para su omega o lo incluyera.

TaeHyung había demostrado ser un dulce alfa, muy alegre, extrovertido y mimoso. Su personalidad tan única atraía a todas las castas como abeja a la miel.

Park pensó un poco, él más que nadie sabía lo difícil que era hacerle una declaración a alguien.

Muchísimo más cuando de expresar sentimientos o emociones se trata, pero jamás había pensado que alguien como el castaño de iris esmeralda pasaría por algo así al ser muy extrovertido.

Después de todo, los extrovertidos no siempre son extrovertidos ante sus sentimientos.

—¿Necesitas ayuda para entregárselo? —Preguntó.

TaeHyung asintió tímidamente, sus pómulos sonrojándose por la vergüenza repentina que estaba sintiendo.

—Bien, yo lo haré en su lugar —dijo—. Claro, eso si tú así lo quieres —se adelantó.

—¡Por supuesto que sí, Minnie! —Exclamó efusivamente—. Muchísimas gracias, gracias —repitió.

—Antes de que terminemos la llamada —dijo Park con la voz dulce—. ¿Sabes que no todo el tiempo puedes mantenerlo así, verdad? —Preguntó.

TaeHyung suspiró, asintiendo con la cabeza como si él pudiera verlo.

—Lo sé, pero por el momento no puedo —expresó, tomando asiento en el mullido sofá de su sala de estar—. JiMinie, me es difícil decirle lo mucho que me gusta sin que me pierda en sus bellos ojos, en su rostro y en su esencia; sueño día y noche con una sonrisa de él, que se resume a "todo el tiempo" —suspiró, enamorado al imaginarlo.

—Te perdimos —se carcajeó.

—Por él, todo el tiempo —murmuró.

La llamada terminó cinco minutos más tarde, cuando Kim le dijo que le daría más detalles al día siguiente, sobre dónde, a qué hora y en qué momento se lo daría.

JiMin accedió, contento de poder ayudarlo. Él había ayudado a que conquistará a Min; ahora, quería devolver el favor a su amigo. Finalmente, se despidieron con un último deseo de que descansaran bien para estar presentables al otro día.

El de orbes esmeraldas, no dudó en preparar todo, moviéndose de un lado a otro en busca de recipientes, uno que otro ingrediente extra y aproximadamente en cuarenta minutos lo había terminado, guardándolo en la nevera para que no fuera a descomponerse.

Luego de elaborar una cajita, añadió un platillo de fresas bañadas con chocolate a su alrededor en forma de corazón y dejando un espacio en medio para en la mañana colocar el recipiente. Pero debido a que el chocolate se derretiría si no se guardaba en un lugar fresco, sacó el platillo para dejarlo en la nevera.

Luego de haber terminado aquello a las once de la noche, se dispuso a culminar tarea restante y trabajo de su pasantía hasta que quedó tumbado por el exceso de cansancio en el comedor.

Antes del amanecer, estaba listo para arreglar la cajita de postre que le había preparado a su omega.

No sabía con certeza si a JungKook le gustaban las fresas y el chocolate, incluso la combinación de las bananas y las fresas.

Él sabía que era delicioso, pero no sabía si sus gustos giraban en torno a lo dulce.

Cuando tuvo todo listo, no dudó en partir directo a la institución de grado superior habiéndole enviado un mensaje por Kakao al novio de su mejor amigo.

Estaba ansioso por lo que pasaría, esperaba que JiMin realmente supiera hablarle a su omega. Pues muy en el fondo estaba un poco celoso al saber que el alfa Park le hablaría a Jeon, no obstante él ya tenía pareja y si Min lo descubría coqueteando con alguien más —cosa imposible— Yoon le daría tremenda sepultura mental.

Con un último suspiro, se aseguró que todo estuviera en orden y esperó con ansias la llegada de Park al estacionamiento universitario.



JungKook se había despertado más temprano de lo normal esta vez. Había disfrutado de un gran sueño en suma serenidad, pero la incómoda posición le estaba pasando factura con su cuello y espalda.

No se le había hecho tarde, iba temprano luego haber hecho lo suyo en su departamento.

Su rumbo a clases fue tranquilo y armonioso a pesar de todo. Esta vez se aseguró de que nada quedará al alcance de Bam, de lo contrario se lastimaría o causaría un mayor destrozo en su hogar.

La música como siempre no podía faltar en su día a día, sus pequeños tarareos tampoco estaban de más. Una bonita y lábil sonrisa adornando sus labios, feliz de que hubiera sobrevivido un día más, un poco nervioso por no haber estudiado para el examen que tendría. Lo había olvidado.

Bueno, que fuera lo que la Luna quisiera.

Al estar ensimismado en sus pensamientos llenos de dudas, tratando de rememorar las clases del profesor olvidó el tiempo que le llevaba moverse de su apartamento a la institución.

Aunque de cierto modo, era normal, a todos les pasaba con distraerse de manera inconsciente.

Caminó por los pasillos del día anterior, esta vez sin toparse con nadie que arruinará su día, su canción, su tiempo.

Fue el primero en llegar al aula o eso creyó cuando vio a una persona frente a su asiento. Olfateó el ambiente rápidamente para identificarlo, era un alfa.

—Hola —saludó con una sonrisa.

JungKook avanzó, ignorando su presencia momentáneamente para luego examinarlo brevemente, habiéndose quitado los airpods.

¿Era eso una cajita en forma de corazón?

—¿Necesitas algo? —Preguntó, cuestionándose internamente si eso tenía algo que ver con las flores y notitas.

—Mmh, no exactamente —respondió, un poco sorprendido por lo vacías que eran las palabras del omega.

Así que, ¿a TaeHyung le gustaban los omegas fríos? Pff, pobre de su amigo.

—¿Entonces? —Preguntó.

—Verás, todos los días hay notas con una flor en tu asiento, y bueno, alguien me pidió que le hiciera favor de entregarte esto —explicó, tendiendo la cajita para que la tomará—. Me pidió que te dijera que todo ha sido preparado con amor, y que confiaras en que no le ha colocado nada para dañarte ni algo por el estilo, dijo que no le haría eso a la persona que le gusta... encanta —finalizó, autocorrigiéndose.

—¿Qué? —Preguntó un poco aturdido—. Eh, sí, claro —respondió, tomando el presente en sus manos.

Un bonito sonrojo adornó sus pómulos, JiMin lo notó. Comprendió, quizá unpoco, porqué le gustaba a TaeHyung.

—Gracias —murmuró apenas audible al tener a un omega revoloteando en su interior. Su corazón se sentía cálido de la nada.

—No hay porqué —sonrió asintiendo, despidiéndose, listo para irse.

—¡Espera! —Gritó a ciegas, rápidamente viendo que el alfa no se había alejado demasiado, el sonrojo se intensificó—. Uhm, lo siento, pero ¿puedo preguntar quién es? —Curioseó.

Park le dedicó una sonrisita tierna y amable.

—No soy yo, no es mi novio pero puede que alguien cercano de mi grupo de amigos —soltó—. Un placer darte una pista —rió.

—¿Ah?

¿Qué clase de pista era esa?, ¿este tipo sabía que él apenas y prestaba atención a otros o se estaba haciendo tonto?

Sus cejas se fruncieron por la falta de respuesta a su pregunta.

Abrió la boca para decirle que no entendía un carajo de quiénes hablaba, pero el alfa se adelantó.

—No soy el indicado para decírtelo, él se presentará ante ti pronto —dijo, luego frunció las cejas y soltó una pequeña risita—. Aunque creo que ya pasó por lo que me contó —finalizó.

—¿Qué? ¿Y cómo se supo-...? —Se interrumpió cuando escuchó el sonido del celular ajeno, viendo que instantáneamente respondía.

—No le estoy haciendo nada, idiota, te hice un favor —contestó al escucharlo un poco nervioso—. Mira, T-ah, por la Luna, ¿quieres parar con tu jodida rabieta?, ya voy para allá —soltó con un poco de enojo—. Ahora entiendo a YoonGi —finalizó, despidiéndose del omega agitando una mano en su dirección.

—Oye, espera, no respondiste mi pregunta —le habló al alfa de baja estatura.

—Lo siento, chiquitín, hay un alfa que está haciendo una rabieta porque seguramente te quedará un matiz de mi aroma al estar en el mismo espacio —sonrió forzosamente—. Lo obligare a presentarse a la próxima, don't worry —dijo, saliendo sin más del aula.

JungKook soltó un suspiro ante la confusión que dejó ese alfa, necesitaba respuestas de esto, su corazón seguía agitándose por un desconocido y su omega parecía un estúpido enamorado si tenía que ver con la persona de las cartas con flores.

Era un alfa, eso era seguro, pero ¿era hombre, no? Él dijo 'un alfa'. Eso era seguro, ahora necesitaba saber quiénes eran amigos del rubio.

Analizó la cajita con detalle, olfateó un poco queriendo encontrar una nota del aroma del alfa que le había enviado un presente tan bonito, de aquel que le enviaba cartas con flores y hacía estremecer su corazón con sus pequeños detalles.

—¿Jengibre? —Preguntó en cuanto logró obtenerlo, se le escapó un ronroneó de satisfacción.

Sus mejillas se calentaron, este omega suyo, ¿lo conocía? Frunció sus cejas, infló sus mejillas y dejó ir el aire. Pero si lo conocía su omega ¿por qué él no?

Soltó un bufido.

<<¿Quién es?>>

<<Alfa.>>

—Sí claro, y yo de seguro su omega —rodó los ojos con su murmuró saliendo disgustado por la respuesta vaga de su lobo.

Decidió ignorarlo, abriendo la cajita perfectamente elaborada.

Un pote pequeño transparente con pudin de fresa y bananas, crema batida junto a unos pedacitos de fresas encima con una hojita de menta. A su alrededor habían fresas bañadas en chocolates formando pequeños corazones, tenían pequeñas gotas de glaseado blanco en tiras decorativas. Y todo junto, volvía a formar un corazón.

La parte interior de la tapa de la caja sostenía una carta ajustada por una bandita de elástico. La tomó entre sus manos.

Te equivocaste de carta, busca a los costados, bonito.

Jeon lo hizo, encontró dos papelitos bien doblados en cada costado.

Ups, tampoco era este.

JungKook suspiró, su corazón estaba como loco al igual que su omega. Los nervios lo consumían en grande y eso lo estaba desesperando.

Buscó en la cara interna de la caja hasta que sintió una cartita enrollada cuál pergamino en una bandita. Lo atrajo, y con emoción se apresuró a darle un vistazo.

"¿Por qué un pudín?

Sinceramente no sé cuáles son tus postres favoritos ni cuál es tu fruta favorita, quise intentarlo con frutas que a mí me gustan y me parecen dulces.

Un pudín de leche hubiera parecido muy cliché de regalar, en cambio uno de fresas con bananas es difícil que alguien dé.

Igualmente los pudines de leche son deliciosos, pero me gusta la idea de darte algo exótico como las fresas con chocolate y el pudin de bananas con fresas.

Soy fan de los pudines, son dulces, blanditos, tiernos, pequeños; el sabor es tan exquisito que derrite el paladar apenas lo pruebas, tiene una de las vistas más hermosas a cada instante... se parecen a ti, en todo, mi amor.

Eres como un dulce pudín, lindura, tan tierno y dulce que mi corazón se estremece por tu existencia.

Me gustan mucho los pudines y me considero un fan empedernido de ellos, pero ningún postre podría superar tu dulzura y exquisita presencia en este universo, mi dulce pudín de amor. Tu belleza es incomparable incluso con el mejor postre del mundo.

Atte. Quien espera, ansiosamente, seas su pudin por el resto de la vida cuando se presente. Y si no es así, en mi próximo viaje a Daegu, pediré a cada diente de león en un campo que seas mío."



Voy editando la obra en caso de que quienes ya leían esto les anuncie como actualización, poco a poco será con los demás caps. Si todo sale bien, nos vemos con el final y extras. <3


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